XI
Los salones grandes de la gran casa de Natural High, estaban diseñados para que el ruido no se traspasara, si acaso, se podía escuchar la música de la tornamesa que ponía el ambiente en el lugar. El pelinegro trataba de pisar con cuidado mientras se dirigía al salón siguiente, tras él, venía el peliblanco que era el que le había avisado de la desaparición de las dos chicas del salón anterior. Seung fue llevado a la mesa por su hermano, ya que comenzaba a bailar más a pesar de que Ji Yong se había ido de su lado.
— Lo mejor será decirle a Minzy, quizás ella sabe donde están.- habló el peliblanco mientras revisaba el pasillo, parecía no haber nadie de ese lado, cuando quiso ver a su amigo, este se fue hasta la orilla de la pared y comenzó a arquearse, el peliblanco se quedó quieto, su amigo iba a vomitar
— Ji, el baño no está tan lejos.- el otro sólo levantó la mano en signo de "stop", alzó la cabeza e inhaló con rapidez, evitando que el vomito apareciera, caminó de regreso y el peliblanco lo siguió, no tenían un rumbo fijo. Llegó hasta el sanitario y se tiró al retrete a vomitar todo aquello, el peliblanco hizo una mueca desde el lavamanos al escuchar todo lo que el otro volvía del estomago, sacó su móvil y decidió llamar a la chica organizadora.
Uno, dos, tres timbres y directamente al buzón "¿Dónde estaban las chicas entonces?" se preguntó el peliblanco mientras esperaba a su amigo salir del cubículo. Escuchó el agua irse del retrete y vio salir a su pálido amigo
— ¿Lograste encontrar a Minzy?- preguntó este mientras se acercaba al lava manos y echarse agua de golpe al rostro
— No, me manda a buzón, me preocupan.- dijo el peliblanco dando un suspiro después, esperó a que su amigo se limpiara el rostro y así salir ambos, de nuevo en búsqueda de sus amigas.
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Hace unos momentos...
Para Dara, le era un poco incomodo estar en la fiesta, Minzy había sido su pareja hace ya unos años. La más grande había tenido inclinación hacia las mujeres desde siempre y, Minzy era su primera pareja. Con ella experimentó todo tipo de relación hasta que terminaron por infidelidades por parte de la menor. Ella decidió darse un respiro y fue así que viajó a Corea y comenzar su nueva vida dedicándose al mundo de la moda, como siempre quiso.
Al ver que eran invitadas a la pista de baile, comenzó a disfrutar del ambiente y se movía al ritmo de la música, el peliblanco era su pareja de baile así que ella lo disfrutó aún más, no sabía que este era todo un gran bailarín. Un momento en que las luces del salón cambiaron a varios colores, Dara desvió su vista hacía la rubia y el hermano de Seung, pudo observar la forma en que la rubia bailaba y movía su cabello de un lado a otro, sus movimientos y la forma de cantar las canciones hizo que se formara una sonrisa en su rostro.
— ChaeRin está loca.- comentó el peliblanco mientras seguían bailando y notaba que tenía la vista posada en la otra
— ¿Ah?- miró su compañero el cual comenzaba a sonreír
— Se nota que te atrae, ¿qué te impide?- preguntó, ella se sonrojo un poco por tal declaración
— No sé si ella, le gusten las chicas.- respondió sintiendo un tanto de vergüenza
— Le gustan, deberían hablar y sirve que se conocen más, ¿no crees?- ella dio un suspiro y sonrió para el peliblanco
— Lo haré.- siguió bailando hasta que la pareja de rubia se acercó a ellos, haciendo que ahora bailaran los cuatro juntos. Dara se sintió en más confianza y comenzó a bailar aún más, siguiendo el ritmo de la rubia, tanto, que después se emparejaron ellas dos, dejando a los chicos bailando solos. Mientras seguían bailando, más se sentían cercanas y cuando se dieron cuenta, los otros dos ya no estaban.
— Vamos, ven.- habló la rubia y tomando de la mano de la otra, la jaló sacándola de la pista de baile, ella le siguió sin queja alguna.
Las orillas del frente del salón, eran grandes ventanales con cortinas que iban desde el suelo hasta el techo, los grandes cristales daban hacía la hermosa ciudad de Seúl, la rubia abrió un par de cortinas dando a mostrar el balcón que ofrecía ese salón. El balcón daba al jardín trasero que estaba decorado con muchas luces y donde no había gente, la alberca tenía luces de neón, listas para ser usadas en cualquier ocasión.
Dara sintió el golpe del viento al salir junto a la rubia hacia el balcón, sonrió ampliamente al ver esa maravillosa decoración en el jardín. La rubia soltó la mano ajena y colocó ambas manos en el barandal, Dara le siguió colocándose a su lado y dando un ligero suspiro.
— Dime cual de los dos te interesa, ¿o es el hermano de Seung?- cuestionó la rubia para después mirar a la mayor, esta tenía una expresión de duda en su rostro
— No entiendo.- respondió
— Si, ¿te gusta Ji Yong? ¿O es Young Bae? – preguntó nuevamente pero ahora acomodándose de lado y recargándose solo en una mano sobre el barandal
— Ah...pues.- no sabía cómo empezar o qué decir ante su cuestionamiento
— Anda, dime, sirve que te ayudo con el que te gusta.- insistió la rubia muy animada, acercándose un poco más a la otra
— No me gustan los chicos.- dijo y volvió su vista al frente para ver el jardín
— Oh, ya entiendo.- respondió lo más normal posible y se acercó un poco más
— ¿Lo entiendes?- cuestionó la más grande volviendo su vista a ella
— Si, a mi me gustan ambos.- se encogió un poco de hombros, la mayor hizo una media sonrisa al ver las acciones que hacía
— ¿Y sales con alguien ahora?- preguntó ahora la otra hacía la rubia
— No, todos los hombres son muy estúpidos últimamente, así que así estoy bien, a menos de que una mujer me haga cambiar de parecer .- se volvió hacía la mayor haciendo una sonrisa de lado provocando un poco de nervios en ella
— Espero que la logres encontrar pronto.- dijo la mayor sintiendo un poco de calor y sonrojo en sus mejillas, culpó rápidamente al alcohol que había bebido hace unos momentos. De un momento a otro y sin darse cuenta, la rubia se acercó demasiado a la otra y cerró sus ojos mientras la mayor se quedó quieta al ver a la rubia frente a ella y a nada de ser besada. Sin decir algo más o detener la acción, la rubia rozó los labios rosados ajenos provocando que la mayor se acercara para dar un beso en los de la rubia. Al sentir el contacto ajeno, la rubia se acercó completamente para dar un beso completamente, la mayor comenzó con un ligero movimiento en sus labios mientras la rubia correspondía, un ligero olor a alcohol desprendía de la boca de la rubia haciendo que la mayor continuara el beso hasta que se separó un poco de ella, en ese instante se sintió confundida y avergonzada, se alejó por completo y decidió irse de ahí, dejando a la rubia en el balcón sin darle oportunidad de decirle algo.
+
El pelinegro caminó entre la gente que estaba totalmente tomada y se dirigió hasta esa salida que había al fondo, deslizó la puerta para darse cuenta que esta daba hacía el jardín, se sorprendió tanto al ver que ese lugar estuviera muy bien arreglado y que no se tomara en cuenta para la fiesta, pero aún así, decidió caminar por el pasto hasta dar con el camino de piedras que le llevaban a la alberca con luces de neón, revisó a varios lados hasta que llegó a la banca que estaba junto a los sanitarios del fondo.
— ¡Bebé! ¿Qué haces aquí?- se acercó hasta la banca al ver que la rubia estaba ahí sentada mientras fumaba un cigarrillo
— No lo sé, yo estaba bailando en la pista y luego no recuerdo muy bien.- respondió arrastrando cada palabra por lo tomada que estaba ya, el pelinegro se acercó hasta ella para quitarle el cigarro y apagarlo rápidamente
— Estas mal, vámonos ya, ¿no has visto a Dara?- preguntó al tomar del brazo a la rubia y esta se levantara
— No, ella estaba bailando también y no recuerdo mucho.- soltó una risa algo siniestra mientras daba pasos junto a su amigo. Este la tomo con cuidado y la guió por el mismo camino que él había tomado para llegar hasta ahí. Su móvil sonó desesperadamente y el pelinegro contestó
— Tengo aquí a Dara, te vemos en el salón de artes plásticas.- habló el peliblanco y terminó la llamada en ese instante, guardó nuevamente su móvil para irse a donde le indicó.
Al llegar al salón, estaban ahí también Seung y su hermano, ambos estaban mirando unos cuadros y teniendo bebidas en sus manos, el pelinegro sentó a su amiga a un lado de Dara pero al verla, se sorprendió mucho
— Dara, ¿estás bien?- preguntó el pelinegro al ver que ella tenía corrido el rímel sobre sus ojos y parecía que había llorado demasiado, ella asintió tratando de sonreír
— Sí, creo que bebí mucho.- respondió vacilante, cosa que no dejó tranquilo al pelinegro
— Bueno, creo que debemos irnos, Minzy no contesta el móvil.- explicó el peliblanco a lo cual, la mayor respondió
— Y no contestará, está muy ocupada, así que lo mejor será irnos.- se levantó de su lugar y caminó hacía el pasillo, los tres se miraron sin saber que decir.
— ¿Ya se van? Nosotros también lo haremos.- habló el ojeroso mientras se terminaba su bebida
— ¿No estás muy tomado?- preguntó el peliblanco a lo cual, el otro negó
— No, el que sí lo está es mi hermano, yo lo llevo a casa.- repuso y tomó del brazo a su hermano que comenzaba a tambalearse cuando se acercó hasta ellos
— Buenísima fiesta, deberíamos salir más seguido.- propuso el moreno haciendo que el pelinegro sonriera bobamente
— Tenlo por seguro, nos veremos de nuevo.- respondió muy animado, y así comenzaron a caminar hacia la salida. El moreno se dirigió a su auto junto a su hermano y el pelinegro al suyo junto a sus amigos.
Durante el camino, no hubo platica alguna, el pelinegro aun tenia nauseas y se puso a recordar el porqué quería volver el estomago si no había comido algo que le hiciera daño.
Recordó que no había comido algo antes de irse a la fiesta.
El peliblanco continuó manejando y se asomó por el retrovisor a las chicas que ya iban dormidas en el asiento de atrás, se dirigió a su amigo que este cabeceaba en su lugar
— Ji, ¿sabes por qué Dara lloraba?- preguntó haciendo que este lo mirara
— No, ¿tú sabes? – preguntó curioso
— Pues, hablaba por teléfono con alguien cuando la encontré, luego comenzó a gritar que se callara y la detuve antes de que aventara el móvil contra la pared.- el pelinegro cambió su pose y se vio preocupado al escucharle
— ¿Tan así? Vaya, no sé mucho de ella, pero creo que le caerá bien hablar después, quizás y le llamó a algún ex.- comentó este y volvió su vista al frente
— ¿Y dónde estaba ChaeRin? – preguntó el peliblanco, nuevamente
— En el jardín, se estaba fumando un cigarro, definitivamente esta fiesta va para las fiestas raras que he tenido en mi vida.- dijo entre risas haciendo que su amigo de igual forma riera.
El auto no tardó en estacionarse frente a la casa del pelinegro.
— ¿Crees que es buena idea que nos quedemos todos a dormir en tu casa?- preguntó el peliblanco al apagar el motor del auto
— Si, ya es tarde para dejar a las chicas en sus casas, anda, carga a ChaeRin que yo me llevo a Dara, ella pesa menos.- salió del auto y abrió la puerta trasera para tomar en sus brazos a la castaña y así dirigirse a la puerta que el peliblanco abrió para después volver por la rubia y entrar detrás de su amigo.
La habitación que tenía disponible el pelinegro contaba con dos camas individuales, así que cada una fue acostada en una cama, trataron de quitarles los zapatos y algún accesorio que pudiese lastimarlas al dormir, cubrieron a cada una con una suave manta y dejaron la luz de la lámpara.
Las cuatro de la mañana comenzaban a hacerse notar, el color del cielo ya no era totalmente negro si no que, comenzaba a tornarse en un azul marino que pronto se volvería más claro. El peliblanco se acomodó en el sofá de la sala y el pelinegro se fue a dormir, por más que intentó convencer a su amigo en que se durmiera junto a él, este no quiso. Apenas y colocó su cabeza en la almohada y se quedó profundamente dormido.
El sol que entraba por la orilla de la cortina, le indicaba al pelinegro que ya debía despertarse, se quejó varias veces hasta que el olor a comida lo hizo decidirse a levantarse, su estomago se quejaba de tener mucha hambre pero al levantarse, un dolor de cabeza lo atacaba con pulsaciones en la sien. Maldijo en voz baja y se fue a la ducha a darse un baño con agua helada, para amanecer en domingo no había sido tan malo después de todo.
Al salir de su habitación, el olor a hot cakes se hizo aún más presente, sabía que su amigo se había adueñado de la cocina y estaba preparando un rico desayuno, se dirigió a la habitación de huéspedes para asegurarse de que las chicas seguían ahí, abrió la puerta y solo pudo ver a la rubia que seguía dormida mientras la lluvia del sanitario indicaba que la castaña se estaba dando una ducha, cerró con cuidado y se fue hasta la cocina. Su gato se paseaba entre las piernas del peliblanco, haciendo que el otro se sintiera celoso.
— Au, aléjate de mi amigo.- ordenó el pelinegro haciendo que el gato se quedara quieto y con las orejas levantadas
— Lo asustas.- le regañó el peliblanco mientras tomaba un plato y colocaba un par de hot cakes en este
— Este es tuyo, ponte a comer, buenos días.- ofreció el plato y el pelinegro lo aceptó, hizo caso y se fue a la barra para prepararse estos con algún poco de dulce, antes de que este tomara asiento, la puerta de la habitación de huéspedes se abrió, saliendo de ahí la castaña, vistiendo un short y camiseta blanca grande.
— Buenos días, disculpa el atrevimiento Ji Yong, pero utilicé la ropa que estaba en un cajón.- habló Dara y el pelinegro se acercó hasta ella negando varias veces
— No hay problema, puedo poner a lavar tu ropa si deseas.- comentó este mientras se dirigía a la habitación, la castaña lo detuvo antes de que abriera la puerta
— Yo saco la ropa, y creo que la de ChaeRin también la podrás lavar.-dijo y abrió la puerta en apenas un poco, pudiendo pasar su delgado cuerpo, el pelinegro se quedó sin poder decir algo. La castaña salió con la ropa de ambas en sus manos y antes de que este pudiera decir algo, lo tomo de los hombros para alejarlo de la habitación
— ChaeRin se desnuda para dormir, así que, puedes lavarlo.- dijo la castaña haciendo que el pelinegro asintiera y no volviera a preguntar algo.
Mientras este se fue al cuarto de lavado a poner la ropa, el peliblanco sirvió el plato de Dara y se lo dejó en la barra, ella agradeció y el pelinegro apareció nuevamente para hacerle compañía. El peliblanco sirvió su plato y antes de tomar asiento, la rubia salió vistiendo de igual forma que la castaña, se acercó con su mala cara y al estar frente a ellos, talló ligeramente sus ojos
— ¿Alguien vio mi ropa?- sin querer, comenzaron a reírse provocando desconcierto a la rubia que no sabía dónde estaba su ropa, el peliblanco invitó a que se sentara para servirle su plato mientras los otros dos trataban de contener su risa
— La puse a lavar, no tienes pudor.- se quejó el pelinegro mientras se llevaba un bocado a su boca
— Déjame en paz.- se quejó la otra, el peliblanco dejó el plato en su lugar y después se sentó a su lado. Los cuatro desayunaron sin decir algo durante ese momento, hasta que el móvil de alguno de los cuatro comenzó a sonar, haciendo que se vieran unos a otros con la duda de saber quién era el que llamaba a esa hora.
+ ¡Hola! He vuelto por que hoy no tengo nada que hacer así que dije "¿Porqué no actualizar?" jé. Odio que tenga que hacer prácticas en la universidad, pero es lo que hay. Gracias por su apoyo y por esperar~
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