42.0
Min Nari
Después de una mañana de ida y vuelta entre clases, tengo cuatro programas para repasar, cinco capítulos de lectura, un ensayo para escribir y una página de problemas matemáticos.
Es abrumador e impresionante.
No he sido tan feliz desde… bueno, desde Jungkook.
La universidad, decido, es la mejor cura para un corazón roto. Eso y un horario ocupado. A pesar de que estoy ansiosa de sumergirme en mi tarea, también estoy agradecida de tener mi trabajo a tiempo parcial en la oficina del administrador para mantenerme verdaderamente ocupada. Solo estoy programada para tres horas los lunes, miércoles y viernes, pero con mi curso lleno de clases de matemáticas y ciencias, estoy segura que será todo lo que pueda manejar.
El trabajo es fácil, afortunadamente, y aunque es mi primer día en el mostrador, solo me lleva la mitad de mi turno antes de que mi supervisor diga:
—Realmente le has pillado el truco a esto, Nari. ¿Crees que puedes manejar a algunos estudiantes por tu cuenta, mientras empiezo a trabajar en el depósito de mi cajón?
—Sí. Estoy bien. —Como dije, el trabajo es sencillo, y Seokjin es un gran maestro.
También es increíblemente atractivo, alto, cabello oscuro, muy guapo, fornido y totalmente gay. Es ingenioso e inteligente y le gusta bromear, y como no hay tensión sexual, es fácil reírse con él. Solo nos conocemos dos días, y ya es mi amigo. Además, es de Corea igual que Jungkook.
—Estupendo. Estaré en la parte de atrás. Grita si necesitas algo, estaré aquí en un instante.
No necesito nada, pero doy la espalda al mostrador y lo llamo.
—¡Oye, Jin! —Cuando él corre de vuelta, añado—: Solo estoy probando.
Él ríe.
—Eres una chica tan mala. —Si él supiera. Su expresión se torna sobria rápidamente—. Oh, lo siento. No te vi entrar —le dice a alguien detrás de mí—. Nari se encargará de ti.
Seokjin se aleja, y plasmo una sonrisa amistosa y me giro para hacer frente a la persona frente a mí.
—¿Cómo puedo…? —empiezo, y entonces mi voz se interrumpe con un jadeo fuerte.
Porque el chico delante de mí es Jungkook.
Mi cuerpo reacciona al instante, agitándose y hormigueando en el momento justo. Como si estuviéramos en la producción de Campus Porn y nuestro guion nos hiciera encontrarnos y follarnos en menos dos minutos. Estoy lista para empezar a quitarme la ropa y a punto de subirme al mostrador.
Pero no estamos listos para nada. Esta es la vida real, y aunque estoy emocionada de verlo, también siento los alfileres y las agujas.
Fija sus ojos en los míos, una serie de emociones familiares presentes en su intensa mirada.
—¿Llego demasiado tarde? —pregunta.
—¿Qué? —pregunto, aunque lo oí bien. Incluso podría saber lo que él está preguntando, pero aun así estoy tan sorprendida de verlo que he olvidado cómo usar las palabras.
—¿Llego demasiado tarde? —Mira hacia la oficina por donde Jin desapareció hace un momento.
Maldición, ¡en serio está preguntando lo que creo que está preguntando!
Y en serio está aquí. Frente a mí.
Mi estómago revolotea con un regocijo nervioso, y tengo que tragar antes de que pueda responder.
—¿Quieres decir, si llegas demasiado tarde para mí? ¿Que en el corto tiempo que he estado en Austin, podría haberme enamorado locamente de mi supervisor? Porque, número uno, es gay.
—¿Es gay? —Jungkook intenta fingir estar sorprendido, pero sobre todo suena aliviado.
—Mmmm. —Me inclino contra el mostrador para estar más cerca de él, pero también porque estoy temblando como una hoja.
—Eh… —También se inclina hacia delante, con los codos sobre el mostrador, y está tan cerca que puedo oler el aroma familiar y limpio de su piel—. ¿Cuál es la número dos?
La camisa de mangas hasta los codos me enseña parte de su brazo y distingo... Tatuajes, pero me quedo cayada porque aún no es el momento de mencionarlo.
Número dos, todavía estoy locamente enamorada de ti.
Casi lo digo. Estamos coqueteando, es fácil y natural y como si nunca hubiéramos estado separados. Pero estoy intentando ser cautelosa, porque, ¿qué está haciendo él aquí?
—Número dos, no entrego mi corazón a cualquier persona con la que trabajo. —Hablando de mi corazón, está latiendo tan fuerte que estoy segura que puede oírlo.
Sus ojos están una vez más en los míos, su mirada profunda y penetrante.
—Sé eso de ti. Es una de mis cualidades favoritas de ti.
Es curioso cómo, de las cientos de cosas increíbles que ha dicho y hecho, una simple declaración como ésta todavía puede estremecerme con nudos deliciosos. Tal vez porque una parte de mí temía que me odiara después de haberme ido. Que nunca habría algo sobre mí que él pensara de nuevo como su cosa favorita. Pero no me odia. Y está aquí. Y lo he extrañado tanto que solo verlo me hace sentir completamente loca de felicidad. Pero si nada ha cambiado desde la última vez que lo vi…
—¿Qué estás haciendo aquí, Jungkook? —Mi tono es exigente y no intento ocultar el filo de desesperación—. Has venido hasta Austin solo así, y eso va a empezar a despertar mis esperanzas. ¿Hay alguna razón por la que tal vez debería tener esperanza?
Sus ojos caen… nervios quizás. Busca en su bolsillo trasero.
—No sé si vale la pena para despertar tus esperanzas. Pero en cuanto a lo que estoy haciendo —saca su billetera y la abre—, vine a pagar la cuota de la matrícula.
La comprensión se instala y mi corazón se hunde literalmente.
—No necesito que pagues mi matrícula, gracias. Estoy bien por mi cuenta.
Me pregunto si habló con mi madre o si simplemente decidió venir a hacer esto por un capricho propio. No estoy segura de cómo tuvo la noción de que yo querría esto, como si me lo debiera. Como si fuera su puta. Estoy enojada y me escuecen los ojos, y ¿cómo diablos es posible que todavía me lastime de esta forma?
Pero entonces dice:
—No tu matrícula, Reina Cass. La mía.
Mi garganta se seca.
—¿Qué?
—Sí, mira. —Se pasa una mano por su cabello, y tengo que morderme el labio para evitar hacer algo precipitado como… abusar sexualmente de él en un espacio público—. Me tomó un poco de tiempo lograr resolver todos los detalles, pero he terminado todas mis obligaciones anteriores y he vendido una parte de mis estudios de producción a Alexa. Y desde hace como unos tres días, soy oficialmente un estudiante de la UT Austin. —Su expresión es de alguna manera audaz y juvenil—. En otras palabras, estás mirando a un hombre que ya no es estrella porno.
En un abrir y cerrar de ojos, todo el sentido del decoro sale por la ventana y estoy trepando sobre el mostrador para saltar a los brazos de Jungkook. Y entonces nos estamos besando, con avidez, desesperadamente, nuestras bocas chocando torpemente con ansiedad.
Mi culo aún está en el mostrador, pero envuelvo mis piernas alrededor de su cintura y sus manos se enredan de forma posesiva a través de mi cuello, y no puedo ni pensar, porque mis sentimientos son tan grandes e irreprimibles.
—Estás llorando —susurra, cuando me alejo para recuperar el aliento.
—No puedo evitarlo. Te inscribiste en la universidad por mí. —Miro mi pulgar moviéndose a través de su mandíbula, demasiado abrumada para mirarlo a los ojos.
—Oye. —Con dos dedos, Jungkook levanta mi barbilla para encontrar su mirada—. Me matriculé en la universidad por mí. Alquilé mi casa y estoy viviendo en un estudio de una habitación en Texas por ti. ¿Lo entiendes?
Aún mejor. Estoy sonriendo, pero lo controlo para darle una mirada de seriedad fingida.
—Lo entiendo.
Seca mis lágrimas con la yema de su dedo, luego envuelve una mano detrás de mi cuello.
—Extremadamente conveniente que la misma universidad que elegiste tenga un programa de cine bastante decente, ¿no?
—Sí. Conveniente. Eso es lo que es. Me gusta la idea del destino y todo eso, pero no soy de confiar en eso solamente. Así que empujé un poco al universo. ¿Puedes culparme? Sabías que te seguiría aquí, ¿no?
En mi mente destella esa carta de La Estrella del Tarot, la carta que he mantenido cerca durante todos estos meses.
—No lo sabía. Tenía la esperanza.
Jungkook retrocede para estudiarme.
—¿Por qué no dijiste que eso era lo que querías?
—No podía pedirte que abandonaras tu mundo por mí. Te hubieras sentido resentido conmigo por siempre. Tenías que elegir eso por ti mismo. —Estoy tan orgullosa de que lo haya hecho, que pensara en esto y se haya mantenido fiel a sus sentimientos, mientras tomaba pasos planificados y lógicos que son buenos para él y su futuro.
—El Colgado tiene que colgarse a sí mismo, ¿no?
Dios, lo amo.
—Lo entendiste. —Entonces, porque parece que tal vez debería estar segura que realmente ha elegido lo que creo que hizo, que realmente está bien con ello, le pregunto—: Entonces, ¿estás completamente fuera del negocio del porno?
—No completamente. —Sigue buscando algo en mi rostro a medida que habla, tal vez buscando mi aprobación—.Todavía estoy produciendo a larga distancia. Teo mantiene el fuerte. Probablemente dirigiré algunas cosas de vez en cuando.
—¿Pero no más actuación?
Sacude la cabeza, y suena como una promesa cuando dice:
—No más actuación.
Me siento aliviada. Y, extrañamente un poco de algo más.
—No más películas de Jeon Jungkook. Eso es casi decepcionante.
Se ríe y el sonido reverbera en mi interior.
—Tal vez, podría salir de mi retiro para hacer una película o dos. Pero solo voy a actuar con una mujer. —Su voz se vuelve baja y grave—. Solo volveré a actuar contigo, Nari.
Me acerco para capturar su boca con la mía, besándolo con aprobación. Pero se aleja después de unos segundos, retrocediendo con una expresión sombría.
—Lo siento, nena. En serio lo siento. Siento no haberlo dejado antes. Sé que te lastimó… —Se va apagando, creo, porque esta disculpa es difícil para él.
Sé que necesita decir esto, pero necesito que sepa que ya lo sé.
—Lo entiendo. No querías hacerme daño. Estabas haciendo tu trabajo. Un trabajo que amabas.
—En realidad, dejé de amarlo cuando no te tuve. —En serio, mis ovarios simplemente implosionaron. El Jungkook sensible es tan jodidamente caliente. Sostiene mi rostro contra su mano—. Y, además de lastimarte, me dolió. Estaba enamorado de ti. Incluso antes de que te fueras, sabía que amarte cambiaría las cosas. Que debería cambiar las cosas. Sabía que cada vez que estaba con alguien que no eras tú, traicionaba esa emoción, degradando los momentos que compartimos con estas imitaciones falsas. Te prometo que lo descubrí bastante rápido después de que te fueras. Solo siento que no fuera antes.
Y pensé que había terminado con las lágrimas.
—No voy a mentir —sollozo—. Me he sentido miserable sin ti. Pero creo que probablemente por ti, mereció la pena la espera.
Responde con otro beso, uno que puedo sentir entre mis muslos, y nuestras manos comienzan a vagar, y si no fuera por el cortés aclaramiento de una garganta detrás de mí, es muy posible que nuestro despliegue de afecto hubiera pasado de una clasificación PG-13 a R.
¿A quién estoy engañando? La clasificación R sería sosa para nosotros. Como lo hicimos cuando fuimos atrapados en la galería de arte, Jungkook y yo nos congelamos cuando Seokjin, quien se aclara la garganta una vez más, abre un cajón al otro lado del mostrador.
—No se preocupen por mí. Solo vine por un comprobante.
Me giro y le dirijo una sonrisa de disculpa. La devuelve con una mirada que dice “estamos-bien-pero-que-sepas-que-voy-a-pedir-detalles”, antes de volver a su libro de bolsillo.
Nos reímos al unísono.
Luego, a regañadientes, le digo:
—Aunque me gustaría seguir enrollándome contigo, estoy trabajando. Y mi nuevo trabajo no incentiva las caricias obscenas como el último lo hacía.
—Bueno. Estaría ferozmente celoso si lo hiciera. —Me besa una vez más, castamente, luego me da una palmada juguetona en el trasero—. Ahora regresa a tu lado del mostrador para poder calmarme antes de salir de aquí. Aún necesito pagar mi matrícula.
—Oh, sí. Vamos a hacer eso. —Desenvuelvo mis piernas de él y regresó a mi lugar—. ¿Tienes factura?
—No la traje conmigo. ¿Puedes buscarla?
—Por supuesto. —Me giro hacia la pantalla de mi computadora, tecleo con agilidad en lo que siento su mirada sobre mi debido a mi concentración.
Solo que cuando escribo si nombre, no me aparece, entonces lo miro y el ladea la cabeza.
—Prueba con Jeon Jeongguk
Me quedo un rato mirándolo, pero no
puedo evitarlo. Me rio.
—¿Tu nombre es Jeon Jeongguk? Mira, que no se mucho de nombres en coreanos, y aunque suene igual, como se escribe es raro.
—Voy a cambiarlo legalmente, lo juro.
—¿Ahora tengo que llamarte Jeongguk? —Todavía estoy riéndome mientras saco su cuenta—. Porque no sé si puedo… —Tengo que hacer una pausa hasta que puedo calmarme—. Lo siento, lo siento. —En realidad no lo siento. De ningún modo. —Me acostumbraré. Lo prometo.
—Puedes seguir llamándome Jungkook, muchísimas gracias.
—Ajá. Ya veremos. —Es demasiado bueno para no usarlo, mientras sea entretenido. Y tengo la sensación de que va a ser entretenido durante bastante tiempo, porque es extraño, al menos para mí.
Pasan solo unos minutos antes de que pase la tarjeta de crédito de Jungkook, aplique el pago a su cuenta, y selle su recibo pagado en su totalidad. Rozo mis dedos contra los suyos intencionalmente cuando le doy la copia. Me estremezco por las chispas de electricidad que pasan a través de nosotros. Puede que ya no seamos artistas pornográficos, pero eso no significa que ya no tengamos la química.
Jungkook dobla su recibo y lo mete en el bolsillo con su cartera.
—¿A qué hora sales de aquí?
—Cuatro y media. —Miro el reloj en la pared. Dentro de una hora.
Jungkook/Jeongguk asiente.
Pasa un segundo, y puedo decir que está tan inseguro de lo que sucederá después como yo. Tan reacio a irse como yo estoy de dejarlo ir. Después de un minuto, hace la pregunta.
—¿Cena más tarde?
—Ambos sabemos lo que realmente estás preguntando. Y la respuesta es sí.
Se aleja del mostrador, con los ojos fijos en mí.
—Espero que tengas hambre. Porque tengo bastante apetito.
—Lo recuerdo. En realidad, pienso mucho en eso.
Gime.
—Me estás matando, Cass. —Se detiene en la puerta para acomodarse—. Te amo —dice.
Y sé que lo hace. Tal vez, tanto como yo lo amo. Pero ahora no soy Cass. No soy Layla, y él no es Majnun. No somos amantes de estrellas diferentes que se desean el uno al otro a través del cielo. Soy Nari, y él es Jungkook y lo que tenemos es real y sólido.
Le lanzo un beso, y aunque me gustaría que no se fuera, estoy segura que tendremos mucho tiempo para compensar el tiempo que pasamos separados. Cuando se va, Seokjin aparece casi al instante.
—¿Quién en la tierra era esa fina pieza de virilidad?
—Mi novio —respondo, como si no fuera gran cosa que estoy saliendo con el tipo más increíble del mundo—. Su nombre es Jeongguk. —De alguna manera me las arreglo para no reírme esta vez.
—Mira que chica más afortunada. —Jin suelta un suspiro soñador. Luego se inclina y susurra—. Espero que no te importe que te diga esto, pero Jeongguk se ve exactamente igual a esta, no me juzgues por saber esto, estrella porno. Jeon Jungkook. Es excesivamente sexy. Totalmente para morirse.
Reprimo mi sonrisa.
—Oh, ¿en serio?
—¿Te imaginas cómo sería? ¿Salir con un tipo que hace porno para ganarse la vida? —Jin prácticamente se desmaya ante la idea—. ¡Las cosas que un hombre así podría hacer!
Me encojo de hombros con desdén.
—Un montón, estoy segura.
No le digo que estoy más que segura de lo que puede hacer un hombre así. O que no tengo que imaginar cómo sería. No le digo que un novio estrella porno solo está excitado durante unos cinco minutos. No le digo que Jeon Jungkook es mucho más que un símbolo sexual o un estado o una “fina pieza de virilidad”.Dejo que Seokjin conserve su fantasía. Él y el resto del mundo pueden tener a Jeon Jungkook. Yo consigo tener lo real.
Fin
Si familia hermosa, no es un error, ahí dice fin, por lo tanto esta aventura acaba de acabar, aunque todavía tengo un epílogo preparado, pero lo dejaré reposar hasta mañana o pasado tal vez.
Espero que les haya gustado esta experiencias, la historia la tuve de principio a fin desde que la subí, ¿Recuerdan que la sinopsis (creo) decía, "todos los créditos a quien pertenezca"? Si, preciosa gente, la historia no es mía, le di mi toque, cambié muchas cosas e incluso incluí diálogos, pero esta historia es de una escritora increíble, que me dejó encantada desde el momento en que leí Pornstar (que es el nombre original) y dije, "tengo que compartir este arte", tenía el miedo a que me la bloquearan, pero hemos llegado hasta acá sin ningún problema, asi que dudo que ya pase. Y por eso pudimos llegar hasta aquí sin problema alguno.
Sin más que decirle, dejenme en los comentarios su humilde opinión acerca de este capítulo final, los voy a estar leyendo.
Lxs sarangheo❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top