4.0

Jeon Jungkook

Mis dedos se aprietan alrededor de mi vaso, y mi estómago comienza a retorcerse como un gimnasta en las barras asimétricas, swoop, swoop, voletereta, giro...

—Respira —instruye Teo—. Todos tienen que toparse con su ex novia por primera vez desde su ruptura. Solo lo estás quitando fuera del camino ahora.

Pero no es a Lana a quien veo riéndose junto a la piscina. No es Lana con el vaso de escocés, el largo cabello color caramelo y la sonrisa que podría iluminar a todo el maldito Valle si quisiera.

Es Min Nari.

El balcón está iluminado contra la noche, y la piscina envía destellos azules y blancos danzando a través de su rostro. Lleva alguna clase de top dorado atado detrás de la nuca que cae bajo, exponiendo la piel bronceada en su esternón y tentándome con la curvatura oculta de sus tetas, dejando prácticamente su espalda al descubierto.

Con sus pantalones cortos negros y sus sandalias estilo gladiador hasta el tobillo, no solo se ve follable, se ve hermosa, y deseo tener una cámara en este preciso instante. Quiero filmarla aquí, riéndose y dorada con los brillos de la ciudad detrás de ella, luego quiero llevarla a la playa y ver cómo se ve contra un fondo de océano negro. Quizás podríamos manejar al norte, encontrar un estrecho vacío en la carretera, y podría grabarla mientras camina por el asfalto oscuro. Con ese top brillando dorado y esos tacones de fóllame, el contraste de ella en una carretera desértica sería tan marcado, tan hermoso y sobre todo provocador. El tipo de cosas que ves como un gif en Tumblr.

Y entonces se gira y me ve a través del ventanal. Hay un momento en que sus ojos se estrechan, como si intentara discernir mi rostro en el interior de la sala de Alexa, y luego su rostro florece con el tipo de sonrisa que hace que quiera darle todo lo que tengo en mi billetera. Si mi estómago estaba retorcido antes, ahora es un tornado, agitando mi embrollo emocional, la lujuria y todas las fantasías que he tenido desde siempre con esta mujer, y apenas recuerdo a tiempo que se supone que soy el Jungkook Parlanchín y Zen y le doy una sonrisa coqueta en respuesta.

Cuando se gira hacia sus amigos, me doy cuenta que mi filmación en la carretera estaría completamente mal. Nari es la viva antítesis del asfalto. Nari es energía, salud y vibración. Es la luz del sol, una flor de pétalos amarillos y el dulce olor terroso de canela y tréboles. Antes tenía razón, con la idea del océano, o quizás el desierto en la oscuridad, cuando las flores nocturnas están floreciendo…

—¿Pesando en quién te vas a follar?

Una voz aguda me saca de mi ensimismamiento de director, y parpadeo para encontrar que Teo ya no está y Alexa Rovers está de pie junto a mí, con una bebida rosa y brillante en su mano. Arquea una ceja hacia mí a medida que sacude su cabeza hacia las ventanas gigantescas, indicando el balcón de afuera.

—Te vi haciéndole ojos a Nari.

Parlanchín y Zen, me recordé. Alexa no necesita saber que estoy comparando a Nari mentalmente con las flores nocturnas del desierto. Actúa casual.

—Nari es jodidamente caliente —digo, cuidando mantener mi voz casual—. Hay muchas chicas calientes por aquí. —Y luego por si acaso, tomo un trago y miro alrededor de la habitación casualmente. El Jungkook Casual, ese soy yo.

Alexa toma de su propia bebida, pero esa ceja se mantiene arqueada y sé que no la estoy engañando ni un poco.

—Gran fiesta —ofrezco, intentando desviar la atención lejos de mí y mis miradas desvergonzadas hacia Nari. Lo último que necesito después de mi absurdo rompimiento público con Lana son rumores de una aventura nueva—. Por cierto, felicitaciones por adquirir Lelie.

Alexa asiente.

—Lelie es un estudio asombroso. Gran visión, gran filosofía. Mucho potencial para ganancias. Razón por la cual deberíamos hablar.

La escucho, pero por un momento, me enfoco en la forma en que sus uñas están pintadas del mismo tono exacto que su bebida. Uñas rosas, bebida rosa, labios rosas; el tipo de cosa que orquestaría un director deliberadamente. Hago una nota mental para jugar con este tipo de juego visual alguna vez en mis escenas. Seguramente, a las chicas no les importaría que escoja por ellas el color de su lápiz labial, ¿verdad? ¿Si era por arte?

—¿Jungkook?

Regreso abruptamente a ella.

—Lo siento, ¿qué?

Su ceja ahora prácticamente está tocando su cuero cabelludo.

—Dije que deberíamos hablar.

—Siempre estoy feliz de escuchar lo que una mujer inteligente tiene que decir. —Y luego encuentro la parte baja de su espalda con mi palma, inclinándome para susurrarle—: ¿Quieres encontrar un lugar menos ruidoso?

A pesar de nuestra diferencia de edad, y a pesar del hecho de que ella solo quiere hablar de negocios, mi proximidad la afecta. Se estremece y luego ríe, empujándome lejos juguetonamente.

—Sabes cómo hacer que una mujer se sienta joven, Jungkook. Por aquí.

—Sí, señora —digo en una voz burlona y sumisa, y pone los ojos en blanco, pero una sonrisa contenida tira de sus labios a medida que camina conmigo. Bebo lo que me queda de mi whisky, dejo el vaso en una mesa cercana, y la sigo.

Bajamos por una escalera abierta, toda de metal toscamente soldado y tablones de madera oscura, y luego llegamos al corazón de las operaciones de filmación de Alexa. Mientras avanzamos por un pasillo oscuro hacia su oficina, veo habitaciones llenas de cruces de San Andrés, habitaciones amuebladas como salones de clases de escuela secundaria, habitaciones llenas de nada más que paredes y camas blancas desnudas. Y no todas estas habitaciones están vacías; al pasar por la última a la derecha, veo que un pequeño grupo de personas han aprovechado para usar una de las camas. Hay mucha piel, bocas y bebidas derramándose, y sin pensar, agarro el pomo y cierro su puerta lentamente antes de entrar en la oficina de Alexa.

Cuando llegué a este negocio, habría estado allí con ellos, pero tal vez sea el trío que tuve esta mañana o el hecho de que realmente quiero escuchar lo que Alexa tiene que decir, pero no me interesa en absoluto todo ese escenario.

Ahora, si Nari estuviera ahí…

Me dejo caer en una silla del escritorio de Alexa, cruzando mis largas piernas a medida que ella se sienta. Me evalúa, y me remuevo un poco. Su mirada es demasiado perceptiva… demasiado amable. Hay comprensión en sus ojos azules descoloridos, y recuerdo que ha estado divorciada dos veces, que ha estado en este negocio durante veinticinco años. Recuerdo que el estudio de Alexa fue uno de los involucrados en la Gran Ruptura de Jungkook y Lana.

—Está bien que necesites tiempo —dice, mirando hacia la puerta que acabo de cerrar en el pasillo—. Todos hemos pasado por eso.

—Estoy bien —miento, tal vez un poco demasiado convincente, porque se encoge de hombros como si estuviera lista para seguir adelante, y entonces, una pequeña parte tonta en mí desea que siguiera preguntando sobre eso. He mantenido este dolor en secreto durante tanto tiempo, lo he sostenido dentro de mí, y de repente me pregunto si me dolería menos si simplemente hablara de ello. En su lugar, he atrapado el dolor en mi interior, un lobo hambriento que desde hace mucho tiempo devoró mi corazón y ahora está royendo mis costillas, gruñendo y aullando en el espacio vacío donde solía estar mi corazón.

Pero el momento se ha ido, y Alexa vuelve a los negocios una vez más.

—Sinfully Alexa ha resistido el último año tanto como se puede esperar —dice, refiriéndose a su compañía de producción—. Pero decaímos con las escenas de violación. No voy a mentir. Fue un gran golpe, y dejó un gran vacío en nuestro contenido.

Violación. A todos los golpeó con bastante fuerza aquí en la costa oeste, las acusaciones de que una de las estrellas más grandes del porno era un violador, y luego por supuesto, las alegaciones siguientes de que el porno había fomentado una cultura de violación. Los estudios habían rediseñado apresuradamente los acuerdos de los artistas intérpretes o ejecutantes, eliminando el contenido del acusado y emitiendo descargos de responsabilidades en todos sus sitios web. Incluso yo me vi afectado, al recibir toneladas de correos de odio de personas en todo el mundo, aunque apenas conocía al tipo que había sido acusado, e hice del consentimiento una gran parte de mi trabajo.

Apestaba. Todavía lo hace.

—Sinfully Alexa tenía más contenido con él que cualquier otro estudio —dice Alexa, y hay una nota de traición en su voz—. Y así, no solo tenemos un vacío de contenido, tenemos que hacer algo para recuperar nuestra imagen.

—Como comprar Lelie —termino por ella. Asiente, dando golpecitos con sus uñas falsas en el escritorio.

—Sí. Comprarlo es bueno para los negocios. Necesitamos más pornografía “feminista”, y la necesitamos ya. —Dice feminista con comillas en el aire, como si fuera un concepto ridículo e imaginario, y si Teo estuviera aquí, enloquecería con su progresismo. Ahogo una sonrisa al imaginarlo, y Alexa confunde mi expresión—. Entonces, ¿estás a bordo?

Eh, ¿qué?

—¿Perdón? —pregunto cortésmente.

—Jungkook, tú eres el favorito para ocupar...sus… zapatos en Sinfully Alexa. —Noto que no dice el nombre del otro tipo, como si se tratara de Voldemort o Rumpelstiltskin o algo así—. Eres muy atractivo, increíblemente popular, y tienes toda esa vibra pro-mujer.

—¿Quieres que filme una escena para Lelie?

Se inclina hacia delante.

—Más que una escena. Te quiero a ti. Podemos asociarnos con Jeon'sFilms, por supuesto, encontrar un acuerdo mutuamente rentable, pero lo quiero a largo plazo. Y quiero que sea algo grande, algo que nadie más esté haciendo ahora, algo que involucre a muchos de los espectadores suscriptores que perdimos el año pasado.

Me gusta la idea de grande, nuevo y diferente, me gusta la involucración, pero no sé si a largo plazo. La última cosa a largo plazo que hice terminó conmigo llorando desnudo en la ducha mientras mi exnovia se follaba a un italiano a medio mundo de distancia.

Por otro lado, ¿no me prometí esta mañana que no dejaría que Lana dictara más en mi vida? ¿Que es hora de que Jeon Jungkook comience a patear traseros y escoger nombres?

—¿Qué tenías en mente? —pregunto.

Alexa suspira, girando la silla para mirar por la ventana de la oficina. Afuera, el cielo brilla de color púrpura por encima de la ciudad, y las luces se extienden por kilómetros y kilómetros. De repente me siento solo otra vez, aunque no puedo precisar exactamente por qué, ya sea la ciudad tan grande, llena de gente y absorta en sí misma, o la vista de Alexa Rovers, Su Majestad Real del Porno, pareciendo tan sola.

¿Así estaré en quince años? ¿Solo? ¿Con mi negocio como única compañía?

—No estoy segura —admite, y puedo notar que le duele admitirlo—. La pornografía está cambiando. Y estoy acostumbrada a adaptarme a cómo la gente la ve, cómo pagan y cómo roban, pero adaptarme a estas cosas más grandes…

Deja la frase inconclusa, con los ojos clavados en el paisaje de la ciudad.

—Necesitamos algo nuevo —dice finalmente, y se vuelve hacia mí—. Algo fresco. No sé qué será, y por eso te necesito. Eres joven, sexy y más importante aún, tanto hombres como mujeres conectan con tus escenas. No se limitan a solo masturbarse y follar, miran la escena entera, y luego regresan y miran de nuevo. Tienen favoritos. Tus índices de suscripción están por las nubes y los medios te aman. Jungkook, Lelie te necesita si esto se va a convertir en algo más que en una casa de video porno. Te necesito.

Lo pienso por un minuto. Lelie tiene visión. Asociarme con ellos me llevaría más cerca de mi meta de crear películas únicas y artísticamente impulsadas. Y parece que Alexa está básicamente dándome carta blanca para hacer lo que quiera, siempre y cuando refuerce la reputación femenina de Sinfully Alexa y en última instancia haga dinero. No hay razón para decir que no, excepto…

—Alexa, me encantaría trabajar con Lelie.

Ella sonríe.

—Pero no tengo ni idea de qué hacer.

Agita una mano, esas uñas como rayos de luz rosa atraviesan el aire.

—No necesitas saberlo ahora. Solo prométeme que lo pensarás. Y cuando estés listo —alcanza su teléfono y toca la pantalla unas cuantas veces—, te comunicas con Hanah de Vries. Es la jefa de Lelie, y te dará lo que sea que necesites.

Mi teléfono se ilumina con el mensaje de Alexa.

—Gracias, Alexa.

—No veo la hora de empezar —dice—. Ahora sube y bébete todo mi licor.

☪︎

De la forma en que ciertas fiestas lo hacen, el estado de ánimo ha cambiado y solo la mitad de la gente aquí lo sabe.

Cuando llego arriba, la mitad ignorante todavía ríe, bebe y baila, pero la gente en el área común de la casa ha disminuido notablemente. Veo el grupo de personas en el vestíbulo de arriba (viendo la orgía que sin duda ocurre en uno de los muchos dormitorios de Alexa) atrapo el inconfundible olor a marihuana y sexo, y sé que es hora de ir a casa.

Y está bien, porque lo único que quiero hacer es pensar en la oferta de Alexa.

Estoy emocionado, estoy nervioso, ya estoy obsesionado con ello, así que no hay espacio para una orgía impersonal y llena de drogas en mi mente.

Pero entonces escucho su voz.

No la voz de Alexa. Ni la voz de Nari.

La de ella. Mi Voldemort personal.

¿Sabes cuando tienes un moretón y no puedes dejar de presionarlo? ¿O un corte en el labio que lames una y otra vez, aunque sabes que lo empeora? Es este impulso, esta fascinación enfermiza, como si quisieras sentir el dolor, quieres herirte a ti mismo, quieres ser el que recibe y el que causa el dolor todo al mismo tiempo. Y esa es la única explicación que puedo encontrar ahora mismo de por qué voy hacia el pasillo, atravesando la multitud y deteniéndome en  la puerta de uno de los dormitorios de Alexa.

No me sorprendo por lo que veo delante de mí. Lo he visto cientos, tal vez miles de veces, tanto en el set como fuera de él. Hay cinco personas en la cama y parejas dispersas alrededor de la habitación, todas en varias etapas follando. Pollas, coños, bocas. Piernas extendidas, sudor reluciente. Esta noche hay más tatuajes y piercings de lo normal, cabello azul o rojo brillante en vez de lujosos moños recogidos, aun así es igual.

Pero no los estoy mirando. Estoy mirando a la mujer pálida, de cabello oscuro en medio de la cama, que está montando a un hombre mientras otro la folla por el culo, sin preservativos a la vista. Su cabeza está echada hacia atrás, sus ojos están cerrados, está gimiendo y jadeando a medida que su estómago se tensa con su clímax inminente.

A Lana siempre le gustó la penetración doble.

No necesito ver esto. Si quisiera ver a mi ex novia ser follada por otro hombre, o dos, todo lo que tendría que hacer es abrir mi laptop. No tengo que presenciarlo así, en esta habitación oscura y llena de humo con Lana Del Rey zumbando en el fondo.

Pero parece que no puedo moverme. Mi pene traicionero se sacude cuando ella grita y se viene con fuerza, sus muslos lisos se tensan y sus uñas se entierran en los hombros del tipo que está montando. Dios, es una maravilla verla follar, todos esos músculos esbeltos y esa piel pálida. ¿Fue solo hace tres meses que mi polla estuvo dentro de su coño? ¿Solo hace tres meses que fui yo quien tiraba de su cabello, besaba su cuello, peleaba por las mantas en la noche? ¿Solo hace tres meses que me rompió el puto corazón?

Se recupera de su orgasmo con un gemido suave, mirando tímidamente sobre su hombro al tipo follándola por detrás, batiendo las pestañas y dándole una sonrisa que reconozco demasiado bien. Es su sonrisa de escena, su sonrisa de te haré sentir un hombre grande y fuerte, y definitivamente no es una expresión que muestre cuando tiene sexo real fuera de la pantalla.

Está actuando, me doy cuenta. Está actuando aunque no hay cámaras aquí, aunque la mayoría de las personas en la habitación están más ocupadas con las drogas o sus propios encuentros sexuales. Lo comprendo al momento en que esos ojos oscuros revolotean para encontrarse con los míos, y esa sonrisa curva se hace más grande.

Está actuando para mí.

Mierda.

Tropiezo hacia atrás, el peso de sus ojos oscuros es mucho más fuerte que cualquier otra cosa, que los dos chicos follándola, su desnudez o su sonrisa, son esos ojos. Llenos de… ¿qué? ¿Venganza? ¿Arrepentimiento? ¿Desprecio?

Y entonces lo reconozco.

Satisfacción. Ella quería que viera esto y ahora lo he hecho, y está complacida con eso por algún motivo retorcido.

Empujo a la gente para pasar ahora, derramando sus bebidas y separando sus besos, pero no me importa. Esos ojos penetran en mi carne, abriendo la herida que he mantenido unida durante los últimos tres meses, revelando el desorden vacío y destrozado que hay en mi interior, y no puedo soportarlo. Aparto mis ojos, pero la imagen de ella todavía arde en mis retinas, y atravieso la multitud, necesitando salir de aquí, necesitando irme, necesitando encontrar una bebida.

Necesito olvidar.


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