38.0

Min Nari

Me le quedo mirando, en silencio. Hay cosas que decir, un montón de cosas, pero no estoy segura por dónde empezar cuando ni siquiera estoy segura a quién le estoy hablando en este momento.

El Jungkook que me saludó hoy, que me folló con sus ropas puestas porque estaba tan ansioso por estar dentro de mí, que susurro “te amo” cuando me corrí, ese Jungkook, no es el Jungkook con quien tuve relaciones sexuales para la cámara en las dos últimas horas. No conozco a esta versión de Jungkook. Él es frío y cínico, y aunque todavía fue capaz de hacer que mi cuerpo respondiera a sus caprichos, no es el hombre del cual estoy enamorada.

¿Y esta mierda acerca de agregar más parejas a Star-Crossed?

Demonios, no.

Quiero decir, este show ha sido una de las cosas especiales que hemos compartido, algo que ha sido solo nuestro. ¿Y quiere incluir a otros?

No lo entiendo.

No estoy segura de querer entender.

Reúno mi ropa, mientras reúno mis pensamientos, reflexionando sobre todo lo que ha dicho, intentando averiguar cómo me siento y qué decir.

Mi falta de respuesta parece hacer sudar a Jungkook.

—Déjame retroceder. —Sigue todos mis movimientos cuando empiezo a vestirme—. Creo que entiendo por qué te fuiste del set ayer y sé cómo solucionarlo.

—¿Por ser un idiota frío y distante? —Mi tono está a punto de subir, pero consigo mantener el nivel de volumen.

Se ríe torpemente.

—No, no. Debería haberlo explicado antes. Estoy seguro que resultó de esa manera porque tú no llegaste de donde yo venía. Mira, me di cuenta que no he pensado en nosotros de la manera correcta. Estoy aprendiendo eso de ti. Eres tan buena en usar tu cabeza. Y yo siempre hago esto, siempre salta el corazón primero.

Bajo mi camiseta y luego me vuelvo para mirarlo.

—Aún no entiendo lo que quieres decir, Jungkook.

—Estoy diciendo que me equivoqué al tratar de hacerlo realidad. El show, quiero decir. Sé que es un buen arte, pero fue malo para nosotros.

Me detengo, una pierna en mi falda, la otra en el aire. Mi corazón tiembla en mis oídos, y hay un sabor amargo en mi boca.

—¿Te arrepientes de que nuestra relación sea real? —No puede querer decir eso, ¿verdad?

Porque si lo hace…

—No. Eso no es lo que quiero decir. Lamento haber dejado que las partes reales se trasladen a las partes del trabajo y ahora, por supuesto, las líneas están borrosas. No vi que esto sería un problema, pero ahora lo entiendo. Ahora mismo, piensas cuando estoy tocando a alguien que es lo mismo que cuando te estoy tocando a ti. Debido a la cámara. Pero es diferente, y la manera de demostrarte eso es quitar la cámara del nosotros real. Así podrás ver lo que es trabajo y lo que no.

Doy un paso dentro de mi falda y la subo hasta mi cintura, necesitando repentinamente estar más vestida.

—Entonces, en otras palabras, ¿todo lo que sucede con la cámara entre nosotros sería solo por trabajo?

—Exactamente. Serán como las escenas que tengo con cualquier otra mujer. Incluso deberíamos ser formales sobre lo que se debe y lo que no se debe hacer cada vez. Usaré un condón como la ley lo requiere. Al igual que todas las demás películas. Después, serás la única mujer con la que estaré cuando la cámara se apague.

No está diciendo nada tan terrible. En realidad no. Es lógico. Tiene sentido. Está pensando en el negocio de la manera que siempre lo he hecho.

Aun así.

Suena terrible. Se siente terrible, y, aunque no estoy muy segura de cómo refutarlo, sé que no estoy de acuerdo.

Ofrezco lo primero que viene a mis labios.

—Muchos de nuestros momentos más increíbles juntos han ocurrido en el set. Muchos momentos muy reales. Estoy bastante segura que me enamoré de ti frente a la cámara.

—Lo sé, lo sé. —Camina hacia mí y pone una mano en cada uno de mis brazos. Algo en el gesto me hace sentir la diferencia de edad… me hace sentir que él siente la diferencia. Como si pensara que tiene el mejor manejo de la situación porque es mayor.

Cuando habla a continuación, esto solo empeora.

—No estoy descontando nada de lo que pasó antes, nena. Estoy intentando arreglar las cosas para el futuro. Para que podamos seguir haciendo los trabajos que amamos. Y tiene sentido, ¿no? No somos los primeros compañeros de trabajo que se han enamorado. ¿Cómo lo hacen las otras personas? Estoy seguro que tienen que trazar líneas similares.

—Pero la mayoría de los trabajos de otras personas no requieren estar desnudos.

—Y es por eso que debemos hacer la diferencia entre lo que hacemos en nuestros trabajos, de lo que hacemos en casa. Tanto como sea posible. Tenemos que dejar las cosas claras. Mantener las cosas separadas.

Separadas.

Lo dice con tanta facilidad, tan naturalmente, que me siento como una idiota por no poder cumplir. O como si fuera ingenua. Es lo mismo que sentí cuando Lana me confrontó. ¿Soy realmente tan ignorante?

Tal vez ambos somos ignorantes. Ya que esta solución no es una solución con la que pueda estar de acuerdo. Tal vez esta relación no es una con la que pueda estar de acuerdo.

No saques conclusiones, Nari. Habla sobre esto.

—¿Es realmente lo que quieres, Jungkook?

Se encoge de hombros.

—Creo que es lo mejor. Para nosotros. Esto hará las cosas más fáciles. Nos permitirá seguir viéndonos.

Paso las dos manos sobre mi frente, como si pudiera resolver mis pensamientos si me frotara lo suficiente.

Jungkook baja las manos y se inclina hacia delante para mirarme fijamente a los ojos.

—¿Nari? Dime qué piensas, ¿quieres?

No puedo. Porque el aire de repente se siente pesado y las paredes parecen estar cerrándose sobre mí, y lo que pienso es que tengo que correr. Lo cual no es como yo, en absoluto.

—Aire —digo—. Solo… necesito un poco de aire fresco.

Antes de poder detenerme, atravieso las puertas hacia el patio trasero y me quedo parada en el borde de su piscina, tomando el aire de la noche con profundas respiraciones.

Estoy tan confundida con lo que ha pasado. Cuando vine hoy, me sentía recelosa, pero entonces lo vi. Vi la forma en que me miraba, y todo lo mal estaba bien otra vez. Él me había tomado con brusquedad, aun así, era en todos los sentidos, hacer el amor. Habíamos estado normales. Habíamos sido nosotros. Y cuando me sostuvo entre sus brazos y me habló sobre su poesía de amor, todas mis preocupaciones por nosotros desaparecieron.

Luego vino la escena. Y todo fue diferente, y una parte de mí quiere decirle que su idea es estúpida y ridícula y posiblemente no pueda funcionar, pero otra parte de mí se da cuenta que no tengo otra opción para darle en respuesta. Porque las cosas tampoco estaban funcionando.

Las lágrimas arden en las esquinas de mis ojos. Sé que Jungkook está intentando guiarme a través de esto. Tal vez sea incluso la Estrella del Norte que mi madre me sugirió que buscara. Quiero decir, espero que lo sea. Lo amo, y quiero estar con él. Así que tal vez solo necesito hacer lo que él sugiere. Pero ¿cómo puedo, cuando todo lo que me está sugiriendo me hace sentir peor que antes? Paso mis brazos alrededor de mi pecho y miro hacia el cielo. Hay niebla. Típico en esta parte de LA, y apenas vale la pena mirar hacia arriba. Excepto que cuando lo hago, una estrella cruza a través de la oscuridad. Es hermoso y ardiente y no muy diferente de cómo mi corazón se siente en este momento. Como si estuviera ardiendo, y aunque se quema hasta la nada, hay algo increíblemente exquisito en su caída final en la nada.

Al igual que un tonto caminando a un acantilado.

—¿Pediste un deseo? —pregunta Jungkook detrás de mí. Envuelve sus brazos alrededor de mí, su cuerpo caliente y tentador contra el mío. No por primera vez, soy consciente de cómo el mundo que nos rodea desaparece cuando estoy en su abrazo. Si pudiéramos vivir de esa manera siempre.

Vuelvo ligeramente la cabeza hacia él y luego miro hacia el cielo.

—Sabes, esa tradición empezó en la antigüedad griega. Ptolomeo solía decir que eso significaba que los dioses nos miraban y que cuando miraban a través de los sectores, la materia estrella se deslizaba y eso es lo que veíamos caer por el cielo. Y ya que nos estaban prestando atención, era presumiblemente un buen momento para pedir lo que nuestro corazón más desea.

Roza sus labios contra mi sien.

—Pensé que tenía lo que mi corazón más deseaba. Pero dos veces ya, te has alejado de mí, y no puedo evitar pensar que debería estar deseando esa estrella ahora mismo por ti.

Duele oírlo decir esa línea porque me doy cuenta lo mucho que me ama, y cuánto le va a doler cuando diga las cosas que estoy empezando a darme cuenta que necesito decir.

Así que lo detengo.

—Ni siquiera son estrellas. —Me deslizo fuera de su agarre casualmente, necesitando distancia de él para mantener mi mente enfocada—. Son partículas de roca ardiendo al entrar en la atmósfera terrestre. Algunas de ellas son tan pequeñas que, nos referimos a ellas como polvo. ¿No es gracioso cómo ponemos tanta fe y confianza en algo tan común y cotidiano?

—Pero, ¿es realmente tan cotidiano? El polvo quizás, pero verlo al momento en que arde… apuesto a que la mayoría de la gente no se para lo suficiente como para notarlo. Tal vez la magia está en nosotros tomando el tiempo para verlo. Y luego tomar el tiempo para expresar lo que realmente queremos.

Sus palabras golpean un acorde melancólico, y me vuelvo hacia él. ¿No es una especie de magia que logre ver a Jungkook como lo hago? De maneras comunes que queman brillantemente cuando están atrapados en el momento correcto. ¿No es eso lo que tengo de él que nadie más tiene?

Es casi suficiente para enviarme de vuelta a sus brazos, pero luego me mira con los ojos y susurra:

—Nari… —Y, como sé que está expresando lo que él realmente quiere, sé que tengo que expresar lo que yo realmente quiero.

—Ya no puedo hacer más películas pornográficas —digo.

Se tensa.

—¿Por qué? ¿Por Kim? ¿Por Mark?

—Son un poco parte de eso, sí. Pero sobre todo por… —Ti. Esa es la primera palabra en mi mente, pero pienso en mi corazón y esa estrella que cae y sé que la verdadera respuesta es—: Por mí. Es por mí.

—No entiendo. ¿No quieres hacer porno hetero? Tal vez podrías volver a las películas entre chicas.

Hay preocupación en su tono, pero debajo de eso siento optimismo. Está aliviado al saber que esto no es un problema con nosotros, y ahora probablemente está asumiendo que esta conversación se centrará en mi carrera.

Y lo hará. Solo que también, hay más.

—Podría hacer eso. Pero… bueno, en primer lugar, es un callejón sin salida si me quedo con el trabajo que estoy haciendo. No es para pagar mis cuentas y no es lo que quiero hacer a largo plazo. Permanecer en esto no hace nada para conseguirme el futuro que quiero para mí. —Me detengo a tragar antes de decirle la siguiente parte. La parte difícil—. Lo que pasa es que, tú dices que soy buena para dejar mi corazón fuera de las cosas, y también pensé que lo era. Pensé que era una persona que entendía cómo separar el trabajo de las emociones. Pero no. No puedo. No puedo evitar sentirme celosa cada vez que estás con otra persona. Cada vez que vas a trabajar. Estoy desgarrada y confundida, y ni siquiera puedo pensar bien, porque lo único que puedo ver son tus manos sobre Bambi…

—No debí hacer que te quedaras y miraras. Eso fue…

Continúo como si no me hubiera interrumpido, pensando en ese terrible tweet de ayer.

—Y tu boca en Lana.

—Nunca volveré a tener mi boca, ni mis manos en Lana. —Es insistente y está más que un poco a la defensiva—. Debí haberlo aclarado. Ella y yo terminamos, y eso significa que no… —Se detiene, una idea se le ocurre—. ¿Se trata del proyecto que anunció que estoy haciendo con ella? Porque se lo inventó. No voy…

—¿No lo harás? —Durante medio segundo estoy aliviada, pero entonces me doy cuenta que no es suficiente—. No te preocupes. No importa, ¿no lo ves? Si no es Lana, es alguien más. Porque eso es lo que haces. Te follas a otras personas para ganarte la vida, y no puedo lidiar con eso.

Él da medio paso hacia atrás, sus ojos negros llenos de dolor.

—Así que lo que realmente estás diciendo es que ya no puedes hacer porno por mí.

—No, Jungkook. Eso no es lo que estoy diciendo. Ya no puedo hacer porno porque quiero estar en una relación comprometida con alguien. Quiero estar enamorada y solo quiero una persona en mi cama. No quiero compartir. No quiero compartirte. Separar el trabajo y los negocios no va a solucionar eso. No puedo tener sexo con otras personas cuando estoy enamorada de ti. Tampoco puedo verte teniendo relaciones sexuales con otras personas.

—¿Quieres que yo…?

Lo interrumpo, ansiosa por asegurarme que entienda que no estoy pidiéndole lo que piensa que estoy haciendo.

—No. No quiero que renuncies. No quiero que seas nada más que quien eres porque es de esa persona de quien estoy enamorada. Quiero que seas feliz haciendo lo que haces… y lo que eres. Y por eso se trata de mí. Yo no estoy feliz contigo haciendo lo que haces.

Él sacude la cabeza como si rechazara lo que he dicho, una expresión de certeza clara asentándose en su fuerte rostro atractivo.

—Es porque hemos estado haciendo esto mal. Como dije. Tenemos que establecer las cosas de manera diferente entre nosotros, y puede funcionar. Sé que las relaciones pueden funcionar en esta industria.

—¿Sabes esto por tu relación con Lana? Porque, por lo que sé, no funcionó tan bien.

Inclina la cabeza hacia mí.

—Eso no es justo.

Muerdo el interior de mi labio y suspiro.

—Tienes razón. No es justo. Y esto no tiene nada que ver con Lana o con cualquier otra relación en esta industria. Tal vez ellos pudieron funcionar. Para alguien más puede ser. Pero no funciona para mí.

—En realidad no lo hemos intentado demasiado. —Hay una pizca de molestia en su expresión, pero entiendo que él esté peleando por mí de la mejor manera que sabe.

Yo también estoy luchando por mí.

—Lo he intentado. Lo he intentado lo suficiente como para saber que solo va a empeorar de aquí en adelante. Solo va a doler más, mientras más te amo. Y tal vez podría eventualmente averiguar cómo ser insensible y enterrar esas emociones, pero francamente, eso no es lo que quiero ser. No es quien quieres que sea.

—Por supuesto que no quiero que seas insensible. No lo serás. ¿Crees que no es difícil para mí también, cuando te imagino con Mark Hijo de Puta Madden? Es horrible. Me vuelve loco. No puedes imaginarte lo mucho que quiero arrancarle los ojos.

Una chispa de esperanza se enciende dentro de mí.

—¿En serio? —Si se siente de la misma manera, entonces tal vez hay un futuro para nosotros que no había imaginado antes.

Camina hacia mí, acunando mi mejilla en su mano.

—Sí, en serio. Solo necesito decirte eso más seguido. A eso me refería con establecer límites. —Frota su pulgar sobre mi labio inferior, enviando escalofríos por mi espina dorsal—. Y tal vez podemos plantear otras reglas como… —Mira hacia arriba mientras está pensando, luego hacia mí—. Tal vez podría haber ciertas palabras que nunca utilicemos con otras personas y tal vez siempre tendremos la aprobación final de las coestrellas del otro. Luego, podemos encontrar cosas que nunca hagamos con nadie más y nos aseguraremos que eso es lo que haremos juntos. Como, nunca dormir con nadie más, sino con el otro, me refiero a dormir de verdad. Y quiero ser la única persona que te lleve a ver películas de zombi.

Es tan dulce, adorable y seguro, y quiero tanto ser capaz de dejarlo ir y confiar en su convicción.

—Me encanta que puedas ver una relación desarrollándose así, Jungkook. —Es desgarrador decirlo, pero es sincero—. Me da esperanzas de que puedas encontrar a alguien que comparta esas cosas especiales contigo.

—Ya he encontrado a alguien. —Su voz es tensa, y por primera vez creo que realmente siente que yo podría estar terminando esto. Mueve su mano para aferrarse detrás de mi cuello—. Podemos ser así juntos.

Ya estoy sacudiendo la cabeza.

—Esa no soy yo, Jungkook. No puedo compartir al hombre del que estoy enamorada. Eso nunca va a cambiar.

—Oh, Cass. Eres tan joven. Tú…

Me aparto de su agarre, mi voz afilada cuando lo interrumpo.

—No digas eso. No me lo digas ahora mismo. No es justo. Sí, soy joven. Pero eso no significa que no sepa cómo me siento. No significa que no me conozca lo suficiente como para saber que esto no funciona para mí.

En la oscuridad, es difícil distinguir los detalles de las facciones de Jungkook, pero puedo darme cuenta de cuando finalmente lo entiende.

—Nari, ¿estás rompiendo conmigo?

No puedo decirlo. No quiero decirlo. No quiero decirlo de verdad, pero es la única respuesta. Ahora lo veo. Así que me cruzo de brazos y rompo con Jeon Jungkook con solo un gesto con la cabeza.

Se queda sin aliento como si lo hubiera golpeado. Es el sonido más desgarrador que he escuchado en mi vida, y tengo la sensación de que no importa cuánto tiempo viva, nunca lo olvidaré. Es el tipo de sonido que me hace querer ser una persona diferente a la que soy, me hace querer abandonar mi propia felicidad. Me hace querer dar un paso adelante y presionar mi boca contra la suya para poder llevarme con un beso, el sonido y el dolor.

Pero no me muevo más que para borrar una lágrima perdida en mi mejilla.

—Voy a volver a la universidad. Había planeado decirte eso hoy. No estoy segura de lo que voy a estudiar, y ni siquiera estoy segura a qué universidad voy a ir. He estado mirando algunas. UCLA es todavía una posibilidad, pero estoy empezando a pensar que necesito salir de California. UT Austin, tal vez. Me aceptaron allí cuando me presenté en el pasado.

—No tienes que romper conmigo para ir a la universidad, Nari. Te apoyaré en eso, si eso es lo que quieres. No tienes que quedarte en el negocio para que te ame. Y no tengo que vivir en Los Ángeles para hacer mi trabajo. Puedo ir a donde quieras ir.

Mis rodillas casi ceden.

—No digas eso, Jungkook.

—¿No diga qué? ¿Qué te amo? ¿Qué te apoyo?

Todo eso.

—Si me amaras de verdad, no dirías nada de eso. Me dejarías ir.

—No, lucharía por ti. Te amo, y estoy luchando por ti. Y si tú me amaras, me dejarías hacerlo.

—¿Has pensado que tal vez el problema es que te amo demasiado? —Con eso, he expuesto mi mayor temor: que la verdadera razón por la que no puedo manejar nuestros trabajos y que él pueda es porque yo lo amo más de lo que él me ama. Antes de que pueda responder, continúo—: Esto no tiene sentido, Jungkook. Estamos alargando esto, y ya es doloroso para los dos. Estoy muy agradecida por la oportunidad que me diste con Star-Crossed. Estoy tan inspirada por tu trabajo y tu pasión. Y estoy muy honrada de haber tenido la oportunidad de…

Mi voz se quiebra, y me aclaro la garganta. Pero entonces Jungkook está sobre mí, una mano detrás de mi cuello, otra enredada en mi cabello, y no importa si mi voz está funcionando porque ha capturado mi boca con la suya. Su beso es penetrante y agresivo. Con sus labios y lengua, él exige, y yo quiero ceder ante él, así que lo hago. Por el espacio de nuestro beso, lo hago.

Cuando se separa, ambos estamos jadeando.

—No quieres dejarme. No puedes besarme así y querer dejarme.

—No quiero dejarte. —Mi voz es poco más que un susurro—. Pero no puedo vivir en tu universo, Jungkook. Si hubiera alguna forma de hacerlo, te prometo que lo haría.

Apoya su frente contra la mía y cierra los ojos con fuerza.

—No hagas esto, Nari. ¿Qué puedo decir o hacer para que no hagas esto?

Me desgarra por dentro porque se siente como si me estuviera pidiendo que responda honestamente, y quiero hacerlo. Tanto. Quiero decirle que la solución ya lo está mirando a la cara. De la misma manera que me pidió que “haga porno” con él hace todas esas semanas atrás, quiero alegar: “No hagas porno conmigo”. No hagas porno. Solo quédate conmigo.

Pero sé mejor que nadie que si él no ve esa respuesta, es porque él no quiere. Y no es algo que alguna vez le pediré que haga. No soy tan egoísta como Casiopea para creer que daría a Jungkook una vida más hermosa que la que él tiene, sin importar cuánto desearía que fuera verdad.

—Tengo que irme —digo, empujándome fuera de sus brazos. No mires hacia atrás, me digo, mientras me dirijo a través de la puerta abierta de la zona de la piscina hasta mi auto.

—¿Nari?

A pesar de mi autodeterminación, me vuelvo. Porque no puedo no darme la vuelta cuando dice mi nombre.

—Deberías estudiar las estrellas.

Por un segundo creo que está siendo sarcástico. Como si se estuviera refiriendo a sí mismo, una estrella porno. Como si estuviera sugiriendo que estudié otra celebridad porno de la misma forma en que lo estudié a él.

Pero él mira hacia arriba, señalando al cielo con los ojos.

Oh. Estrellas.

—Sí. Tal vez sea eso lo que haga.

Esta vez cuando me vuelvo a ir, no miro hacia atrás. No me detengo. Salgo ciegamente del acantilado hacia la oscuridad como la tonta que soy, y espero, finalmente, aterrizar en terreno sólido.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top