36.0
Jeon Jungkook
Si estuviera filmando una película de mi propia vida, estaría disgustado con ella ahora mismo. En primer lugar, no estoy exhibiendo ningún crecimiento de carácter creíble en respuesta a mis obstáculos. Y, en segundo lugar, no hay coherencia o unidad de tema en este momento. Quiero decir, ¿qué es lo que estoy sintiendo? Estoy sintiendo demasiada mierda contradictoria para expresarlo en la película. No, si yo fuera un director, le diría a mi personaje que escogiera un hilo y se quedara con él. ¿Estoy tratando de no llorar o me estoy desmayando cuando pienso en Nari?
¿Estoy revisando mi teléfono constantemente o estoy intentando resistir arrojar mi teléfono a través de la habitación. Si fuera un director, me diría que los sentimientos son pasivos, y que elija acciones en su lugar y luego elegir esas acciones deliberadamente.
Una acción a la vez.
La idea es atractiva para mí, mientras me levanto al día siguiente y me ducho. No soy lo suficientemente ingenuo como para creer que en realidad podría elegir uno de esos sentimientos y descartar a todos los demás, pero la idea de limpiar todas estas emociones es tan profundamente atractiva. Y a medida que recuerdo los ojos de Nari cuando me vio prepararme para mi escena con Bambi, cuando recuerdo convencerla que la realidad no es la antítesis del porno, me doy cuenta de algo tan terrible y esclarecedor que de repente me dejo de lavar el cabello y dejo caer las manos, simplemente quedándome parado bajo el grifo y mirando fijamente a la pared, mientras absorbo lo equivocado que he estado.
Quería que todo estuviera junto, gloriosamente desordenado y unificado, porque sentía que nuestro amor y atracción palpable harían que Star-Crossed fuera un mejor proyecto. Pensé que mezclar nuestro romance personal y nuestro sexo en pantalla sería la respuesta, sin tener en cuenta la juventud de Nari o el hecho de que terminaría enamorándome de ella mucho más de lo que jamás podría haber adivinado. Quería todo junto, porque pensé que juntos era mejor, más real… híper real… pero todo lo que hice fue mezclarlo todo. Rebajó la conexión real que teníamos y le dio a la filmación una importancia más emocional de la que merecía.
Mierda. No es de extrañar que Nari y yo nos sintiéramos confundidos ayer.
La peor parte es que todo esto es culpa mía. Yo convencí a Nari para que siguiera este camino. Yo nos hice borrar todas las líneas. Soy responsable de todo nuestro dolor ahora mismo.
Si queremos continuar con esto, si queremos sobrevivir con nuestros corazones intactos y con nuestras carreras prósperas, entonces tenemos que eliminar los límites ahora. Tenemos que separar el porno de la vida real, tenemos que compartimentar. Y tengo que asumir la responsabilidad de lo que he hecho con nosotros.
Solo espero que no sea demasiado tarde para arreglarlo.
Así que cuando Nari abre mi puerta a la una, justo en punto, tengo todo un discurso preparado, prácticamente toda una clase para enseñar sobre Por Qué Soy Un Idiota y Cómo Voy A Arreglarlo. Pero entonces la veo, y todas las palabras se desvanecen de mi mente, porque se ve tan jodidamente hermosa en este momento, usando una falda corta acampanada y una camiseta sin mangas, su cabello largo en una trenza desordenada que cae sobre un hombro.
En el momento en que entra, la estoy clavando contra la pared y aplastando mi boca contra la suya, mis manos vagando por todas partes, agresivas y necesitadas. Ella me besa de vuelta con un hambre ansiosa, su boca minuciosa. Y luego sus piernas se envuelven alrededor de mi cintura, nos estamos frotando entre sí mientras nos besamos, y entonces ella jadea.
—Vamos a tu dormitorio. —Y no tiene que pedírmelo dos veces.
La llevo, sus piernas todavía envueltas alrededor de mi cintura, y apenas llegamos a mi dormitorio antes de que sus manos estén agarrando con torpeza mi cremallera y yo esté tironeando su camiseta sin mangas. La coloco en la cama, la doy la vuelta sobre su vientre y luego me coloco por encima, levantando su falda y tirando de su tanga a un lado tan rápido que oigo como la tela se desgarra. No me importa; otro segundo de trabajo y estoy penetrando su coño, empujando brutalmente hacia dentro.
No está completamente lista, pero está golpeando de vuelta contra mí, levantando su culo en un intento de meterme dentro de ella más rápido, y la fricción es jodidamente increíble. Estrecha, cruda y primitiva. Estoy gruñendo y empujando fuerte, la cremallera de mis jeans raspando contra la suave piel de su culo y muslos, su falda un lío rosado y retorcido de tela alrededor de su cintura. Y todo en lo que puedo pensar es:
Que ella me quiere…
Me ama…
Todavía me quiere.
—Haz que me corra —dice, retorciéndose como una mujer salvaje debajo de mí—. Dios, Jungkook, por favor. Haz que me corra.
—Lo que quieras —digo, dejando caer mis labios en su nuca—. Te voy a dar jodidamente lo que quieras.
Lo digo en serio. Meto mi mano debajo de sus caderas y encuentro su clítoris hinchado, y esta es otra posición en la que raramente filmo, porque estoy casi completamente encima de ella, todo el movimiento oculto por su culo y mis caderas bombeando. Pero, ¿a quién le importa cómo se vería? Se siente jodidamente asombroso tomarla así, se siente jodidamente maravilloso empalarla así, con las curvas redondeadas de su culo presionando hacia atrás contra mis caderas.
Todavía le estoy besando la parte de atrás de su cuello, extendido sobre ella y soportando la mayor parte de mi peso sobre mi antebrazo izquierdo y mis rodillas, y mi mano derecha está frotando el bulto palpitante entre sus piernas, y se corre abruptamente, catastróficamente, gimiendo en la almohada mientras se estremece y sacude en todo momento a través de su liberación.
Siento el agudo calor emanando de mi pelvis, y la estrella porno en mí quiere cambiar de posición y disminuir la velocidad, prolongar esto. Pero el novio en mí quiere correrse con ella, caer juntos, justo como dijo hace dos noches, y así dejo que el frenético torrente de desesperación y alivio me lleve por el borde. Las profundas corrientes de placer se despliegan en arcos irregulares como un relámpago, y entonces estoy corriéndome dentro de ella… aún empujando, golpeando duro y rápido.
Frenético.
Implacable.
Y finalmente viene: el dulce alivio. Todo el dolor y la preocupación que he rumiadodurante las últimas veinticuatro horas se desvanecen a medida que ralentizo mis empujes y mi respiración vuelve a la normalidad, y mientras ella comienza a hacer ese ronroneo debajo de mí, mi pecho se contrae con incandescente alegría.
—Te amo —murmuro.
—Te amo —susurra de vuelta, y quiero gritar con triunfo. ¡No he arruinado nada después de todo!
Con nuestra ropa todavía arrugada y retorcida alrededor de nosotros, nos ruedo hacia nuestros costados, mis brazos envolviendo firmemente su torso y mi polla todavía enterrada profundamente en su coño. Es posiblemente la menor cantidad de tiempo que me he tomado para tener sexo en años, es posiblemente el sexo más espontáneo que he tenido como adulto, pero no me importa. Porque era solo sobre nosotros, para nosotros, ni cámaras, ni ninguna otra mierda. La estrecho fuertemente y respiro el olor de su piel, pensando que tengo razón, finalmente lo he descubierto.
Esto es tan increíble ahora, tan perfecto, exactamente porque no hay cámaras. Y si llevamos estos límites a todo lo demás (si solo pensamos en Star-Crossed cuando estamos haciendo Star-Crossed, y Jungkook y Nari cuando solo somos Jungkook y Narii) entonces seremos capaces de sostener esta paz y satisfacción. De sostenernos, por el largo recorrido.
A Nari le va a encantar esto, pienso felizmente, presionando mis labios en su hombro mientras se acurruca contra mí. Ella y sus padres creen en esas cosas conscientes de Eckhart Tolle, y esto es básicamente consciente, ¿verdad? Follar conscientemente.
—¿Qué estás pensando? —pregunta Nari.
Respondo honestamente.
—Sobre escribir un libro llamado Follar Conscientemente para Diversión y Beneficios. Podría hacer seminarios y hablar en retiros corporativos y otras cosas. Hacer mucho dinero.
Ella se ríe.
—Ya ganas mucho dinero.
—Pfft. Trabajo duro por ese dinero. Necesito un plan para cuando mi resistencia acabe.
—Como si eso alguna vez llegara a suceder. —Se mueve contra mí, y mi polla está muy ansiosa por demostrar su punto, excepto que se supone que todavía tenemos que filmar una escena hoy, así que le digo mentalmente que espere—. Mira todos los libros aquí. —Observa—. Nunca me había fijado en ellos antes.
Estoy mucho más interesado en hacer círculos con mi lengua en su hombro, trazando la línea entre su camiseta y su piel con mis labios.
—No tengo ni cerca tantos como tú —digo entre besos—. Siempre fui más un tipo de películas. Pero creo que los buenos narradores deben apreciar todos los medios.
—Jeon Jungkook: nerd de ficción.
—Apenas. —Levanto la mirada, hacia el conjunto de estantes bajos contra la ventana—. La mayoría son colecciones de poesía.
Oigo la sonrisa en su voz.
—¿Poesía?
Me siento un poco a la defensiva, no porque crea que me está molestando, sino porque es tan difícil de explicar.
—Siempre fue mi parte favorita en la clase de inglés, cuando leíamos poesía. Y supe cuando hice la elección de hacer porno en lugar de ir a la UCLA como había planeado, que probablemente no habría mucha poesía en mi futuro. Así que empecé a hacer esto donde cada mes compraba un libro de poesía. No tenía que gustarme o incluso leerlo todo, pero tenía que intentarlo. Porque pienso que los poetas se acercan más a ver el mundo cómo lo veo a veces. Imágenes. Gustos y sonidos. No siempre perfectamente enlazados entre sí, sino desiguales e inexplicables.
—Eso es hermoso —comenta en voz baja.
—Eres hermosa. —Y estoy a punto de decirlo, todo lo que planeaba decir, y explicarle cómo vamos a mantener nuestra relación segura y solo para nosotros, pero entonces se da la vuelta. Mi polla se desliza fuera de ella y no puedo evitar el gemido triste que hago.
Sonríe y se muerde el labio.
—¿Qué tal si empezamos nuestra escena ahora? —Y todos mis otros pensamientos salen volando por la ventana.
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