35.0

Jeon Jungkook

—Jeon Jungkook, eres un dios.

Mi cabeza se levanta. He estado sentado en mi sofá mirando mis manos, mis pensamientos yendo a mil por hora, pero Bambi Roo acaba de entrar en la sala de estar, oliendo como toallitas de bebé y con su bolso colgando sobre su hombro, y me doy cuenta que he estado sentado así durante casi media hora.

Le doy una débil sonrisa.

—Difícilmente.

—No, de verdad. ¿Esa cosa que hiciste la tercera vez que me hiciste correrme, cuando me tenías inclinada sobre la mesa? Dios mío, nunca me he corrido tan duro, lo juro.

—¿Sí?

—Sí —dice Bambi, arrojando su largo cabello oscuro detrás de su hombro con una sonrisa—. Voy a decirle a mi agente que se asegure de reservar mil escenas más contigo.

Un par de meses atrás, este es el tipo de cosas que me habrían hecho sentir orgulloso, sentirme un poco presumido. Me gusta saber que mis chicas son felices cuando salen de mi set, me gusta tener una reputación como alguien con quien es increíble tener sexo. Pero ahora mismo, todo lo que siento es temor agitando mi estómago, una sensación enfermiza de preocupación y vergüenza… y si estoy siendo honesto, un poco de ira autojustificada.

—¿Vas a algún sitio? —pregunta Bambi, señalándome. Estoy completamente vestido, con los zapatos puestos y una gorra de béisbol colocada sobre mi cabello, y he estado así desde que nuestra escena terminó, dejando a Bambi para que se limpiara, mientras trataba frenéticamente de llamar y escribirle a Nari. No iba a contestar a su teléfono, y no había una jodida manera de que yo pudiera esperar hasta que me devolviera la llamada. Así que me vestí y he estado esperando ansiosamente que todos dejaran mi casa para poder ir al apartamento de Nari y averiguar qué diablos está pasando.

—Voy a casa de mi novia —digo, intentando dejar claro que realmente quiero irme ahora y también intentando no ser grosero.

Pero en serio, señorita. Sal de una maldita vez de mi casa para poder irme. Bambi luce a la vez decepcionada y emocionada de oír el chisme.

—¿Tienes novia? ¿Era la chica que estuvo aquí hoy?

—Sí. Su nombre es Nari.

—Es realmente caliente —dice Bambi con aprobación.

Algo se retuerce dentro de mí.

—Sí. Es mayormente perfecta.

—Bueno, no voy a tomar más de tu tiempo —dice Bambi, y reacomoda su bolso más arriba sobre su hombro, caminando hacia la puerta—. Oh, y vi el tweet de Lana mientras me vestía. Felicitaciones, amigo. La gente se entusiasmará con todo eso.

El nombre de Lana y la palabra felicitaciones no deberían compartir el mismo espacio, a menos que alguien me felicite por escapar de nuestra relación, y me siento inmediatamente cauteloso y al borde. Pero también tengo que salir de aquí y encontrar a Nari, así que decido dejar de lado este asunto de Lana por el momento y asegurarme de que Bambi se vaya.

—Fue genial trabajar contigo —digo, y creo que suena convincente porque me responde con una gran sonrisa.

—Te diría lo mismo, excepto que sabes lo genial que fue para mí. —Guiña un ojo, luego agita su mano y camina hacia la puerta, lanzándome un beso antes de cerrarla detrás de ella.

Y estoy sobre mis pies en un instante, arrastrando mis llaves del mostrador, corriendo hacia la puerta de mi garaje. Cuando subo a mi auto y salgo de mi camino de entrada, saco mi teléfono, pensando que tendría que indagar para encontrar este tweet de Lana que Bambi mencionó, pero no. Está justo allí en las notificaciones en mi pantalla de bloqueo.

Nuevo proyecto con @JeonJungkook01 PRÓXIMAMENTE. #siganensintonía #grandesnoticias

—¿Qué mierda? —murmuro, manejando con una mano, mis ojos moviéndose entre el camino vacío y mi teléfono. Me deslizo sobre el tweet, abriendo la aplicación, y luego veo no solo el tweet de Lana, sino el innumerable número de respuestas, la gente enloqueciendo con el anuncio de Lana.

@theRealLan ¿¿¿¿¿Significa esto que Jungkook y tú están juntos de nuevo?????

@theRealLan OMG no puedo esperar a verlos juntos otra vez, ustedes eran mi pareja favorita.

¡¡¡¡No puedo esperar para ver a @JeonJungkook01 y @theRealLanfollando de nuevo!!!! #mejorpareja #amorverdadero

Ya me siento enfermo, pero esto, en realidad, hace que se me revuelva el estómago, y por un minuto, tengo que contenerme para no vomitar por todo el volante del Shelby. ¿Qué mierda está haciendo Lana? Definitivamente no hay ningún proyecto y definitivamente no hay ninguna posibilidad en el infierno de que incluso fuera a considerar un proyecto con ella, así que ¿por qué el anuncio público?Y peor aún, no está haciendo nada para disipar los rumores de que estamos juntos de nuevo. En este punto, el mero pensamiento de salir con Lana otra vez es suficiente para hacerme ir todo Hulk destrozador con el edificio más cercano.

Estoy marcando el número de Lana sin darle ninguna consideración o precaución adicional, porque a la mierda la precaución. Estoy enfadado, y ella lo sabrá. Contesta el teléfono después de un par de veces, como si esperara que llamara.

—Jungkook. —Su voz es confiada, controlada—. Qué agradable saber ti.

—¿Qué demonios estás haciendo, Lana?

—Sabes que, que, si hablas mal, yo hablaré mal de igual forma.

—Gracias por la advertencia. Ahora explícate.

Lana deja escapar un largo suspiro.

—Solo estaba intentando medir el interés de un proyecto conjunto. Hablamos de hacer uno cuando me encontraba en tu casa, ¿recuerdas? ¿Me dije por qué no lanzarlo públicamente? ¿Ver cómo reaccionan nuestros fans?

Mi mandíbula está tan apretada que me duele la cabeza.

—Tú hablaste de hacer una escena juntos. Lo rechacé, si te acuerdas.

Casi puedo oír el hombro encogiéndose al otro lado de la llamada.

—Estabas molesto y no pensabas con claridad. Pensé que una vez vieras cuanta expectación conseguiría una escena conjunta, verías que es una buena idea después de todo. Y ahora que se anunció, no quieres decepcionar a todos tus fans, ¿verdad?

En un último momento, decido no tomar la autopista y girar sobre el Bulevar Venecia, conduciendo un poco más rápido y más agresivamente de lo necesario.

—No me vas a obligar a hacer esto. Mi respuesta no ha cambiado. Todavía es no.

—Has cambiado —acusa—. Solías colocar el negocio primero. ¿Ahora de repente eres demasiado bueno para esto?

—No intentes esa táctica. Ni siquiera tú crees que sea verdad.

—Entonces es esa chica, ¿no?

Hay algo crudo y expuesto bajo su valentía, y de repente mis náuseas son remplazadas por algo más pesado, algo cansado. ¿Eso es a lo que todo esto se reduce? ¿Celos por Nari?

—Tú eres la que me dejó, ¿recuerdas? ¿Por qué te importa con quien estoy?

Hay una pausa, y me pregunto qué está pensando, como lucirá su rostro. Es curioso pensar que ella era la persona más cercana en el mundo para mí, pero hay esta pared insuperable entre nosotros, una pared tan grande que no tengo ni idea de lo que está pensando y sintiendo en este momento. Y entonces recuerdo lo que dijo, que fue mi carrera la que la alejó de mí, y mi estómago se tensa con nudos de miedo. Presiono más fuerte el acelerador, desesperado por ver a Nari lo antes posible.

—Es demasiado joven para ti —dice Lana—. Deberías haberla visto en el set de Namjoon. Parecía aterrorizada.

—No es asunto tuyo —digo con firmeza—. Y yo tampoco lo soy. Ya he terminado con esto… con todo ello. Te dejaré tratar de explicar a todos que no hay proyecto.

—Piensa en lo que estás haciendo —me reta—. ¿Desperdiciando una oportunidad por qué? ¿Una chica?

—No. —Me detengo de decir todas las cosas enojadas que ruegan por ser dichas, todas ñ las amenazas que quiero hacer si alguna vez molesta a Nari otra vez. En su lugar, simplemente digo—: Se acabó todo entre nosotros, Lana. Emocional y profesionalmente. Y te agradecería que pudieras respetar eso.

Y luego cuelgo, porque estoy pasando por el aeropuerto y acercándome al apartamento de Naei, y también porque no creo que pueda controlar mi temperamento si hablo con Lana un segundo más. Giro hacia Grand Avenue, intentando procesar todo lo que sucedió, pero incapaz de concentrarme en otra cosa que no sea mi misión para encontrar a Nari.

Mi Nari. Me duele pensar en ella sintiéndose sola, insegura o asustada en el set de Kim, y desearía poder haber estado allí, a su lado. Es tan joven, muy joven, y tal vez no he sido lo suficientemente cuidadoso con eso.

Parecía tan segura esta mañana, tan confiada, sonriéndome en mi calabozo mientras examinaba todos los juguetes dispuestos alrededor de la habitación. Pero había algo inquieto en sus ojos, una pregunta que no pude encontrar las palabras adecuadas para responder.

La pregunta me perseguía. Se había instalado bajo mi piel y me pinchó cuando terminé de montar la escena, mientras Bambi se desnudaba y revisábamos su lista de no. Sentí los ojos ardientes de Nari sobre mí, mientras las cámaras se encendían, mientras deslizaba mis manos alrededor del rostro de Bambi y la besaba antes de empujarla sobre sus rodillas. Bambi es hermosa y latina, de un color más oscuro que Nari, así que fue fácil para mí imaginar a Nar de rodillas frente a mí, fácil recordar que hace solo un par de horas, me había enterrado dentro de su coño.

Pero aquí está la cosa jodida, la cosa que no sé cómo tratar. No tenía que imaginarme a Nari para ponerme duro, para disfrutar de la sensación de empujarme más allá de los labios de Bambi dentro de su boca húmeda. Mi mente girando entre Nari y Bambi a medida que Bambi me succiona, fantaseando sobre lo que Nari estaba pensando y sintiendo justo entonces. ¿Estaba tan excitada como yo cuando presencié la escena de Kendi y ella? ¿Se encontraba retorciéndose y mojándose en su silla, deseando que la atrajera hacía mí y aliviara el dolor construyéndose en su coño?

Me hizo ponerme tan duro pensar en que me observaba, pensar en arrastrarla a la mesa y hacerla besar a Bambi mientras me turnaba para follarlas a los dos. Me había preguntado si Nari se tocaba a sí misma viéndome, cruzando sus piernas para apretar contra su coño o frotándose sobre su vestido. No habría sido capaz de manejarlo, en la mejor forma posible.

Pero cuando levanté la vista hacia ella para atrapar su mirada, la silla se encontraba vacía.

Nari se había ido.

Entré en pánico. Me preocupé. Incluso me puse un poco enojado. Y aquí está la cosa aún más jodida, no dejé de follar a Bambi. De hecho, la follé más fuerte, más rápido, forcé más orgasmos fuera de ella de lo que normalmente habría hecho, porque sentí esa pregunta mordisqueando mis talones, persiguiéndome y agarrándome.

Me sentía sucio, no de una manera sexy, sino en la forma en que realmente sentía como si hubiera suciedad dentro de mi mente, el tipo de suciedad que se acumula en las puertas de la ducha y en los bordes de los estanques estancados. Me sentía avergonzado, y sin embargo me sentía enojado e injustamente acusado de algo, aunque ninguna acusación había sido arrojada hacia mí. ¿Y que si estaba follando a Bambi? ¡Era mi maldito trabajo!

Excepto que, ¿por qué me sentía extraño al respecto?

Excepto que, ¿por qué sentía que me faltaba algo, algo vital, cuando Nari no se encontraba allí?

Y como, con toda esta rareza, esta sensación de estar desamparado, ¿pude todavía seguir follándome a Bambi? No solo follándola, sino murmurando todas mis palabras sexuales habituales “Te sientes tan bien, y tu coño es tan apretado, y ¿no quieres hacer que mi polla se sienta bien?” Eran palabras sexuales que había murmurado en tantas y tan diferentes ocasiones a tantas mujeres diferentes, y deberían haberse sentido vacías y equivocadas, pero no lo hacían. Se sentía bien elogiar a Bambi, se sentía bien tenerla succionándome. Y al final, ¿cuándo envolví mi mano alrededor de mi polla y disparé mi semen en su cara levantada? Bueno, eso también se sintió jodidamente bien. ¿Cómo podía sentirme culpable y bien, todo en el mismo espacio? ¿Cómo puedo amar a alguien tanto como amo a Nari, y todavía ponerme duro por alguien más?

Dios, es todo tan jodidamente complicado. Esa inquieta vergüenza, esa sensación de vacío. Me hace sentir excitado y agitado, otra vez, solo de pensar en ello. Flexiono mis dedos sobre el volante antes de bajar una mano para ajustar el bulto creciente en mis jeans.

Necesito follar a Nari. Frente a la cámara, fuera de ella, no me importa, pero esa es la única manera de descargar este jodido desastre de emociones que he conjurado en el espacio de un par de breves horas. La necesito tanto, y necesitamos arreglar esto, lo que sea que es. Ambos tenemos que trabajar para vivir, así que obviamente tenemos que encontrar una manera de hacer que follar a otras personas sea compatible con nuestra relación.

Cuando giro hacia su calle, veo inmediatamente que su auto no está por los alrededores, lo que podría significar que no está en casa o que estacionó en el garaje.

Una punzada de frustración casi me paraliza; contaba con que ella se encontraría aquí, para poder empezar a arreglar esto de inmediato. Intento llamarla de nuevo, mientras estaciono en su camino de entrada; sin respuesta.

Me estaciono y llamo a la puerta; sin respuesta.

Camino alrededor de la casa y echo un vistazo por la ventana como un jodido acosador; nada.

No está aquí. Regreso a mi auto y llamo de nuevo, dejando un mensaje esta vez.

—Hola, Cass —digo después de que su dulce voz termine de entregar su respuesta de correo de voz y el teléfono emita un pitido para decirme que está grabando—. Soy Jungkook. Yo, um. Te fuiste y no estás contestando el teléfono, así que supongo que estoy preocupado, es todo. Te amo. Adiós.

Digo mi mensaje de forma escueta y agitada, como lo haría un adolescente llamando a su chica, y ni siquiera me importa en este punto. No me importa si piensa que soy patético. Solo necesito verla y hacer que este sentimiento se detenga.

Espero en su entrada durante otros treinta minutos, recogiendo mi teléfono para comprobar la pantalla cada pocos minutos, a pesar de que habría sonado si hubiera llamado o mandado un mensaje de texto. Pero no hay respuesta, y el calor de la tarde se filtra en el auto, recordándome que tengo trabajo que hacer en casa y una llamada telefónica con Hana a las cinco.

De repente, estoy lleno de una ira tan intensa que apenas puedo enfocarme, mi visión se está quedando estática en los bordes y mis manos están apretando fuertemente el volante. Es una furia tan desplazada, proyectada y enredada que no estoy seguro de por qué realmente estoy enojado o con quien estoy enojado. Estoy enojado con Nari por irse y conmigo mismo por no darme cuenta que ella estaría molesta viéndome a Bambi y a mí, y estoy enfadado porque no conteste su teléfono y estoy enfadado de que no haya absolutamente nada que pueda hacer sobre eso.

Sobre todo, estoy enojado porque tengo miedo.

La ira se desvanece tan rápidamente como llegó y aflojo mi agarre del volante, sintiéndome vacío e inútil. Con una respiración profunda, salgo de mala gana de su camino de entrada y continuo hacia la calle, mirando por mi espejo retrovisor mientras lentamente me alejo. Es como si estuviera dejando mi corazón en su camino de entrada, y todos los tendones y venas que lo unen dentro de mi pecho se están estirando y rompiendo mientras me alejo y lo dejo allí para sangrar y morir.

No hace falta decir que no es un viaje feliz a casa. Atravieso la puerta, sabiendo que necesito ir a mi oficina, sabiendo que necesito trabajar, pero en su lugar dejo mis llaves en el mostrador y deambulo hacia mi ventana. Fuera en el brillante calor, la piscina brilla con una luz tenue clara y distante, y pienso como si estuviera observando a Nari nadando allí, moviéndose sin esfuerzo, el contraste entre su piel de bronce y la azulada agua, hermosa, perfecta e impresionante.

¿Y si estaba en lo cierto anoche? ¿Y si ese primer sexo fuera de cámara era lo mejor que alguna vez será para nosotros? ¿Y si todo va cuesta abajo desde aquí? ¿Y si ese perfecto momento de conexión brillante no puede durar? Lo hemos definido ahora, como amor, y tal vez el amor no puede soportar muchas complicaciones, y tal vez nuestra relación recién nacida ya está en su agonía.

Me froto la cara con las manos y me alejo de la ventana. No puedo ahora… con nada de esto. Tengo muchos sentimientos entremezclados demasiado juntos, y ni siquiera puedo comenzar a ordenarlos sin mi Cass a mi lado.

Así que, en vez de eso, intento ponerme a trabajar por la tarde, escribiendo y filmando mi monólogo para la escena de Bambi y teniendo una llamada telefónica de noventa minutos con Hana sobre Star-Crossed. A ella le encantan las imágenes hasta ahora, y ya que Nari y yo nos estamos preparando para programar nuestro último episodio para la temporada, Hana y yo hablamos sobre cómo sería otra temporada. Se arrojan un montón de ideas grandiosas y eróticas y finalmente nos conformamos con una, y me debería sentir motivado por todo esto, pero no lo hago.

Siento que mi corazón todavía está palpitando tristes y sangrientos latidos en la entrada de Nari.

Siento que quiero volver a su casa y sentarme en sus escalones hasta que vuelva a casa.

Deambulo escaleras abajo, pasando por delante la barra fresca de mi cocina, y hago una parada para servirme un whisky, porque eso es lo que hago cuando estoy molesto, proceso mis sentimientos a través de mi hígado. Pero en realidad no lo bebo. Acabo de acunar el vaso entre mis manos y observar fijamente el cielo oscurecerse sobre mi piscina. Y entonces mi teléfono suena.

Prácticamente dejo caer el whisky contestando, mi sangre palpitando de emoción y temor al mismo tiempo cuando veo la hermosa cara de Nari en la pantalla. Respondo, tratando de evitar que mi voz tiemble con temor y alivio.

—Hola, nena —digo, apoyando el whisky—. Gracias por llamarme.

—Lamento que haya tardado tanto —dice. Su voz es medida, ilegible—. No me sentía bien esta mañana, así que tuve que irme. Fui a donde mis padres, y luego mi teléfono murió.

Tiene el tono practicado de una excusa ensayada, y mi estómago se hunde. Estoy bastante seguro que esto significa que está molesta por mi escena con Bambi de hoy, no que realmente esté enferma.

—Cass, quiero verte.

—Ahora no —dice—. Todavía no me siento bien.

—¿Tal vez más tarde esta noche? Si no te sientes bien, puedo ir a cuidarte.

—Voy a quedarme en casa de mis padres hasta mañana —dice, y hay una nota de disculpa en su voz—. Creo que realmente solo necesito dormir… sea lo que sea esto que haya cogido.

—Nari. —Trago fuertemente—. Por favor.

—Te veré mañana, Jungkook. ¿Recuerdas que planeamos rodar en la tarde? Estaré ahí a la una.

Ven ahora.

O déjame ir a ti.

Por favor, Cass, no hagas esto.

No digo estas cosas. No las digo porque sé que lo correcto por hacer es darle espacio.

No las digo porque un buen tipo le daría el beneficio de la duda y le creería cuando ella dice que no se siente bien y que necesita dormir.

Sobre todo, no las digo porque mi garganta está demasiado apretada para hablar. Me aclaro la garganta y logro decir:

—Está bien, cariño. Te amo. Te veré mañana.

—También te amo —repite, y en esas tres palabras, escucho dolor, y la confusión se profundiza—. Buenas noches, Jungkook.


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