14.0
Min Nari
Ordena primero y luego me hace gestos para que pida. Pido mi habitual café americano negro y le doy al barista mi nombre. Jungkook paga y entonces nos apartamos para esperar que nuestras bebidas sean preparadas.
Jungkook se mete las manos en los bolsillos y me dirige una mirada curiosa.
—¿Así que usas Nari todo el tiempo?
—Bueno, es mi nombre.
—¿De verdad? ¿Lo cambiaste legalmente o…?
—Así es como me nombraron mis padres. Son una especie de hippies. —Eso es un eufemismo, pero no quiero asustarlo en la primera cita. Por otro lado, quizás es mejor ser sincera—. De acuerdo, en realidad son hippies. No hay duda en eso. Creen en la profecía autocumplida: nombran las cosas como quieren que sean.
—¿Querían que fueras una estrella porno?
—Querían que fuera una diosa.
—De acuerdo, entonces sí. —Él espera que me ría antes de decir—. Pero Min no puede ser tu apellido.
Sacudo la cabeza.
—No lo es. Cuando era pequeña me gustaba un cantante con ese apellido. Pero mi nombre completo es Nari Arezu Cardona . —He pasado por períodos tanto de orgullo como de vergüenza por tener un nombre del que incluye la cultura coreana con, Medio Oriente y Español. Me encanta que sea único y exótico, pero los estereotipos que viene con ello, no tanto. Me han lanzado insultos raciales en más de una ocasión; desde jinete de camellos hasta mosquitos y bombardero nocturno. La seguridad del aeropuerto es siempre un dolor en el culo. Juro que estoy en una lista de vigilancia permanente, llevada aparte para búsquedas adicionales todas las malditas veces.
Pero cuando le doy mi nombre completo a Jungkook, lo digo con dignidad. Es imposible no sentir respeto por uno mismo con él. Incluso cuando sus ojos vagan a otras partes de mi cuerpo, él parece atentamente interesado en lo que tengo que decir.
—¿Qué significa Arezu? —Lo pronuncia muy bien para haberlo oído tan rápido, ah-REH-Zaw, y ante el sonido de él diciendo una parte de mi nombre que nadie suele intentar pronunciar por lo general me pone la piel de gallina. Desearía que lo dijera una y otra vez. Desearía que lo dijera en un ambiente más íntimo.
Desearía poder oírlo gruñir y gemir y hacerlo suyo.
—Significa “anhelado”.
—Muy apropiado —dice en voz baja, y no tiene ni idea de la lucha que mis padres tuvieron para tenerme, la serie de abortos espontáneos y rituales de fertilidad; tengo que asumir que está flirteando, y miro hacia otro lado, repentinamente caliente.
—¿Sabes qué significa Jeon Jungkook?
Me vuelvo hacia él.
—¿Qué?
—En términos coreanos, significa "los pilares de la nación".
—Muy apropiado —digo, porque es gracioso y porque es realmente interesante, además de que quiero que vea que he captado su sonrisa.
La sonrisa que me da me hace sentir dolor en lugares en los que no debería estar pensando en público.
Así que no pienso en ellos.
—¿Y Jungkook es tu nombre de nacimiento?
—No.
—¿Entonces cuál es?
Se estira más allá de mí para tomar las dos tazas de café de la barista.
—Es bastante parecido, pero nunca lo diré. —Me doy cuenta que habla en serio acerca de no decir nada al respecto cuando inmediatamente pasa a otro tema mientras me dirige a una zona de descanso en la esquina trasera de la tienda—. Hippies, ¿eh? Entonces, ¿están bien con tu tipo de trabajo?
Me siento en una silla de mimbre.
—Están más que bien con eso. Me apoyan en todo lo que hago “siempre y cuando esté feliz y satisfecha”. Lo cual es bueno. —Me doy cuenta de lo contrario que es mi tono, y me siento obligada a explicarme—. Simplemente, a veces pienso que sería mejor si fueran más padres normales y me dijeran qué hacer en su lugar.
La ceja de Jungkook se levanta a medida que se sienta frente a mí y coloca nuestras bebidas en la mesa entre nosotros.
—¿Qué hacer con qué?
—No lo sé. Cualquier cosa. Todo. Mi carrera. La universidad. Mi vida. —Al escucharme, me doy cuenta de lo joven que soy o lo mayor que es Jungkook, y de repente me siento incómoda e inmadura—. Tal vez no soy muy buena en la adultez.
—Oh, la adultez es terrible. Recomiendo solo hacerlo cuando sea absolutamente necesario. Así como, cuando estás sin ropa limpia o cuando estás intentando decidir si ponerte o no un condón. Más allá de eso, deja la adultez a los adultos.
Sonrío mientras inclino la cabeza para estudiarlo.
—Es extraño que alguien con esa filosofía opte por entrar en el negocio de las películas para adultos.
—Pero ese es un término equivocado. El porno es la línea de trabajo menos adulta que existe, a excepción de quizás, por ejemplo, ser payaso.
—Tanto respeto por tu trabajo —comento riendo—. ¿Siquiera te gusta lo que haces?
—¿Me estás tomando el pelo? Lo amo jodidamente. Con juego de palabras y todo.
Tomo un sorbo de mi café, disfrutando de lo fácil que es la conversación. He visto casi todos los videos de Jeon Jungkook, entrevistas y conversaciones sinceras, así como sus películas porno. Y mientras ya me di cuenta que era encantador, es muy diferente tener su encanto dirigido a mí. Se siente extrañamente íntimo, más íntimo que tener sus labios en mis partes privadas, y quiero explorar esta intimidad tanto como me permita.
—¿Qué es lo que amas de ello? Además de follar, quiero decir.
Su frente se arruga como si estuviera pensando, pero su respuesta llega con bastante rapidez.
—Las horas son buenas. El dinero es decente. Las fiestas posteriores son el mejor momento que hay, y hay de-poco-a-ningún-estigma por dormir con tus compañeras de trabajo.
Mi corazón da un giro debido al guiño que me da y cualquier respuesta que tenía se me escapa.
Afortunadamente, él todavía es capaz de conversar.
—¿Que pasa contigo? Solo te he visto en la pornografía lesbiana, a excepción de la película que hicimos juntos. —Evita el contacto visual, mientras menciona nuestra escena, y me pregunto si piensa que es amable o si es porque está pensando en Lana. No ha pasado mucho tiempo desde que rompieron, y tengo una fuerte sospecha de que ella es la culpable de su extraño comportamiento en la fiesta de Alexa.
No quiero a Lana en sus pensamientos, así que decido esquivar la referencia a esa escena, y en el momento en que lo hago me doy cuenta que dijo que había visto mi trabajo. Lo que no debería ser una sorpresa, dado que mucha gente ha visto mi trabajo, y él está muy en sintonía con lo que está pasando en la industria.
Pero, oh Dios mío. Ha visto mi trabajo. ¿Cómo es que esa posibilidad nunca ha pasado por mi mente, y por qué encuentro eso tan jodidamente caliente?
Sonríe, sabiendo que me ha hecho perder el equilibrio.
—Entonces, mencionaste tal vez hacer algo más corriente. ¿Te has decidido? ¿Vas a ampliar horizontes? —pregunta, una diabólica chispa en sus ojos. Otra vez, juego de palabras.
—Tal vez. Si tuviera la oferta correcta. —Insinuación intencionada.
Se inclina y apoya sus codos sobre la mesa entre nosotros.
—¿Cómo luciría la oferta correcta? Tengo curiosidad.
Luciría como tú. Estamos flirteando, y si fuera realmente valiente, eso es lo que diría. O, si quisiera un toque más recatado, podría decir: Haz tu oferta y te diré si estás cerca. No es un caso de no tener réplicas rápidas, porque las tengo.
Pero incluso con la charla provocadora, no tengo una idea de lo que está pasando entre nosotros, o lo que pretende que suceda, ni por qué me ha invitado a salir, y la incertidumbre me lleva a ser cautelosa.
—Todavía no he decidido si estoy buscando oportunidad de un P o de una V.
Tenías razón acerca de una cosa, incluso aparte del anal, me gustaría sentirme segura. Eso es importante para mí. No tengo ningún problema en quitarme la ropa y follar a un extraño, pero tengo que poder opinar sobre todo lo que ocurre con mi cuerpo tanto dentro como fuera del set.
—Por supuesto.
Relajo músculos que no sabía que estaban tensos cuando Jungkook no se pone automáticamente a la defensiva con mi insinuación sobre que hay sets en el negocio que no son seguros, especialmente para las mujeres. Demasiadas veces el consentimiento se borra cuando la cámara se apaga y un hombre excitado no se comporta nada diferente que cuando la luz de grabación estaba encendida. No es un lado bonito de la industria, pero tampoco es nada nuevo, y, de hecho, hay muchos profesionales dando pasos para cambiarlo.
—Aparte de eso… —considero—. Supongo que me gustaría sentir que estoy haciendo algo importante o innovador. El trabajo de chica con chica que hago es importante porque los productores con los que he elegido rodar son muy pro-feministas y étnicamente diversos. Son audaces. Son progresistas.
Asiente.
—Eso no siempre es tan fácil de encontrar en el ambiente heterosexual.
—No, definitivamente no. —Me encojo interiormente cuando me doy cuenta que aventurarme en la política en una primera cita no es el más sexy de los movimientos. No voy a tener indulgencia o minimizar mis convicciones para impresionar a un tipo, pero tengo que ser sensible al hecho de que estoy hablando de su mundo—. Quiero decir, está mejorando. Creo. Espero.
—Creo que lo hace. Todavía hay trabajo por hacer —dice, y me siento aliviada de que parezca sincero—. Siempre hay trabajo por hacer, pero me gustaría decir que he visto un cambio, incluso en la década que llevo trabajando en la industria. Me gustaría decir que he sido parte del cambio, y quiero ayudar a avanzar aún más. No solo en términos de diversidad y seguridad, sino también en términos de calidad artística.
Calidad artística no es una palabra de moda que haya escuchado en muchos de los productores con los que he trabajado, y me sorprende que, aunque cuando las películas de Jungkook siempre son tendencia, también tienen un nivel más profundo en ellas y un montón de atractivo visual.
—¿Eres una de esas personas que echan de menos los largometrajes de la vieja escuela?
—Sí. Y no. Es frustrante que cualquier persona con una computadora de mano pueda hacer un porno ahora. Hay tantas escenas de sexo casero de mierda, ¿cómo puede una persona normal encontrar algo con calidad? Pero el gozo no es completamente terrible —dice, refiriéndose al estilo de rodaje que pone al cinematógrafo en la producción—. Hay tantas cosas buenas al respecto. Los ángulos de la cámara, la intimidad, la espontaneidad, todas son cualidades que han avanzado la industria y la han hecho más accesible al suscriptor de Internet promedio. Entonces ¿qué es lo que le falta al porno de hoy en día que debería ser traído de vuelta? No los costos de producción. O la mala actuación. ¿Historias? John Stagliano insiste en que sus películas, a pesar de que son estilo gonzo, tienen una historia. Y lo hacen, pero son como las películas del pasado. Los argumentos son débiles e increíbles, y sí, sé que se supone que son fantasías, pero dime, ¿conoces a alguien cuya fantasía sea Ella lo hace con Él?
Hace una pausa lo suficientemente larga para que sacuda mi cabeza.
—Exactamente. Así que tenemos que mantener las técnicas de cámara, la íntima calidad de filmación y el presupuesto ajustado, y luego obtener mejores actores y argumentos.
Estoy anonadada mientras habla sobre esta cosa de la que es obviamente tan apasionado, y mientras estoy pendiente de cada palabra, también estoy en algún lugar fuera de mí, observando a este hombre que es tan ñoño y sexy y nada en absoluto como la “típica” estrella porno. Ni siquiera tiene la apariencia tradicional de protagonista de película. Está tonificado, pero es delgado, nada corpulento como Rocco Siffredi o Bruce Venture, o híper masculino como Manuel Ferrara. Jungkook tiene un porte limpio y solo tiene tatuajes en su brazo derechos desde el hombros hasta la punta de su dedo medio y tiene un encantador rostro juvenil (y guapo), y tal vez es por eso que es una fuerza de esta magnitud en este momento, porque es fresco, diferente y real.
Bueno, eso, y también, es un dador.
Caigo en la cuenta que de todo lo que atrae de Jungkook, ésta es su parte más sexy, esta parte de él que estoy viendo ahora. Esta parte de él que se preocupa por su trabajo más allá del sexo. Esta parte de él que no es solo física, sino también emocional y de corazón.
—Entonces, ¿preferirías que más del trabajo que haces sea bajo un guion? —pregunto. Las películas que produce Jungkook ya trabajan sobre la línea entre lo improvisado y lo trazado. Aunque las escenas en sí mismas, parecen ser orgánicas, siempre comienzan con un monólogo que él mismo escribe. Es otro aspecto original de su trabajo.
—Contratar a un buen guionista cuesta mucho, así que no es el camino a seguir. Pero la realidad televisiva ha demostrado que las historias pueden ser interesantes cuando no están escritas.
—Pero esas situaciones no son realmente “reales.” —Me pregunto si ésta es una conversación extraña para una primera cita. Nunca he salido con otra persona del negocio, así que mi experiencia es limitada—. Todos esos reality shows están escenificados. Incentivados.
Se inclina hacia delante, ansioso.
—¡Correcto! Los productores unen a los personajes con la química que requieren, porque saben que, basados simplemente en la psicología y en la conducta humana, los “actores” reaccionarán entre ellos de una manera que es entretenida de observar.
Se reclina hacia atrás en su silla de nuevo.
—Quiero decir, mira a The Bachelor y The Bachelorette. La gente enloquece mirando los hombres y las mujeres “enamorarse entre ellos” en tiempo real. —Usa comillas al aire cuando dice enamorarse entre ellos sugiriendo que cree, como yo, que muy poco de lo que sucede en los reality shows es genuino—. Imagínate si pudiéramos capturar esa esencia.
Entrecierro mis ojos, mientras sigo su línea de pensamiento.
—Entonces, ¿estás sugiriendo que la pornografía haga como The Bachelor?
—No un juego. Pero sí. Una cámara siguiendo a un hombre y a una mujer en una serie de citas. La actividad sexual sería animada a progresar a un ritmo natural y sería completamente a puerta abierta. Explícita. Caliente. Pero todo ocurre orgánicamente, y si los sentimientos se desarrollan entre ellos, incluso mejor.
—En realidad, esa es una idea brillante. —Nunca he pasado mucho tiempo pensando en dónde podría o debería ir el porno, pero escuchar a Jungkook hablar de ello es realmente inspirador—. Es de vanguardia y, sin embargo, en la misma línea hacia donde se dirigen las tendencias.
—Eso es lo que pienso. —Encuentra mis ojos, y tengo que concentrarme para no retorcerme en mi silla. Su mirada es tan caliente, intensa y exigente. Es como si quisiera algo de mí, y si yo supiera lo que es, tengo la sensación de que se lo entregaría, sin vacilar.
—Entonces, ¿qué dices? —pregunta después de un momento.
—¿Qué digo sobre…? Espera. —Todo empieza a hacer clic en su lugar—. ¿Realmente me estás proponiendo este proyecto?
—Sí.
—¿A mí?
—Sí. Lo hago.
Entonces esto no es una cita.
Y la conversación no era sincera y real; era el preámbulo de esta propuesta.
Estoy atónita. Y sin habla. Principalmente porque estoy decepcionada.
Pero entonces dice:
—Te estoy preguntando si te gustaría ser parte de una revolución que asalte la industria. —Y no puedo estar tan decepcionada como lo estaba, porque, aunque esto no sea una cita, es una oportunidad. Una oportunidad para entrar en el mundo heterosexual. Para ganar más dinero. Para trabajar más con Jungkook. Tener más sexo con Jungkook.
Asaltar a la industria. ¿Es el destino que usara las mismas palabras que utilizó Kim Namjoon?
Estoy halagada y nerviosa. Todo esto es surrealista, y no sé qué decir.
—¿Nari? ¿Qué estás pensando?
Antes que pueda responder, tengo que saberlo.
—¿Por qué no le preguntaste a alguien con más experiencia? Ni siquiera he hecho ningún porno heterosexual desde la escena que hicimos. ¿Por qué yo?
Espero que sea por mi inexperiencia. Un proyecto como este es mejor con una novata que podría ser preparada a lo largo del camino. Mi origen étnico también ayuda. Si está tratando de ser innovador, un elenco étnicamente diverso es el camino a seguir. Y si Kim Namjoon tiene razón, mi carrera está lista para “despegar”.Naturalmente otros directores se darían cuenta.
Pero no da ninguna de esas respuestas como sus razones. En lugar de eso sus rasgos se vuelven sombríos y sus ojos serios, y dice:
—Quiero que se sienta auténtico.
—¿Qué? —Estoy tan sorprendida que la palabra cae, entrecortada y sorprendida.
—Quiero que sea real —dice con timidez—. Tan real como sea posible. Así que…
No sé qué decir. No quiero decir nada y arruinar este momento increíble, impresionante, extraño y surrealista. Quiero decir, me interesa. ¿Cómo puedo no estarlo? Pero todavía estoy tan asombrada que no puedo responder de inmediato.
Entonces sonríe con esa encantadora sonrisa torcida suya, la que hace temblar mis rodillas, incluso cuando estoy sentada.
—Vamos, Min Nari —dice, y es como si estuviera ronroneando—. Haz porno conmigo.
Y así es como paso de una carrera estable de chica con chica a hacer un show de realidad artístico y sucio, con una estrella porno.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top