Capítulo 51

—No me digas eso —Kaya comenzó a llorar y yo asentí con la cabeza—. No... no, no y no, ¡no es justo!

—Pues es real —sorbí mi nariz por el llanto—. Tasha llego tan lejos que fue capaz de golpear a su propio hijo para que me olvide —hice una pausa mientras miraba al suelo—. Cuando me dejó tocar su cabeza, no pude más y rompí en llanto, era horrible. Traía su nuca hinchada...

—Dios mío —musitó Ki—. Yo pude haberme quedado en mi habitación del internado viendo la Rosa de Guadalupe, pero no, quise ser su amigo ahora estoy metido en este gran lío. Que por cierto deberían enviarlo a Televisa para que le saque un capítulo, las ganancias que tendrían, uffff.

—¡Ki Hong, cállate! —le gritó Kaya.

—Perdón.

—Sea lo que sea, perdóname, Ki, no quise envolverte en esto.

—Tranquilo, Dylan, si está en mi alcance te echaré la mano para que recuperemos al antiguo Thomas —dijo mientras acariciaba mi brazo con delicadeza y yo asentí—. Debemos idear un plan ya.

—Pero, ¿qué vamos a hacer? ¿Golpearle la cabeza otra vez?

—Ya está golpeado, qué estúpida idea, Gino —comenté mirándolo mal—. No queremos causarle un tumor. Ki, ¿tienes alguna idea?

—Iba a decir que lo llevemos donde una bruja para que le regrese sus recuerdos.

—Mejor un amarre —completé.

—Sus ideas son una completa estupidez —exclamó Kaya harta de la situación—. Escúchenme bien, es obvio que cualquiera de los golpes que le dieron fue el causante de su amnesia retrógrada. Pues esta se puede dar con un golpe en una zona específica del cráneo o cerebro y solo elimina un porcentaje de la memoria. Golpeándolo no causarás más que una lesión grave en el cerebro, si es que no tiene una ya.

Todos permanecimos callados con la gran explicación científica de Kaya, era demasiado para un grupo de cabezas huecas como nosotros, sobre todo yo que apenas podía sumar.

—¿Entonces?

Ella suspiró y se sentó en uno de los sofás.

—Debemos continuar con el plan de enseñarle cosas que le traigan recuerdos, pero esta vez usemos más cosas para que funcione. Dylan, debes buscar la manera de hablarle de lo suyo.

—Se daría cuenta, Kaya, es inútil —dije al borde del llanto—. ¿Qué clase de hermano de un gemelo delincuente le diría a un chico heterosexual forzado que vivió momentos con él indirectamente cuando apenas lo conoció un par de semanas?

—No entendí nada, pero tiene sentido —dijo Ki.

—Mañana es sábado, buscaré la forma de traer al ñoño para que salga contigo, Dylan —dijo Gino—. Tienes que llevarle a un lugar especial de ambos, la cabaña puede funcion...

—¡No! —solté un grito sin querer—. No quiero volver ahí, me va a doler como no lo imaginan. Con solo pensar en ese día y en ese lugar me duele el pecho y se me agita la respiración —comencé a llorar—. No saben el miedo que sentí al saber que en ese instante mi felicidad acabaría. Que mi linda etapa de enamoramiento había terminado. Que perdería a Thomas o a mi perrito por los policías que forzaban la puerta.

—¿Lograste recuperar a Freddie?

Miré a Ki a los ojos y dije con la voz quebrada:

—No... —sorbí mi nariz—. Solo espero que no le hayan hecho nada malo, era apenas un cachorro y no merecía nada de esto.

—Él está feliz de que Tom lo salvó —Kaya me abrazó—. Piensa que ahora debe estar feliz y moviendo la colita por todas partes.

No pude más y exploté en llanto.

—Jamás debí acercarme a Thomas —sollocé con fuerza contra el hombro de Kaya—. Él ya tenía una vida y era perfecta. Si no fuera por mí, él estaría bien, su madre no lo odiaría, ni tampoco hubiese sido golpeado. Quien sabe qué otras cosas le hicieron.

—Ya, ya, tranquilo —Kaya no dejaba de acariciar mi espalda, era la primera vez que ella hacía algo así—. No olvides que salvaste muchas veces a Tom y él siempre te lo recordaba. Eres su héroe, Dylan. Sin ti, él hubiese muerto. Incluso yo te agradezco por haberlo salvado esa noche.

No respondí, simplemente continué llorando en su hombro hasta que no pude más y me quedé dormido.

--------------------------------------------------Al día siguiente------------------------------------------------

Narrador omnisciente:

Se miró al espejo por décima vez en el día, no podía evitar hacerlo por si tenía algún detalle que no estuviera correcto en él, quería estar completamente perfecto para él.

El sonido del claxon de la camioneta de Gino retumbó en sus oídos, así que corrió escaleras arriba y salió muy camuflado de la casa para subirse al vehículo. El muchacho condujo tranquilamente mientras Dylan procuraba no ser visto por nadie a través de las ventanas. El auto se estacionó frente al internado, donde esperaba un Thomas algo preocupado y desconfiado, ¿por qué lo vinieron a ver en un auto con los vidrios polarizados si se suponía que irían a estudiar?

Subió algo temeroso y sonrió ligeramente al ver a Sandro dentro, por lo menos sabía que ahora estaba a salvo.

El trayecto al lugar de destino fue callado, nadie habló, pues Thomas era tímido y Dylan no podía sacar su personalidad con él, pues debía comportarse como Sandro y no como Dylan para no levantar sospechas. Y en cuanto a Gino, pues él estaba cansado de la situación y moría internamente por que todo se solucionara.

El viaje incómodo llegó a su fin en cuanto Gino parqueó la camioneta frente a un espacio verde desolado, perfecto para que nadie descubriera a Dylan, quien por seguridad, usó camuflaje con una gorra de lana. Bajó del auto junto a Thomas, ambos caminaban en silencio a lo largo del césped verde, Dylan miraba al piso y Thomas abrazaba sus libros contra su pecho muy emocionado.

—¿Por qué escogiste este lugar? —Sangster decidió romper el silencio.

—Porque es tranquilo y bonito. Me gusta mucho porque una vez vine aquí con alguien especial.

—¿Ah sí? Cuéntame de ella.

—Mmmmm, primero subamos —decidió cambiarle el tema, pues no sabía si especificarle que no era ella, sino él.

A medio camino, Thomas se sentía cada vez más cansado, se agotó tanto que no pudo evitar tomar la mano de Dylan.

Un flashaso llegó de repente a su mente: era de noche, también se encontraba ahí, delante de él estaba un chico con una bolsa de comida en su mano libre y quien tiraba de su mano para ayudarlo a subir.

Soltó la mano de Dylan de golpe y permaneció estático un par de segundos, inmediatamente escuchó una voz algo distorsionada en su cabeza:

"Eres un flojo y ni siquiera estás llevando la comida"

—¿Thomas?

La voz de Dylan lo sacó de su trance, parpadeó algunas veces y sacudió su cabeza. Miró muy asustado a Dylan, quien lo observaba algo confundido.

—¿Estás bien, Tommy? Digo, Thomas.

"Tommy."

Nadie lo llamaba Tommy además de su madre e Isabella. Se le hizo raro escuchar ese apodo que tanto odiaba proveniente de otra persona, sobre todo de alguien que apenas había conocido.

—¿Qué tienes, Thomas? —preguntó tocando su mano.

El tacto.

Solo bastó con tocarlo otra vez para sentirse raro. El roce de pieles se le hacía familiar, parecía que estaba experimentando un deja vu de sensaciones en ese momento.

—Ah... —no podía decir nada a causa de la confusión—. No... no lo sé, me siento extraño.

—¿Por? ¿Te duele algo?

—No, no es dolor ni nada... ah... llamaré a Jaime, yo... quiero ir a casa.

—¿No quieres que te acompañe? —preguntó deteniendo su paso.

—No, Dylan, quiero estar solo... a-adiós —se soltó del agarre del castaño y se alejó de él a paso rápido.

El muchacho suspiró sin dejar de mirar al rubio caminar lejos de él. Se sentó sobre el pasto y cubrió su rostro con ambas manos, intentando pensar lo que acababa de pasar. ¿Y si había recordado y por eso lucía tan confundido? Por una parte se sintió feliz, pues su plan estaba funcionando de poco en poco, pero por otra sintió pena porque quería pasar la tarde con él en la colina que era tan especial para ambos.
Gino bajó de la camioneta de inmediato y corrió hacia su primo, pues se extrañó al ver a Thomas huir del lugar.

—¡¿Qué pasó?!

—Volvamos a casa, allá te lo cuento.

***

—Bueno, al menos recordó algo —mencionó Gino.

—¿Tú crees?

—¡Claro, Dylan! ¡Es más que obvio! ¡Yo mismo vi que cuando tomaste su mano se quedó quieto y no reaccionó!

—Esas son señales de que tuvo algún recuerdo, no se puede poner así de la nada —comentó Ki.

—¿Tú que opinas, Kaya? —le preguntó a la muchacha, quien había permanecido callada en todo el rato.

—Ah... —la chica reaccionó—. Yo... yo opino lo mismo que Ki.

Dylan levantó una ceja al notar algo de desorientación en Kaya, por lo general ella siempre estaba atenta cuando se hablaba del caso de Thomas, y ahora la notaba ida y muy perdida, daba a entender que estaba cansada emocionalmente por el semblante que traía. No dudo en acercarse a ella mientras Gino le decía a Ki que debían continuar con el plan, pues hasta ahora iba funcionando correctamente.

—Ey —le habló con voz baja Kaya brincó ante la presencia del castaño—. ¿Qué tienes?

Ella solo negó con la cabeza y dejó de mirarlo, Dylan captó de inmediato que estaba a punto de romper en llanto, pues sus ojos se llenaron de lágrimas y se colorearon de un leve color rojo.

—¿Quieres salir afuera a hablar? —volvió a negar—. Kaya, no guardes tus emociones, puedes contar conmigo.

Ella lo miró sumamente triste y suspiró como respuesta.

—Yo... ah... me está pasando algo que no quiero, aparte lo que pasa con Tom también me pone mal...

—¿Quieres contármelo?

Ella asintió.

—¿Puedo llevarte a mi casa?

—¿No es riesgoso para mí?

—Te esconderé muy bien, te lo prometo, pero por favor, acompáñame —su voz se quebró con la última palabra—. Necesito hablar con alguien.

—Está bien —musitó abrazándola con su brazo.

***

Ambos jóvenes se encontraban sentados en la cama rosa de la muchacha. El silencio reinaba en el lugar, nadie decía nada, parecía que Kaya estaba buscando las palabras correctas para contarle a Dylan lo que le estaba ocurriendo. Pero se le hacía tan difícil, muy en el fondo sentía que él la regañaría y a eso se debía su miedo. Por primera vez en tanto tiempo se sentía sumamente insegura, tal vez porque ahora que Thomas había cambiado se sentía sola, ya no tenía consigo a su mejor amigo y eso la mataba todos los días.

—Mmmm bueno, ¿vas a contarme qué tienes? Llevamos así más de media hora.

—Sí, lo siento —sorbió su nariz—. Bien... ah... no sé cómo empezar...

—Tranquila —la abrazó contra su cuerpo—. ¿Es algo malo? Si es algo malo no tengas miedo de contármelo. Descuida, no te juzgaré.

En ese momento Kaya no pudo más y rompió en llanto, se abrazó al cuerpo de Dylan lo más fuerte que pudo y lloró sobre su pecho con fuerza. El muchacho simplemente se limitó a acariciar su espalda y cabeza delicadamente para calmarla un poco.

—Dylan, estoy embarazada...

El castaño quedó perplejo con esa noticia, al inicio sintió felicidad por ella, pero al darse cuenta de que ella apenas tenía 17 recién cumplidos, era una niña con muchos sueños que serían arrebatados próximamente.

—¡Di algo! —con aquel grito, la chica logró sacarlo de su pequeño trance.

—¡¿Qué se supone que diga?! ¡¿Felicidades?! ¡¿Es niño o niña?! ¡Así veré de qué color pintaré su cuarto y qué nombre ponerle! —respondió sumamente nervioso.

—¡No lo quiero tener!

—¿Ah no? —sus nervios desaparecieron de inmediato.

—¡No! ¡No puedo tener un bebé ahora! ¡Soy muy joven! ¡Quiero ir a la universidad y disfrutar mi vida! ¡Y mis padres me matarán!

—Eso se puede arreglar —la cargó y la llevó a las escaleras—. ¿Lista?

—¡Así no, idiota, bájame!

—¡Uy qué brava! ¡Bueno! —la dejó de vuelta en el suelo—. Entonces, ¿qué piensas hacer? ¿Tenerlo y darlo en adopción? Eso no sería correcto, pobre criatura.

—Pero... ¿qué más puedo hacer? ¿Abortar?

—¡¿Cómo no se me ocurrió?! —tomó su mano y la llevó a su habitación—. Vayamos a una clínica, tienes dinero, ¿no? —ella asintió—. Te acompaño y listo, tus padres jamás se enterarán.

—¿Serías capaz de ir conmigo a hacer una cosa tan despiadada como esa?

—Pffff, por favor, despiadado es el maltrato animal o el abandono de niños —rodó los ojos—. No estás sola, Kaya. Si puedo hacer cualquier cosa para ayudarte, lo haría sin pensarlo.

—¿Por qué haces esto? —comenzó a llorar—. Después de cómo te traté.

—Todos cometemos errores, Kaya. Y si algo aprendí de mi novio creído y egocéntrico es que todos cambian al convivir con las personas correctas.

La muchacha sonrió y abrazó al castaño con el mayor cariño que pudo brindar en ese momento. Se sentía super mal por haberlo juzgado mal, Dylan era una persona tan buena que merecía todo en este mundo. Después de esto juró nunca más juzgar a nadie por su apariencia, pues lo exterior simplemente es una imagen, lo más importante es lo que está dentro de cada persona.

—Gracias, Dylan —le sonrió—. En serio. Desde que Tom cambió me he sentido muy sola, ya no es el mismo, no solo afectaron parte de su memoria con el golpe, sino también su comportamiento conmigo —sollozó contra el pecho del moreno—. Lo extraño tanto.

—Yo también lo extraño —Dylan se unió al llanto—. Pero debemos ser fuertes, ¿sí? Él volverá, lo siento aquí —tocó su corazón—, No puede olvidarnos tan fácil.

—Tienes razón, debemos seguir con el plan —sorbió su nariz.

—Mejor cuéntame de él, cómo le está yendo en el cole —se tumbó sobre la cama de la chica a mirar el techo, ella también se le unió.

—Pues sigue siendo el mismo ñoño de siempre, solo que su mirada se apagó, ahora es más serio que antes.

—¿Reanudaron la obra de Romeo y Julieta?

—Sí, la ensaya día y noche con...

—Con ella —hizo una mueca—. Ya veo, ¿y mi papel de puerta quién tomó?

—Blue, no quiso ser caballero y tomó tu lugar.

—Bueno, al menos está en buenas manos —rió levemente—. Siempre pienso, he logrado poquitas cosas desde que el verdadero Tommy desapareció, y sé que si él me viera ahora se pondría muy feliz.

—¿Qué hiciste?

—Mi canal de YouTube alcanzó la monetización —le sonrió—. Era un proyecto de los dos y esto es... tú sabes... mágico para los dos. Lo malo es que él no lo recuerda. Quisiera que viera cómo estoy saliendo adelante, Kaya.

—Estaría tan feliz por ti, así como yo lo estoy —agitó el cabello del chico, quien le sonrió alegre.

De repente, la pantalla de la computadora de Kaya se encendió de la nada, dando a entender que había llegado una notificación de Facebook. Se levantó en seguida y corrió a sentarse frente a la pantalla para revisarla, sin embargo, la sorpresa llegó a ella al ver una publicación de Tasha, la madre de Thomas. Cinco fotos, todas de Thomas e Isabella muy felices juntos y con la siguiente descripción:

"Finalmente Dios lo hizo posible, mis niños se casarán en una semana, Mark y yo estamos muy orgullosos del crecimiento de nuestra hermosa familia. ✨💍"

A continuación, escuchó un golpe seco detrás de ella, giró su cabeza y vio a Dylan desmayado en el suelo.

-----------------------

Hola wenas, pido perd0n por la ausencia asdjsadjasj le universidad mestá matando c: gracias por ser pacientes

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top