Capítulo 35
Dylan podía escuchar todo desde el baño, los gritos, los insultos y hasta los golpes, pero era incapaz de salir. Una mezcla de sentimientos lo abatía: el mareo por las drogas, el llanto, la rabia hacia Thomas, pero también la pena y las ganas de abrazarlo y protegerlo de sus amigos. Su cabeza era un huracán de emociones que le provocaban un terrible dolor de cabeza y no lo dejaban tranquilo.
Tomó su cabeza con ambas manos en cuanto escuchó a Thomas gritar de manera desgarradora, su corazón le decía que fuera por él, pero su cerebro decía que estaba recibiendo su merecido y que lo dejara ahí, porque así como Dylan sufría por su culpa, él debía entender que su amor no era ningún juego.
Ve por él, Dylan, ¡vamos!
No, nos hizo daño y simplemente está recibiendo su merecido.
Ten empatía, por favor, tus amigos lo están matando.
No me importa.
¿No que lo amabas?
La voz de su corazón lo hizo sacudir la cabeza, era cierto, lo amaba a pesar de todo, pero le dolía tanto la situación en la que se encontraban, que a veces dudaba en seguir con eso tan bonito que tenían o no. No solo era pensar en Thomas, sino en él mismo también.
Dylan, ayúdalo, te está llamando, te necesita.
Soltó un gruñido y decidió abrir la puerta para encontrarse con la peor escena que pudo ver en toda su vida: el pobre de Thomas tendido en el piso con la nariz sangrando y Blue sobre él golpeándolo sin control.
—¡Blue! —su grito fue tan fuerte que detuvo la acción del mencionado.
Blue soltó a Thomas sin importar que su cabeza golpeara el suelo, Dylan se les acercó a ambos con sus ojos inyectados en sangre a causa de la droga, pero todavía con la furia en ellos. Tomó a Blue de la camisa y lo acorraló contra la pared mientras apretaba los dientes y lo miraba con rabia.
—¡¿Por qué le hiciste daño?! —gritó el chico giró su cabeza con miedo.
—¡Di-dijiste que hiciéramos lo que fuera!
—¡Pero no golpearlo hasta la muerte! ¡Un favor te pedí, y fue sacarlo del cuarto, no matarlo!
—Como si valiera la pena este riquillo de pacotilla —mencionó Grey acercándose—. Ya deja a Blue, Dylan, que el niño se lo merecía por jugar contigo.
Dylan no perdió la oportunidad, caminó hacia él y lo golpeó en el ojo con tanta fuerza que lo dejó inconsciente en el suelo. Giró su cabeza para mirar a Blue, quien era un saco de nervios delante de él.
—Tú sigues si no desapareces tu horrible rostro de aquí —entonces el muchacho corrió al baño a encerrarse.
El castaño miró con rabia la puerta del baño y negó con la cabeza mientras caminaba hacia Thomas, cuya nariz estaba llena de sangre. Rápidamente se acercó a él, su boca tembló al verlo en tan mal estado, y todo era su culpa, todo porque la rabia lo consumió a tal punto de hacerle daño. Se arrodilló a su lado y comenzó a llorar sobre el cuerpo inmóvil, se odiaba tanto por ser un imbécil y no cuidarlo, Thomas no hacía esas cosas por dañarlo, sino para protegerlos a ambos, y eso era algo que Dylan aún no entendía por completo, todo por no ponerse en los zapatos de Thomas e intentar entenderlo.
—Perdóname —susurró acariciando su mejilla con moretones y algunos rastros de sangre—. Es solo que te amo tanto y me duele ser tu secreto.
Entonces decidió llamar a Ki para que viniera a ayudarlo, pues todo le daba vueltas y no sería capaz de cargar a Thomas y llevarlo a la habitación.
—Primero el rubio y ahora tú, ¿es que ninguno me va a dejar dormir?
—Necesito tu ayuda...
—¿Estas drogado otra vez?
—...Sí.
—¡Y no me invitas!
—¡Ese no es el punto! —gritó—. ¡Ven al cuarto de Blue y Grey ahora y no digas más! —un silencio incómodo se formó en la llamada—. ¿Por favor...?
—Voy en seguida.
***
Lo primero que Thomas vio al abrir sus ojos fue a Dylan llorando en el suelo, su espalda estaba apegada a la pared y en su mano traía una botella de wisky. Al incorporarse en la cama, sintió un terrible dolor en el cuerpo, en ese momento recordó todo lo que había pasado, no lo había soñado, sino todo fue real. Dylan aún no lo miraba, pues tenía la mirada clavada en el suelo, una mueca de dolor abrumaba su rostro y sus manos temblaban sobre sus piernas.
—Dyl... —apenas pudo hablar.
El chico levantó la mirada y sus pupilas se dilataron al mirarlo, a pesar de que se veía borroso, le alegraba que estuviera vivo, aunque no sabía con certeza si lo que miraba era una alucinación por las drogas o en serio Thomas estaba bien y vivo.
—Tommy... —se levantó del suelo, pero en el intento de acercarse a él cayó al suelo.
Se levantó de inmediato y lo miró desde el suelo, se arrodilló y acarició la cara de su chico con suma cautela, temiendo hacerle daño.
—¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Cómo está tu nariz? —las preguntas salían muy rápido de su boca, casi ni podía hablar.
—Me duele todo, incluyendo la nariz —el rubio se la tocó al darse cuenta que tenía una cura torcida en la misma—. ¿Quién me puso esto?
—Yo, podré estar drogado y borracho, pero puse todo mi esfuerzo en curarte.
—Sí, desde luego —usó el sarcasmo y desvió la vista.
—Perdóname —Dylan lo miró con los ojos cristalizados y comenzó a llorar, provocando el llanto de Thomas también—. Estaba muy enojado y dolido y por eso no te salvé a tiempo.
—Lo curioso es que eso me dolió más que los golpes de Blue.
—No me digas eso...
—No, olvídalo, me está matando la espalda —musitó quejándose.
—Tommy, en serio lo siento, ¿qué puedo hacer para que me perdones?
El rubio bajó la mirada mientras sollozaba y acariciaba su brazo lleno de moretones, Dylan lo tomó y lo acarició lentamente mientras sentía su corazón quebrarse al escuchar sus sollozos.
—Dyl... ya no quiero que te drogues, por favor.
—¿Qué no me drogue? ¿Estás loco? No puedo dejarlo, solo fue un malentendido, nada más...
—¡No hablo por lo que acaba de pasar! —su grito lo asustó—. Sino porque ya no quiero verte así cada que te sientas mal. ¿Sabes cuan horrible fue para mí verte drogándote y con semejante semblante? No te estoy reclamando por lo que pasó hoy, porque en parte yo también tuve la culpa, pero no quiero seguir viéndote tan mal.
—¿En serio te vas a quedar conmigo después de eso? —preguntó tomando su mano—. ¿Después de que dejé que te hicieran esto?
—Dylan, te amo, eso quiero que lo entiendas...
—Pero... ¿e Isabe...?
—Yo sé cuánto te molesta toda esta situación, pero te prometo que cuando nos graduemos te llevaré lejos y estaremos tranquilos.
—Ya entendí que no tengo que acercarme a ti cuando estás con ella, menos con un girasol.
—Te amo —entonces se le acercó para darle un besito en sus labios, sin embargo, se retiró de inmediato al sentir dolor en su nariz—. Auch.
—Descansa, mi vida, no me gusta verte así.
—¿Me prometes que ya no te vas a drogar? —le preguntó después de acomodarse bajo las cobijas.
Dylan hizo una mueca, miró al techo y bufó.
—Me toca, solo porque me lo estás pidiendo.
—Gracias, cielo —susurró con una sonrisa y cerró los ojos para dormirse.
----------------------------------------------------------Lunes--------------------------------------------------------
Dylan:
—Bien, muchachos, es hora de correr —habló el maestro de educación física mientras caminaba de un lado a otro en la cancha—. Cincuenta vueltas al patio.
—Ay no —musitó Tommy a mi lado.
—¿También detestas correr? —le susurré igual.
—Lo detesto.
—Bueno, podemos correr juntos y así nos cansamos juntos —dije rozando apenas mi dedo en el dorso de su mano y él rio.
En cuanto el maestro dio la señal con su silbato, todos comenzamos nuestra carrera. Tommy y yo corríamos a la par, mientras el resto corría rápido, nos valía un completo comino con tal de que ambos estuviéramos juntos me bastaba. Las veinte y cinco primeras vueltas estuvieron normales, todo bien hasta que noté que Tommy comenzó a atrasarse en la caminata. Cuando estuve completamente solo, giré mi cabeza y lo miré trotando muy lento y con una mueca en su rostro. Rápidamente me acerqué a él y coloqué mi mano en su espalda sin dejar de mirarlo.
—Tommy, ¿qué tienes?
—Estoy cansado, es todo —pero la molestia no desaparecía de su rostro.
—¿Te sientes bien? —pregunté al notar que se tomaba el pecho con fuerza.
—Me duele el... pecho.
—¡Sangster y O'Brien, sigan corriendo! —gritó el profesor desde la esquina de la cancha.
—¡Thomas no se siente bien, maestro! —exclamé—. ¿Lo puedo llevar a la enfermería?
— ¡Nada de enfermería! ¡Sigan corriendo dije!
—Viejo desgraciado —musité mirándolo con odio—. ¿Puedes correr, Tommy? —el negó con la cabeza mientras cerraba los ojos—. Diablos, diablos.
—Ya oíste al maestro —la voz de Garrett se hizo presente—. ¡Corran! —dicho esto, nos dio un manotazo a cada uno y continuó corriendo sin dejar de reír.
—Estúpido —susurré—. Vamos, Tommy, hay que seguir, tú puedes, anda —tomé su mano y comencé a trotar con lentitud, en seguida él se soltó y comenzó a correr—. ¿Qué haces?
—No pueden ver esos actos y lo sabes.
—Lo sé, pero, ¿por qué corres?
—¡Quiero terminar esta estupidez de una vez por todas! —exclamó exhausto.
Tommy siguió corriendo, pero al parecer sus piernas ya no daban más, y de un rato a otro cayó inconsciente al suelo. Abrí los ojos muy grandes y corrí de inmediato hacia él para socorrerlo, tenía un moretón en su mejilla por el golpe y sus ojos estaban cerrados. De inmediato sentí la presencia del resto de nuestros compañeros.
—A un lado, quítense —escuchaba la voz del profesor, mas yo no le di importancia porque intentaba reanimar a Tommy—. O'Brien, retírate.
Me tomó de la camiseta y me levantó del piso con fuerza, alejándome del cuerpo de Tommy.
—¡Le dije que no se sentía bien!
—¡Cállate, niño! ¡Esto hacen todos para no correr! ¡Garrett, llévalo a la enfermería!
—¡No, yo lo llevaré! —grité antes de que el idiota de Garrett lo tocara.
—No digas tonterías, niño, estás flaco, no vas a poder —giré mi cabeza y la sangre me hirvió al ver a Garrett alejándose con Thomas en sus brazos—. ¡Sigan corriendo!
Gruñí con fuerza y no despegué mi mirada de ese tonto hasta que se perdió entre los pasillos.
Ojalá se ponga bien. Pensé.
En lo que restó la clase, no pude evitar sentirme intranquilo, mi cabeza no dejaba de repetirme que debía estar con Tommy para verificar que estuviera bien, pero el idiota del maestro no hacía nada más que gritar e impedírmelo, ah y Garrett que se me burlaba en la cara.
Apenas terminó la clase, corrí al departamento médico, sin embargo, la puerta estaba cerrada y eso quería decir que no podíamos entrar. Maldije cuando el timbre de la siguiente clase retumbó en mis oídos, así que no tuve otra opción que correr de vuelta al salón con la preocupación al mil. Me senté en mi silla y cubrí mi rostro mientras suspiraba, moría por tumbar esa estúpida puerta y estar con él.
—El apestoso sufriendo por su novio el ñoño —sentí un manotazo en mi nuca, giré y vi a Garrett y a su tonto hermano mirándome.
Momento... si sufría alguna herida tendría oportunidad para ver a Tommy, y ahora que tengo a los Overpendejos frente a mí, será mucho más fácil.
—No es mi novio, solo somos amigos —mentí mirándolo con odio y provocándolo.
—Con derechos —completó Marshall—. Patéticos.
—¿Qué les importa? Déjenme en paz.
—Pero no te enojes, marica —dicho esto se alejaron de mí sin dejar de reír.
Caminé detrás de ambos para seguir con la pelea y de paso desquitarme un poco, aunque sabía que perdería al estar solo, necesitaba parar en la enfermería. Golpeé la espalda de Garrett con fuerza, quien giró y me envió al piso directamente con solo un puñetazo. Mi vista comenzó a nublarse, el golpe fue tan fuerte que me dejó algo mareado. Pronto, sentí que unas manos me levantaron apenas del suelo, giré mi cabeza y vi a Ki tratando de incorporarme.
—Dylan, deja de pelear, por favor, ya te jodieron la nariz.
—¿Qué? —susurré sintiendo cómo la vista se me nublaba cada vez más, hasta que al final todo se volvió negro.
***
La luz cegó mis ojos en cuanto los abrí, ¿a quién chingados se le ocurría poner una lámpara sobre las camas de la enfermería?
Un momento... ¿enfermería?
Me incorporé de golpe y noté algo blanco frente a mí. Llevé mi vista al centro de mi cara y vi mi nariz cubierta con una gasa.
¿Qué diablos está pasando?
—Garrett te golpeó y Ki te arrastró hasta aquí —brinqué en mi sitio al escuchar la voz de alguien, sin embargo, al ver la cara odiosa de Isabella, mi semblante cambió de repente—. Estás muy desorientado, tranquilo.
No es que estuviera desorientado, sino que estaba observando un detalle adicional... ¡Thomas estaba dormido a su lado! Juro que quiero que me trague la tierra para dejar de ver esto.
No dije nada y simplemente giré para darle la espalda, no quería seguir viendo a mi chico siendo acariciado por esa mujer en mi delante. Quería dormir, pero el sueño no venía a mí, ya estaba lo suficientemente incómodo como para seguir ahí, necesitaba salir, porque no soportaba escuchar los mimos que le decía, era demasiado ridícula y cursi, y sobre todo me daba coraje porque por culpa de ella no puedo estar con él.
No, Dylan, también es por la homofobia de sus padres, me dijo mi subconsciente.
Suspiré cansado y decidí esperar hasta que una campana me salvara el día o que ella se cansara y se fuera, pero eso no pasó hasta diez minutos después, la última campanada del día sonó, Isabella le dijo a Tommy un montón de cosas cursis, lo besó y se fue sin despedirse de mí. Negué con la cabeza y decidí girar para ver a mi niño, quien dormía plácidamente frente a mí. Sonreí mientras lo admiraba, podía hacerlo todo el día hasta el cansancio.
Entré en pánico en cuanto lo vi abriendo sus ojos, cerré los míos y me cubrí con la sábana para simular que estaba durmiendo y no lo estaba ojeando.
—Dyl, ya te vi, abre los ojos —obedecí y lo miré sonriéndome—. ¿Qué te pasó? ¿Te caíste de las escaleras o...?
—Provoqué a Garrett para que me golpeara y así venir aquí y estar aquí contigo. —lo interrumpí.
—¡¿Qué?! ¡Dylan, estás loco!
Solté una pequeña risita.
—Pero loco por ti, mi cielo —le guiñé un ojo.
—En serio eres un idiota —rio rendido—. Pero te quiero tanto por eso, quisiera poder abrazarte, pero no siento el cuerpo.
—¿Qué pasó? ¿Por qué te sentiste débil? —me acomodé para mirarlo bien, nos veíamos muy graciosos hablando frente a frente de esa forma, ambos reímos al darnos cuenta de eso.
—No dormí bien ayer, tal vez unas tres horas, además que no desayuné bien.
Abrí la boca muy grande.
—Tommy, me dijiste que dormirías a las doce —lo regañé.
—Lo sé, Dyl, pero por la salida del viernes y la resaca del sábado casi no pude terminar las tareas junto a las de Garrett.
—Ese idiota —gruñí—. Voy a hablar con él, y le voy a dejar en claro que tú ya no tienes por qué hacerle las tareas.
—¿Quieres que nos descubran nuestros padres?
Guardé silencio, tenía toda la razón.
—Debo aguantar solo este año, descuida, puedo con todo.
—Yote dije que te iba a ayudar y me mentiste que ya no te faltaba mucho. Porfavor, Tommy, déjame ayudar, no quiero que estés en esto solo porque esresponsabilidad de ambos —dije extendiendo mi mano hacia él—. Y no aceptaré un no por respuesta.
Él simplemente sonrió y también extendió su mano para tomar la mía.
—Eres lo más bonito de mi vida, ¿lo sabías?
—Siempre me lo dices, cariño, para mí, tú eres más valioso que cualquier piedra preciosa.
Narrador omnisciente:
Vienes por la mañana. Clase de educación física a las once de la mañana. El profesor había solicitado a sus alumnos que formaran equipos para jugar basketball. Dylan estaba muy emocionado, pues le encantaba ese deporte, aunque no era tan bueno en eso. Por otro lado, Thomas comenzó a temblar, pues siempre hacía el ridículo en la cancha y Garrett siempre se burlaba de él por eso. Afortunadamente, cuando estaba a punto de unirse al equipo de Dylan, la directora lo llamó a él y a Isabella para arreglar unos asuntos de las elecciones escolares antes de anunciar los resultados, puesto que el día anterior habían sido las votaciones.
—Suerte, campeón —Dylan agitó su cabello.
—Gracias, Dyl —le sonrió—. Ojalá gane.
—Tienes que ganar, Thomasito —Ki apareció de la nada, provocando un pequeño grito por parte de Dylan—. Aposté con unos amigos, así que más vale que ganes.
—Ya no depende de mí, Ki —Thomas se levantó de hombros—. Los veo luego, ya debo irme.
—Es tan bonito —susurró el castaño mientras lo veía irse.
—Si tú lo dices —Ki Hong abrió los ojos mientras se iba con su equipo para comenzar a jugar.
El juego transcurría con normalidad, el equipo de Dylan iba perdiendo, pues se enfrentaban al de Garrett, el cual estaba conformado por los más atléticos de la clase. Sin embargo, eso no le importaba, le gustaba divertirse, a pesar de que le caía mal el capitán de su equipo contrincante. Quince minutos pasaron, y Dylan experimentó una sed terrible. Ki le alcanzó su botella de agua, la cual bebió hasta que no quedó ningún rastro de líquido en ella. Cuando dejó la botella en el suelo, regresó a la cancha para seguir jugando, sin embargo, un chico vestido de gala lo hipnotizó, y es que no era cualquier chico, Thomas se había cambiado de uniforme y ahora caminaba por los pasillos, aunque para Dylan él no caminaba, Sangster modelaba, y eso era un deleite para el castaño. No pudo evitar mirarlo atentamente mientras lamía sus labios, era la persona más linda que sus ojos habían visto. Su trance duró hasta que sintió la pelota caer en su espalda, giró su cabeza y vio a Ki gritándole que tomara el balón y corriera hacia el aro que estaba libre. Rápidamente boteó torpemente, corrió lo más rápido que pudo y llegó al aro. La viva imagen de Thomas vestido así se proyectó en su cabeza, así que antes de lanzar pensó en él, sonrió y tiró la pelota. Al abrir sus ojos vio cómo el objeto redondo entraba en la canasta y escuchó el festejo de su equipo, sonrió y levantó los brazos mientras gritaba y corría a lo largo de la cancha. Su corazón comenzó a latir con fuerza al ver a Thomas sentado frente a la cancha y aplaudiendo emocionado. Había visto el éxito de Dylan que fue gracias a él.
Mientras corría por toda la cancha, su mirada chocó con la de su chico, quien no dejaba de festejar con esa tierna y linda sonrisa que tiene. No dudó ni un segundo y le señaló el arco y luego a Thomas, para finalmente hacerle un corazón con sus manos, dando a entender que ese punto que sumó a su equipo se lo dedicó a él. Pudo notar un sonrojo por parte del rubio, quien enseguida le guiñó un ojo sin dejar de aplaudir.
No se resistió más y corrió hacia su novio, quería tomar sus manos y darle un beso, pero sabía que estaba mal, así que simplemente lo abrazó amistosamente.
—Gran aro, Dyl.
—Fue porque pensé en ti antes de lanzar la pelota —ambos se sonrojaron—. Porque te vi tan lindo con el uniforme de gala, que me fue imposible.
—Tenía que cambiarme para el anuncio de los ganadores, oh, de hecho ya debo irme.
—Noooo, no te vayas, estás tan lindo así, que quiero besarte.
—Sí, pero no podemos —dijo tocando la nariz respingada de Dylan y se alejó de él—. Deséame suerte.
—Ya tienes toda la suerte conmigo —dicho esto le guiñó un ojo y regresó a la cancha para seguir jugando.
Solo pasaron quince minutos para que la campana retumbara en los oídos de los muchachos que jugaban en la cancha, dando a entender que el programa para anunciar a los ganadores de las elecciones comenzaría. Todos los estudiantes bajaron a formarse según su salón, Dylan fue acompañado de Ki a sus lugares, no fue con Grey ni Blue, porque aún estaba enojado con ellos por lo que le habían hecho a Thomas.
—Cielos, estoy tan nervioso por él —mencionó el castaño mientras buscaba a Thomas con la mirada—. Owww míralo, ahí está, parece un bebé.
—Te recuerdo que si el bebé gana, pasará más tiempo con Tontibella que contigo.
—Lo sé, pero sé que esto lo hará feliz, así que si él es feliz por esto, yo también lo seré.
—Eres un empalagoso, Dylan, un panal de abejas se queda corto a tu lado, iug.
El programa comenzó de inmediato y Dylan no podía despegar su mirada del rubio que tanto adoraba, quien corría con prisa de un lado a otro sin parar, el castaño esperaba que el pobre no estuviese estresado por todo ese asunto, no quería verlo lidiar con el dolor de cabeza más tarde.
***
—Y los nuevos presidente y vicepresidente de este período lectivo son... —la pausa que hizo la directora hizo padecer a todos, Dylan miró a Thomas, quien movía sus piernas rápidamente ansioso por el resultado—. Thomas Bodie-Sangster e Isabella Melling.
Todos aplaudieron en señal de festejo, Dylan chilló y abrazó a Ki Hong muy contento por el rubio, sin embargo, los celos y la melancolía lo abrumaron e interrumpieron su festejo, se separó de su amigo y levantó la cabeza para mirar cómo Isabella abrazaba a Thomas con dulzura y emoción y lo miraba contenta y muy enamorada.
Bajó la cabeza y salió corriendo al baño, Ki Hong intentó detenerlo, pero muy en el fondo sabía que debía dejarlo solo para que pensara bien las cosas y llevara la situación de la mejor manera posible, pues sabía que el hecho de que ellos hayan ganado las elecciones conllevaría a soportar verlos juntos la mayor parte de tiempo, pero debía soportarlo, porque al final de toda esa tormenta llegaría su calma: graduarse y mudarse con Thomas fuera de la homofobia de sus familias.
Dylan fue a su cuarto y se encerró en él. Se lanzó a la cama y abrazó a su almohada para perder su mirada en la nada, dejando que los pensamientos negativos lo atacaran. No le importaba recibir regaños, solo quería estar solo para no tener que lidiar con lo que pasaba afuera.
No tardó mucho en quedarse dormido, dejó que la tristeza le ganara y cayó en un profundo sueño.
***
—Dyl, amor, despierta —al escuchar la angelical voz de su novio, abrió los ojos con lentitud para mirarlo—. Hola, cielito, ¿estás bien?
—¿Qué pasó? —preguntó desorientado.
—Pues no sé, la directora anunció las vacaciones y todos corrieron a sus cuartos, vine acá pensando encontrarte feliz, pero te veo así, ¿huiste del evento?
Para cuando Dylan se incorporó en la cama para hablar con Thomas, pudo observar una placa brillante en su pecho, donde las letras "Presidente del Consejo Estudiantil" relucían con un brillo asombroso.
—Sí —susurró apenas—. Ya sabes por qué.
—Lo sé, cielo, pero recuerda que no lo hago porque la amo, si fuera por mí te hubiese inscrito.
—Ya sé, ya sé —bostezó y caminó hacia el baño para lavarse la cara—. Me dijiste que la vieja esa nos dio vacaciones, mejor háblame de eso, porque no quiero hablar de tu noviecita.
El rubio rodó los ojos y fue al baño para encarar al castaño—. Primero: no es mi novia, segundo: mi novio eres tú y tercero: son las vacaciones por el feriado, tenemos este fin de semana, lunes, y martes libre.
Dylan abrió los ojos muy grandes mientras se miraba al espejo, luego miró a Thomas y se le acercó rápidamente para tumbarlo contra la pared.
—Así que seremos tú y yo cuatro días solos con elección a salir a donde sea —le susurró al oído y el rubio se estremeció.
—Obvio, mi amor.
—Me gusta cómo suena eso, ¿y si nos damos una escapadita a la montaña?
—Contigo a donde sea, arreglaré el viaje de inmediato.
El abrazo bonito de ambos fue interrumpido por el tono de mensaje del celular de Thomas, quien corrió a verlo. Su semblante de felicidad cambió drásticamente a miedo, nerviosismo y confusión.
—¿Quién es, Tommy?
—Es mi madre, escucha: "Brodie, sé que les dieron vacaciones por el feriado, así que necesito que vengas a casa con Bella, necesitamos hablarles de algo importante con toda la familia reunida, y por cierto, felicidades por la presidencia, mi niño, te lo mereces, vi las fotos que subieron y te ves increíble, me llenas de orgullo,"
—Bueno, tendré que ver con quién me emborracho en el feriado en lo que tú me dejas solo aquí —Thomas miró enfadado a Dylan y este se encogió de hombros.
—Espera, me llegó otro mensaje: "Trae a Dylan también, es que lo extraño mucho" —lo miró sonriente—. Te vienes conmigo y punto.
—Genial —sonrió mientras intentaba ocultar las ganas de morir, pues su feriado había sido arruinado por culpa de esa dichosa reunión.
Pero lo que no sabía era que Thomas le había mentido acerca del último mensaje porque no quería que se quedara solo y se emborrachara o drogara.
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Cap ahora pk ya mismo llega el drama y ya quiero llegar a esa parte ajdbjadbna
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