Capítulo 16

Me quedé estático sintiendo cómo sus brazos rodeaban mi cuerpo, instantáneamente una sonrisa se formó en mi rostro y no dudé en abrazarlo también, estaba borracho, pero también consciente de lo mucho que lo necesitaba y de que lo había extrañado muchísimo. No sabía si era por el alcohol, pero sentía una corriente recorrer mi cuerpo, una diferente a las que experimentaba cuando estaba junto a él, esta era más intensa, me hacía sentir más vivo que antes. Con este abrazo, con un simple abrazo sentía que todo lo malo se alejaba de mí. Parecía que hasta el tiempo se puso a mi favor al congelarse para disfrutar mucho más este hermoso momento que no cambiaría por nada, porque bastaba con tenerlo, sentir su piel y mirarlo para que todo volviera a tener sentido. Sentía que me encontraba en un sueño, jamás creí que volvería a sentirme así, ni siquiera quería soltarlo porque temía que al hacerlo desapareciera. Desafortunadamente tuvimos que separarnos, pero cuando vi sus preciosos ojos, experimenté ganas de llorar. Sus iris estaban llenos de lágrimas al igual que sus mejillas rojas a causa del llanto, cosa que me cautivó de una manera inexplicable y me llevó a acariciar su carita mientras limpiaba sus lágrimas.

—P-perdón —al escuchar su voz después de tanto tiempo no pude evitar sonreír, aunque debo decir que se escuchaba chistosa a causa del alcohol, sin embargo, no quise reírme en un momento así.

—¿De qué? Yo fui el tonto.

—No... no, no. Fue mi culpa, mi estupidez al beber y yo. Tú no hiciste nada, olvida todas las cosas feas que te dije en la playa, no pensé antes de actuar, ¿me perdonas?

—Claro que sí, pero ojo que ambos tuvimos la culpa, no solo tú.

—Al diablo —musitó y se abrazó a mi torso para dar inicio a un llanto desconsolado—. Te extrañé muchísimo, no volvamos a pelear.

—Ay, mi Tommy —susurré mientras lo atraía hacia mí y apretaba su cuerpo contra el mío, las lágrimas no tardaron en salir de mis ojos—. Yo también te extrañé como no te imaginas, cada día fue una agonía sin ti. Me alegra poder abrazarte en este momento.

—Yo extrañaba tus ocurrencias y tucompañía —entonces se abrazó más a mi cuerpo—. No me sueltes, creo que la borrachera me hace alucinar y no sé si todo esto es real.

—Tommy, ¿esto te parece irreal? —entonces tomé su mentón y lo obligué a que me mirara, a continuación, mandé todo al diablo y junté nuestros labios.

Al principio permaneció estático, sus ojos estaban completamente abiertos, pero solo bastó de rodear su cuerpo con mis brazos para que se tranquilizara y me siguiera el beso. Nuevamente la corriente atravesó mi cuerpo, la manera en que Thomas movía sus labios contra los míos era tan perfecta que sentía que nuestros labios eran como dos piezas de un puzzle que encajaban perfectamente. Sonreí sobre su boca en cuanto sentí que subió sus manos para jugar con mi cabello, era la sensación más hermosa y tierna que había experimentado de su parte, y de cierta forma me llenaban el corazón de alegría porque sabía que estaba siendo correspondido, cosa que jamás creí que pasaría con él, ahora me sentía feliz porque despuésde tanto pesar que experimenté, por fin soy feliz; temía que se molestara nuevamente, por un momento sentí que estaba incomodándolo, pero fue todo lo contrario.

En cuanto nos separamos para tomar aire, Thomas agarró mi mano y entrelazó nuestros dedos para sacarme fuera del lugar, apenas podía parase, así que no dudé en sostenerlo con firmeza para que no se hiciera daño. Estaba confundido y feliz, no sabía qué significaba todo lo que estábamos haciendo, se suponía que Tommy estaba con Isabella, y ahora pasó todo esto, sin embargo, no le tomé importancia, quería disfrutar del momento y sentirme vivo y afortunado de tenerlo nuevamente a mi lado. 

Por lo menos por esta noche.

Logramos llegar hasta una colina, frente a la cual nos paramos a observar todo lo que nos quedaría por subir.

—¡Arriba! —Tom se soltó de mi agarre y caminó colinaarriba, sin embargo, comenzaba a tambalearse por el efecto del alcohol.

—¡Espera, Thomas! ¡Te vas a caer!

—¡No va a pasar nada! ¡Mírame, soy Batman y...! —su habla fue interrumpido por un mal paso que dio, como resultado, su cuerpo rodó colina abajo.

Solté una carcajada y me le acerqué, agaché la cabeza para mirarlo, por un momento lo imaginé molesto, pero este Thomas era todo lo contrario, reía como tonto mientras se retorcía en el suelo y tomaba su estómago.

—Soy un imbécil —dijo entre carcajadas—. Ayúdame a levantarme porque todo me da vueltas.

Tomé sus manos sin dejar de reír e intenté levantarlo, pero todas mis fuerzas eran nulas en este momento a causa de todo el alcohol que había bebido y apenas podía tirar de su brazo. Rendido, Thomas tiró de mi muñeca y me obligó a recostarme a su lado, luego giró y me miró sonriente, sus ojos brillaban a causa de la luz de la luna, creo que no podía pedir más. Su mano fue directo a mi mejilla, la cual fue acariciada lentamente por él.

—¿Por qué? —solté.

—Por qué, ¿qué?

—¿Por qué viniste? ¿Por qué me buscaste?

—Solo... solo le dije a Jaime que me llevara a un bar para dejar de pensar en cuánto te extrañaba, y luego tú me encontraste.

—¿En serio estabas mal? —él asintió—. Bueno, yo tampoco me quedo atrás, pero ahora me siento mejor, me alegra haberte encontrado.

—A mi igual —entonces su rostro mostró una mueca de disgusto—. Me siento mal.

Antes de poder preguntarle qué le ocurría, se incorporó y giró hacia mi lado opuesto para comenzar a vomitar sin control. Rápidamente me levanté y caminé hacia él con mucha dificultad, de hecho, en el intento caí, mas volví a pararme para ayudarlo. Con cuidado tomé su frente con mi mano derecha y con la izquierda busqué papel higiénico en mi bolsillo para limpiar el vómito que caía sobre su ropa. Al ver aquella sustancia viscosa, las arcadas no tardaron en llegar a mí, sin embargo, logré aguantarlas por lo menos hasta que Thomas terminara, no quería vomitar sobre él y causar un desastre.

Cuando todo terminó mi corazón se partió al verlo temblar y sollozar, de inmediato me miró y cubrió sus ojos avergonzado.

—Perdóname, qué vergüenza.

—¿Cuánto bebiste? —pregunté tomando su mentón y obligándolo a que me mirara.

—Mucho, yo... no recuerdo bien... lo siento.

—No, Tommy —lo abracé contra mi pecho—. Yo tuve la culpa por enseñarte a beber. Nunca debí hacerlo.

—Me siento mal —se quejó después de un sollozo—. Vamos a mi casa, por fi.

—¿Quieres que vaya a tu casa? —pregunté mirándolo con una ceja levantada.

—Sí, me siento solo y me duele el estómago, por favor, ven conmigo, quién sabe y me mate al intentar subir las escaleras.

De inmediato mi mente comenzó a trabajar como si estuviese sobrio, ¿cómo ir a la casa de Thomas sin que sus padres se den cuenta que ambos estábamos muy ebrios? ¿Qué hago con Gino? ¿Y si mañana Thomas despierta y al verme ahí me echa de su casa? ¿Y si Isabella está ahí? Eran demasiadas preguntas para una cabeza tan tonta como la mía.

—¡Dylaaaaaaaaan! —su grito me hizo reaccionar—. Por fis, estoy malito.

Entonces hizo un puchero al cual jamás me negaría, tenía a la persona más dulce delante de mis ojos suplicándome que fuera a su casa para cuidarlo por más borracho que yo esté. No pude más, así que, después de soltar un suspiro asentí con la cabeza rendido, de inmediato, él festejó contento y a punto de caerse por todos los saltitos que daba.

—¡Síííííí! ¡Vamos, quiero dormir!

***

Jaime nos miraba raro desde su retrovisor, afortunadamente lo habíamos encontrado a unos metros de la colina, el pobre cabeceaba a punto de quedarse dormido, sin embargo, mencionó que solo lo hacía por los mil euros que le regaló Thomas por traerlo al bar, así que todo valía la pena para él. 

Thomas se quedó dormido sobre mi pecho minutos después, sus pequeños ronquidos apenas se escuchaban bajo el sonido de la naturaleza, una verdadera bendición a mi parecer, para mis oídos por sus melodiosos ronquidos y para mis ojos al mirar su carita tan tierna que moría por llenar de besos. Entonces tomé su mano y la entrelacé con la mía, estaba a punto de largarme a llorar por culpa de mi mente que me atormentaba todo el tiempo porque aparentemente lo que estaba haciendo no era correcto, porque yo sabía perfectamente que él tiene pareja, en este caso Isabella, y yo me estaba metiendo en esa relación como el cuerno, es decir, en este momento Bella era un Bambi. Pero me confundía, ¿por qué me correspondía si tenía novia? No quería hacerme ilusiones, pero por un momento asumí que lo hacía porque estaba borracho, y los borrachos siempre toman la iniciativa para demostrar sus sentimientos, algo que una persona sobria no hace por miedo a la opinión del resto y al rechazo, pero cuando estamos ebrios las consecuencias no importan, ya luego nos arrepentimos de bastante cuando el dolor a causa de la resaca está en nuestras cabezas y sobre todo cuando vemos el contenido multimedia sobre aquel día. 

Cuando llegamos, Jaime nos abrió la puerta. Bajé con cuidado de no despertar a Thomas y luego lo tomé en brazos para llevarlo a su habitación. Jaime me lo quitó de las manos cuando me miró tropezar con mis propios pies y estar a punto de tirar a Thomas al suelo.

En el camino, Jaime me explicaba que no entendía por qué Thomas se había vuelto tan borracho en las últimas semanas, siempre tenía que traerlo a rastras hasta su habitación a altas horas de la noche sin que su madre se diera cuenta, porque luego ambos estarían en problemas y él perdería su empleo. Automáticamente me sentí culpable, porque yo fui quien lo indujo a esas cosas, no pude hacer nada más que guardar silencio y simular que estaba decepcionado y sorprendido, cuando en realidad estaba decepcionado conmigo mismo. 

Apenas pudimos subir las escaleras, que de por sí eran un millón a simple vista de un ebrio como yo, pero con suerte logramos subir sin caernos, solamente tambaleándonos. Jaime dejó a Thomas sobre su cama y lo cubrió con una cobija.

—Gracias, Jaime —agradecí sentándome con dificultad en la cama.

—No es nada —suspiró—. Quiero a Thomas más que a mis propios hijos, no sé qué haría si a ese niño mimado le pasa algo —me miró preocupado—. No tiene más amigos aparte de la señorita Scodelario y tú, así que por favor, cuídalo bien —dicho esto se retiró del cuarto, a continuación, escuché la puerta principal cerrarse. 

Suspiré avergonzado y miré a Thomas dormido, parecía un angelito, a pesar de que estaba más borracho que nunca. Me pasé una mano por mi rostro por la preocupación, de inmediato sentí un revoltijo en el estómago a causa de todo el alcohol que había bebido. No dudé ni un segundo en correr al baño de la habitación para vomitar todo lo que ingerí en las últimas horas, este era el único detalle que detestaba de beber, el malestar en el estómago y luego el dolor de cabeza al día siguiente, pero vamos, hay que aceptar que todo es muy divertido con algo de alcohol dentro de nuestro organismo.

Como pude logré incorporarme y limpiar todo rastro de suciedad en el inodoro para después mirarme al espejo y enjuagar mi boca. Noté que Thomas tenía algo de pasta dental sobre una repisa, aquí que la tomé y me la llevé a la boca para eliminar el sabor amargo que tenía en la boca a causa del vómito.

Cuando apenas pude regresar, quise tirarme del balcón situado al fondo de esta habitación, y es que Thomas estaba en su cama dormido, sí, pero había un montón de vómito sobre él, lo había hecho cuando yo fui a vomitar al baño.

Owwww, vomitamos al mismo tiempo, qué coordinación, deberíamos casarnos, pensé de inmediato y me di una bofetada imaginaria.

Rápidamente corrí al baño aún tambaleándome y tomé la toalla que Thomas usa para lavarse las manos (o al menos eso pienso). Regresé sin perder el tiempo y me le acerqué para comenzar a limpiarlo con delicadeza y algo de asco, incluso tuve que cubrir mi nariz para no oler, porque sentía que en cualquier momento yo volvería a vomitar y ya no quería hacerlo, me dolía el estómago con solo pensarlo. Cuando la toalla se empapó completamente de desechos, fui al baño nuevamente para lavarlo, me daba asco, no iba a mentir, pero por él podía hacer lo que sea, Thomas Sangster era un inocente niño nerd que apenas estaba experimentando su vida social por mi culpa. Volví al cuarto y continué limpiándolo lentamente, admirando cada parte de su escultura facial, y digo escultura porque el rostro de Thomas parece el de un maldito ángel, que podría ver el resto de mis días sin cansarme.

Deposité un pequeño besito en su frente cuando terminé, junto a una caricia en sus finos labios, joder quería besarlo otra vez, pero no me atrevía, algunas veces era un completo cobarde y odiaba esa parte de mí. 

Ahora me tocaba lo más difícil, cambiarlo de ropa, bañarlo si era posible y llevarlo a dormir a la cama, no parecía muy difícil hasta que lo intentabas. Con todas las fuerzas que tenía, lo arrastré hasta el baño, tambaleándome cada dos segundos por lo mareado que estaba. Intenté sentarlo con delicadeza en el piso, sin embargo, experimenté un mareo que me obligó a tirarlo contra el inodoro, el impacto provocó que se despertara desorientado.

—¿Dyl? —preguntó con la voz muy bajita.

—Perdón, Thomas, estoy mareado.

—¿Dónde... es-estamos?

—En tu baño, quiero bañarte porque estás vomitado, ¿crees que puedas bañarte?

—Si me pones una sillita en medio, sí.

—Agh —resoplé—. Ya regreso.

Afortunadamente encontré la silla a un lado de su cuarto, por lo que la tomé y corrí con ella de vuelta con Thomas, quien luchaba por quitarse su camisa sucia.

—¿Me ayudassssss? —me miró con compasión.

Maldita sea. ¿En serio estaba pidiéndome ayuda para que lo desvistiera?

—Claro —fue lo único que mi boca pudo decir—. Tranquilo, no veré nada.

—No me importa, Dyl.

Amo cuando me llama Dyl, es una maldita melodía.

Levantó los brazos sin quitar su mirada vidriosa y café de mí. Su semblante se mostraba juguetón, automáticamente entendí a qué se refería, quería que le quitara la sudadera vomitada de una vez, así que se la quité con asco junto a su camiseta. Tomó mis hombros con firmeza para apoyarse y me hizo una señal para que le quitara el pantalón; por más borracho que estaba, mi nerviosismo aumentó. Mis manos no dejaban de temblar y sudar en cuanto bajaba sus jeans, me tentaba a pecar, pero no quería hacerlo sin su consentimiento. Con dificultad logré quitarle el pantalón y ahí lo tenía frente a mí en bóxer y calcetines blancos Tiré hacia un lado la cortina de su baño para ayudarlo a entrar, al principio casi resbaló, pero logró estabilizarse y se sentó en el banquito que le había traído. En cuanto abrí la llave se sobresaltó por el impacto del agua en su cuerpo, le alcancé todos los utensilios que necesitaba para su higiene y dejé que se bañara. Me senté en el inodoro y esperé hasta que estuviera listo, coloqué mis manos sobre mi rostro y mis codos sobre mis rodillas, mi vista fijada en la nada y mis suspiros saliendo de mi nariz de vez en cuando, hacía un gran esfuerzo por no dormirme. De pronto, bajo el sonido del agua cayendo sobre Thomas y el piso, escuché unos leves sollozos

—Tommy, ¿estás bien? ¿Por qué lloras? —pregunté preocupado, quería abrir la cortina, pero temía que estuviera desnudo. 

—No sé, solo quiero llorar —respondió riendo y yo también reí—. Aunque...

—¿Aunque?

—Bueno... desde que te conocí... descubrí que mi vida es un ciclo aburrido, que estoy desperdiciando mi adolescencia leyendo libros aburridos y eso... odio a mis padres por no darme libertad, me siento encarcelado en mi casa —entonces asomó su cara desde la cortina—. Pero me siento tan libre cuando estoy contigo.

Sonreí de oreja a oreja y acaricié su mejilla con mi mano izquierda, la cual Thomas tomó para bajarla lentamente y luego tirar de mi camiseta hasta que nuestros labios estuvieron juntos. Sonreí contento sobre su boca, inmediatamente llevé mi mano hacia su nuca y tiré de su cabello, provocando un gemido de su parte. Cuando nos separamos, sus ojos jamás se quitaron de los míos.

—Termina de bañarte, Tommy —le susurré acariciando su cabello y él asintió con sus mejillas sonrojadas.

***

—Bien, estás cambiado, ya estás un poco sobrio porque te di café, te sientes bien y eso es lo que importa —comenté cubriéndolo con una manta—. Ahora el borracho debe dormir, buenas noches —dicho esto, agité su cabello y di media vuelta para dirigirme a la habitación de huéspedes.

—No, espera —dijo tomando mi brazo—. Duerme conmigo.

—Pero, ¿no me dijiste hace mucho que te daba miedo de que tus padres nos vieran así?

—Esta noche estoy borracho y nada me importa, ven —entonces tiró de mi brazo y logró sentarme en la cama—. No se darán cuenta, anda.

Estaba a punto de decir que no, de no ser por ese par de iris que me miraron atentos y con compasión, si a veces él solía ser de pocas palabras, con sus ojos podía contarme un libro entero. Rodé los ojos y de un brinco ya estaba a su lado y bajo las mantas, de inmediato, Tommy se abrazó a mi cuerpo y cerró los ojos.

—Tommy... no podemos hacer est...

—Shhhh — me interrumpió, sus ojos seguían cerrados—. Hasta mañana, Dyl.

Tras un leve silencio por mi parte en el que no dejaba de rogar a todos los ángeles que sus padres no nos descubrieran, terminé aceptando y también lo abracé contra mi pecho, sintiendo su delicioso aroma y ya no a vómito.

—Hasta mañana, Tommy —fue lo único que dije antes de caer en un profundo sueño abrazando a Thomas contra mi pecho y enviando al carajo cualquier posibilidad mala que mañana pudiera ocurrir.

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Un cap porque llegó junio c:

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