Corto: Un viernes cualquiera
(Antes de leer esto, deberían ir al libro "XD Moment" de Poetic_Quotes y echar un vistazo al capítulo más reciente, "DFT Lila")
Esto no es publicidad, obviamente a ella no le hace falta, simplemente si no lo leen no van a entender de que va este capítulo)
8 de julio, viernes.
Nos encontramos en el piso que compartían Lilia, Lila y, anteriormente, Grapy. La primera se encontraba en el salón de la vivienda, leyendo un libro, mientras tomaba una taza de café caliente.
Todo ello estaba sumido en un tranquilo silencio, únicamente interrumpido de vez en cuando por el sonido al pasar las páginas.
—¿Lilia?— se escuchó una voz
Toda esta tranquilidad duró hasta que llegó la segunda antes mencionada, Lila, quien se asomó por la puerta del salón.
—Ugh...— la primera dijo en un tono borde — ¿Que quieres?
—Es viernes— respondió Lila sin más
Después de decir esto se formó un silencio incómodo, por lo que Lilia decidió ignorarla y retomar su lectura.
—Estoy ocupada— dijo la del cabello corto como respuesta, intentando buscar la línea de la página en la que se había quedado
—¡Pero dijiste que el viernes lo haríamos!— replicó la otra— ¿No decías que habías estado buscando una forma de-
—¿Como que "lo haríamos"? Tú no ibas a hacer nada— la interrumpió la bruja en ese mismo tono borde
—No puedo hacer nada de todas formas, solo...— Lila volvió a mirarla y sonrió un poco— Emm... ¿podría animarte?
—No— dijo la bruja secamente, dando esa conversación por terminada
Otro silencio.
...
Pero, esta vez, fue interrumpido por Lila.
—Lilia...— dijo esta en un tono más apagado— ha pasado más de un año desde que Grapy está asi. Si puedes hacer que ella vuelva, tenemos que intentarlo al menos
—No dije que pudiera hacerlo, dije que quizás sea posible— respondió Lilia sin apartar la mirada del libro— Y si no sale bien, no sé cuáles pueden ser las consecuencias. Podríamos quedarnos en coma también, matarla del todo o hacer cualquier cambio irreversible.
—¡Pero tú sabes de esto! Podemos sacarla del coma, sé que es posible, ¡tiene que serlo!— contestó la del cabello largo
Después, hizo una pausa
—Solo quiero volver a verla...— suspiró, en un tono triste, mientras miraba al suelo— Por favor
Lilia esperó un poco antes de responder.
Después cerró el libro, lo dejó en el sofá y se levantó de este.
—Como quieras— dijo finalmente, poniéndose su característico gorro de bruja, el cual hizo aparecer de la nada
Una sonrisa se formó en la cara de Lila, antes de que la bruja siguiera hablando
—Pero más te vale que el hechizo que voy a hacer no la mate— le dijo fríamente— porque, como así sea, yo no pienso ir a la cárcel.
Ambas se encontraban ahora en la entrada del hospital donde se alojaba Grapy.
—Venimos a ver a Lilla Pittaluga— dijo Lila a la recepcionista, que les indicó la sala en la que estaba su amiga, a pesar de que ambas la conocían ya
No era la primera vez que iban, de hecho solían hacerlo cada viernes, a no ser que alguna de las dos estuviera ocupada. Simplemente iban y estaban allí, le hablaban, le ponían música o cualquier cosa.
Esto era bastante importante para ambas, especialmente para Lila, pues todo lo que Lilia solía decir era "¿por qué le hablas? No puede oírte, y no es como si fuera a responderte"
Pero ese día planeaban algo más: Tratarían de sacar a Grapy de ese coma (o más bien Lilia trataría de hacerlo con su magia) y traerla de vuelta a la realidad.
Ambas entraron en la habitación, y por supuesto ahí estaba su amiga, recostada en una cama y conectada a una máquina que quién sabe lo que hacía.
—¡Hey, estamos de vuelta!— le dijo Lila a la pelinegra, sin obtener respuesta, claro
—Si... Hola, supongo— la bruja seguía mirando un libro, diferente al que estaba leyendo en la casa— Sujeta esto
La del cabello corto le tiró el libro a Lila, mientras se acercaba a la cama y examinaba cuidadosamente el lugar.
—Bien... Vamos a intentar sacarte de aquí— a la bruja se le hacía raro hablarle a alguien que parecía estar sin vida— ¿okey?
Después de esto, Lilia respiró hondo, tratando de concentrarse, y empezó con el hechizo.
________________________
Ahora nos encontramos en "el mundo de los sueños", es decir, donde Grapy se encontraba mientras estaba en su coma.
Se trataba de una especie de ciudad, cuyos habitantes eran todos humanos, pero con colores y características de diferentes frutas. En el caso de la chica, se trataba de una uva quien estaba dando un paseo en ese momento.
La gente encerrada allí lo estaba por diferentes razones, pero todas estaban relacionadas con enfermedades mentales, las cuales les hacían entrar en ese "mundo" ficticio.
Pero volvamos con Grapy.
La chica no había podido hacer ningún amigo, ni acercarse a nadie prácticamente, por la presión y el miedo a ser rechazada. Si ya le costaba de por si socializar, ¿como iba a hacerlo en un lugar lleno de enfermos mentales?
Tampoco tenia a nadie conocido allí, por lo tanto, no podía hablar nunca con nadie. Respecto a oír a alguien hablar, todo lo que podía escuchar eran unas voces que parecían salir de la nada, las cuales aparecían cada viernes. A veces venían también acompañadas de música.
Esas voces hablaban aleatoriamente, no oían lo que ella decía ni respondían de acuerdo con eso, así que Grapy creía que solo eran su imaginación.
"¡Hey, estamos de vuelta!"
La chica se detuvo en seco al oír esto.
—Oh... ¡has vuelto!— dijo ella animadamente, mirando a ninguna parte— ¿Que tal?
"Si... hola, supongo"
—¡Hola, otra voz!— respondió Grapy a la nada, sonriendo
La poca gente que pasaba por allí se quedaba mirándola raro, viéndola hablarle al aire. Por otro lado, no era como si a ella le importase, pues ese era el único momento de la semana en el que podía "hablar" con alguien.
"Bien... vamos a intentar sacarte de aquí, ¿okey?"
La chica-uva no respondió a esto, estaba algo confundida, pero volvió a sonreír al oír esas palabras. Realmente no le importaba lo que dijera esa voz, solo quería oír a alguien.
—¿Sacarme? ¿Sacarme de donde?— se dijo a si misma. Había pasado tanto tiempo desde que entró en el coma que ni recordaba como había llegado ahí.
Esos pensamientos fueron interrumpidos por algo que le pareció ver, a lo lejos. Una especie de... ¿brillo?
Al principio no pudo distinguirlo con claridad, pero ese destello fue acercándose y engrandeciéndose, hasta convertirse en una enorme luz azulada. Parecía ser la única que estaba viéndolo, pues la demás gente de la calle no le prestaba atención a ese inmenso brillo.
Le daba miedo acercarse más. ¿Que era aquello?, ¿era peligroso?, ¿por qué nadie más lo veía?
Todos esos pensamientos invadieron su cabeza, hasta que volvió a escuchar una frase
"¿Grapy?"
Seguida de una segunda frase, esta vez con otra voz
"¡Joder, Lila, haz algo! ¡No voy a poder aguantar esto abierto mucho más!"
Eran las voces que se escuchaban en su cabeza, pero ahora se oían más... ¿reales? Parecían estar ahí mismo, al otro lado de esa luz...
—¿Q-Que? ¿Que ocurre?— se dijo la chica a si misma, asustada— ¿Que es esto?
"¿Has oído eso?"
"Si... Creo que era ella"
"Eso creo... Espera, voy a probar una cosa"
De esa luz azulada se asomó una mano, lo cual asustó a Grapy
"Okey, no sé si estás ahí, pero si es así, tómame la mano"
Esa voz seguía escuchándose, pero ya no parecía provenir de su cabeza, sino de ese intenso brillo azul del cual había salido la mano.
"Todo va a estar bien si lo haces, confia en mi"
¿Debía hacerlo? Después de todo, no sabía quién era quien le hablaba, ni a dónde conduciría esa especie de portal.
Miró al portal con atención, escuchando lo que esa voz le decía.
"Grapy, por favor, estoy aquí. Tómame la mano"
Eso último se escuchó en un tono más comprensivo, más amable, no era a lo que la chica solía estar acostumbrada.
Mientras pensaba eso, el portal comenzó a emitir destellos blancos y azules, y a reducirse un poco de tamaño.
"Lila, no va a funcionar, no está. Vámonos"
"¡Aguanta un poco! Tiene que estar ahí, lo sé"
De nuevo se oían las voces.
Eran tan familiares...
¿Era porque llevaba tanto tiempo escuchándolas? ¿O acaso las conocía de antes? Estaba tan confundida, tan nerviosa, era hasta doloroso
Miró la mano de nuevo, mientras el portal seguía echando chispas.
Y, por una vez, decidió hacerles caso.
_______________________
—¡La tengo!— gritó de emoción Lila, con la mano metida en el portal— ¡Tiene que ser ella! Solo deja que la saque de aquí
—¡Date prisa, joder!— le gritó Lilia, enojada, mientras unas chispas azules salían de sus manos— Como se cierre el portal y te corte el brazo...
—¡Vale, vale, voy!— gritó la del cabello más largo, tirando con fuerza de la mano que había tomado
...
...
...
Una figura desconocida cayó frente a ellas dos, estrellándose contra el suelo.
Tenía el cabello morado y un mechón verde flotante, lo cual no era tan raro en realidad, pues tanto la bruja como Lila tenían este mismo color de pelo. Lo que más les llamo la atención fue su piel... también morada.
Vestía un vestido lavanda con tirantes, largo, decorado con lunares fucsia. No era el atuendo que Grapy solía vestir, pero si algo que le gustaría, quizás.
La desconocida se puso en pie. Fue ahí cuando pudieron ver que también usaba tacones, lo que la hizo parecer aún más alta de lo que ya era.
Las tres se quedaron en silencio. Lilia y Lila sin saber que decir, y la otra solo estaba mirándolas como si tratara de recordar algo.
Le eran extrañamente... familiares. ¿Por qué?
Mientras la chica-uva pensaba esto, el silencio se prolongó.
...
Justo cuando Lila trató de decir algo para romper ese silencio, la de piel morada habló.
—¿Lila?— dijo dudosa, mirando a la del cabello largo. Después desvió su vista hacia la bruja— ¿Lilia?
Ambas se quedaron mudas de nuevo por unos instantes, hasta que hablaron al fin
—¡¿Grapy?!— exclamaron las dos a la vez, incrédulas
—No puede ser... ¿vosotras erais las voces?— dijo Grapy, sonriendo, mirándolas a ellas y a su alrededor. Después, añadió con la voz entrecortada— ¿Os... os habéis acordado de mi?
Sin decir más, Lila solo se lanzó hacia ella y la abrazó.
—Estoy tan contenta de que hayas vuelto— dijo esta, visiblemente feliz— No tienes ni idea...
—¡Y yo estoy feliz de volver!— exclamó Grapy, también feliz
—Oye, ¿que nadie me va a dar las gracias por devolverla a la realidad o que?— dijo Lilia, cruzándose de brazos
Las otras dos se acercaron y la sumaron al abrazo, con lo cual la bruja se vio un poco incómoda, aunque tampoco trató de evitar el abrazo.
—¡Tenemos que celebrar esto!— dijo Lila, sonriente— Vamonos a por un café, yo invito
—¿Tu invitas? Entonces me apunto— dijo Lilia, con su sonrisa sarcástica
—¿Crees que tendrán granos de café?— preguntó Grapy, mientras las tres salían de la habitación del hospital, dirección a cualquier cafetería cercana.
Planear un hechizo imposible y casi hacer colapsar la realidad por intentar hacer salir a una amiga de un coma alucinógeno.
Todo eso podría sonar como una experiencia única en la vida
Aunque para este peculiar grupo de amigas, formado por una bruja, una fruta andante y la única normal, eso no era más que un viernes cualquiera.
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