• Final •
Dejó un par de besitos en el cuello de su amado mientras lo abrazaba por la espalda, disfrutando del calor que le proporcionaba su delgado cuerpo en aquella fresca noche.
— ¿Cómo te sientes? —susurró sin poder dejar de besar su cálida piel.
El delgado soltó una risita y recostó su cabeza apoyándola en el hombro de su esposo mientras mantenía los ojos cerrados.
— Como si pudiera volar ahora mismo... —respondió sin poder dejar de alzar las comisuras de sus carnosos labios.
Wonho soltó una risita por lo bajo, sin embargo se contuvo de responder al escuchar un par de pasos detrás de ellos.
— Chicos... —dijo la cansada Ruby caminando con los tacones en la mano, al lado de su novio quien cargaba a la bebé en brazos— nosotros nos adelantamos, estoy agobiada con esta ropa incómoda. —gruñó desajustando el bonito vestido de lunares que tan bien había lucido— nos llevamos a Sisi para ir a abrir nuestros regalos, también a tus padres —señaló a Wonho— pero no se aprovechen de eso, los dejo aquí para que se aseguren de que todo está en orden.
Les lanzó una mirada acusadora y ambos se rieron sin soltarse de su agarre, e iban a darse un beso pero en ese momento la pequeña apareció repentinamente en medio de ellos.
— Mamá... —susurró con una sonrisa tocando la mejilla de Hyungwon— papá... —susurró mirando a Wonho, entonces ambos sonrieron.
— No iba a permitir esas muestras de asqueroso afecto delante de mí. —bromeó Ruby sosteniendo a la niña en brazos.
Ellos rodaron los ojos y simplemente besaron con mucho amor a su pequeña, uno en cada mejilla.
— Te amo bebé... —susurró Hyungwon mirando a Sisi con una bonita sonrisa pintada en los labios.
Entonces Wonho lo miró a él y negó.
— Te amamos... —corrigió para finalmente volver a dar un beso a su hija y a su esposo.
Ruby rodó los ojos y miró a su pareja.
— Amor... Es mejor que nos vayamos, estos dos me dan diarrea. —gruñó entregándole la bebé a su novio quien soltó una risita por lo bajo.
La mujer subió al auto de Hyungwon sin pedirle permiso y lo encendió para finalmente apresurar a su pareja y a los que iban a irse con ella. Entonces el hombre la miró embobado y luego dirigió su mirada a la joven pareja.
— Lo siento chicos, tiene hambre y le duelen los pies —dijo el calmado hombre acariciando con mucho amor a la pequeña Sisi quien se acomodó en sus fuertes brazos con comodidad— los esperamos en casa...
Ambos asintieron y se quedaron allí, simplemente mirando como todos subían al auto de Hyungwon para finalmente irse a casa de ambos sin siquiera decirles nada.
Sonrieron exhaustos de tener una familia tan inusual y comenzaron a caminar tomados de la mano hacia el auto deportivo que Wonho amaba conducir.
— Hoy fue un día genial... —susurró el alegre pero exhausto Hyungwon— se sintió como el inicio de algo ¿sabes? No se siente como si todo esto fuera a acabar un día, es como si... Todo recién empezara... —sonrió con nostalgia— aunque si ya ha sido difícil llegar hasta aquí no quiero imaginarme lo que nos espera en una vida entera...
Soltó una risita por lo bajo e hizo un puchero que Wonho no tardó en besar. Entonces llegaron al auto y Hyungwon se sentó sobre el capó del auto y obtuvo un poco de descanso después de una extensa jornada de juegos del cumpleaños de su pequeña.
— ¿Lo que nos espera? —susurró Wonho con una sonrisa y paró frente a él para dejarle un lento beso en los labios— amor, amor y más amor.
Hyungwon sonrió entre el beso.
— ¿Ah, sí? —susurró cruzando sus brazos alrededor del cuello de Wonho quien aprovechó a rodear a su esposo por la cintura— ¿solo amor?
Wonho asintió entre el beso y sonrió.
— Todo el que quieras... —susurró en su oído dejando un par de besos en el lóbulo de su oreja izquierda, arrancadole una risita a Hyungwon.
Los besos de Wonho continuaron bajando hasta llegar al cuello de Hyungwon y volvieron a subir a su boca.
— Love me, love me babe... —tarareó inventando el sonido de alguna canción.
Wonho sonrió sin dejar de besarlo.
— I love you so much baby... —susurró acariciando su espalda con suavidad.
Entonces Hyungwon soltó una risita y cortó el beso para finalmente ver a Wonho y negar con suavidad.
— No, no... —susurró confundiendo a Wonho quien frunció el ceño— ¿Cómo te explico que eso tiene una ambigüedad...?
Wonho lo miró divertido aún sin soltarlo.
— Entonces dímelo en la manera que creas conveniente... —dejó un tierno beso en su nariz que lo obligó a cerrar los ojos por unas fracciones de segundos.
El delgado le sonrió con una pizca de perversión e inocencia para finalmente morderse el labio y pasear su descarada mirada por todo el cuerpo de su esposo. Entonces se acercó a su oído dando cortos besos por su cuello.
— Quise decir... Fuck me hard babe... —susurró y soltó un leve jadeo a propósito con la intención de provocar a Wonho por pura diversión.
El mayor lo miró fijamente cuando sus miradas volvieron a chocar y fue entonces cuando supo que su meta se había cumplido.
Un candente beso comenzó entre ambos, en el cual aprovecharon a jugar un poco con sus lenguas y el dulce sabor del vino impregnado en sus bocas. Las manos de Hyungwon no dudaron en colarse por el cuello de la camisa de Wonho para acariciar un poco su musculosa espalda mientras que las de Wonho no pudieron evitar atraer el delgado cuerpo contra el suyo como si deseara fusionarse.
Sus respiraciones agitadas se hacían escuchar en el soltoario estacionamiento y también los jadeos que soltaban de vez en cuando, al sentir una mordida del contrario o algo que les gustaba demasiado.
Pero entonces escucharon a lo lejos un par de pasos un poco apresurados y se separaron muy rápido, como si algo los hubiera electrocutado o algo así, pero agradecieron de que hubieran muy pocas lámparas en el lugar.
Entonces después de unos segundos de escuchar los pasos acercándose y disimular que no estaban teniendo nada más que una animada charla, una persona apareció frente a ellos mientras silbaba una de las pegajosas canciones que se pusieron en el cumpleaños de Sisi y Ruby y fue entonces cuando se dieron cuenta de quien se trataba.
— Oh, chicos, siguen aquí... —susurró el hombre mientras abría la puerta del coche de al lado— pensé que ya estaban en casa. —miró su reloj— es un poco tarde.
Ellos asintieron y sonrieron nerviosos.
— Si, es que... —se quedó pensativo hasta que recordó las palabras de Ruby— nos quedamos para ver que todo estuviera en orden, es todo...
El hombre asintió extrañado ante las palabras de Wonho.
— Bien... Vengo de allá y al parecer no había nada más que un baño sucio... —se encogió de hombros— seguramente algún niño no le pidió ayuda a sus padres... —se rió— de cualquier manera yo estoy aquí para eso, así que no se preocupen...
Ambos asintieron.
— Gracias por prestarnos el lugar para esto... —susurró Hyungwon— fue un muy bonito regalo de cumpleaños que estoy seguro que Sisi agradecerá luego, cuando vea que su primer cumpleaños fue celebrado en un sitio tan lindo.
El hombre asintió con una sonrisa sin poder dejar de ver lo extraños que lucían sus amigos y lo mucho que intentaban disimularlo.
— Ah, no se preocupen... —sonrió— fue una buena fiesta, aunque es una lastima que algo tan bueno termine... —suspiró— de cualquier forma a ti te veo en el trabajo el próximo lunes —señaló a Wonho— ah, y chicos...
Ambos lo miraron fijamente esperando a que continuara.
— ¿Si? —susurró Wonho frunciendo el ceño ante la expresión del hombre que ninguno pudo descifrar.
El hombre ingresó al auto y desde allí los miró soltando un par de risitas que no podía contenerse.
— Dios... —negó levemente sin dejar de soltar risitas por lo bajo— tienen cara de querer tener sexo...
Soltó una carcajada más fuerte y puso el auto en marcha dejandolos totalmente sorprendidos y avergonzados, pero también divertidos por la escena que resultaba más que cómica por saber que esa frase fue el inicio de toda su historia de amor que ahora conocían.
Entonces se miraron mutuamente con una sonrisa pintada en los labios y se abrazaron, sintiendo el calor del otro que les decía que todo estaba bien y les daba la esperanza de que en un futuro, aunque todo fuera mal, su amor permanecería vivo y quizá más fuerte de lo que ya lo era.
Porque habían aprendido lo que muchos nos negamos a admitir; y es que a pesar de las circunstancias, el contexto o la situación, el amor siempre debe ser parte de nuestra historia.
Pero aunque es tan inevitable
como respirar...
[ F I N ]
— ✘—
Sigo en negación pero
lastimosamente ha llegado a su fin...
Tengo muy poco para decir, así que solo diré que pronto se viene el epílogo para el cual estoy preparando varias cosillas, no se lo pierdan.
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