18.
Sintió el cosquilleo de sus caricias extenderse por su espina dorsal.
— Wonho... — jadeó en intentó apartar la mano de Wonho que se había colado por debajo de su pantalón — detente, debes descansar...
Wonho gruñó en respuesta sin dejar de acariciarlo, al contrario apegó más la espalda del delgado contra su pecho.
— Ni me siento tan débil... — dejó una suave mordida en su hombro derecho sin dejar de manosearlo con ambas manos — ¿acaso crees que tienes a un debilucho incapaz de poder darte una buena ronda de sexo?
Hyungwon se rió en medio de su excitación y decidió molestarlo.
— No lo sé... — soltó una risita — yo solo digo que los años pasan y pesan...
Wonho frunció el ceño ante sus palabras y detuvo sus movimientos desconcertando a su esposo.
— ¿Qué dijiste? — susurró contra su oído — ¿acabas de llamarme viejo?
Sin dar lugar a una respuesta tomó el cuerpo del delgado y lo giró sobre la cama para dejarlo boca abajo con las caderas levantadas, si no fuera por la cómoda ropa que tenía puesta, en esa posición quedaría totalmente expuesto.
— Oye... Que demon... — Wonho lo tomó por los hombros hasta que lo hizo quedar de rodillas sobre la cama, dejando la espalda de Hyungwon totalmente pegada a su pecho.
— Hiciste muy mal en decirme viejo... — susurró contra su oído izquierdo y aprovechó a dejar una mordida en su cuello que terminó por arrancar un jadeo de dolor del delgado — eso solo me hace querer demostrarte lo que aún puedo hacerte.
Levantó las manos de Hyungwon y sacó su camiseta sin pensárselo dos veces, entonces al tener la espalda desnuda de su esposo frente a él, lo invadieron unas terribles ganas de repetir aquellos detalles de la primera vez que tuvieron sexo.
Así que sin esperar mucho comenzó a dejar un camino de pequeñas mordidas en su pálida piel que comenzaban en su cuello e iban bajando a medida que volvía recostar a Hyungwon boca abajo sobre la cama.
— Duele... — susurró el delgado mientras apretaba los ojos y jadeaba contradiciendo sus palabras — detente...
El camino de pequeñas mordidas llegó hasta el ruedo del pantalón de franela que el delgado tenía puesto, así que no dudó en apartarlo para continuar con su tarea.
Lo bajó sin olvidarse de su ropa interior y finalmente dejó expuesto totalmente a su amado.
Tomó el trasero de Hyungwon entre sus manos y sin poder contenerse dejó una mordida en cada lado a pesar de las protestas del menor.
Wonho sonrió y lo giró sobre la cama para quedar frente a frente.
— ¿Dolió? — susurró tocando el pecho del menor.
Hyungwon se apoyó sobre sus codos y frunció el ceño.
— Si dolió, idiota... — suspiró y miró fijamente a Wonho — odio que me desvistas a mi primero.
Wonho se rió.
— Soy tuyo... — extendió las manos en señal de rendición — adelante...
Mostrando una sonrisa, contento con el comentario se abalanzó contra él para deshacerse de la molesta camisa que tapaba los músculos que tanto amaba tocar.
Wonho, quien aún se mantenía de rodillas en la cama, soltó una risita al ver la casi desesperación con la que Hyungwon lo buscaba después de negarse por tanto rato.
Entonces al igual que la de Hyungwon su camisa desapareció y un agudo dolor se posó en su cuello arrancandole un gruñido.
— Auchs... — susurró sin apartar a su amado.
Hyungwon soltó una risita y se separó para mírarlo a la cara.
— Si, auchs... — arqueó una ceja con sarcasmo — agradece que solo fue una...
Sus labios, sus malditos labios húmedos robaban la atención de sus palabras y no podía contra ellos, su corazón no cabía dentro de su pecho.
Acunó la cara de Hyungwon y comenzó a besarlo incesantemente, ahora era él quien se sentía necesitado del cuerpo de Hyungwon.
En medio de su beso sus lenguas se encontraban con frecuencia, jugando entre sí y simulando una experta felación que Wonho moría por probar en otro sitio, no precisamente en su boca.
Y como si Hyungwon leyera sus pensamientos, sin cortar el beso coló sus manos dentro del suave pantalón que Wonho tenía puesto y comenzó a masajear su húmedo miembro arrancandole un jadeo.
Hyungwon sonrió y se apartó.
— ¿Necesitado? — arqueó una ceja con picardía.
Entonces él sonrió y apretó el trasero de Hyungwon entre sus manos.
— ¿Qué hay de ti? — lo masajeó con las manos — ¿me has extrañado?
Hyungwon sonrió y negó.
— Ni un poco, anciano... — soltó una risita ante la fija mirada de Wonho.
Entonces el mayor lo recostó en la cama sin cuidado y abrió sus piernas repentinamente.
— No me desafíes... — tomó la botella de lubricante que casi siempre tenia a mano y derramo una gran cantidad del frío gel sobre la entrepierna del delgado estremeciendolo.
Hyungwon lo miró sorprendido, sin embargo no puso resistencia, sabía que ya no tenía caso que lo hiciera.
Con su mano Wonho regó el gel en los lugares correctos y también depositó un poco sobre su miembro para finalmente mirar al rostro de Hyungwon a la vez que detenía sus movimientos.
— ¿Qué haces? — susurró confuso al ver que Wonho no hacía nada más que verlo.
— Dime anciano una vez más... — susurró casi con molestia.
Hyungwon se rió de lo absurda de la situación.
— Está bien... Anciano... — se encogió de hombros tranquilamente y sonrió.
Pero la sonrisa le duró poco porque casi al instante que terminó su frase, Wonho lo penetró casi del todo al mismo tiempo que comenzó a masturbar su miembro, dándole una doble estimulación y arrancandole un grito de sorpresa, que de no ser por la estimulación previa seguramente hubiera sido de dolor.
Jadeó muy sorprendido.
— Dímelo de nuevo... — susurró mientras sacaba su miembro lentamente — y la próxima vez que lo digas voy a meterlo todo... — Hyungwon gruñó porque la mano de Wonho no se había detenido en ningún momento — y si lo vuelves a decir, seguramente no vas a poder caminar mañana...
Hyungwon jadeó.
— No si te desmayas primero... — soltó una risita que Wonho acompañó.
Con ayuda de Wonho, se levantó de la cama para quedar sentado sobre su regazo y así aminorar el esfuerzo de su esposo.
— Hyungwonnie... No voy a morirme por hacerte el amor... — bufó molesto — no me veas como un inútil...
El delgado sonrió y lo besó, con toda la excitación que sentía recorrerle el cuerpo.
Las manos de Wonho se posaron en su trasero, apretandolo a su antojo y ayudándolo a subir y bajar sobre su propio miembro.
El beso se cortó y la boca de Wonho viajó automáticamente hacia el cuello de su esposo donde no dudó en dejar caricias con su lengua mientras lo escuchaba gemir y moverse encima suyo.
Y sintió la necesidad de mirar su rostro.
Sus labios permanecían entre abiertos y muy húmedos, sus ojos cerrados por culpa del placer y soltaba jadeos, algunos gélidos y de vez en cuando alguna maldición.
Sus dedos permanecían enredados en su cabello, mientras que el cabello se le pegaba en la frente debido a la calor de sus cuerpos.
La imagen de aquella primera vez después de sus problemas vino a su mente y no pudo evitar soltar un suspiro.
En esa nueva primera vez, por muy buena que haya sido, no tuvo ni la mitad de sentimientos que tenía por Hyungwon ahora, en esa nueva primera vez no sentía que él era indispensable en su vida.
Sin embargo allí, siendo su esposo, haciendo el amor con él sin alcohol de por medio, en la cama que compartían todas las noches, se sentía mágico.
Se sentía como si esa era la primera vez, todas las veces se sentían como la primera vez.
Cada día le parecía más indispensable, cada día quería descubrir más de él, explorar su cuerpo, tocarlo, besarlo, morderlo, hacerlo suyo como nunca nadie lo hizo antes, hacerlo bien, como si fuera la primera vez.
Apoyó su cabeza sobre el sudoroso pecho de Hyungwon y soltó un suspiro pesado al sentir sus fuerzas desvanecerse.
— ¿Wonho? — Hyungwon detuvo sus movimientos y tocó su cara al sentir que Wonho apoyó todo su peso contra él — ¡¿Wonho?!
— Espera un poco... — susurró con cansancio, casi abatido por su propia debilidad y a punto de desmayarse — espera...
Hyungwon le apartó el cabello de la cara y bajó la temperatura del aire acondicionado para intentar calmarlo.
Sabía que hacer el amor justo después de salir del hospital era una mala idea y se sentía un idiota por ser el caliente que le siguió el juego a Wonho.
Tomó una pequeña toallita que tenía cerca y comenzó a secar el sudor de la frente de su esposo con mucha paciencia.
— ¿Te sientes muy mal? — Wonho negó levemente, sin embargo aún no parecía tener la fuerza suficiente para sostenerse a sí mismo — creo que debemos acabar con esto...
Bufó y se movió con la intención de apartarse, pero Wonho lo inmovilizó por la cintura, dejándolo atónito.
— La primera vez... Después de aquella ocasión en que recibiste los disparos... — susurró — me hiciste una petición, una muy específica... — sonrió y apartó su cara del pecho de Hyungwon — repitelo... Una vez más...
Hyungwon se quedó pensativo llevando su mente hacia aquellos momentos.
— ¿Love Me, babe? — susurró y Wonho asintió, entonces decidió hacerlo con una mejor actitud — OK, entonces... — se acercó a su oído tal como la primera vez — Love me babe...
Un escalofrío recorrió la espina dorsal de Wonho al volver a escuchar esas palabras, así que aunque sus fuerzas estaban visiblemente afectadas por el reciente incidente, no dudó en recostar al sorprendido Hyungwon y comenzar a embestirlo con la fuerza de la primera vez que lo penetró.
Hyungwon gritó excitado y se aferró a las sábanas ante los bruscos movimientos a los que estaba siendo sometido, que sumado a la estimulación que Wonho le estaba dando en su miembro terminó por hacerlo explotar en un ruidoso orgasmo donde no pudo contener sus gemidos.
Wonho quien aún no había tenido su ansiado orgasmo se dejó apresar por el estremecimiento del cuerpo de Hyungwon y finalmente salió de él para buscar su orgasmo por su cuenta.
Sin embargo, tomando en cuenta la reciente situación de debilidad de Wonho, Hyungwon decidió ayudarle a pesar de que el jodido cosquilleo no había abandonado su cuerpo.
Sin esperar una orden sentó a Wonho sobre la cama y él tomó su miembro para darle un orgasmo a través de una experimentada felación, tal como a Wonho le gustaba.
Y así con ayuda de sus manos, su boca y un poco de contacto visual logró que Wonho también tuviera su preciado orgasmo que no quiso derramar en su boca, sino que lo hizo sobre su pecho.
Sin embargo, después de eso cayó totalmente cansado sobre el colchón y Hyungwon se preocupó.
— ¿Estas bien? — susurró tocando su rostro — ¿Wonho?
Él se mantenía con los ojos cerrados debido a su debilidad, pero después de algunos minutos de silencio, tomó las manos de Hyungwon y lo atrajo hacia él.
— Ve a limpiarte y vuelve aquí... — susurró — tengo frío.
Hyungwon se levantó de la cama un poco aliviado y muy adolorido, sin embargo contento por su reciente momento.
— Se supone que es tu trabajo... — susurró mientras usaba una toalla húmeda para quitar los rastros de semen de su cuerpo — yo debería estarme quejando...
Wonho sonrió y extendió sus manos en busca de un abrazo para que se diera prisa y en cuanto Hyungwon volvió a la cama, lo abrazó como si fuera un koala y cubrió sus cuerpos con una sábana.
— No vuelvas a decir que soy un anciano... — susurró hundiendo su cara en el pecho del delgado — aún no soy impotente...
Hyungwon soltó una carcajada ante el comentario y le dio un pequeño golpe en la cabeza.
— Lo sé, tonto... No hacían falta las demostraciones... — le dio un beso en la frente y le acarició la espalda — no me asustes de nuevo...
Wonho asintió quedándose dormido.
— He cumplido... — susurró.
Hyungwon frunció el ceño.
— ¿Cumplir con qué? — miró hacia Wonho pero él seguía con los ojos cerrados y el rostro totalmente en paz.
— Con amarte... — sonrió levemente — te amo... Los amo a ambos... Tu y Sisi son lo único que me da las fuerzas necesarias para no parecer un anciano...
Hyungwon sonrió conmovido y le dio un nuevo beso en la frente.
— Tonto... — sonrió y lo abrazó con ternura — solo descansa...
En aquel momento quizá no se imaginó que sus palabras tendrían algún tipo de importancia para Hoseok o incluso para él mismo así como la tenían ahora.
Pero jamás pensó que después de tanto tiempo Wonho sonriera y le dijera a la cara que había cumplido con una petición que en su momento quizá sonó tonta.
Le pidió amor porque estaba necesitado de ello en su momento, sin embargo ahora se sentía más amado que nunca.
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