13.

La pequeña seguía creciendo sin que pudiera hacer algo para detenerla, pero sin duda era cada día más hermosa.

— ¿Puedes comer un poco más? — susurró Ruby mientras acercaba un poco de papilla hacia quien consideraba su pequeño ángel, pero la niña se negó — anda solo un poco más... Ñam Ñam — susurró con voz tierna pero la bebé lanzó la cucharilla lejos, entonces Ruby gruñó — por Dios, no quiero que seas un palo como...

En ese momento la puerta principal se abrió y ambas dirigieron su mirada hacia allí.

— Ma - ma - ma... — movió sus manitos entusiasmada.

Y Ruby sonrió.

— Tu mamá volvió a casa mi amor... — le dijo con voz tierna para luego dirigir la mirada a quien consideraba su hijo — ¿ya te diste cuenta que te dice mamá y no Hy... — silenció sus propias palabras al ver la expresión distraída de Hyungwon — hey... — susurró mirando al delgado depositar sus cosas sin percatarse de su presencia — ¡Hey!

En ese momento Hyungwon se percató por fin de la presencia de ambas y sonrió levemente.

— Oh... Hola... — puso una mano sobre la suave cabellera de su hija — hola pequeña... ¿Ya es hora de dormir? Ven aquí — la arrancó de los brazos de Ruby.

Pero ni siquiera atendió a los llamados de la pequeña que intentaba llamar su atención de la única manera que conocía.

No quería dormirse, al menos no a las 7 de la tarde.

Él simplemente tomó asiento en el sofá sin decir una palabra ante la preocupada mirada de Ruby.

— Hyun... — de nuevo fue interrumpida por la puerta principal abriéndose.

Un sonriente y cansado Wonho ingresó a la casa aflojando su corbata automáticamente.

— Hola, hola... — sonrió hacia su familia — ¿Qué tal todo? — revolvió un poco el castaño cabello natural de Ruby — ¿como estás? ¿Te ha dado problemas mi pequeña hoy?

Ruby negó con una sonrisa.

— Bueno, justo acaba de lanzar lejos el último bocado de su cena... — suspiró agotada — pero fuera de eso no...

Wonho asintió agradecido.

— Siempre estaré eternamente agradecido de que la cuides como si fuera tuya... — suspiró lleno de sentimientos, entonces Ruby le dio un suave codazo.

— No te pongas cursi que me da diarrea —  soltó mientras rodaba los ojos.

Wonho soltó una carcajada que fue capaz incluso de llamar la atención del distraído Hyungwon.

— ¿Uh? Llegaste temprano hoy — susurró mirando su reloj con dificultad gracias a la pequeña traviesa enérgica que tenía en sus manos.

Wonho frunció el ceño ante su comentario, había llegado hace rato y Hyungwon recién se enteraba de su presencia.

— Llegué una hora antes de lo habitual... — susurró — en cambio tú pareces haber llegado recientemente cuando debiste haber llegado hace más de una hora...

Ruby carraspeó un poco para llamar la atención de Wonho y se acercó a su oído para susurrar.

— Está raro desde que llegó... — Wonho frunció el ceño nuevamente y su mirada viajó con rapidez hacia su esposo quien tenía la mirada puesta en el televisor apagado, ignorando completamente su reciente reclamo — deberías preguntarle qué le pasa...

Wonho asintió.

— Lo haré... — susurró pensando en una posible solución y luego sonrió al notar el agotamiento en la cara de la mujer — has hecho mucho por hoy...

Ella miró a su alrededor y negó.

— No, no... Estuve jugando con la pequeña y los cachorros, tengo que recoger todos los juguetes que hay por allí...

Wonho le puso una mano en el hombro.

— Ruby, está bien... descansa... — le regaló una sonrisa sincera — te pago para que cuides de mi hija no para que seas mi sirvienta... No te preocupes, ya los recogeré yo... — hizo una breve pausa — solo quiero pedirte un último favor... Cuida de la bebé por esta noche...

La mujer se quedó pensativa.

— ¿Por qué? — dijo preocupada — ¿Adonde vas?

Él le señaló hacia Hyungwon.

— Creo que necesitamos tener una charla... — suspiró — solo quiero que todo mejore, tranquila...

Ella miró hacia Hyungwon quien seguía totalmente pensativo y suspiró.

— Bien... — asintió — me hago cargo si prometes que vas a averiguar qué le pasa...

Wonho asintió confiando totalmente en su querida suegra, así que Ruby avanzó hacia el delgado y le quitó a la pequeña, robando atención del distraído padre quien iba a decir algo, pero Wonho se apresuró a tomarlo por el brazo y levantarlo del sofá para comenzar a arrastrarlo hacia afuera de la casa.

— Hey... — susurró el asustado y confuso Hyungwon — ¿a donde me llevas?

Wonho suspiró y lo metió al auto, luego rodeó el vehículo y subió al asiento del conductor.

— ¿Ya cenaste? — Hyungwon iba a reclamar acerca de que su pregunta no fue contestada, pero adivininandolo, Wonho lo interrumpió — pregunté si ya cenaste.

Hyungwon bufó mientras miraba como Wonho ponía el auto en marcha.

— Cené antes... — susurró bajito — ¿adonde est...

Wonho negó con la cabeza y lo interrumpió.

— Cada vez que "cenas antes" y no conmigo, significa que no lo has hecho... — sacó el celular de su bolsillo y se lo entregó — llama a Martha... Haz un pedido para llevar...

Hyungwon pensó en negarse, pero ver el rostro serio de su esposo lo hizo querer evitar una discusión innecesaria y crear más problemas de los que ya tenía, así que como un buen esposo simplemente obedeció.

...

Las avenidas que recorrieron después de recoger la comida le daban importantes pistas de hacia donde se dirigían, pero no quizo sacar conclusiones hasta que sus sospechas fueron confirmadas.

— ¿Uh? ¿La empresa? — apartó su mirada de la ventana y miró a Wonho mientras terminaba de aparcar el auto — ¿tienes trabajo por hacer? — Wonho simplemente negó y salió del auto sin decir una palabra, Hyungwon comenzaba a sentirse mal al verlo rodear el auto con tal seriedad, no era normal tanto silencio de parte de Wonho y realmente sentía que había hecho algo malo, entonces su puerta fue abierta — ¿Wonho?

— Baja del auto... — demandó con una seriedad incorruptible, entonces Hyungwon simplemente asintió y se dispuso a acatar la orden — quítate la bata, llevas todo el día con eso...

Fue en ese momento cuando recién se percató de que ni siquiera se había despojado de tan incomoda prenda en semejante día caluroso.

Un poco dubitativo se quitó la bata blanca y la dejó sobre el asiento, para finalmente salir del auto con las bolsas de comida en la mano.

Wonho comenzó a caminar sin mirar atrás, dando por hecho de que Hyungwon lo seguiría al no recibir ninguna orden y así fue.

Ingresaron al enorme edificio y luego al ascensor, pero no fue marcado el piso habitual en el que estaba la oficina de Wonho, esta vez fue marcado el último.

A pesar de que no entendía cuales eran las intenciones de Wonho, decidió confiar ciegamente en su esposo y subir por aquellas escaleras hasta la enorme azotea que los esperaba.

Por un momento se sintió como un gatito asustadizo, pero en cuanto la mano de Wonho se enredó con la suya supo que no había nada que temer.

Su mirada se posó en aquella hermosa vista que tenía delante, nunca había estado en la azotea de un rascacielos antes, pero como siempre, Wonho era el encargado de sus primeras veces.

Sintió los fuertes brazos de Wonho abrazándolo con ternura por detrás.

— ¿Qué te parece? — susurró Wonho contra su oído, como si no quisiera irrumpir en el silencio que los invadía — ¿algo que decir?

Él apenas pudo parpadear sin dejar de ver aquella maravilla.

— Increible... — susurró.

Wonho soltó una pequeña risita e hizo que ambos tomarán asiento en una de las sillas de descanso que habían por todo el lugar.

— Vengo aquí seguido... — soltó con tranquilidad mientras pasaba uno de los platos de la deliciosa comida hacia Hyungwon quien concentró su atención en Wonho — cada vez que estoy frustrado, cansado o incluso molesto... — el delgado asintió suavemente — ¿Qué te preocupa Hyungwonnie?

Al escuchar la pregunta, Hyungwon suspiró pesadamente y sonrió amargura.

— Así que por eso me has traído aquí... — susurró mientras Wonho asentía, entonces comenzó a revolver su comida sin apetito ante la atenta mirada de su esposo — bien... tú lo has dicho, a veces solo estamos cansados o frustrados por cosas de nuestros trabajos y...

Wonho frunció el ceño.

— ¿Algún paciente problemático? — preguntó con preocupación dejando incluso su comida de lado — ¿ya avisaste a alguien?

Hyungwon negó levemente.

— Tranquilo... Yo... — suspiró — yo puedo.

Wonho suspiró con un poco de molestia y definitivamente puso su comida a un lado para tomar las manos de Hyungwon entre las suyas.

— Tú siempre crees que puedes todo... — lo miró con molestia — no es que te crea débil, pero me jode que te expongas al peligro como si nada...

Hyungwon suspiró con tristeza.

— Wonho... — fue interrumpido nuevamente.

— Hace un tiempo... — Wonho se puso de pie y comenzó a caminar mientras Hyungwon lo miraba fijamente — estábamos en una azotea, tú odiandome y yo intentando por todos los medios apoyarte... — Hyungwon asintió al recordarlo — sé que te dije en su momento que todo recién había comenzado y te juro que así es... Pero... — acunó su cara — ¿crees que me siento tranquilo de verte así? ¿Eh? — suspiró con tristeza — ¿crees que estoy feliz de pensar en que otro jodido psicópata aparezca en tu vida y te arrebate de la mía?

Hyungwon suspiró.

— Es muy poco probable que... — de nuevo sus palabras no llegaron a concretarse.

— Pero pasó una vez... Y no estoy dispuesto a volver a pasar algo así... — se sentó a su lado y lo besó con la dulzura que profesaba su corazón — te amo Hyungwon, te amo más de lo que amo estas vistas, te amo más que lo que un futbolista ama a un balón, te amo más que al jodido ramen — Hyungwon soltó una risita y sonrió verdaderamente conmovido por sus palabras — así que por favor... No hagas que me sienta triste o preocupado, porque yo no quiero perderte de ninguna manera...

Y lo abrazó, transmitiendole instantáneamente aquel sentimiento de verdadera preocupación hacia él, entonces se sintió culpable de herir a Wonho indirectamente.

Correspondió su abrazo y dejó cortos besos en el cabello de su preocupado esposo mientras acariciaba su espalda haciéndole entender que estaba con él y que no se iría por ningún motivo.

— Lo siento... — susurró — es mi culpa no prestarles suficiente atención cuando algo me preocupa y seguramente preocuparlos con mis problemas... Realmente lo lamento...

Wonho asintió acurrucado contra él.

— Si alguien te preocupa demasiado, pasale el caso a alguien más... Por favor... — suspiró — no importa el dinero, yo puedo trabajar más duro si necesitas algo...

Hyungwon sonrió enternecido por sus palabras que cada vez lo hacían sentir más culpable.

Así que separó a Wonho de su cuerpo y acunó su bello rostro.

— Hey... Tranquilo... — le dio un par de cortos besos en los labios y luego lo miró a los ojos — no hace falta que tengas que sacrificar todo por mi... Si esto te afecta incluso a ti, entonces haré lo que me dices... Así que calma...

Sonrió intentando calmar a su preocupado esposo y lo logró.

La noche continuó entre temas banales, comida tibia, brisa fresca y muchas luces a su alrededor.

A veces extrañaban esos momentos, donde solo eran ellos, pero sin duda todo se sentía extraño sin la bebé merodeando con los cachorros por ahí.

Después de largas horas de tiempo de calidad entre la pareja, se encontraban cerca de la orilla de la azotea, Wonho abrazaba a Hyungwon por la espalda intentando proveerle calor ya que el menor parecía temblar de frío.

Sin embargo disfrutaba ese momento, ese que solo le podía pertenecer a él.

Sentirse como en la cima del mundo, mirando a todos desde arriba, abrigado por el calor de un cuerpo ajeno pero que le pertenecía, es una de las sensaciones que pocas personas llegan a experimentar en su vida.

Soltó un largo suspiro y cerró sus ojos.

— No volverás a preocuparte de esa manera ¿verdad? — susurró hacia su esposo — supongo que es un cabo atado que deberíamos dejar en el pa...

— Tomemonos unas vacaciones... — rápidamente dirigió su mirada al rostro de Wonho que se posaba tranquilamente sobre su hombro.

— ¿Qué? — susurró.

Wonho abrió los ojos y suspiró.

— Vacaciones, descansemos del trabajo por un tiempo... — susurró sorprendiendo aún más a Hyungwon — te volví a encontrar en mis vacaciones, así que supongo que pueden pasar cosas buenas esta vez también.

Hyungwon se giró totalmente para darle la espalda a las bonitas vistas y quedar frente a frente con Wonho.

— ¿Qué hay de todas las facturas? — susurró burlón.

Wonho sonrió levemente.

— ¿Te hago feliz? — preguntó en un susurró que no fue capaz de borrar la curva de sus labios.

Hyungwon acarició el mechón de cabello detrás de la oreja de su esposo y asintió con una sonrisa.

— Claro que si... — susurró.

— Entonces no necesitamos nada más...

Y Hyungwon sonrió agradecido con la vida por poder tener a una persona que cuidara de él en tal escala.

Wonho le había dicho en alguna ocasión que el amor protege y no daña, pero definitivamente ese hombre sabía como demostrárselo cada bendito día del calendario.

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