10.

Lanzó una mirada rápida hacia su bebé quien se mantenía dentro del colorido mecedor de Minnie Mouse, jugando con los colgantes de este mientras intentaba leer la correspondencia de toda la semana.

— Por Dios Hyungwon, no pueden tener a la bebé todo el tiempo allí... — suspiró frustrado al escuchar el comentario de su suegra.

Ya había sido interrumpido por quinta vez en ese mismo día y por mucho que amara que los padres de Wonho estuvieran de visita, a veces resultaban ser un poco mucho mandones

Bueno, no tanto como Ruby.

— La estaba cargando yo, no tiene ni diez minutos de estar allí... — resopló — no entiendo por qué el afán de regañarme.

La mujer se rió al ver al muchacho tan frustrado y se acercó a ambos con una sonrisa.

— No me refería a ahora mismo... — sacó a la bebé ante la atenta mirada de Hyungwon — me refería a que ya está creciendo, ya está por cumplir 5 meses creo que debes dejar que se siente, quizá quiera gatear pronto...

— Oh... — Hyungwon miró a su pequeña con un dolorsito en el corazón al recordar que no la tendría así de pequeña para siempre - eso...

La mujer asintió sonriente y puso a la pequeña sentada sobre sus piernas.

— Sigue en lo que estabas, ya jugaré yo con ella... — en ese momento la puerta se abrió llamando la atención de los presentes y dejó ver a un cansado Wonho ingresando a la vivienda — Oh, mira bebé ya llegó papá...

Wonho sonrió al ver a 3 de sus personas favoritas reunidas en un mismo lugar, entonces dejó un beso en la mejilla de su madre, tomó a la bebé en brazos y se dirigió hacia Hyungwon para dejarle un largo beso en los labios.

— Te extrañé... — susurró sonriente y luego miró a su bebé — y a ti también... — dejó besitos en el rostro de su bebé arrancandole un par de inocentes risitas que hacían sonreír a quien las escuchaba.

Wonho tomó asiento con la bebé en uno de los sofás y comenzó a jugar con ella, entonces Hyungwon supo que era su momento de aprovechar a leer la correspondencia de una buena vez.

Sin dudas la vida de padres no era sencilla.

Leyó algunas cosas, facturas de algunas compras, avisos respecto a sus trabajos, un par de documentos importantes y en medio de todas ellas, un pequeño sobre morado que resaltaba entre el resto.

Frunció el ceño extrañado por el raro sobre y se dispuso a ver su contenido, pero cuando lo hizo, decidió que quizá no fue la mejor idea.

Wonho notó el repentino cambio de humor de su esposo y se preocupó.

— ¿Encontraste algo malo? — Hyungwon negó levemente, entonces él frunció el ceño — ¿por qué esa reacción entonces?

Hyungwon suspiró resignado y extendió el sobre hacia Wonho quien tuvo que acomodar a la bebé sobre su brazo para poder tomarlo.

Entonces lo leyó y asintió sin despegar su mirada de la tarjeta.

— ¿Qué opinas? — susurró Hyungwon un poco decaído mientras tomaba asiento al lado de Wonho — sé que tu irás aunque yo no lo haga, pero...

No continuó su frase porque no sabía que más decir, entonces Wonho le sonrió tranquilo y le acarició el rostro.

— No tienes que ir si no quieres... — le dio un suave beso en los labios — no quiero que te sientas incómodo...

Hyungwon suspiró recordando su pasado y llegó a la conclusión de que si Natalia los había invitado a los tres a su fiesta de cumpleaños, era porque realmente quería que estuvieran todos allí.

Así que no tuvo más remedio que aceptar.

...

— Luces increíble... — Wonho susurró en su oído aún en medio del bullicio que causaba toda la gente que estaba en el lugar sumado a la música de fondo.

Se volteó y rodó los ojos mientras cargaba a la bebé.

— Tú siempre dices eso... — Wonho asintió dándole la razón — creo que solo lo haces para que no llegue a sentirme mal conmigo mismo e ignore el hecho de que tus ex compañeros y compañeras de universidad tienen cuerpos trabajados y voluminosas curvas y yo no tengo nada de eso...

Wonho le sonrió y se acercó a él.

— O porque de verdad luces bien en cualquier cosa... — susurró inocente tomando a la bebé de sus brazos para darle un poco de descanso a Hyungwon — a mi me encantas así...

En ese momento el delgado iba a responder algo, pero la cumpleañera apareció en la sala llamando la atención de todos, pues estaba muy bien vestida y sinceramente mejor de aspecto que cuando la conoció.

Pero como siempre hay un punto en donde las cosas bonitas deja de serlo.

No pasó mucho tiempo para que Hyungwon notara que Naty aún portaba el pequeño collar que era identico al que Wonho portaba siempre y suspiró sintiéndose mal por sus recuerdos.

Justo en ese momento ella notó la presencia de la pequeña familia y se iba a dirigir hacia donde ellos.

Pero Hyungwon no podía soportarlo.

— Wonho... Saldré a hacer una llamada... — susurró — olvidé decirle algo a Ruby.

Wonho asintió sabiendo muy bien el motivo de su salida y asintió con tristeza.

Entonces, sin importarle la intensa brisa fresca salió hacia el balcón de la bonita casa y soltó todo el aire que había retenido en sus pulmones desde que había visto aquel objeto tan significativamente doloroso.

Se quedó en silencio viendo hacia algún punto de la calle y comenzó a frotar sus manos en sus brazos para provocar un poco de calor por encima de la ropa.

— Esa ropa no ayuda al frío ¿no? — volteó y se encontró con la cara que menos deseaba ver en ese momento — no pareces muy cómodo incluso con todo lo que hay para hacer...

Hyungwon asintió lentamente y vio a Natalia apoyar los brazos en la barandilla sin mirarlo.

— Solo estaba recibiendo aire fresco... — se dispuso a volver — de todas maneras Wonho está esperándome...

Ella sonrió y le puso una mano en el hombro.

— Hyungwon... Sé que no hemos tenido buenos momentos, pero no huyas, por favor... — susurró mientras lo miraba con tristeza — hay algo que debo decir y si no quieres hablar está bien, pero al menos escúchame...

Hyungwon guardó silencio por un par de segundos y finalmente asintió.

— Y bien... — resopló apartando la mano de ella con suavidad — aquí estoy.

Ella asintió y dejó de verlo para no incomodarlo.

— Respecto a ese último día en que nos vimos... Lo lamento Hyungwon... — susurró — lamento todo... — negó levemente — desde despreciar el detalle que tenías para mi, hasta culparte por... — hizo una pausa sin poder decir el resto — por lo que pasó...

Hyungwon miró al suelo.

— Ya pasó, no vale la pena sacar esos temas ahora... — mintió sintiendo latente el dolor en su pecho.

— Claro que si... Sé que han pasado años pero, he vivido con eso en mi corazón... — le puso una mano en el hombro nuevamente — aún después de lo que pasó, fuiste a verme y quizá a disculparte, sin embargo yo simplemente te culpé o más bien te obligué a culparte a ti mismo de la situación... — suspiró — debí decirte que te disculpaba y que no era tu culpa, esas cosas simplemente pasan y ya...

Hyungwon sonrió con tristeza y negó.

— Nada pasa porque si... — la miró sintiendo sus ojos humedecerse — todo tiene un porqué.

Entonces ella asintió.

— Exacto... — susurró dejandolo confundido — ¿Acaso no ves tu vida ahora? ¿Crees que todo sería igual a como es hoy si nada de eso hubiera pasado?

Él la miró fijamente por varios segundos y suspiró.

— ¿Cómo podría saberlo? — susurró mirando a través del cristal como Wonho presumía de su bebé con sus ex compañeros de universidad que asistieron a la fiesta de Natalia — quizá hubiera funcionado...

Ella le sonrió con tristeza.

— Ella es una bebé hermosa... — Hyungwon la miró — y es muy amada, Wonho me lo ha contado... Pero... — hizo una breve pausa — ¿Crees que pudo haber sido igual con el bichito? ¿Eh?

Hyungwon sintió unas terribles ganas de llorar en ese momento.

No quería ser cruel, pero tampoco iba a mentir.

— No... — sollozó — no lo creo...

Natalia asintió con tristeza mientras se limpiaba una lagrima que se había escapado.

— Todo lo que ahora tienen es porque su relación se ha fortalecido a través de cada problema... — Hyungwon asintió cabizbajo mientras limpiaba sus mejillas — es por eso que todo tiene un porqué... — acarició la espalda de Hyungwon para intentar consolarlo — cuando estaba en la universidad y era compañera de Wonho, aún recuerdo la emoción con la que contaba la historia acerca del dibujo del jardín de niños... — Hyungwon la miró sorprendido de saber que ella sabía sobre el dibujo — era un tonto enamorado, soñando con algo que lo haría feliz... Pero era un cobarde, por eso jamás te buscó.

Hyungwon soltó una leve risita asintiendo.

— Lo sé, créeme... — sonrió triste y ella asintió.

— Ese era su defecto y me alegra que lo haya dejado atras y que buscara su felicidad a través de su matrimonio y su paternidad... — sonrió mirando a Wonho — ahora es un tonto guapo y feliz, presumiendo de su felicidad... — Hyungwon también miró a Wonho y asintió sonriente — pero ¿notaste cual era tu defecto?

Hyungwon la miró inexpresivo.

— No... — suspiró — aparte de ser un idiota, no...

Ella soltó una risita.

— Pues yo si noté el mio... — hizo una expresión de decepción — nuestros defectos no eran tan distintos Hyungwon...  Mi defecto siempre fue callarme lo que sentía — él asintió — pero este día decidí dejarlo de lado... — sonrió — y el tuyo... El tuyo fue que nunca aprendiste a decir que no o a escuchar cuando alguien te decía que no...

Hyungwon se quedó pensativo por varios segundos y asintió cabizbajo.

— Supongo que se notaba mucho, vivías con nosotros en ese tiempo... — susurró.

— Así es... Aceptaste la paternidad aún sin desearlo y supongo que todo acto tiene su consecuencia... Pero jamás es tu culpa... — le acarició el hombro y le sonrió — fue una lección que todos debimos aprender en su momento, fue dolorosa y muy triste pero... — tomó el pequeño collar entre sus manos y lo extendió a Hyungwon — siempre estaré agradecida de que el bichito fuera el porqué de muchas cosas en mi vida...

Hyungwon miró el pequeño collar en su mano y negó levemente sintiendo las lágrimas humedecer sus ojos.

— Natalia... — susurró con un hilo de voz — yo... Yo no puedo...

Ella volvió a acariciarlo para consolar su llanto.

— Es hora de dejar ir el dolor y ser agradecidos Hyungwon... — le sonrió con tristeza y le acercó el collar una vez más — esa criatura te dio una importante lección de vida que jamás debes olvidar... — entonces volvió a ver a Wonho y a la bebé que se había quedado dormida en sus brazos — y que cuando los mires a ellos, recuerdes de donde has venido y que es lo que quieres para tu vida... — Hyungwon se tapó la cara y comenzó a llorar mientras ella colocaba el collar sobre su cuello.

— Pero tu... — susurró entre lágrimas.

— Yo estoy feliz de que por esta vez le hayas hecho caso a tu defecto y no pudieras negarte a la invitación... — soltó una risita — y también estoy contenta por verte después de superar tantos problemas... Mereces ser verdaderamente feliz... — suspiró volviendo a mirar a Wonho una vez más — y creo que ya lo eres.

Él asintió lentamente mientras tocaba el collar y se limpiaba las mejillas.

— Perdón por llorar tanto... Es solo que... — negó levemente y ella sonrió.

Entonces lo abrazó.

— Tranquilo Hyungwonnie... — se separó de él y le apretó la mejilla como la primera vez que lo vio — llevaré a la bebé a tomar un descanso bajo el cuidado de mi prima, ella es niñera profesional y tú puedes volver a disfrutar de la fiesta... — Hyungwon la miró dubitativo y ella rodó los ojos — tu esposo espera, no tardes...

Él asintió levemente y la vio ingresar de nuevo a la casa y vio donde una joven se llevaba la bebé en su mecedor a un rincón de la misma sala, donde por fortuna podía verla.

Entonces se limpió bien las lágrimas, arregló su ropa e ingresó siendo atacado al instante por la fuerte música que había en el lugar.

En ese momento miró a Wonho buscando algo con la mirada y de repente hicieron contacto visual y toda la preocupación de Wonho se esfumó de su rostro.

Pero Hyungwon no caminó gracias a que una conocida canción había empezado y quería bromear con su esposo.

Vente pa' acá... — formó con sus labios, entonces levantó sus manos y comenzó a llamar a Wonho al ritmo de la música.

El aludido estalló en una carcajada que fue ahogada por la fuerte música y comenzó a bailar mientras avanzaba hacia su esposo.

Al llegar frente a frente, se dieron un suave beso y se abrazaron bailando torpemente la canción.

En ese momento Wonho notó el collar.

— ¿Y eso? — susurró en su oído para que le escuchara mientras tocaba el collar — ¿de donde lo sacaste?

Hyungwon se separó de él y le regaló una sonrisa sincera.

— Cabo más que atado... — susurró y volvió a abrazar a Wonho, quien a pesar de sentirse un poco confundido no quiso cuestionar nada más.

Entonces, allí moviéndose torpemente al ritmo de una canción que no podía bailar, apoyando su barbilla sobre el hombro Wonho el hombre que amaba, miró a lo lejos a Natalia, aquella persona que en algún momento compartió con él la atención de Wonho, culpa y el dolor de una pérdida.

Ella le sonrió sinceramente y levantó sus pulgares en aprobación, entonces en ese momento devolvió la sonrisa y cerró los ojos apretando a Wonho con más fuerza.

Las heridas duelen durante el tiempo que nosotros lo permitimos.

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