CYJ
Me dijo que no habría más llanto de por medio, me lo aseguró en la llamada antes de venir. Sin embargo, ahí podías verlo, a Jung Wooyoung, derramando algunas lágrimas aferrado a mí como un niñito caprichoso.
Reí un poco mientras correspondía su abrazo y palmeaba su espalda suavemente. Podía llegar a entender su reacción, porque incluso si nosotros nunca fuimos de los amigos cariñosos, si yo hubiera estado en su posición y él en la mía, probablemente hubiera reaccionado igual.
—No creí que lloraría más, lo juro —Intentando hacerse el indiferente ahora, se separó de mí limpiándose los rastros de lágrimas, esnifando.
Le sonreí con calidez porque era adorable. Lo dejé sentarse en la banquita.
—Me adoras, qué lindo —dije risueño.
—Oh, cállate, idiota —rió de vuelta terminando de barrer sus lágrimas. —Es solo que… No sé, ha sido tanto tiempo viendote dormido que me había acostumbrado a eso. Los doctores dijeron que era probable que no despertaras, y bueno, como que me hizo una idea, sabes. Pero mírate, terco como ninguno, bien parado y contento —Emocionado me palmeó la espalda.
—Todo menos lo de parado y contento —resoplé con un ápice de gracia. Si bien un 80% de las veces me sentía de la mierda, se me hacía un poco hilarante, por ciertas razones.
La verdad en mi afirmación era ciertamente triste. Y cuando vi a la sonrisa de mi amigo esfumarse, supe que también lo intuyó.
—¿Cómo vas con las terapias?
La respuesta que di era mucho más simple de como en realidad me sentía.
—Bien… creo.
Woo arqueó una ceja, con aquella expresión dejándome en claro que no me creía en lo absoluto.
—Quiero decir, no apesta tanto —especifiqué —. No me puedo levantar y dependo completamente de una estúpida silla de ruedas, pero pudo ser peor, ¿sabes? Además que Chan dijo que ha visto unas cuantas mejoras en los últimos días. Así que por ese lado no es tan terrible.
—Un avance es un avance. Estarás bien, ya verás —Me sonrió, recordándome una vez más su forma de ver la vida, simple y positiva. 0 complicaciones, siempre finales felices.
Muchas veces nuestras personalidades chocaron por esa razón, pues yo era una persona más realista, pensadora y analítica, en otras palabras, alguien con los pies en tierra a diferencia de él.
En ese preciso momento, fui más consciente de esa diferencia, porque con una sonrisa y una actitud positiva, él solucionaba los rompecabezas que me mantenían al borde de la desesperación en las madrugadas. Y por un momento, le tuve envidia, que lo tuviera tan fácil.
—Gracias. —Sabía que no era su intención. De todas formas tuve que forzar una sonrisa, la cual me correspondió antes de preguntar algo diferente.
—No llevas terapia para extremidades superiores, ¿verdad?
—Nop, con eso no tengo problema alguno.
—¿Seguro?
Me dio la mirada incrédula de momentos atrás.
—Mmm, ¿sí? —reí ligeramente por su cuestionamiento tan seguro —. ¿Por qué la pregunta?
—Nada, solo que se me hizo raro lo de hoy.
—¿Lo de hoy?
Asintió.
—El tema del vaso y eso.
Oh, así que le habían dicho.
—¿Te lo contó Soobin? —Estaba 90% seguro de que la respuesta a mi pregunta sería un sí. No iba a mentir, el muchacho me agradaba, pero creo que a cualquiera le hubiera irritado un poco que fueran contando sus cosas como chisme de barrio.
Volvió a asentir.
—También hablé con Samantha antes de venir. Me la crucé en el pasillo.
—Supongo que también conoces al personal —suspiré. Odiaba sentirme tan ajeno a mi propia vida.
—Obvio, los que siempre estuvimos como que ya somos una familia —rió un poco. Recordé las palabras de mi madre, muy parecidas a las suyas —. Imagínate que mi mamá le regaló un panetón al doctor en navidad.
Eso me sacó una carcajada.
—La tía no cambia, ¿eh? Ella y sus panetones…
—Sí, y seguirá siendo igual toda la vida, créeme.
Era seguro que nadie cambiaría en esa casa, él incluido. Nos miramos y empezamos a reír.
—Mi mamá también quería venir, lo hará, no te preocupes, hay panetón para ti también —bromeó conmigo.
—Ugh, realmente me encantaría, pero estoy en una dieta aburrida como la mierda. El doctor no me deja comer mucho ni… Bueno nada.
—El señor aspiradora debe estar muy triste entonces —se burló.
Mis amigos de escuela solían llamarme "el chico aspiradora" por mi pasión por comer.
—Cállate. —Le empujé juguetón del hombro riendo, porque era verdad.
Wooyoung se rió conmigo, como siempre. Recuerdo ese momento con cariño, porque fue como un salto en el tiempo, uno que necesitaba semanas atrás. Yo realmente extrañaba esa clase de felicidad.
Una última risa abandonó nuestros labios, y su mirada contenta cambió repentinamente bajo la mía, fue fijándose y volviéndose más filípica, de repente cambiando por completo el ambiente. Y odié eso, el volver a la seriedad de la que me veía incapaz de escapar últimamente.
—¿Qué? —cuestioné con un intento de risa débil.
No importó cuánto lo intenté. Las cosas jamás serían como antes, ahí me di cuenta.
Su sonrisa volvió a hacer una aparición, pero con menos protagonismo, más tímida, al igual que su mirada que segundos después se dirigió al suelo.
—Nada… —Sonrió mirando sus manos—. Solo que realmente te extrañé, idiota.
Pretendí que escuchar su voz carente de fuerza y dudosa no me afectó. Pero mi sonrisa también desapareció junto a la suya. La situación me daba tanta rabia. ¿Por qué tuve que lastimar a mis seres queridos así?
Busqué cambiar de tema de conversación antes de que todo se tornara más sentimental y triste de lo que era.
—Me ibas a decir que te dijo Sam —Le hice recuerdo.
—Oh sí —Felizmente mi pregunta borró su expresión decaída, así que pudo volver a enfocarse en mí —. Ella te lo iba a decir antes, pero como te dormiste, me lo comentó de pasada. De todas formas hablará contigo el doctor luego.
—¿Sobre qué hablaron?
—Estaba apurada, así que solo me dijo lo de hoy, un poco. La verdad no vengo aquí hace dos meses quizá, así que hubiera sido imposible que me pusiera al día de todo y bien explicado.
—¿Qué te dijo exactamente? —pregunté rezando porque no fuera nada demasiado malo.
—Los acontecimientos de hoy. Me dijo que según tus exámenes neurológicos, todo está bien, que cuando el doctor tenga tiempo te lo explicara todo.
El exhalo que di de alivio…
—Lo sé —dijo —, una preocupación menos.
—¿Pero entonces qué pasó? —Más que nada ese fue un pensamiento en voz alta.
—Ni idea, también me pareció raro, por eso creí que se debía a un tema muscular, reflejos o algo así, pero si me dices que no, entonces debe ser otra cosa.
—Fue más que solo atrofia muscular, créeme —dije recordando la desagradable sensación recorriendo mi cuerpo.
—Sami me dijo que el doctor tiene una teoría.
—¿Te comentó cuál?
—Poco, como te digo estaba apurada. Pero según lo que me dijo, puede que haya sido el primer paso hacia la recuperación de tus recuerdos.
Mis ojos se abrieron quizás unos dos centímetros más.
—¡¿M-Mis recuerdos?! Es… ¡¿Es posible?!
—En la mayoría de casos la gente logra recuperar sus recuerdos, entonces puede ser. Dios quiera…
Había una posibilidad… Si el doctor lo decía, la había. Tenía que aferrarme a eso.
—P-P-pero, no entiendo, ¿cómo? En sí no pude recordar nada, mi mente entró en blanco. ¿Qué tengo que hacer? ¿Cómo activo mi memoria?
—Creo que es más complicado que eso amigo, pero por lo que dijo Sami, el hecho de que hayas reaccionado así, puede deberse al impacto de ese recuerdo intentando resurgir. Como fue tan repentino, piensan que hubo una fuente externa que obligó a tu subconsciente a intentar sacarlo a la luz. No es normal una reacción tan agresiva.
—¿Fuente externa?
—Estabas con Soo, ¿verdad? ¿Hizo o dijo algo memorable? ¿Te mostró una foto o algo así?
Negué con la cabeza.
—Realmente fue de la nada. Ni siquiera estaba hablando conmigo.
—Mmm… entonces no tengo idea. Cuando hables con el doctor te lo va a explicar mejor.
—Sí sí.
—Pero, ¿no es asombroso igual? En ese caso es muy probable que recuperes tus recuerdos pronto.
—Es lo único bueno de todo esto, te juro. Antes tenía miedo de solo pensarlo, pero ahora veo que es peor estar confundido gran parte del tiempo.
—¿Miedo? ¿De qué? ¿Recuperar tus recuerdos?
—Sé que es algo positivo, pero considerando cómo ha cambiado mi vida... Me aterra. Ese Yeonjun y yo somos personas totalmente diferentes.
—Es verdad —rió con ligereza —. Ese Yeonjun es menos amargado que tú.
Ese tonto… intenté acercarme para pellizcar su brazo, pero se hizo para atrás.
—No soy amargado, idiota, solo que son muchas cosas a las que me tengo que acostumbrar, y como que es un poquito abrumador.
—Ahí te doy la razón, es bastante que procesar.
—¿No me quieres ayudar ayudar con eso?
—¿Con?
—Hacerme recuerdo, o bueno, hacerme saber sobre lo más importante. Mis padres y Soobin han tratado de ayudarme con eso, pero me siento más cómodo haciendo esto contigo.
—Tranquilo, lo capto. Entonces, en ese caso, ¿qué te gustaría que te diga?
—Todo lo que puedas.
—Hmm, ¿qué es lo último que recuerdas?
—Eh, pues que estábamos haciendo el proyecto de inglés juntos, te fuiste y luego vino Yeonwoo y estuvimos toda la tarde viendo películas.
—¿Inglés? Dios mío. ¿De la escuela? Pff, hombre…
—Ya sé —Entorné los ojos —. Han pasado décadas.
—El tiempo no es el problema en sí, amigo. Mi vida sigue siendo la misma mierda aburrida, ¿la tuya? —rio —. Quiero un poco de tu buena suerte.
—Sí, dícelo al chico que esta postrado en una camilla después de haber tenido el accidente de su vida. —Lo dije con una pizca de burla porque si no empezaba a ver las cosas así, terminaría por consumirse.
Woo emplazó una mueca algo incómoda.
—Bueno, antes del accidente por supuesto.
—Estoy bromeando, hombre —aclaré con una sonrisa para evitar dramas y malentendidos —. Entonces, después de eso, ¿qué pasó?
—Uff… —suspiró peinando su cabello hacia atrás —Por dónde comienzo... A ver, vamos por orden cronológico. Lo más importante después de eso fue el baile de graduación, de ahí, todo lo que respecta la escuela terminó.
—Fui con Yeonwoo, ¿verdad?
—Eso es obvio.
—¿Y tú?
—Con winter, como amigos.
—¿Pasó algo importante esa noche?
Me perdí mi puta graduación, increíble.
—Lo de siempre, hermano, besuqueo, lágrimas y alcohol. La verdad estuvo bien, pero después de esa noche, todos nos distanciamos por la universidad.
—¿Todos?
—Bueno, casi todos, menos amigos cercanos como Hong, Changbin, Yeonwoo, y nosotros.
—Si no hay nada más interesante sobre la escuela, entonces vamos con la universidad. Sé que estoy estudiando arquitectura, cuarto año, ¿verdad?
—Preciso.
—¿Y tú? ¿Seguiste contabilidad al final?
—Negocios internacionales, lo suficientemente parecido. Sabes que siempre me gusto esa mierda.
—¿Y Yeonwoo?
—Diseño de modas.
—Lo sabía —dije con u a so risa cálida.
—¿Te acuerdas que criticaba cómo nos vestíamos hasta para ir a comprar pan? —Sus palabras me hicieron recordar —. Oh, pero contigo... Te obligaba a vestir como payaso —rió —. Es bueno que haya mejorado.
Yeonwoo…
Todavía me ponía nervioso y expectante pensar en ella, en el hecho de que no estábamos juntos, cómo, por qué. Necesitaba saberlo, pero no le preguntaría en ese momento. Decidiendo que sería en otro , mordí mi labio inferior intentando distraer mi mente de ella.
No tenía que saber la historia completa en ese momento, quizá solo una parte.
—¿Cómo está ella?
Wooyoung no me respondió de inmediato, y su cara me decía que se había dado cuenta de que, básicamente, para mí, todo ese asunto había sido una despedida unilateral.
—Está bien, está estudiando con nosotros —contó sonriendo —. Ella está feliz, de eso no te preocupes.
Pregunté un poco más por ella solo porque no pude evitarlo.
—Después de todo lo que paso, ¿seguimos siendo amigos? —De verdad esperaba que dijera que sí.
—Hmm, todavía se saludaban en el campus de vez en cuando cada que se veían, de ahí no pasa. Pero no terminaron terminaron en malos términos, no te preocupes, solo que diferentes caminos y necesario espacio.
Terminar…
Me iba a enfrascar en esa idea hasta terminar lamentándolo. Cambio de tema, sí.
—Sigue. —Me apure en decir por no saber que más acotar.
—Hmm… ¿qué más? Ah sí, tienes un gato.
¿Gato? Oh era cierto, mis padres me lo habían mencionado, pero nunca lo vi al llegar a casa.
—Mamá me dijo, ¿sabes por qué no está en casa?
—No había quién lo cuidara, tú no estabas y tus papás se la pasaban afuera, entonces se lo dieron a tu tía Heeso para que lo cuidara hasta que las cosas mejoren.
—¿Es bebé?
—Ya no.
—¿Entonces por qué no pueden solo traerlo de vuelta? —Siempre fui un amante de lo gatos, de los animales en sí —. Ya estoy aquí.
Woo me sonrió apenas, emanando ternura.
—Mochi es un gatito diferente.
—¿Cómo diferente?
Su sonrisa se ensanchó.
—Lo sabrás cuando lo veas.
Ugh, como odiaba cuando no contaban la historia completa.
—Solo dilo, seguro lo veré dentro de estos días.
—Tendrías que hablar con tus papás.
Y de nuevo no me estaba diciendo nada.
—Oh vamos, pero dime más, hombre. ¿Por qué todos son así conmigo? Cuando le pregunté a mamá cómo aceptó a un gato dentro de su inmaculada casa, se rió. SE RIÓ. ¿Recuerdas cómo era de amargada? Está tan diferente… No solo ella, papá también. Y no es que me queje, el cambio es asombroso. Están siendo más cariñosos y risueños de lo que los vi en años, por eso no lo entiendo. Sabes que siempre quise tener alguna mascota desde que era niño, un perro, un gato o hasta un puto pez y NADA, porque era mucho dinero, tiempo, responsabilidad, los pelos, que sus necesidades, etc. ¿Y que ahora me digan que tenemos un gato que pueda ensuciar sus inmaculados muebles de cuero blanco italiano? No me hagan reír.
—Las personas cambian, Junnie —rió por lo bajo.
—¿Pero tanto? Es ridículo.
—Hay un razón para ello, déjame-
—Alto ahí vaquero —Alcé mi mano para hacer dicho gesto —. Antes de eso vas a responder mis preguntas y vas a dejar de cambiar de tema. Explícame lo del gato, ¿cómo diablos sucedió? Necesito usar la misma técnica para lograr que mi mamá me compre comida decente.
Wooyoung volvio a reír.
—Justo a eso quería llegar —explicó —. Todo tiene un denominador común.
—¿Lo del gato también?
Asintió.
—¿Y cuál es?
—Soobin.
Oh. Claro que tenía que ser él.
Soobin esto, Soobin aquello.
No solo mis padres o el personal médico, sino también mi mejor amigo. ¿Qué más? El chico era un colonizador total en cuanto a mi vida respectando.
No oculté mi mueca de fastidio.
—No estaba muy seguro de hablar del tema porque creía que te incomodaba, y a juzgar por tu cara, veo que no me equivoqué. Pero en algo tienes razón, tu vida ha dado un giro de 180° en todo aspecto, y aunque cueste creelo, todos reconocemos a Soobin por algo. Si es que vamos a hablar de todos los cambios que has estado atravesando, es necesario que lo mencionemos a él. Pero si te sientes demasiado incómodo, entonces mejor no hablemos de eso. Igual son cosas que ya puedes deducir.
—No me hables tan serio, dios mío. No has golpeado ningún nervio, no te preocupes, tampoco es que lo odie. Estamos bien.
—Pensaba lo mismo, pero esa cara…
—Bien sabes que siempre fui muy expresivo, además que nunca mido mis reacciones. Realmente no lo odio, solo hay ciertas cosas que me irritan de él —expliqué por más que supiera que lo que me irritaba era la situación en sí. Soobin era lo más parecido a un ángel.
—¿Entonces no te molesta?
—Si lo hiciera, ¿crees que hubiera aceptado eso de tener que verlo todos los días por muchísimas horas? Yo no aguanto esa mierda por nadie, lo sabes.
—¿Entonces ya son amigos?
—No diría eso. No lo conozco, pero sin duda es un tipo amable.
Y ahora la expresión de Woo se tornó afligida, o no se, triste. Por dios, no lo entendía.
—¿En serio no te acuerdas de nada?
—Nada.
—¿Nadita?
—¿En lo que a él respecta o a todo? Igual la respuesta es no para ambos casos.
—Entiendo… —musitó asintiendo —. Entonces sobre el tema de Soobin, ¿que te gustaría que te diga exactamente? Sabes, las relaciones son de dos, así que no hay mucho que yo sepa más que él. ¿No has hablado con él de esto?
—Un poco. Me contó que nos conocimos en su tienda, me mostró fotos, videos y más cosas, pero igual no ayudó, entonces dejamos de hablar del pasado. Creo que sabe que me incomoda un poquito
—Hmmm, lo entiendo, no te juzgo. Todo esto para ti debe ser tan nuevo y aterrador de alguna forma. Pero créeme cuando te digo que lo suyo se desarrolló super natural, y para qué mentir, re bonito.
Bonito… todos relacionaban a Soobin con la misma palabra de alguna forma.
—Sé que no sabes todo sobre nuestra relación, pero desde tu punto de vista, ¿cómo era todo?
—¿Su relación?
Asentí.
—Pues, creo que hasta ahora nunca he conocido a dos personas que encajen tan bien como lo hacían ustedes. Soobin es una buena persona, creo que a este punto lo sabes, pero eso no basta para que una relación funcione. Él supo leerte muy bien incluso desde antes, cuando recién empezaron a ser amigos. El tipo será mayor, pero es divertido como la mierda y el único que siempre supo responder y amoldarse a ti sin cambiar quién era. Debo admitir que me dio celos al inicio, el que ustedes como amigos lograron una conexión más fuerte que la nuestra y en mucho menos tiempo, pero luego de conocerlo, caí como todos por el efecto Choi Soobin —rió al final.
—¿Efecto Choi Soobin? —cuestioné incrédulo. Sonaba ridículo.
—Así le decimos en el campus. Soobin en una primera impresión parece alguien muy lindo y tímido, pero cuando agarra confianza se convierte en ese chico cool por el que todos babean.
Mis labios se entreabrieron porque no creía lo que me estaba diciendo. Chico cool y Soobin no podían ir en la misma oración cuando era tan adorable
—Sorprendente, ¿verdad? —continuó —. Pero sí, con esa cara de quinceañera y aura angelical tenía a media universidad babeando por él. De hecho, ustedes dos son bastante populares.
—¿Por el escándalo de pareja gay y eso?
—Eso no tiene nada que ver, Junnie. Tienen amigos en todas las facultades por sus personalidades, por lo geniales que son, incluso desde que eran amigos. Y como que… realmente el estar juntos sacaba lo mejor de la personalidad del otro. Yah… De verdad sigo algo celoso —admitió en una risilla.
—¿De él?
—No, tonto —Negó riendo —. De lo que ustedes tienen. Sali con muchas chicas en la uni y nunca encontré eso que ustedes tienen, así que sí, cupido fue un poco injusto conmigo.
—Todas las relaciones son así —Le intenté quitar relevancia al aparente hecho de que éramos la pareja del siglo —, empiezan con la luna de miel, todo es rosas y amor, y de pronto-
—Nah, lo suyo era diferente, créeme. Yo también te vi enamorarte de Yeonwoo en la secundaria y fui testigo de esos cinco años de relación, recuérdalo. Pero ni siquiera en la etapa de luna de miel como dices, estabas así. ¿Nunca te has preguntado por qué tus padres y yo estimamos tanto a Soobin? Porque más allá de que es un chico bueno, es bueno para ti. Porque cambiaste mucho, Yeon, y para jodidamente bien. Nunca te vi más feliz en la vida, de verdad.
Solo era mas presión para mí.
¿Cómo se supone que tenía que reaccionar a eso? Mis padres me habían dicho casi lo mismo, que yo era una mejor persona gracias a Soobin, que Soobin esto, que Soobin aquello.
Mi mejor amigo prácticamente estaba desvalidando a mi relación previa de cinco puntos años, como si vida no hubiera tenido sentido antes de él. Y eso me enojaba tanto… Por supuesto yo no estaba de acuerdo, porque antes de saber de su existencia, me sentía muy feliz, gracias.
¿Qué iba a decir? ¿Qué tenía que decir?
Me rehusaba a dar opinión, no quería ser grosero.
—Nunca me dijiste lo del gato —susurré viendo mis nudillos pálidos por sobre las sábanas. Fue mi mejor idea para matar el tema.
—Lo adoptaste con So-
Ok, suficiente.
—Oye, ¿y si damos una vuelta por la cafetería? —interrumpí.
Woo era una persona de atencion débil. Por favor por favor por-
—¿Ahora? —Pareció sorprenderse con mi sugerencia —. ¿Pero no acabas de comer?
Gracias cielo.
—Chico aspiradora, ¿lo recuerdas? Además que hay enfermeras muy guapas que-
—Ok, si vamos, como que me dio hambre.
Wooyoung era una risa asegurada. Quería mantener ese ambiente amistoso por mucho tiempo más. No más cosa sentimental.
Y al carajo Soobin, no lo necesitaba para ser feliz.
Nota:
Volvimos uu.
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