94.- Tienes que hacerlo bien

- Anzu... - susurró Hitoshi.

- Mmmhhh...

- Amor, tienes que levantarte...

- No quiero... - contesté aún medio dormida - Fuera hace frío... Aquí estoy calentita...

- Vas a llegar tarde.

- Me da igual... - bostecé.

- Bueno, habrá que llamar a Edgeshot y decirle que no vas a ir a su agencia... - bromeó.

- ¡OSTIA! - me erguí de golpe y me levanté de la cama.

- Se te había olvidado, ¿verdad? - me preguntó con una sonrisa.

- No sé ni cómo he podido olvidarme, es literalmente el momento más importante de mi vida - mascullé mientras me vestía a toda prisa.

- Anzu, amor, para un momento...

Se levantó de la cama, caminó hacia mí y tomó mis manos entre las suyas.

- Respira, tienes tiempo de sobra, te he despertado pronto porque sabría que te pondrías así - me explicó con una pequeña sonrisa - ¿De verdad crees que dejaría que llegaras tarde al momento más importante de tu vida?

Con el ceño fruncido, lo miré fijamente a los ojos.

- Me gustaría poder enfadarme contigo por asustarme, pero me resulta imposible con esa sonrisa tan bonita - murmuré.

- Lo sé - respondió, y me dio un beso en la frente - ¿Vamos a desayunar? Necesitas energías para hoy.

- Sí, por favor.

Salimos de mi habitación intentando no hacer demasiado ruido y fuimos  la cocina.

- ¿Dónde guardabais el café? - pregunté.

- ¿Desde cuándo tomas tú café? - me preguntó, sacando el bote de uno de los cajones de despensa - Ya tienes bastante energía tú sola, no creo que la cafeína te haga ningún favor.

- No es para mí, tonto, es para ti y para tus padres - respondí, agarrando el bote - Tú y tu padre lo tomáis solo, y tu madre con leche y un poco de canela, si no recuerdo mal...

Empecé a preparar los cafés, así que Hitoshi me abrazó por la espalda y apoyó su cabeza en mi cuello.

- Eres adorable, Anzu - susurró, y me dio un beso en la parte alta de mi oreja.

- Gracias - respondí con una sonrisa.

Empezó a darme besos haciendo un caminito desde detrás de mi oreja hasta mi nuca, haciéndome reír levemente.

- 'Toshi, me haces cosquillas~

- Ya lo sé - respondió, y me apretó la cintura un poco más fuerte - Es que quiero aprovechar este ratito que nos queda antes de que te vayas.

- Solo es una semana - le recordé.

- Ya, pero hace muchísimo que no estamos tanto tiempo separados...

Noté como escondía su rostro en mi cuello y me apretaba un poco más, y no tardé mucho en atar cabos.

- Sé que la última vez que estuvimos tanto tiempo separados pasó lo de mis padres... - susurré con voz dulce para intentar reconfortarlo - Pero eso no va a pasar otra vez, Hitoshi. Voy a la agencia del héroe N.º 4 a hacer unas prácticas, no va a pasarme nada malo. Voy a estar bien...

- Ya lo sé... - susurró.

Acabé de preparar los cafés, así que me preparé mi desayuno y Hitoshi y yo nos fuimos al salón a tomarlo. Estábamos sentados en el sofá cuando Mihoko apareció por la puerta.

- Buenos días, chicos.

- Buenos días, mamá - saludó Hitoshi.

- Buenos días - saludé con una sonrisa - Os he preparado los cafés a Hajime y a ti, están en la cocina.

- Muchísimas gracias, cielo - dijo, y me revolvió el pelo con cuidado.

Se me hacía tan raro recibir muestras de afecto por parte de adultos... Realmente, cualquier tipo de contacto que no fuera violento.

- ¿Papá está dormido? - preguntó Hitoshi, extrañado.

- ¿Tu padre? Para nada, se ha pasado media noche despierto leyendo documentos sobre nuevas investigaciones médicas, ya sabes cómo es...

- Pero su kosei era que no le hacía falta dormir, ¿no? No "no poder dormir" - pregunté.

- Estás en lo cierto, pero duerme propiamente como 2 veces a la semana, lo demás son siestas rápidas o ni eso - explicó Mihoko - Creemos que el insomnio de Hitoshi se puede deber a un pequeño rastro del kosei de su padre en él, aunque claramente el mío es el que ha heredado.

- Me pitan los oídos, estáis hablando de mí - dijo Hajime, entrando al salón - Espero que no sea mal.

- Para nada - respondí con una sonrisa.

- ¿Cuándo vienen a por ti?

- En algo menos de una hora - respondí.

- ¿Estás nerviosa? - me preguntó Hitoshi.

- Muchísimo... Pero irá bien, seguro. Necesito que vaya bien... - susurré eso último.

Poco después fui a prepararme. Me duché, me puse el uniforme de la UA, preparé la mochila con mis cosas y agarré el maletín de mi traje. Me eché un leve vistazo en el espejo y respiré profundamente.

- Es el día más importante de tu vida, Anzu - susurré - Tienes que hacerlo bien, no volverás a tener otra oportunidad así.

- ¡Anzu, ya han venido a recogerte! - me avisó Hajime.

- ¡Ya voy!

Salí de la habitación y me dirigí a la entrada.

- ¿Lo llevas todo? - me preguntó Mihoko.

Asentí con la cabeza.

- Mucha suerte, amor - me dijo Hitoshi.

- Gracias - respondí con una sonrisa.

Puse mis manos en sus mejillas e hice que se agachara un poco para poder besarlo suavemente unos segundos. Después, su padre me puso la mano en la cabeza y me revolvió el pelo.

- Te va a ir genial - aseguró - Ya nos irás contando.

Volví a asentir con la cabeza, abracé a los tres y me fui hacia el coche que esperaba ante la puerta, conducido por Midnight.

- Parece que ellos sí son buena gente - comentó una vez me subí al coche - Estarás contenta.

- Muchísimo - respondí con una sonrisa.

No tardamos mucho en llegar a la estación de tren, en la que me encontré con Sero, Kaminari y Mineta: como íbamos los 4 a la misma ciudad, cogeríamos el mismo tren. Pasé el rato en el tren hablando con ellos, aunque intentaba ignorar los comentarios de Mineta gran parte del tiempo. Una vez llegamos a nuestra parada, como debíamos ir a distintas agencias nos despedimos y fuimos cada uno por nuestro camino. No tardé mucho en llegar a la agencia de Edgeshot, imponente a la vista, así que entré y me acerqué la recepcionista que se encontraba allí.

- Buenos días - saludé - Soy Anzu Himura, de primer año en el Departamento Heroico de la UA, vengo para hacer las prácticas con Edgeshot. ¿A dónde debería ir?

- Así que tú eres "la Himura"... - dijo la recepcionista con mala cara. - Hay que tener valor para seguir intentando ser una "heroína", después de todo lo que han hecho tus padres.

Golpe bajo, no me esperaba un ataque así tan pronto.

- D-disculpe, yo-

Fui interrumpida por la voz de Edgeshot, que acababa de llegar a la recepción.

- Veo que ya ha llegado - comentó.

Me giré hacia él, completamente rígida por los nervios.

- Usted debe ser la joven Lightning, supongo - observó - Me alegro de que aceptara mi oferta.

- Muchísimas gracias por solicitarme para continuar mis prácticas formativas aquí, señor - dije, haciendo una reverencia - Es todo un honor poder aprender de alguien como usted, prometo que no lo decepcionaré.

- Cuento con ello, solo he oído cosas buenas sobre usted por parte de Ryukyu, Centipeder y sus profesores - respondió - Acompáñeme, le enseñaré la habitación donde se hospedará estos días, y después empezaremos con el trabajo.

- Sí, señor.

Me acompañó hasta mi habitación y tras indicarme cómo llegar a su despacho, que es donde debía ir después, se marchó. Dejé las cosas rápidamente, me puse mi traje de heroína y me dirigí al despacho.

- Bonito traje - dijo, mirándome de arriba abajo una vez entré.

- G-gracias, señor - respondí, sonrojada, sabiendo que me había inspirado en el suyo.

- El tiempo que esté conmigo, a parte de patrullar y que obtenga experiencia real de trabajo, vamos a aprender a explotar esos reflejos suyos y entrenará para aumentar su sigilo y atacar de manera más rápida SIN el uso de su kosei - explicó - No se lo voy a poner fácil, aprender de los mejores implica entrenar y esforzarse como ellos. ¿Está preparada?

- Por supuesto - contesté con una pequeña sonrisa.

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¡Gracias por leer!

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