83.- La quinta batalla
Finalmente, solo quedaba el último combate. Respiré profundamente antes de entrar a la zona de batalla; no iba a ser fácil. Una vez dentro de la zona de combate, empezamos a caminar hasta nuestra celda. Por el camino, Midoriya iba saltando de tubería en tubería para calentar un poco con su don; al parecer, había tenido problemas para controlarlo esa noche.
- Empezaremos por Shinso, ¿vale? - dijo Mineta - Mientras él esté suelto, estaré preocupado. No quiero que me lave el cerebro.
- Tampoco nos centremos demasiado en él - apuntó Uraraka - Los demás son del estilo de quedarse escondidos y lanzar ataques desde quién sabe dónde.
- Monoma puede ser muy peligroso. No sabremos con exactitud qué koseis ha copiado hasta que los use, y pudiendo copiar tres, será arriesgado - comenté.
- ¡Yo pego cosas! - dijo Mineta, haciendo malabares con bolas de pelo.
- ¡Yo derrito cosas! - añadió Ashido, creando chorros de ácido.
- ¡Yo hago flotar cosas! - finalizó Uraraka, haciendo flotar su casco.
- ¿Estáis repasando vuestros koseis? - pregunté.
- Más bien estamos exponiendo por qué esta misión nos va a ir cuesta arriba a nosotros 3 - explicó Uraraka.
- Pero vuestros koseis son buenos, y tampoco es que dependáis enteramente de ellos, ya que os sabéis defender físicamente.
- ¡Lo mejor será que empecemos con mi "Pop-off vineyard"! - exclamó Mineta.
- ¡Nadie va a caer directamente en eso! - dijo Ashido - ¡Primero les encontramos, después les atrapamos!
- ¡Yo seré el cebo! - añadió Midoriya, aterrizando al fin frente a nosotros.
- Y yo te cubriré - finalicé.
- ¿Cómo va? - le preguntó Ashido - Nos dijiste que tu kosei estaba actuando raro.
- Sí, ya... ¡Pero ahora no hay nada extraño! - respondió - Aún así... Basándonos en como fue la batalla anterior, probablemente serán muy cuidadosos conmigo. ¡Así que lo mejor será que lo demos todo!
- ¿Estáis bien...? - nos preguntó Mineta a ambos - Contamos con vosotros...
- No te preocupes - contesté.
- ¡Ganaremos! - sentenció Midoriya.
- Y él se solía poner nervioso... - susurró Mineta, mientras Ashido animaba.
- ¡Es hora del 5° enfrentamiento! ¡La batalla final! - anunció Vlad King - ¿¡Todos preparados!? ¡Centraos hasta el final y dad lo mejor de vosotros! ¡Ahora, empezad!
Empezamos a correr en busca de los de la clase B. Uraraka, Ashido y Mineta iban por tierra, Midoriya saltaba de tubería en tubería, y yo usaba mi velocidad para correr sobre ellas. Habíamos establecido una serie de señas para poder comunicarnos entre nosotros sin peligro. El plan era encontrarles y conseguir la ventaja.
Pronto Midoriya hizo una seña, moviendo un dedo hacia arriba, y asentimos. Subió rápidamente saltando y le seguí, hasta que quedamos por encima de mayoría de tuberías y nos separamos del grupo. La clase B no podía simplemente ignorar nuestras velocidades, pero seguramente se centrarían también en la fuerza de Midoriya, por lo que le tendrían bien vigilado. En cuanto fuera posible, les atraería hacia el resto del grupo, estando así más cerca de la celda; siendo yo la más rápida del grupo, iba con él para asegurarnos de no arriesgarlo todo a una jugada y guardarle las espaldas: lo bastante cerca como para saltar en su ayuda, pero lo bastante lejos como para no ser vista.
Seguíamos moviéndonos en su búsqueda cuando noté algo moverse en la periferia. Llamé la atención de Midoriya y dirigimos la mirada al objeto en cuestión. Era un barril metálico flotando, presumiblemente a causa del kosei de Yanagi.
- ¡¡Eeek-!! - se escuchó.
Era la voz de Uraraka; nos giramos rápidamente para ver de dónde venía, pero acabamos encontrando a Monoma.
- ¿Huh? ¿Me has localizado? - dijo el rubio - Tras ver la actuación de Bakugo... Habría sido ridículo tomarte a la ligera. Es lógico estar en guardia contra alguien tan fuerte y ágil como tú. Nuestra inteligencia se da cuenta de ello.
Nos fuimos acercando, y Monoma no parecía haberme visto todavía.
- Por otro lado, alguien realmente inteligente se habría dado cuenta de que fueron los otros tres los que amplificaron la fuerza de Bakugo, y pensar que acabar con los otros era la prioridad - continuó - Eres todo un "showman". Te has salido de los planes para revelarte ante nosotros, ¿verdad? Mientras tanto, espero que mis aliados ya hayan detectado a los tuyos. Serán 4 contra 4, pero ¿Cómo le irá a tu equipo? Con Shinso en la mezcla, no es que puedan comunicarse libremente. Supongo que lo mejor sería que volvieras para asegurarte de que tus compañeros estén bien... ¡Pero espera! ¿¡Y si el grito hubiera sido Shinso imitando su voz!? ¿¡Y si tus amigos siguen ocultos, pero tu nos guías directamente hacia ellos!? ¡Ha ha ha! ¡Me temo que no hay respuesta fácil a eso!
Midoriya me miró por apenas un segundo, yo negué con la cabeza y me tapé la boca con la mano; el grito había sonado demasiado cerca como para ser Uraraka, por lo que debía ser Hitoshi, oculto igual que yo. Tras eso, Midoriya se lanzó hacia él.
- ¿No tienes ningún respeto por la potencial situación de tus amigos? ¡Qué frialdad! - volvió a hablar Monoma - Tuve una pequeña charla con Shinso. "Los dotados destrozarán el mundo". Cuéntame; tu colega Bakugo... ¿Cómo es que aún puede sonreír sin preocupaciones ni problemas, cuando él fue el que trajo la caída del "Símbolo de la paz"?
Midoriya posicionó sus brazos para apuntar a Monoma, pero algo salió mal; cuando fue a disparar, de su brazo empezaron a salir algo parecido a látigos hechos de sombras de su brazo, destrozando su guante: su kosei se había descontrolado.
Midoriya trataba de frenarlo, sin éxito alguno. Esos látigos atacaron a Monoma, que pudo esquivarlos rápidamente, y luego le rodearon.
- ¡Corred! - exclamó Midoriya, justo antes de que las sombras volvieran a atacar.
Los látigos destrozaron un pequeño almacén que había detrás de Monoma.
- ¡Shinso! - llamó este.
Mi corazón dio un vuelco, temiendo por la seguridad de Hitoshi, pero apareció intacto entre los escombros. Midoriya cayó cerca de él.
- Shinso... ¡Corre! - masculló Midoriya, tratando de controlarse - El poder... No puedo controlarlo... ¡Está explotando fuera de mí!
Me acerqué lo más rápido que pude y zarandeé a Hitoshi.
- ¡'Toshi! - exclamé - ¡Vámonos!
No se movió, estaba paralizado.
- ¡Por favor, Hitoshi, escúchame!
Reaccionó un poco y me miró.
- ¡Rápido, ¿recuerdas el protocolo de seguridad?!
Asintió levemente con la cabeza.
- ¡¡Pues vámonos!! - exclamé.
Se subió a mi espalda, se colocó correctamente y activé mi kosei para alejarnos de allí. Acabamos en un edificio cercano, y le di los 3 golpes en la cabeza, así que bajó de mi espalda.
- ¿¡Estás bien!? - pregunté.
- S-sí - respondió.
- ¡Vale, quédate aquí!
Bajé lo más rápido que pude y busqué a Monoma hasta que lo encontré escondido.
- ¡Vale, vas a subirte a mi espalda y harás lo que yo te diga! - ordené - ¡Antes de que empiece a correr, quiero que te encojas lo máximo posible, que ninguna parte de ti se separe de mi cuerpo! ¡Nada de respirar, tendrás que aguantar la respiración hasta que te dé 3 golpes en la cabeza! ¡Nada de moverse, nada de hablar, nada de intentar mirar! ¿¡Entendido!?
Asintió con la cabeza y se subió a mi espalda de manera correcta, así que activé mi kosei y nos puse a salvo. Los látigos crecieron de repente, destrozando y arrasando a su alrededor, y arrastraron a Midoriya con ellos, hasta que finalmente chocó con una de las estructuras de la zona.
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¡Gracias por leer!
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