80.- Reencuentro
Pocos días después de la batalla de Endeavor y Hawks contra aquel nomu, Todoroki fue a casa de su padre acompañado por Aizawa-sensei. Ese mismo día me encontraba yo en el coche de All Might, que me llevaba hacia la prisión en que mis padres estaban encerrados; llevaban bastante tiempo solicitando que los visitara, a saber porqué, y finalmente había cedido a su petición.
- Todavía podemos volver a la UA, no es necesario que vayamos - me recordó All Might.
- No, está bien - negué - En algún momento debía enfrentarme a ellos, ¿no?
- En todo caso, que sepas que nos iremos tan pronto como tú digas.
Asentí con la cabeza y la apoyé en la ventanilla. Me dolía la cabeza ante la mera idea de verlos, sentía náuseas y tenía la piel de gallina, pero algo en el fondo de mi mente me decía que debía ir. Finalmente llegamos frente a la prisión, y salimos del coche; tras un cacheo rápido para asegurarse de que no lleváramos armas o cualquier objeto que dar a los presos, finalmente nos dejaron entrar.
Avanzamos poco a poco hasta una sala con una gran pared de cristal en medio que la dividía, y dos sillas a cada lado del cristal; en las sillas que se encontraban al otro lado, se sentaban mis padres vestidos con monos de prisioneros, y mi madre llevaba una especie de dispositivo alrededor del cuello que suponía que cancelaba su kosei.
- Deberías frenar un poco con la comida, estás cogiendo peso - dijo mi madre al verme.
- Claro que estoy cogiendo algo de peso respecto a cómo estaba con vosotros, en los últimos 4 meses he comido mejor que en toda mi puta vida - respondí mientras me sentaba en una silla - ¿Por qué no paráis de solicitar que venga?
All Might se sentó a mi lado.
- Nos ha llegado la noticia de que los Shinso son ahora tus tutores legales - habló mi padre.
Asentí con la cabeza.
- No os preocupéis, ellos me tratan mil veces mejor que vosotros - mascullé.
- Debes hablarnos con respeto, jovencita - gruñó mi madre.
- No lo merecéis, espero que seáis conscientes de ello.
- Por supuesto que sí, somos tus padres - se quejó mi padre - Te dimos la vida.
- Ya, y casi me la quitáis un par de veces, así que... - me encogí de hombros - No tengo intención de estar aquí todo el día, así que si podéis decirme ya lo que queríais, mejor.
- ¿Cuánto tiempo llevabas planeando encerrarnos? - preguntó mi madre.
- No lo tenía planeado. La última paliza que me disteis fue la gota que colmó el vaso, y me dijeron que me proporcionarían estancia en la UA sin permiso de un tutor legal si ayudaba en la investigación contra vosotros. Fue una decisión tomada en ese momento, no premeditada.
- Entre las pruebas contra nosotros había una libreta escrita por ti con la mayoría de nuestros delitos registrados desde hace años - masculló mi padre, rechinando los dientes - ¿Cómo explicas eso?
- Mi idea original era hacerme cargo personalmente de vuestros delitos una vez me convirtiera en heroína profesional - expliqué - Nunca pensé que lo usaría tan pronto. Creía que en algún momento os daríais cuenta de todo lo que me habíais hecho y que dejaríais de maltratarme, pero está claro que me equivocaba.
Ambos se quedaron en silencio, y miré a mi madre.
- Supongo que te alegrará saber que estoy en una relación romántica con Hitoshi - comenté - Siempre insistías en que éramos novios.
- Ugh, me caía bien hasta que descubrí que era uno de vosotros, otro con el cerebro lavado - masculló mi madre.
- Hay que ser muy imbécil para desaprovechar un kosei como el suyo para hacerse héroe - dijo mi padre - Al fin y al cabo, es un kosei de villano.
All Might tuvo que poner su mano en mi hombro para evitar que me levantara de la silla y destrozara aquel cristal de un puñetazo.
- Será mejor que nos vayamos, ¿no crees? - me preguntó el profesor.
- Solo una pregunta más... - dije, mirando a mis padres - ¿Alguna vez me quisisteis?
- Puff, claro que sí - respondió mi padre.
- ¿Qué clase de pregunta es esa? - inquirió mi madre.
- ¿Y por qué me hicisteis todo eso...?
- Porque te queremos, era lo mejor para ti, y esa era la única forma de que aprendieras - masculló mi padre - Pero eres tan desagradecida que no sabes apreciarlo.
- ¿Debía "apreciar" las palizas...? ¿Debería "apreciar" que casi me matáis en más de una ocasión...?
- Solo queríamos que aprendieras.
- Sois unos monstruos...
- Unos "monstruos" que te dieron un techo, alimentos y una educación - respondió mi madre - Somos unos buenos padres.
- En más de una ocasión tratasteis de echarme de casa y dejarme abandonada... Llegasteis a dejarme más de una semana sin comer... Y vuestra "educación" era a base de golpes... Vosotros no sois buenos padres, ¡sois unos jodidos maltratadores!
- Joven Himura, no alces tanto la voz... - me dijo All Might.
- ¡Sois lo peor que me ha podido pasar en la vida, lo único que me habéis dado ha sido dolor una y otra vez! - exclamé, haciendo caso omiso a mi profesor - ¡Y espero, de verdad que espero, que os pudráis aquí dentro para el resto de vuestras jodidas y asquerosas vidas!
Me levanté de la silla y miré a All Might.
- Vámonos, por favor.
Asintió con la cabeza y empezamos a caminar hacia la puerta.
- ¡Cuando salgamos de aquí, te haremos pagar por todo esto, niñata ingrata! - chilló mi padre.
Hicimos caso omiso y salimos por la puerta.
- Siento haberle ignorado, sensei, pero necesitaba sacarme eso del pecho... - me disculpé - Si debe informar en el centro de mi mal comportamiento para que se me aplique una sanción, lo aceptaré.
- No será necesario - respondió.
- Gracias... - dije, tratando de contener las lágrimas.
Nos quedamos un buen rato en silencio, hasta que llegó una idea a mi cabeza.
- Disculpe, All Might...
- ¿Sí, joven Himura?
- Si no es mucha molestia, antes de volver a la UA... ¿Podemos pasar por la tumba de mi abuelo?
Pareció pensarlo un poco en silencio, pero no tardó mucho en volver a hablar.
- Claro, aunque no podrá ser mucho tiempo.
- Gracias - dije con una leve sonrisa.
Después de un buen rato en el coche, finalmente llegamos frente a un cementerio. Salimos del coche y entramos en el cementerio.
- Por aquí - me dijo All Might.
Me guió por aquel lugar durante un par de minutos, hasta que al final paró.
- Aquí es.
Me agaché frente a la tumba, mirando la lápida.
"Daiki Himura, héroe Lightning"
- Murió hace casi 30 años... - comenté, viendo la fecha de defunción - Mi padre era solo 7 años mayor que yo en aquel entonces. Debió ser duro...
- No tenían buena relación, ni siquiera se presentó al funeral.
- Cierto...
- Murió siendo un héroe, fue gracias a él que todas las personas de aquel accidente pudieron salvarse.
- Ojalá hubiera podido conocerlo, puede que nos hubiéramos llevado bien... - comenté - Creo que mi vida hubiera sido más fácil con él en ella.
- Seguro que está muy orgulloso de ti - dijo All Might, poniendo su mano en mi hombro.
Me levanté del suelo y miré al ex-héroe.
- Ya podemos irnos.
Asintió con la cabeza y volvimos al coche. Finalmente llegamos a la UA, habiendo ya anochecido. All Might insistió en acompañarme a la residencia, y justo cuando estábamos cerca pude ver a Hitoshi sentado en el banco que había frente a la residencia, leyendo un libro.
- Parece que alguien te está esperando - comentó All Might.
- Sí... - respondí con una pequeña sonrisa - Buenas noches, sensei.
- Buenas noches.
Tras despedirnos me acerqué al banco, llamando la atención de Hitoshi, que dejó el libro a un lado.
- ¿Cómo ha ido? - me preguntó.
- No muy bien...
- Anda, ven aquí... - dijo, abriendo los brazos.
Me senté a su lado y me abrazó.
- He visitado la tumba de mi abuelo - comenté.
- ¿La de Lightning?
- Ajá. Ha estado bien, creo - suspiré.
- Me alegro - dijo, y me dio un beso en la cabeza - ¿Quieres que hablemos de cómo te ha ido?
Negué con la cabeza y la apoyé en su hombro.
- ¿Quieres que hable yo de algo? - preguntó, sabiendo que su voz me relajaba.
Esos pequeños detalles que tenía conmigo hacían que me enamorara cada vez más de él.
- Sí, por favor... - susurré.
- Pues los del Departamento de Soporte me están preparando una máscara especial que sería de ayuda para mi don, y... - empezó a contarme.
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