75.- Bailar bajo la lluvia

Nos encontrábamos en la zona común, Yaoyorozu estaba preparando té para todos, y Uraraka y yo nos acercamos a Midoriya para ofrecerle una taza, ya que estaba lejos y no se había enterado. Uraraka profirió un chillido al ver a Midoriya, encogido, con los ojos muy abiertos y murmurando rápidamente frente a la pantalla de su móvil. Él tocó un vídeo por accidente, dando inicio a este.

- Ey, ¿estás bien? - pregunté.

- Sí, solo buscaba un objeto de colección de All Might que no conocía... - explicó.

Uraraka se fijó en lo que decía el vídeo que Midoriya reprodujo por accidente, y habló.

- ¿Un vídeo sobre té? Menuda casualidad - comentó, tendiéndole la taza a Midoriya.

- Ah, gracias - contestó.

- Personalmente, opto por beber antes y después del trabajo - dijo el hombre del vídeo - Y escojo la variedad según la cualidad del trabajo. ¿Este? - mostró una taza - Royal flush de alta calidad. ¿Podéis comprender lo que esto significa?

- ¡Es genial que puedas notar la diferencia, Gentle! - dijo otra voz, presumiblemente de una chica joven.

- Eso implica que mi próximo video, significará un despertar... ¡No sólo para vosotros, mis espectadores, para toda la sociedad! ¡Espero que os hayáis preparado!

El video acabó, y Uraraka tomó la palabra.

- Si que ha sido corto.

- Ese tipo... - dije en voz baja.

- ¿Es famoso? La diferencia entre "likes" y "dislikes" es bastante exagerada... - preguntó Uraraka.

- Oí hablar de él por casualidad - respondió Midoriya - Un villano un tanto famoso, que va por ahí causando problemas.

- ¿¡Huh!? - masculló Uraraka.

- Aún así, es raro que no le hayan atrapado todavía teniendo en cuenta todos los videos que publica - comenté.

- ¿Qué será lo siguiente que tenga planeado...? - se preguntó el peli-verde.

Noté mi móvil vibrar en mi bolsillo, así que lo saqué y miré la pantalla, encontrando un mensaje de Hitoshi para que fuera a unas coordenadas específicas en el interior del recinto de la UA.

- Oh...

- ¿Pasa algo? - me preguntó Uraraka.

- Hitoshi me ha pedido que me reúna con él fuera.

- ¿¡A qué esperas!? - me preguntó - ¡Ve con él!

- Ya voy, ya voy - reí.

Me puse las zapatillas y salí de la residencia, de camino a donde Hitoshi me había dicho, pero una vez allí me encontré sola.

- ¿Hitoshi? - lo llamé - ¿Estás ahí?

Entonces noté unos brazos rodeándome la cintura por detrás.

- Has venido... - dijo Hitoshi en voz baja.

- Claro que sí - respondí - ¿Qué es lo que pasa?

- ¿Recuerdas que la otra noche por videollamada me hablaste de una escena del libro que estás leyendo? - me preguntó.

- En la que la protagonista y su novio bailaban bajo la lluvia, sí - dije, sonrojándome un poco - Sé que es algo muy cliché, pero me parece precioso...

- Puede ser, pero resulta que mi buen amigo Takeda me ha hecho un favor.

De repente empezó a llover sobre nosotros, en un un espacio aproximado de 4 m².

- ¿P-pero qué-? - pregunté.

- "Microclima", puede cambiar el tiempo atmosférico de una zona pequeña - explicó Hitoshi - No te preocupes, él está en la residencia, lo controla a distancia.

Me soltó la cintura, y me giré para mirarlo. Él puso una canción en su móvil al máximo de volumen, lo guardó en el bolsillo y me tendió la mano.

- ¿Me harías el honor de concederme este baile? - dijo con una sonrisa.

- Ninguno de los dos sabe bailar - reí.

- Ya, pero nos divertiremos igualmente.

Tomé la mano que me tendía, colocó su mano libre en mi cintura y yo la mía en su hombro. Poco a poco empezamos a bailar, y aunque pisé a Hitoshi alguna que otra vez y él se tropezó y casi se cae otras tantas, era muy divertido. Cuando la canción se acababa, Hitoshi colocó sus dos manos en mi cintura y me alzó en el aire; rodeé su cintura con mis piernas y sus hombros con mis brazos, para después besarlo.

- Es el momento, díselo - pensé para mis adentros.

Nuestros labios danzaban dulcemente con una armoniosa compenetración. Juraría que cada vez que lo besaba me costaba más separarme, como si me estuviera volviendo adicta a él.

- Te amo - dije con una sonrisa cuando separamos nuestros labios.

- ¿Q-qué?

- Que te amo, Hitoshi - repetí.

Me dejó en el suelo y se tapó la mitad superior de la cara con una mano.

- Maldita sea, Anzu... - suspiró.

- N-no tienes p-porqué decir lo mismo, tranq-quilo...

- No no no, mi vida, no es eso - negó, y una sonrisa se dibujó en su rostro - Es que quería ser yo el primero en decirlo, pero eres estúpidamente rápida en todos los sentidos.

- E-entonces...

- Yo también te amo, Anzu - respondió, mirándome a los ojos.

Tomé su rostro entre mis manos e hice que se agachara para poder besarlo. Al rato la lluvia cesó, aunque nosotros ya estábamos calados hasta los huesos.

- Estamos empapados - reí.

- ¿Te acompaño a tu residencia? - me preguntó.

- Sí, por favor - respondí con una sonrisa.

Me tomó de la mano y empezamos a caminar a paso lento hacia la residencia de 1A.

- Entonces... ¿Querías ser el primero en decir "te amo"? - pregunté.

- Pues sí, la verdad - suspiró - Al fin y al cabo, fuiste la primera en decir "te quiero".

- Bueno, la verdad es que ya te lo dije hace más de una semana - comenté.

- ¿Qué? Imposible, me hubiera dado cuenta.

- No, qué va - reí - Fue cuando me quedé a dormir en tu habitación, te dormiste mientras te leía tu libro favorito, y entonces lo dije.

- Entonces sí he sido el primero en decirlo - dijo con una sonrisa.

- Te acabo de decir que te lo dije hace más de una semana, ¿es que no me has oído? - pregunté con una pequeña risa.

- ¡Claro que sí! - rió - La noche que volviste de la misión, lo dije cuando dormías. Así que yo he ganado.

- ¡No cuenta, yo lo he dicho en voz alta primero! - rompí a reír.

- Pero yo lo he dicho antes - me sacó la lengua.

- ¿Y dices que yo soy la que se comporta como una niña pequeña? - inquirí.

- Claro que eres tú - respondió.

- Pues ahora me enfado y no respiro - bromeé, soltando su mano y fingiendo que contenía la respiración.

- ¿Ves como tengo razón? - rió.

Rodeó mis hombros con su brazo, me pegó a él y me dio un beso en la sien.

- Ni te imaginas todo lo feliz que me haces, mi amor... - susurró.

...........................................................

Llegó la víspera del Festival Escolar, eran casi las 21:00 y los alumnos de 1A nos encontrábamos en el gimnasio haciendo el ensayo general. El grupo de baile y la banda nos encontrábamos sobre el escenario, mientras que los encargados del escenario observaban la práctica. Poco rato después, Hound Dog abrió la puerta del gimnasio de golpe.

- ¡Ya son...! ¡Grrr..! ¡Las 21:00! - gruñó - ¡Los estudiantes deben marcharse a las nueve..! ¡Grrr!

- ¡Ya nos vamos! - respondimos la mayoría, prácticamente al unísono.

Volvimos a las residencias y subí a mi cuarto para quitarme el uniforme de deporte. Me puse una camiseta negra que solía ser de Hitoshi, me dejé los pantalones del uniforme deportivo puestos, y bajé a la zona común. Mientras cenaba, me llegó un mensaje de Hitoshi al móvil.

Acabé de cenar rápidamente, recogí mis cosas y me dirigí hacia la puerta de la residencia, cruzándome con Iida.

- Oh, hola.

- ¿Dónde vas? Es muy tarde, el toque de queda está a punto de llegar.

- Voy con Hitoshi, me quedo a dormir en su residencia - expliqué.

- Sabes que no está permitido, Anzu... - suspiró.

- Ya, ya lo sé... - respondí - Pero mañana necesitaré mucha energía, y duermo mejor cuando estoy con él, su compañía me relaja mucho.

- Pero-

- Por favor... - supliqué.

Él suspiró profundamente y apartó la mirada.

- Está bien... Buenas noches.

- Buenas noches - dije con una sonrisa.

Me puse las zapatillas, salí de la residencia y usé mi kosei para llegar hasta la residencia de 1C. Una vez bajo la ventana de Hitoshi vi el arma de captura colgando del balcón, así que le di un tirón para que Hitoshi supiera que ya estaba ahí; Hitoshi se asomó al balcón, rodeó mi cintura con el arma de captura y me ayudó a subir.

- Cada vez que hacemos esto me recuerdas a Rapunzel - comenté entre risas.

- Sí, sí, muy gracioso - dijo con sarcasmo, y me dio un beso en la mejilla - ¿Has tenido algún problema para venir?

- Bueno, Iida casi me lo impide porque va contra las reglas, pero he logrado convencerlo - expliqué.

- Así que Iida... - susurró.

Recorrí rápidamente la habitación con la mirada, viendo algo inusual.

- ¿Desde cuándo tienes un saco de boxeo aquí? - pregunté.

- Aizawa-sensei me hizo ponerlo para que entrenara más - explicó.

- ¿Puedo?

- Claro. 

Me puse en posición y golpeé el saco un par de veces.

- Bastante bien, pero no del todo - comentó Hitoshi.

- ¿Cómo que no? - pregunté - Gunhead me enseñó así.

- Durante una semana, a mí me enseña Aizawa-sensei desde hace meses - rió levemente - Solo te falla un poco la postura.

Se colocó detrás de mí y puso sus manos en mis caderas.

- Abre un poco las piernas - susurró en mi oído.

Noté mi pulso acelerarse y mis mejillas teñirse de rojo.

- V-vale...

Separé un poco más las piernas y dejé que manipulara mi postura.

- Bien - comentó.

Entonces pegó su pecho a mi espalda y deslizó sus manos desde mis caderas hacia mis brazos, recorriéndolos lentamente hasta que sus manos estuvieron a la altura de las mías.

- Relaja un poco los puños - susurró - Respira profundamente...

Hice como me dijo, notando su cálido aliento en mi cuello. Mi corazón no hacía otra cosa que latir más y más rápido.

- Y ahora, golpea.

Golpeé el saco, notando mayor facilidad que antes.

- Buena chica - dijo con una pequeña risa, y me dio un beso en la nuca.

Se separó de mi y me giré para mirarlo a la cara.

- L-lo has hecho apropósito... - tartamudeé.

- ¿El qué?

- P-provocarme as-sí, decirm-me esas cosas... - respondí, sonrojada.

- Mmhhh, puede ser - respondió con una sonrisa.

Se acercó a mí poco a poco y rodeó mi cintura con sus manos.

- ¿Te has enfadado por eso? - me preguntó.

- N-no.

Llevó su mano a mi mentón, alzando un poco mi rostro, y me besó con suavidad; pero poco a poco fue profundizando el beso, pegándome más a él. Llevé mis manos a sus hombros, aferrándome a él. Me hubiera quedado así para siempre, pero tuvimos que separarnos para recuperar la respiración.

- A cada beso que me das, más me cuesta separarme de ti... - susurré.

- Entonces no te separes de mí.

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¡Gracias por leer!

¡Por fin! ¡75 capítulos! El especial "Preguntas y respuestas" será publicado en más o menos una hora.

Dicho eso, ¿cómo estáis?

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