69.- Regreso a la UA
Otro pequeño anuncio: el otro día propuse un especial 75 capítulos con temática de mitología griega, pero he preferido dejarlo para los 100 capítulos. En cambio... ¿Os interesaría un "Preguntas y respuestas" a los personajes como un especial 75 capítulos?
Bueno, aquí está el capítulo.
El día terminó, y llegó el siguiente. Después de una larga jornada rellenando los informes del caso, volvimos por fin a la UA. En cuanto entramos por la puerta de los dormitorios, oímos a Mineta gritar.
- ¡Han vuelto! - exclamó - ¡Todo el mundo, han vuelto!
Todos nuestros compañeros, excepto Bakugo, se acercaron rápidamente hacia nosotros.
- ¡Si son nuestros problemáticos particulares! - suspiró Aoyama.
- ¿¡Estáis todos bien!?
- ¡Lo vimos todo en las noticias!
- ¡Aquella parecía una misión horrible!
- ¡Tomad algo de gâteau au chocolat (pastel de chocolate)! - nos ofreció Sato.
- ¡Siempre volvéis a casa tras meteros en asuntos realmente serios! - se quejó Kaminari, dirigiéndose a Midoriya, Kirishima y a mí - ¡Parad ya! ¡Nos estáis asustando!
- Yo simplemente me alegro de que estén bien - dijo Shoji.
- Pues sí... - respondió Jiro - Siempre que realmente lo estén...
- ¡Ochaco! ¡Tsuyu! ¡Anzu! - exclamó Toru, abrazándonos.
- ¡Sí, sí! ¡Saben que estábais preocupados por ellos! ¡Pero calmáos! - impuso orden Iida - Todos nosotros vimos el reportaje de lo ocurrido, y también las consecuencias. Como sus compañeros, deberíamos dejarlos descansar sus almas. Porque no son sólo sus cuerpos, sus corazones también han sido afectados por todo lo sucedido...
- Ey, Iida. Iida - lo llamó Midoriya - Gracias, pero... Estoy bien.
Mostraba una sonrisa en el rostro, pero se podía notar el cansancio en sus ojos.
- Si estás seguro... - contestó Iida, y cambió de actitud completamente en apenas un segundo - ¡Estaba muy preocupado por vosotros, en serio!
- Relájate, grandullón - reí por lo bajo, y le di una leve palmada en la espalda - Estamos de vuelta, ya no tienes que preocuparte.
- Independientemente de que hayáis vuelto, m estaba muy preocupado... - dijo, mirándome a los ojos - Pero me alegro de que estéis bien...
- Eres peor que cualquiera de nosotros - le reprendió Sero.
- ¡Voy a preparar un té de hierbas y lavanda! - anunció Yaomomo mientras se marchaba a la cocina - ¡Os ayudará a relajaros!
- ¿Estás bien, Ochaco...? - le preguntó Tsuyu.
- Quiero salvar a gente... - susurró, mientras se miraba las manos.
Sero se lanzó sobre Kirishima, rodeándolo por los hombros con el brazo y clavándose uno de sus mechones puntiagudos en el ojo.
- ¿¡Por qué no nos dijiste nada!? - exclamó - ¡Fue un gran shock para todos nosotros!
- ¡Teníamos una orden de confidencialidad! - respondió Kirishima, disculpándose igualmente.
- Kirishima... - habló Mina - ¿Estás bien?
- Más o menos... - suspiró.
Denki se dirigió al centro de la sala común, donde estaba Bakugo, sentado en uno de los sofás.
- ¿¡Por qué estás enfurruñado ahora, Kacchan!? - preguntó, reclinándose para sentarse a su lado - ¡Tú también estabas preocupado, así que únete a nosotros! ¡No te quedes atrás!
Bakugo lo tomó del hombro y lo tiró al sofá mientras él mismo se levantaba, impasible.
- Hora de dormir - dijo serio, mientras me alejaba.
- ¿¡Tan pronto!? ¿¡Acaso eres un anciano!? - bromeó Kaminari desde el sofá.
- ¿No tienes nada que decirles? - preguntó Ojiro.
- Al contrario que vosotros, no tengo tanto tiempo entre manos - respondió de mal humor.
- Midoriya, Uraraka, Himura, Asui, Kirishima - nos llamó Todoroki - Lo siento, pero tambiéén tengo que irme a dormir.
Estaba más serio de lo normal, con el móvil en la mano, y se notaba que lo estaba apretando. Sin embargo, se marchó sin decir nada más.
- ¿¡Tú también!? - exclamó Denki - ¡Aquí tenemos a otro madrugador!
- Puedo entender lo de Bakugo, pero... - habló Tsuyu - ¿Le pasa algo a Todoroki?
- Mañana tienen una prueba para obtener las licencias - explicó Jiro - Aún así, es muy pronto, incluso para eso.
- Oye, parece que hay alguien en la puerta que quiere verte - dijo Ashido, rodeándome los hombros con un brazo.
Miré hacia la puerta, viendo a Hitoshi tras el cristal, algo dubitativo. Me separé de mis compañeros y me acerqué a la puerta, abriéndola después.
- ¿Qué haces aquí plantado...? - pregunté.
- No sabía si llamar a la puerta o mandarte directamente un mensaje, la verdad, pero necesitaba verte... - explicó - Dios, Anzu, me tenías muy preocupado.
- Estoy bien, tranquilo...
Tomó mi rostro entre sus manos y me miró a los ojos durante unos segundos.
- ¿Podemos ir a tu habitación? - me preguntó.
Asentí con la cabeza, tomé una de sus manos y entramos en el edificio.
- Chicos, muchas gracias por todo, pero yo voy a subir a mi habitación - anuncié cuando pasé por cerca de mis compañeros.
- No está permitido que los alumnos estén en la residencia de una clase ajena tan tarde - nos advirtió Iida, haciendo referencia a Shinso.
- Iida, haz la vista gorda por una vez, por favor... - le supliqué.
Él suspiró, y apartó la mirada.
- Está bien... Buenas noches a los dos.
Hitoshi miró a Iida y abrió los ojos con sorpresa, como si acabara de descubrir algo, pero no dijo nada.
- Gracias... - dije a Iida.
Hitoshi y yo subimos a mi habitación, entramos y nos sentamos sobre mi cama.
- Ahora que estamos solos, vas a contarme qué ha pasado y dejarás de fingir esa maldita sonrisa que ambos sabemos que es falsa, ¿vale? - me dijo Hitoshi.
Asentí con la cabeza.
- ¿De qué era esa misión? - me preguntó.
- Era una incursión a la base de una yakuza... Su líder estaba usando a una niña pequeña para hacer unas balas que borran koseis...
- ¿Cómo que "la estaba usando"?
- Manipulaba el cuerpo de la niña para crearlas por su kosei... La niña estaba cubierta de cortes y vendajes, ese tipo la había matado y resucitado en más de una ocasión...
- Eso es horrible...
- P-pude haberla salvado hace m-más de un-na semana... - susurré - Podría hab-ber evitado est-ta misión...
- ¿De qué hablas?
- M-mi primer día en la ag-gencia de N-NightEye, nos cruz-zamos con el líder y con la niña... Él us-só "esa" maldita excusa... Q-quise agarrar a la niña y s-salir corriend-do, pero n-no pude...
- No podrías haber cambiado nada...
- P-pero la m-misión se pod-dría haber evitado... T-Togata tendría su k-kosei, y... Y...
Las lágrimas se acumulaban en mis ojos, luchando por escapar.
- ¿Qué pasa?
- Y S-Sir seguiría v-vivo... J-joder, soy un-na heroína pésima...
- No no no, eso sí que no - negó Hitoshi - Eso no es verdad.
- P-pero mis padres t-tenían raz-zón, los p-profesores ten-nían razón, n-nuestros comp-pañeros tenían razón resp-pecto a mí... N-no sirvo para est-to...
No aguanté más y rompí a llorar.
- E-estoy cansada de tod-do eso... - dije entre lloros - T-todos me odian, soy horrib-ble, n-no sé qué hacer...
- Los héroes siguen tratándote mal, supongo...
- N-no solo los héroes... Tamb-bién otros ap-prendices, e incluso policías...
- Vale, me podría esperar lo de los policías, ¿pero aprendices también? - preguntó, extrañado.
- E-en el examen de licencia... En una p-prueba ped-dí ayuda y emp-pezaron a hablarme m-mal... Uno hast-ta me golpeó...
- ¿Cómo que te golpeó?
- Me dio un puñet-tazo en la cara d-durante el descanso... P-porque mi padre hizo que mat-taran a s-su hermano...
- La madre que los parió... - masculló Hitoshi, y tomó mi rostro entre sus manos - Anzu, necesito que te entre en la cabeza: tú no tienes la culpa de absolutamente nada. Tú no eres tus padres, y ya has sufrido bastante por su culpa. Y vas a ser una de las mejores heroínas de este país, porque ya eres una heroína de verdad, siempre lo has sido. Y no voy a dejar que sigas creyendo que te mereces toda la mierda que te cae encima porque la gente no es capaz de distinguir quién ha hecho qué y quién no. Tú me has defendido toda nuestra vida, aguantando cada insulto como si nada pasara para que yo estuviera bien, y voy a arrepentirme el resto de mi vida por no haber dado la cara por ti antes; pero no pienso dejar que se repita.
Soltó mi rostro, tomó mis manos entre las suyas y las acercó a sus labios, besando mis manos con delicadeza.
- Pero NECESITO que te quites todo ese peso estúpido de los hombros, y que no te guardes todo esto. Déjame cuidarte, mi vida... Por favor...
Asentí con la cabeza y me dejé caer en la cama, y Hitoshi se tumbó a mi lado.
- ¿Qué puedo hacer por ti...?
- Ab-brázame y n-no me sueltes, p-por favor... - supliqué.
- Jamás se me ocurriría.
Llevó sus manos a mi cintura y me arrastró para pegarme a él.
- Gracias... - susurré.
- No me las des - respondió, y me dio un beso en la frente.
Apoyé mi cabeza en su pecho, y él empezó a acariciar mi espalda. Poco a poco empecé a notar el cansancio adueñándose de mí, así que cerré los ojos esperando a que finalmente el sueño me invadiera; y entonces Hitoshi dijo algo en voz baja que no pude entender en mi estado.
- Te amo...
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¡Gracias por leer!
¡HOLA A TODO EL MUNDO!
En fin, 2 capítulos seguidos, lo nunca visto conmigo xd.
¿Cómo estáis?
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