Habían pasado tres días desde que nos informaron de Los 8 Preceptos de la Muerte. Esas tres noches me quedé en la habitación de Hitoshi, ya que me costaba conciliar el sueño estando sola. Serían cosa de las 4 de la mañana cuando noté un zarandeo.

- Anzu, despierta - susurró Hitoshi.

- ¿Qué pasa? - me quejé, medio dormida.

- Tu móvil está sonando, debe ser importante.

Me tendió mi teléfono y lo cogí. Miré la pantalla, viendo un mensaje de la agencia de Sir NightEye, y me levanté de la cama rápidamente.

- Tengo que irme.

- ¿Qué es lo que pasa? - me preguntó.

- Es el "problema" ese que te comenté...

- Ese del que no me puedes hablar, cierto - asintió con la cabeza, y tomó mis manos entre las suyas - Ten mucho cuidado, ¿vale?

- Te prometo que tendré cuidado... - respondí - ¿Me ayudas a bajar?

- Claro.

Rodeó mi cintura con su arma de captura y me ayudó a bajar por la ventana. Una vez estuve en el suelo, me desaté el arma de captura y fui usando mi don hacia mi residencia. Cuando llegué vi que Midoriya, Kirishima, Uraraka y Tsuyu estaban llegando.

- ¿Habéis recibido el mensaje? - pregunté.

- Sí - asintieron todos.

- La fecha del rescate de Eri... ¡Ha sido establecida! - dijo Uraraka.

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Eran las 06:30, y todos los implicados nos encontrábamos en la agencia de Sir NightEye.

- ¿¡Tienen a la niña en el cuartel general!? - exclamó Rock Lock - ¿¡Así que toda esta asquerosa investigación ha sido para nada!?

- No, hemos adquirido una plena seguridad como resultado - respondió Sir NightEye.

- ¿Y cómo lo descubriste!? - inquirió de nuevo.

- Un miembro de Los 8 Preceptos estaba en una tienda cercana - explicó, y puso una caja sobre la mesa - Estaba comprando un juguete destinado a niñas pequeñas.

- ¡Es posible que ese tipo simplemente tenga aficiones extrañas! - se quejó FatGum - ¡No puedes hacer un mundo de cada nimiedad, NightEye!

- No... - negó NightEye - Si el hombre tuviera un interés personal en el producto, no habría hablado de la forma en que lo hizo.

- ¿¡Usaste tu "Previsión"!? - inquirió Rock Lock.

- Como ya dije el otro día, solo usaré mi kosei cuando esté seguro de algo, solo para asegurarme el doble - explicó.

- Eso significa que finalmente estamos preparados para enfrentarnos a ellos - apuntó FatGum.

- Vigilaremos los alrededores de la zona para asegurarnos de que estén allí - dijo Centipeder, refiriéndose a él y a Bubble Girl.

- Solo tenemos que conseguir las órdenes, ¿No? - preguntó Gran Torino.

- ¡Hagámoslo, Midoriya y Himura! - exclamó Togata, agitando los brazos en el aire frenéticamente - ¿¡Estás listo!?

Asentí con la cabeza, pero Midoriya ni siquiera contestó, solo le miraba con un semblante sorprendido. Suspiré con fuerza y pasé saliva, esto empezaba.

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08:00, frente a la estación de policía. Gracias a la información recopilada por NightEye, descubrimos una red de habitaciones subterránea bajo el cuartel general de Los 8 Preceptos, que no aparecían en los registros. Y era allí donde escondían a Eri. En su recorrido hacia la habitación de Eri, el hombre que "investigó" Sir NightEye no hizo ninguna parada o desvío, así que no conocíamos la expansión real del subsuelo. Aún así, la ruta que tomó parecía ser la más rápida y directa hacia nuestro objetivo. Se nos repartieron informes de los koseis registrados de los miembros de Los 8 Preceptos de la Muerte, en caso de que nos encontrásemos con ellos. Cientos de agentes de policía habían sido reclutados para esta misión.

- Me estoy poniendo nerviosa... - dijo Uraraka, al ver lo rápido que iba todo.

- Es abrumador, hay muchísima gente... - comenté en voz baja.

- ¡Los profesionales están muy tranquilos! - exclamó Kirishima - Seguramente estarán acostumbrados a todo esto.

- Gran Torino no está aquí... - apuntó Midoriya - Me pregunto por qué...

- Al final no pudo venir - respondió Sir NightEye.

- Tsukauchi le informó de un gran avance en la investigación de la Liga de Villanos - dijo el jefe de policía al cargo durante este asedio - Le supo mal no poder estar aquí, pero ya somos bastante gente, así que no es una gran pérdida.

- Ya veo...

- Es posible que tanto la Liga de Villanos como Los 8 Preceptos de la Muerte sean desmanteladas hoy - propuso Kirishima.

- ¡Tienes razón! - respondió Midoriya.

- Estaría bien, la verdad - comenté.

- ¡Ey! - dijo Aizawa-sensei, apareciendo a nuestro lado.

- ¡Ai-! ¡Eraserhead! - exclamó Midoriya.

- Recuerdas porqué voy a ir con el grupo de NightEye, ¿verdad? - le preguntó.

- ¡Así es..! - afirmó Midoriya.

Los alumnos de la UA nos distribuimos por nuestras respectivas agencias.

- Héroes, es muy probable que los villanos presenten batalla, como ya sabéis - dijo el jefe de policía - Así que si veis a alguno resistiéndose, o intentado hacer algo, ¡cuento con vosotros para encargaros de ellos! Vamos contra una mafia que se las ha arreglado para sobrevivir tantos años, así que no bajéis la guardia en ningún momento, ¡y haced lo que debáis! ¡Movámonos!

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08:30, por fin, frente al cuartel general de Los 8 Preceptos de la Muerte.

- En cuanto haya leído la orden, la situación empezará a moverse - dijo el jefe de policía - Intentemos terminar con esto tan pronto como sea posible.

- Sí, sí, lo pillamos - masculló Rock Lock - No te fías de nosotros.

- No se refería a eso - lo reprendió FatGum - Deja de ser tan idiota.

Cuando el policía se disponía a llamar al timbre del edificio para leer la orden judicial, una voz se oyó desde dentro.

- Nosotros, la mafia, siempre nos hemos mantenido en las sombras, ocultos - anunció la voz - ¡Pero no esperéis que nos acobardemos solo porque la policía y unos cuantos héroes nos rodeen!

De un momento a otro, la puerta fue derribada por el puño de una persona gigante, haciendo volar por los aires a tres agentes de policía.

- Es muy pronto para que haya tantas visitas... - dijo el hombre.

Midoriya saltó usando su kosei para atrapar a uno de los agentes en el aire, y Aizawa-sensei usó su arma de captura para agarrar a los otros dos.

- ¿¡Estás bien!? - preguntó Midoriya al agente que había salvado.

- Sí... Estoy bien - respondió el agente, sentado en el suelo - Gracias... Ahora date prisa y vuelve con los demás.

- Quédate aquí y no te muevas, ¿vale?

El gigante trató de golpear de nuevo, pero Ryukyu utilizó su kosei para transformarse en un dragón, parando el puño contrario en el aire.

- ¡La agencia de Ryukyu se encargará de este, así que id y acabad este trabajo! - exclamó la heroína - ¡Marchaos!

- ¡Ya habéis escuchado a la dama, vamos a ello! - gritó FatGum.

El resto de héroes y unos cuantos policías empezamos a correr hacia la casa.

- ¡Tsuyu! ¡Uraraka! ¡Machacadlo! - los animó Kirishima.

- ¡Vosotras podéis! - continué yo.

Entramos en el recinto, y tres hombres aparecieron para impedirnos el paso. Uno de ellos nos atacó con un kosei que le permitía manipular las hojas, pero un héroe le noqueó.

- Primero el grandullón y ahora estos - dijo Rock Lock - ¿Es que acaso no nos temen?

- ¡Seguid moviéndoos! - exclamó FatGum - ¡Directos al objetivo!

Más gente apareció en el camino, pero entre varios héroes consiguieron apartarlos. Entramos finalmente en la casa, esta vez sin encontrar ningún tipo de resistencia.

- ¿¡No pensáis que esto es algo sospechoso!? - preguntó FatGum.

- ¡Algo de todo esto no parece estar bien! - respondió Rock Lock - ¡Pero no tenemos otra opción! ¡Hay que continuar!

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¡Gracias por leer!

Siento haber tardado, ha sido una semana difícil.

¿Cómo estáis?