A la mañana siguiente me levanté de la cama con pesadez, bajé a la cocina, me tomé el café y me dirigí al salón, donde ya se encontraban los demás. Fuimos a la academia, y después a la USJ para clase de Entrenamiento Heroico Básico. Nos separaron en grupos y nos hicieron escalar un muro de piedra, solamente teniendo una simple cuerda atada a la cintura y haciendo uso de nuestros koseis.

Mientras mi equipo (compuesto por Tsuyu, Yaoyorozu, Kaminari, Kirishima y yo) subía, oímos a Jiro hablar desde abajo. Yo usaba mi don en mis manos de forma que pudiera erosionar algunas zonas para poder agarrarme.

- Los de los Estudios de Trabajo van bastante adelantados...

Me fijé en mis compañeros, y vi como Kaminari y Yaoyorozu iban bastante por detrás de nosotros 3.

- ¡Estás escondiendo algún secreto que te contaron allí fuera! - gritó Bakugo - ¡Más te vale decirlo!

- ¡Lo siento, pero no! - respondió Kirishima.

Tras las clases de la mañana, me dirigía tranquilamente a la cafetería cuando noté a alguien prácticamente saltar sobre mí.

- ¿Qué demonios...? - me quejé.

- Hola, Himura - dijo Takeda, el compañero de Hitoshi, con una sonrisa.

- Buenas, Takeda - suspiré - ¿Querías algo?

- Pues verás... - rodeó mis hombros con uno de sus brazos - Tu futuro marido lleva unos días más serio de lo normal, y me preguntaba si tú sabías algo.

- ¿M-mi futuro qué-? - pregunté, pero sacudí la cabeza - Eso da igual. ¿A qué te refieres con "más serio de lo normal"?

- Del tipo "primeros días de clase", o "poco antes del Festival Deportivo" - explicó.

- Entiendo... Pero no, no tengo ni idea... No he podido hablar mucho con él estos días...

- Qué pena... - comentó, desanimado - Bueno, si me entero de algo, te lo diré.

- Gracias, Takeda.

- No me lo agradezcas, con que pueda oficiar vuestra boda me basta - dijo, sacando la lengua.

Contuve una risa y Takeda se marchó, dejándome sola de nuevo.

No pude encontrar a Hitoshi en la cafetería, así que acabé comiendo con Ashido, Kirishima, Kaminari, Sero y Bakugo. Sin embargo, cuando volvía a clase después de comer, sí me crucé con él.

- Oye, 'Toshi - lo llamé.

- Hola, Anzu - me saludó.

Le di un beso en la mejilla.

- Siento no haber estado mucho contigo estos días...

- No pasa nada, tus motivos tendrás.

- ¿Estás bien? Te noto seco...

- Eso debería preguntarte yo a ti, ¿no crees? - respondió, en el mismo tono monótono - Pero bueno, no serviría de nada.

- ¿De qué hablas...?

- De que estoy cansado de que me mientas, Anzu.

Aparté la mirada.

- Lo siento...

Acarició mi mejilla.

- No lo sientas, quiero que me digas qué te pasa.

- Nada.

Suspiró profundamente.

- Ni me sorprende... - dijo, apartando la mirada y quitando la mano.

- 'T-toshi...

- Solo te pido que seas sincera conmigo... Nada más.

Se marchó, y yo me quedé plantada tratando de contener las lágrimas. No podía culparlo, yo misma me lo había ganado a pulso...

Pasaron las horas, y con ellas las clases, y volví a la residencia de 1A. Tirada sobre la cama, agarré mi móvil y mandé un par de mensajes.

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~ Narrador: Omnisciente ~

Shinso se separó de su escritorio, salió de su habitación y bajó a la zona común.

- Milagro, el "ermitaño gruñón" ha salido de su cueva - comentó Fujii, bromeando.

- No estoy de humor para bromas - respondió a su compañera.

- Lo sabemos, se te nota a kilómetros.

- ¿A dónde va nuestro ermitaño favorito? - preguntó Takeda, asomándose.

- Solo voy con Anzu, me ha pedido que vaya a su habitación - contestó, dirigiéndose a la salida.

- ¡Saluda a tu futura esposa de mi parte! - dijo Takeda.

- No adelantes acontecimientos, todavía no es mi esposa - respondió Shinso, saliendo por la puerta.

- ¿¡"TODAVÍA"!? - exclamaron Fujii y Takeda a la vez, pero no fueron oídos por Hitoshi.

Este caminó hacia la residencia de 1A y llamó a la puerta, que Hagakure abrió.

- ¡Hola, Shinso! - saludó con efusividad.

- Hola, venía a ver a Anzu - contestó - ¿Puedo pasar?

- Claro, por supuesto, adelante.

Shinso pasó dentro, subió a la habitación de Anzu y llamó a la puerta.

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~ Narradora: Anzu ~

Oí unos golpes en la puerta, así que abrí.

- Aquí estoy, como pediste - dijo Hitoshi, al otro lado del marco de la puerta.

- Gracias por venir... Siéntate en la cama, por favor.

Hizo como le pedí, así que cerré la puerta y me senté a su lado.

- Siento mucho lo que ha pasado antes, 'Toshi...

- Eso ya lo has dicho por mensaje - contestó - ¿De qué quieres hablar?

- Voy a decirte la verdad: no, no estoy bien. Ha habido un... "Problema", por decirlo de alguna forma, en la agencia.

- ¿Qué es lo que ha pasado...? - preguntó, preocupado.

- No puedo hablar de eso, es confidencial. Pero... Digamos que "me toca de cerca" - expliqué.

- ¿Tus padres tienen algo que ver? - preguntó.

- Más o menos, no específicamente esta vez - suspiré - Pero otros héroes están "involucrados" en este problema, y el otro día me trataron como la mierda y me dijeron que nunca pertenecería allí...

- Esos hijos de puta... - masculló - Déjame adivinar, fuiste la única de ahí que se disculpó.

- Algo así... Ok, no, sí que me disculpé.

- Tú no deberías tener que hacer eso.

- Lo sé, lo sé... Lo siento...

- No, Anzu, no lo sientas... - dijo, y me abrazó - Tú no has hecho nada malo, mi vida...

- No es justo... - susurré.

- No, no lo es, te mereces algo mejor que esto...

- Pero, bueno, es lo que hay...

Él rompió el abrazo y me miró a los ojos.

- Sabes que conmigo puedes llorar, ¿verdad?

- No me hace falta, no te preocupes - respondí.

- Por supuesto que me preocupo, Anzu.

Me mantuve un poco en silencio, pero después hablé de nuevo.

- Siento mucho haberte estado mintiendo estos días... No pretendía enfadarte...

Tomó mi rostro entre sus manos.

- Mira, estaba simplemente preocupado, pero no enfadado; nunca podría enfadarme contigo - dijo - Pero prefiero que admitas que estás mal pero no puedes decirme el porqué, a que me mientas y sufras sola.

- Perdón, no lo volveré a hacer...

Me dio un beso en la frente.

- ¿Quieres que me quede contigo esta tarde? - me preguntó.

- Sí, por favor...

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¡Gracias por leer!

Saludos desde mi clase de latín xd

¿Qué tal estáis?