46.- Habitaciones
Pocos días después de aquello, los alumnos de la UA fuimos llamados al centro para ingresar a las residencias. Antes de que tuviéramos que ir cada uno al edificio que nos correspondía, Hitoshi me ayudó a llegar hasta la enfermería de la UA empujando mi silla de ruedas.
- ¿Estás nerviosa? - me preguntó.
- Un poco - suspiré.
- Todo irá bien, ¿Vale? Podrás correr perfectamente, quizás incluso más rápido que antes.
- Sería jodido, 436 km/h ya es bastante rápido - dije con una leve risa.
- Eso - dijo - Eso es lo que quiero oír. Tu risa. Eres más bonita cuando ríes.
Noté un repentino calor en mis mejillas, y finalmente llegamos a la enfermería.
- Por fin aparecéis - dijo Recovery Girl al vernos - Espero que estés descansada, Himura.
Asentí con la cabeza, y la enfermera aplicó su kosei en mí. Noté como mi cuerpo perdía fuerzas de repente, pero traté de ocultarlo.
- Vale, ahora te quitaré las escayolas, así que no te muevas mucho.
Con una pequeña sierra se dedicó a cortar las escayolas de mi brazo y mis pies, para después ayudarme a quitarme todos los vendajes.
- Intenta levantarte.
Hice como me pidió y me puse de pie con cuidado. Intenté dar un par de pasos, pero tropecé conmigo misma, y Hitoshi me agarró por la cintura para que no me cayera.
- ¿Estás bien? - me preguntó, preocupado.
- S-sí, es solo que siento las piernas entumecidas... - expliqué.
Fue entonces cuando me di cuenta de que Hitoshi me tenía sujeta contra su torso. Mis manos estaban en su pecho, y habría jurado que noté su corazón latir con bastante fuerza.
- ¿Qué-...? - pregunté para mis adentros al separarme de él.
- Eso es normal, se te pasará enseguida - explicó Recovery Girl - Aún así, intenta no forzarte demasiado hoy. Y sobretodo, nada de usar tu kosei hasta mañana.
- Está bien... - suspiré.
- Ahora, cada uno a su residencia, que llegareis tarde - nos advirtió.
Hitoshi y yo asentimos con la cabeza, él me dio mis zapatos y me calcé. Salimos de la enfermería y emprendimos nuestra marcha a paso lento, mientras me acostumbraba a caminar de nuevo.
- ¿Estás segura de que no quieres que te ayude a amueblar tu habitación? Recovery Girl ha dicho que no debes sobreesforzarte - insistió Hitoshi.
- No te preocupes, estaré bien - respondí.
Finalmente llegamos a la zona en la que debíamos separarnos para ir cada uno a su respectiva preferencia.
- Sí necesitas cualquier cosa, por favor, llámame o mándame un mensaje - comentó, tomándome de la mano - Sabes que siempre estoy disponible para ti.
- Claro que lo sé, 'Toshi - respondí con una sonrisa.
Me dio un leve apretón en la mano como despedida y cada uno tomó el camino que le correspondía. Tras caminar un poco más, me encontré con mis compañeros. Nos encontrábamos allí, frente al "1-A ALLIANCE", con maletas y cajas lenas de nuestras pertenencias. Frente a nuestro nuevo hogar.
- ¡Himura! - exclamó Ashido al verme, prácticamente lanzándose sobre mí.
- C-cuidado, que me vas a tirar - dije, conteniendo una risa.
- Nos alegramos tanto de que estés bien... - comentó Kirishima.
- Estábamos muy preocupados por ti - añadió Midoriya.
- Pero si os dije por el grupo de clase que estaba bien.
- Ya, pero nada supera a verte en persona - rió Kaminari, llevando una mano a mi cabello y despeinándome.
- Sentimos no habernos dado cuenta antes... - se disculpó Iida.
- En retrospectiva, debimos haber visto las señales - añadió Hagakure.
- No es necesario que pidáis perdón, no hicisteis nada malo. Es más, los únicos que se dieron cuenta de algo fuisteis vosotros tras lo del centro comercial - refiriéndome a Iida, Kaminari, Ashido y Hagakure - Es más, Iida, tú hasta me defendiste de mi padre.
- Pero hubiéramos podido hacer algo más por ti... - se lamentó él.
- No, no hubierais podido hacer nada más, pero muchas gracias - suspiré - Ahora mismo me gustaría dejar el tema, por favor. Estoy muy feliz de estar aquí.
- Y nosotros nos alegramos de que estés aquí - dijo Ojiro con una sonrisa.
- ¡Lightning ha vuelto! - exclamó Uraraka, rodeándome por los hombros.
No pude evitar echar a reír, cuando nuestro tutor apareció, haciendo que todos adoptáramos una actitud serena.
- Antes de nada, alumnos de 1A... - dijo Aizawa-sensei - Estamos muy agradecidos de que estéis aquí todos, sanos y salvos, juntos de nuevo.
- Nosotros agradecemos que esté bien, Aizawa-sensei, kero - contestó Tsuyu - Mientras veíamos la rueda de prensa, creímos tristemente que no estaría más con nosotros, kero.
- También estoy sorprendido, la verdad. Bueno, han pasado muchas cosas, niños - respondió, rascándose la nuca - Os voy a dar una breve explicación de cómo funciona lo de los dormitorios. Pero antes... Esto es importante, así que escuchad. Todoroki, Kirishima, Midoriya, Yaoyorozu e Iida.
Los mencionados se tensaron al segundo.
- Esa noche, vosotros 5 fuisteis a ese lugar, para rescatar a Bakugo - continuó Aizawa, y el resto de los alumnos se miraron entre ellos, estupefactos - A juzgar por vuestra reacción, todos vosotros erais conscientes de sus intenciones. He estado dejándoos pasar muchas cosas, pero voy a decir esto bien claro. Si All Might no se hubiera visto forzado al retiro, os habría expulsado a todos, excepto a Bakugo, Himura, Jiro y Hagakure. Independientemente de los motivos que tuvieseis, eso no cambia el hecho de que habéis traicionado nuestra confianza. Os agradecería que la restauraseis. ¡Eso es todo! Ahora, todos dentro, a paso ligero.
Ninguno nos movimos del sitio. Había un enorme sentimiento de incomodidad entre nosotros, todos cabizbajos y con una mueca de disgusto y pena.
- Ven aquí - dijo Bakugo mientras se alejaba, arrastrando a Kaminari con él.
- ¿Qué? Suéltame - contestó mientras forcejeaba.
Le llevó detrás de un arbusto, bajo la atónita mirada del resto de alumnos. De un momento a otro, unos rayos iluminaron el arbusto, haciéndonos temblar a todos. Justo después, Kaminari salió, con el cerebro electrocutado. Jiro explotó a reír, yo trataba de ocultar una sonrisa, otros preguntaban a Bakugo qué había hecho. Una vez las tensiones fueron liberadas, entramos en el edificio. Las instalaciones eran enormes, más de lo que había imaginado. Aizawa nos explicó de qué estaba provisto el edificio, así como del reparto de los dormitorios. Mi habitación se encontraba en el 4° piso, justo junto a la de Ashido. Las cajas de nuestros equipaje fueron llevadas a las respectivas habitaciones, y todos empezamos a decorar nuestras nuevas estancias, así que me vestí con el uniforme deportivo y suspiré profundamente.
- Toca ponerse manos a la obra...
...........................................................
Al cabo de unas horas, ya arreglada la habitación, salí y me dirigí al ascensor. En cuanto este se abrió, aparecieron el resto de las chicas, excepto a Tsuyu.
- Buenas - saludé, entrando al ascensor - ¿Habéis acabado con las habitaciones?
- ¡Sí! - exclamó Ashido - Me ha quedado mejor de lo que esperaba.
- ¿Dónde está Tsuyu? - pregunté mientras el ascensor bajaba.
- Dijo que quería dar una vuelta para que le diera el aire... - la excusó Uraraka.
Las puertas del ascensor se abrieron y salimos hacia el salón. Casi todos los chicos estaban allí, ya fuera de pie o sentados en los sofás.
- Chicos, ¿Habéis acabado de amueblar vuestras habitaciones? - preguntó Ashido al llegar.
- Sí, ahora estábamos descansando - contestó Kaminari.
- Y... ¿Qué os parece si hacemos una competición entre nuestras habitaciones? - propuso Ashido.
La idea recibió una respuesta mayormente afirmativa, excepto por algunos chicos, así que nos encaminamos a la primera habitación de la segunda planta.
- ¡Esperad, esperad, no, por favor, no ent-! - exclamó Midoriya, siendo completamente ignorado por las demás.
En cuanto abrieron la puerta, se pudo ver como la habitación estaba llena de merchandising de All Might. Pósters y figuras de acción con la cara del héroe adornaban las paredes.
- Lo admiro mucho, ¿Vale? - murmuró, sin mirarnos - Es algo humillante...
- ¡Hay merchandising de All Might por todos lados! - exclamó Uraraka - ¡Definitivamente, la habitación de un gran fan!
- Oh oh... ¿En qué nos hemos metido? - se preguntó Kaminari, nervioso.
- Podría ser divertido, pero... - comentó Sero, notablemente dubitativo.
- ¡Hmph! Ridículo... - bufó Tokoyami, posicionándose ante su puerta para que nadie pudiera pasar.
Aquella acción no le sirvió de mucho, puesto que entre Ashido y Hagakure lograron apartarlo y entrar por la fuerza.
- ¡Oscura y aterradora! - exclamaron ellas al ver el interior.
- Maldita sea... - masculló Tokoyami.
- Que guay... - susurró Midoriya.
- Recuerdo comprar llaveros como estos cuando estaba en secundaria - comentó Kirishima, con uno en la mano.
- Así que este es el tipo de cosas que les gusta a los chicos... - supuso Ashido.
- ¡Marchaos! - masculló Tokoyami de nuevo.
Salimos de la habitación y nos dirigimos a la siguiente, perteneciente a Aoyama.
- ¡Que brillante! - exclamaron Ashido y Hagakure.
La verdad, me dolía la cabeza solo de verla...
- Non, non... No es brillante - corrigió Aoyama - ¡Es centelleante!
- Pues es como me la esperaba - comentó Hagakure.
- Nada sorprendente, la verdad - añadió Ashido.
- ¡Esto es divertido! - exclamó Uraraka - ¿Queda alguna habitación en esta planta?
Miramos hacia el fondo del pasillo, viendo a Mineta con medio cuerpo dentro de su habitación.
- Entrad... - decía, con una expresión perturbadora - Tengo algo increíble que enseñaros...
- Mejor vamos al siguiente piso, ¿No? - propuse.
- Entrad, vamos... - insistió Mineta.
Lo ignoramos y subimos a la tercera planta, llegando frente a la habitación de Ojiro.
- ¡Wow, es muy normalita! - exclamó alguien.
- ¡Mucho! ¡Impresionante!
- ¡Así que esto es normal!
- Si no teneis otra cosa que decir, no pasa nada, ¿Eh? - dijo Ojiro, algo ofendido, pero trató de ocultarlo.
Entonces pasamos a la habitación de Iida.
- No tengo nada raro - declaró él con orgullo.
- Un montón de libros que tienen pinta de ser complicados - comentó alguien - ¡Que se note que eres el delegado!
Empecé a ver los libros que tenía, reconociendo algún que otro título, hasta que encontré uno que me llamó la atención.
- ¡Me encanta este libro! - exclamé - ¡Es de mis favoritos!
- ¿También lo tienes? - me preguntó Iida.
- Bueno... Ahora ya no. Algunos de mis antiguos compañeros me lo robaron y lo destrozaron - expliqué, con un tono tranquilo.
- Te lo puedes quedar si quieres, tengo otra copia.
- ¿En serio? - cuestioné.
- Claro, quédatelo - insistió con una sonrisa.
- Muchas gracias.
- ¡Pero qué montón de gafas! - rió Uraraka, impresionada.
- ¿¡Y qué!? ¡Hay que prever los entrenamientos complicados en los que se pueden romper! - explicó Iida.
Seguimos viendo las habitaciones de los chicos, pero debido a las quejas de algunos, acabamos visitando también las habitaciones de las chicas. Las piernas empezaron a temblarme de camino a la habitación de Jiro, pero traté de ignorarlo y seguí caminando. Aunque no duró mucho, porque enseguida caí al suelo.
- ¡Himura! - exclamó alguien.
Kirishima y Ashido se acercaron rápidamente para ayudarme a levantarme, pero los frené.
- N-no, puedo sola - mascullé.
Con algo de dificultad conseguí ponerme en pie, apoyándome en la pared para mantener el equilibrio.
- ¿Estás bien? - me preguntó Uraraka.
- Sí, no es nada, Recovery Girl dijo que era normal - suspiré.
- ¿Normal? - inquirió Sato.
- Bueno, llevaba varios días sin caminar, y el tratamiento de Recovery Girl ha sido algo fuerte - expliqué - Solo es por el esfuerzo, nada más.
- ¿Y qué pasa con tu kosei? - preguntó Jiro.
- Ni idea, Recovery Girl me ordenó que nada de usarlo hasta mañana...
Se quedaron un momento en silencio, pero entonces Yaoyorozu creó una silla de ruedas y la colocó a mi lado.
- Siéntate - me dijo con un tono autoritario.
- ¿Qué? No es necesario - respondí.
- Vas a sentarte en la silla y vamos a llevarte para que no tengas que seguir caminando y descanses un poco - declaró Tokoyami.
- Y no nos moveremos de aquí hasta que lo hagas - añadió Hagakure.
- ¿Vais en serio?
Todos asintieron con la cabeza. Suspiré profundamente, con algo de molestia, y me senté en la silla.
- Ya está. ¿Contentos?
Volvieron a asentir, y Kaminari se colocó detrás de mí.
- ¡Me pido llevarte primero! - exclamó.
Reprimí una leve risa y reemprendimos la marcha hacia la habitación de Jiro. Una vez vimos la suya, la de Hagakure y la de Ashido, llegamos a la mía.
- Pues bueno, aquí tenéis... - comenté, mientras abrían la puerta.
- Kaminari, ¿Me empujas hasta la estantería para que pueda dejar el libro? - le pregunté.
- ¡Claro!
- ¿De quién son estas flores, Himura? - preguntó Ashido, con una sonrisa traviesa.
- Antes de que te inventes nada, son de Mihoko, la madre de Hitoshi - negué, sabiendo a qué se refería ella - Las cultiva en el jardín de su casa.
- Joooo, creí que eran de él - dijo, haciendo un puchero.
- Tal y como suponía... - suspiré.
Seguimos viendo el resto de habitaciones, y tras haberlas visto todas, se decidió por votación que el ganador había sido Sato. Después Uraraka llamó a Todoroki, Midoriya, Yaoyorozu, Kirishima e Iida para llevarlos fuera. Volvieron al cabo de unos minutos, acompañados por Tsuyu, que parecía haber llorado. Iba a preguntarle qué le había pasado, pero Iida negó al verme, como si le restara importancia, y luego se acercó a mí.
- Te veo algo desanimada - comentó.
- Nada, solo que... Echo de menos correr...
- Pero mañana ya podrás, ¿No?
Asentí con la cabeza.
- En principio sí, pero... Últimamente me había acostumbrado a usar mi kosei todos los días. Y, de repente, no poder desde lo del campamento...
Iida me dedicó una mirada algo apenada.
- Tampoco es que sea un gran problema, seguro que estoy exagerando - comenté - Pero... De alguna forma... Me hace sentir como si siguiera en esa casa...
Él dirigió su mirada a la puerta de la residencia, y luego la devolvió a mí.
- Tengo una idea - comentó.
Agarró los mangos de mi silla y empezó a dirigirnos hacia la salida del edificio.
- ¿Qué haces? - inquirí.
- Vamos a hacer que te sientas como si corrieras de nuevo.
Salimos del edificio, siendo recibidos por la suave brisa nocturna de verano.
- Vas a tener que agarrarte con fuerza a la silla, no queremos que salgas volando.
Asentí con la cabeza, me apoyé en el respaldo y me aferré con fuerza a los reposabrazos.
- ¿Preparada?
- Sí - respondí.
- ¿Lista?
- ¡Sí! - insistí, emocionada.
- Pues allá vamos.
Usó su kosei para moverse a gran velocidad, empujando la silla de ruedas. Dio un par de vueltas al edificio, y después frenó con cuidado.
- ¡Woooooo! - exclamé - ¡Es la vez que más rápido he ido sin usar mi kosei!
- ¿Y qué tal?
- ¡Genial! Aunque, bueno... Yo soy más rápida - dije, con una sonrisa juguetona.
- Eso tendremos que comprobarlo con una carrera - respondió.
- ¡Cuando quieras! - acepté, con una enorme sonrisa.
Me miró con un semblante anonadado durante apenas un segundo, y después mostró una leve sonrisa.
- Esperemos a que estés un poco mejor, ¿Vale?
- ¡Si! - asentí.
Volvimos a entrar al edificio. Tras la cena aún nos quedamos un rato la mayoría de nosotros hablando en la zona común, hasta que empecé a sentir algo de sueño. Subí a mi habitación, y tras levantarme con cuidado de la silla de ruedas, me puse el pijama y me metí en la cama. Justo en ese momento, me llegó un mensaje al móvil.
Dejé el móvil en la mesita de noche y cerré los ojos.
----------------------------------------------------------- ¡Gracias por leer!
¡Y con este capítulo, ya vamos al mismo ritmo que en el "We'll make it" de Lavender-03 !
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top