45.- ¿Otro trato?

~ Narrador: Shinso ~

Llegó la tarde, y Anzu todavía no despertaba. ¿Me había llevado una bronca por parte de un enfermero por estar en la camilla? Por supuesto. ¿Me la había sudado completamente? Y tanto que sí. Hasta mi madre se había pasado por el hospital para traerme ropa y algo de comer, pero no me quise mover de la camilla. No quería arriesgarme a que Anzu despertara y que yo no estuviera allí con ella...

- ¿Hitoshi...? - .

Casi me caí de la camilla del susto.

- Ey, hola... - susurré - Estamos en un hospital, ¿Vale? Ya estás a salvo...

- Estabas en mi habitación... ¿No era un sueño...?

- No, era real... Mi padre vino aquí contigo en una ambulancia.

- Mis padres...

- Detenidos, por Aizawa-sensei y la policía.

- ¿Lo avisaste tú...?

Me quedé en silencio, no sabiendo bien cómo responder.

- Ehm... Sí... Y le he contado a Aizawa otras cosas que te han hecho con los años - contesté - Aún así, él quería volver cuando despertases para obtener información más detallada.

Me preparé para algún grito o una mala mirada, con un nudo en el estómago.

- Gracias... - susurró ella.

- ¿Q-qué?

- Gracias por contarlo... Y gracias por hacer que me sacaran de esa casa...

Sentí un enorme peso levantarse de mis hombros y respiré profundamente.

- ¿Por qué lloras...? - me preguntó en voz baja.

Me llevé una mano al rostro, notando cómo algunas lágrimas caían de mis ojos.

- Perdón, no pretendía llorar... Es solo que... Creía que no querrías volver a verme, que ibas a odiarme - sollocé, secándome las lágrimas - Y n-no sé qué hubiera hecho sin ti...

- Pues ya no tienes que pensar más en ello... - dijo, acariciándome la mejilla suavemente con su mano derecha.

- Eh, se supone que yo debería estar reconfortándote a ti - reí levemente.

Apoyó su frente en la mía.

- Entonces nos reconfortamos el uno al otro, ¿No? - dijo, cerrando los ojos.

- ¿Como siempre? - inquirí, con una pequeña sonrisa.

- Como siempre - afirmó, y vi una leve sonrisa dibujarse en sus labios.

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~ Narrador: Anzu ~

Me dolía todo. La cabeza me daba vueltas, me molestaba la boca al hablar, sentía una gran presión en el pecho al respirar, me era prácticamente imposible mover el brazo izquierdo, y tan solo de verme los pies escayolados, empecé a sentir vértigo. Pero igualmente no dije nada, pues no quería preocupar a Hitoshi más de lo necesario...

Se oyeron un par de golpecitos en la puerta de la habitación, y abrí los ojos rápidamente.

- Vaya, es bueno ver que finalmente has despertado, Himura - comentó el padre de Hitoshi al entrar, con una pequeña sonrisa - ¿O prefieres que te llame "Anzu"? Con lo que te sientas más cómoda.

- "Anzu" mejor, gracias - respondí.

- ¿Crees que tú podrías convencer a tu amigo de bajar de la camilla e irse a comer algo? Porque ni su madre ni yo hemos conseguido que se mueva de ahí - rió.

- ¡'Toshi! - lo reñí, levemente mosqueada.

- No quería que estuvieras sola al despertar... - explicó.

- Pues ya he despertado, y no he estado sola - respondí - Anda, sal y descansa un poco, ¿Quieres?

- ¿Estarás bien?

- Sí, y esta vez lo digo de verdad - contesté - Además, tu padre está aquí, en caso de que me "pasara algo".

- Pero...

- Nada de peros, Hitoshi, ya has oído a la señorita - dijo su padre - Ve a la cafetería, tu madre debería estar allí. Y de paso, deberías llamar a Eraserhead, ¿No?

- Entendido...

Bajó de la camilla con cuidado, me dio un leve apretón en la mano derecha y se marchó en silencio.

- Ahora en serio, ¿Cómo estás? - me preguntó el padre de Hitoshi una vez estuvimos solos.

- Bien...

- Anzu...

- Me duele todo... - confesé.

- Te subiré la dosis de calmantes, creo que era algo baja - dijo, acercándose a la máquina que los suministraba y tocando algunos botones - En unos momentos deberías sentirte algo mejor.

Y no mentía, porque poco después solté un suspiro de alivio al notar el dolor menguar.

- Joder... - susurré.

- Ese vocabulario, Anzu - rió él.

- Perdón, Sr. Shin- Aunque supongo que aquí debería llamarlo Dr. Shinso, ¿No?

- También puedes tutearme y llamarme "Hajime", si así lo prefieres.

- Está bien - respondí.

- ¿Tienes algún familiar con el que podamos contactar? - me preguntó.

- No, solo mis padres...

- ¿Y algún posible tutor legal?

Negué con la cabeza.

- Nada - suspiré - Respecto a mis pies...

- Están rotos. Bastante, a ser verdad. Los de cirugía ortopédica han hecho todo lo que han podido, pero no podremos determinar si serás capaz de usar tu kosei como antes hasta que se hayan recuperado - explicó - Y aquí no tenemos a nadie ahora mismo con un kosei que pueda reparar huesos, así que habrá que esperar...

- Ya veo...

- ¿Hay algo que podamos hacer para que estés más cómoda?

- Ahora mismo, nada - dije, forzándome a mostrar una leve sonrisa falsa.

Hajime entonces estuvo un rato comprobando mis constantes vitales, los puntos de las operaciones. No mucho más tarde, llamaron a la puerta de la habitación.

- ¿Se puede?

Aizawa-sensei entró en la habitación con Nezu sobre el hombro, seguido poco después por Hitoshi y su madre. Intenté incorporarme para quedar sentada, y Hitoshi se aproximó rápidamente a mí para ayudarme.

- Por favor, no te fuerces... - me pidió en voz baja.

- Está bien... - respondí.

- Buenas tardes, joven Himura - me saludó el director - Es bueno ver que has despertado.

- ¿Te encuentras mejor? - preguntó Aizawa.

- Más o menos...

- Aizawa me ha informado de las acciones de tus padres que le contó el joven Shinso, y quisiera decirte que estamos dispuestos a encargarnos de efectuar la denuncia contra ellos y ayudarte en todo el proceso del caso con lo que necesites - explicó Nezu.

- Gracias, señor director - respondí.

- Dejando a un lado el tema de tus padres un momento... Queríamos hablarte del nuevo sistema de residencias de la UA.

- ¿Residencias? - pregunté, extrañada.

- Tras lo sucedido en el campamento, y también el retiro de All Might, se ha solicitado a los progenitores y/o tutores legales de todos los alumnos de la UA que permitan que sus hijos se muden a unas residencias para garantizar mayor seguridad - explicó Aizawa-sensei - Ayer visitábamos las casas para informar de esto.

- Espere un momento... ¿All Might se ha retirado?

- Durante el rescate de Bakugo, tuvo una batalla bastante fuerte contra el líder de la Liga de Villanos, y ha acabado teniendo que retirarse - me explicó Hitoshi.

- Pero... Mis padres no habrán dado consentimiento para que vaya a las residencias... Eso significa... ¿N-no puedo volver a la UA?

Después de todo mi trabajo y esfuerzo... De todo lo que había sacrificado...

- No tienes porqué preocuparte por eso, Himura - negó Nezu - Nuestra idea era ofrecerte un trato, en realidad.

- ¿O-otro trato? - inquirí.

- Puedes instalarte en las residencias de la UA y continuar con tus clases hasta que consigas un tutor legal que te autorice oficialmente - propuso - A cambio, necesitaremos toda la ayuda e información que puedas darnos para encarcelar a tus padres, no solo por maltrato, sino también por corrupción y mala praxis.

- Tienes tiempo para pensártelo, así que- - empezó a decir Aizawa-sensei.

- Sí - interrumpí - Sí, quiero ayudar. Y quiero seguir en la UA, por favor. Pero... No es seguro que pueda volver a usar mi kosei, o al menos no hasta que tenga bien los pies...

- Tampoco tienes que preocuparte por eso, esperaremos unos días para que te repongas un poco, y el mismo día que os instaléis en las residencias, Recovery Girl se encargará de tratarte - explicó Nezu - ¿Te parece todo correcto?

- Me parece perfecto...

- Nosotros podríamos ser tus tutores legales - comentó la madre de Hitoshi, que se había quedado a un lado de la habitación.

- ¿Qué? - cuestioné.

- Si te parece bien, Hajime y yo podemos ser tus tutores legales cuando les quiten oficialmente tu custodia a tus padres, y te puedes quedar en nuestra casa hasta que tengáis que mudaros a las residencias - dijo - Será un proceso difícil para ti, y queremos ayudarte en todo lo posible, Anzu.

- Gracias... - dije en voz baja, tratando de contener las lágrimas - Muchas gracias a todos...

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Todavía me quedé algunos días más en el hospital antes de que me dieran el alta, cuando finalmente me "mudé" a casa de los Shinso. Los padres de Hitoshi me habían preparado la habitación de invitados para que pudiera instalarme, y él había conseguido colarse en la casa de mis padres para recuperar mis cosas. No había podido salvar mi bicicleta, que mis padres se habían encargado de destrozar antes de ser detenidos, pero pudo haber sido peor, así que...

Era de madrugada y me encontraba en "mi" habitación mirando al techo, pero por algún motivo me era imposible dormir. Agarré el móvil y mandé un mensaje.

Poco después se abrió la puerta de la habitación, dejando ver a Hitoshi.

- ¿Te he despertado? - le pregunté en voz baja.

- Sabes que no - contestó con una leve sonrisa, llevándose una mano a la nuca - ¿Estás bien?

- No lo sé...

- ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

- Tampoco lo sé... Lo siento, soy un desastre.

Se acercó a mí y se sentó en la cama a mi lado, para después acariciar mi mejilla suavemente.

- No, no, no pasa nada - respondió, negando con la cabeza - Es más, tengo una idea.

Me tomó en brazos con cuidado, haciéndome reír levemente.

- ¿Qué haces?

- Confía en mí.

Me sacó de la habitación y fuimos por el pasillo hasta las escaleras, subiendo a la planta de arriba, y después al desván.

- Vas a acabar dejándome caer - reí en voz baja.

- Jamás se me ocurriría.

Con algo de dificultad consiguió salir al tejado de la casa, quedando expuestos al suave viento que acompañaba la noche.

- ¿Qué hacemos aquí? - pregunté.

- Tú sólo mira al cielo, ¿Quieres?

Dejé de mirarlo a él y miré hacia arriba. El manto nocturno estaba iluminado por un sinfín de estrellas, y la luna brillaba junto a ellas.

- La luna es preciosa... - comenté.

- Sí, lo es... - susurró Hitoshi como respuesta.

- Pero si ni siquiera estás mirando al cielo - reí, sin apartar la vista - Anda, mira tú también, o voy a acabar sintiéndome tonta.

Mirando aún el cielo, solo se me pasó algo por la cabeza.

- What if we rewrite the stars... (¿Y si reescribimos las estrellas...) - canturreé en voz baja.

- ¿Q-qué ha sido eso? - me preguntó él.

- Nada, es de una canción - expliqué - No me saco ese verso de la cabeza, pero no me sé lo demás. Ni siquiera sé qué canción es...

- Ah, b-bueno...

(Nota de la autora: Para les que no se hayan dado cuenta, es un verso de la canción que le cantó Shinso en el hospital en el capítulo anterior. Los dos primeros versos de lo que cantó (solo el estribillo) se traducen como "¿Y si reescribimos las estrellas para que digan que estabas destinada a ser mía?". Por eso Shinso se ha puesto nervioso, por si de alguna forma Anzu lo había oído y lo recordaba.)

Nos quedamos allí un rato más, hasta que Hitoshi decidió que era mejor volver a la habitación. Me tomó en brazos y entramos de nuevo. Una vez me dejó en la cama, cuando se iba a marchar, lo tomé del brazo para evitarlo.

- ¿Te importaría quedarte conmigo...? ¿Por favor...?

Me dedicó una leve sonrisa.

- Por supuesto...

Se tumbó en la cama a mi lado, con cuidado de no hacerme daño.

- Buenas noches - dije.

- Buenas noches - susurró.

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A la mañana siguiente, al despertar, vi una imagen que me enterneció. Hitoshi estaba abrazado a mi cintura, completamente dormido.

- Es bueno verlo dormir tan plácidamente - comentó Mihoko, la madre de Hitoshi.

- Uff, me has asustado... - suspiré.

- Perdón, Anzu, no era mi intención - se disculpó - Es que no le he visto en su cuarto, y supuse que estaría aquí.

- Hace mucho que no lo veo dormir, siempre se dormía después o despertaba antes que yo...

- Bueno, esta vez le hacía falta - comentó - Llevaba sin dormir nada desde que te ingresaron, y las noches de antes ya estaba durmiendo peor de lo normal...

- ¿En serio?

- Creo que en el fondo presentía que te pasaba algo. En fin, os dejo solos.

- Intentaré no despertarlo.

Ella asintió con la cabeza y se marchó de la habitación. Miré a Hitoshi, notando cómo mis mejillas se calentaban.

- Gracias por tanto, 'Toshi - susurré - Te quiero...

----------------------------------------------------------- ¡Gracias por leer!

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