44.- Hospital

~ Narrador: Shinso ~

Una vez llegamos al hospital, nos apresuramos a la recepción.

-¿ En qué puedo ayudarlos? - nos preguntó la recepcionista.

- Querríamos conocer la situación de una paciente, Anzu Himura - dijo Eraserhead.

- Venía en una ambulancia con el Dr. Shinso - añadí yo.

- El Dr. Shinso va a operarla ahora mismo junto con otros dos cirujanos - dijo ella, después de buscar la información en la base de datos - Pueden ir a la sala de espera si les parece conveniente.

Asentí con la cabeza y me dirigí a la sala de espera, seguido por Aizawa-sensei.

- No sabía que tu padre era doctor - comentó él.

- Sí, cirujano especializado en traumatología y neurología. Ventajas de no necesitar dormir, supongo... - respondí - Seguramente, o bien no ha dejado que supieran que Anzu es amiga mía, o bien ha insistido hasta que le han dejado operarla.

Me senté en una de las sillas y me llevé las manos a la cabeza, mirando al suelo.

- Soy imbécil... - mascullé en voz baja - Debí haberme dado cuenta...

- Tengo que ir a la UA para informar de los alumnos que irán a los dormitorios - comentó - Hablaré con Nezu para ver cómo podríamos meter a esos capullos en la cárcel por maltrato.

- Sí, por favor... - suspiré - También puedes usar la corrupción de Fudo y la mala praxis de Kaiyo, creo recordar que Anzu tenía apuntado en algún lado los casos en los que había interferido, los pacientes no atendidos,...

- Lo tendré en cuenta - dijo, asintiendo con la cabeza - ¿Puedo dejarte aquí solo sin arriesgarme a que te vuelvas loco?

- No prometo nada... - bufé.

Me dio un par de golpecitos en la espalda y suspiró.

- Estará bien, ¿Vale?

Dicho eso se marchó, y me quedé solo en una sala de espera repleta. Fueron pasando las horas, y cada vez me era más difícil quedarme quieto en el asiento. Más de alguna persona se había quejado de que no parara de moverme, pero lo ignoraba completamente.

- Hitoshi - oí a mi padre llamarme.

Fui prácticamente corriendo hacia él, nervioso.

- ¿Ha ido bien? - pregunté - ¿Dónde está? Quiero verla.

- Ey, relájate, ¿Vale? - dijo él - Estar tan alterado no te servirá de nada.

- Quiero ir a verla... Por favor, papá... - supliqué.

- Te llevaré a su habitación - suspiró.

Empezó a caminar hacia allí, y le seguí.

- Antes de que la veas, prefiero explicarte sus heridas - comentó - La brecha de la cabeza era larga pero no muy profunda, por lo que no ha habido daño interno. Tenía la mandíbula algo desencajada, pero la hemos recolocado y la tiene algo hinchada. También tiene dos costillas rotas, ha habido suerte de que no le hayan perforado un pulmón. Y luego, tenía un hematoma considerable en el torso, pero no ha sido nada demasiado grave...

- Falta algo.

- ¿Qué...?

- Fudo y Kaiyo dijeron que "esperaban que el daño que le habían hecho en los pies fuera suficiente como para que Anzu no pudiera volver a correr" - expliqué.

- Hito'...

- ¿Qué le han hecho? Va a poder correr perfectamente, ¿Verdad? Papá, lo necesita...

- Sus pies han sido aplastados con fuerza varias veces en los últimos días, y están bastante rotos - suspiró - Hemos hecho todo lo que hemos podido. Pero si podrá volver a correr igual que antes, depende de cómo vaya la recuperación...

- Mierda... - mascullé.

Finalmente llegamos a la habitación.

- Sigue inconsciente, debería despertarse por la tarde, más o menos - comentó - No será una visión bonita, pero intenta calmarte, ¿Vale?

Asentí con la cabeza, y entramos en la habitación. Anzu tenía las dos piernas y el brazo izquierdo escayolados, la cabeza vendada, una vía intravenosa en el brazo derecho y una máscara de oxígeno.

- Puedes quedarte aquí si quieres, hablaré con el resto del cuerpo de enfermería y doctores para que no te echen - me comentó mi padre - Es ya de madrugada y deberías intentar dormir, pero ambos sabemos que no vas a hacerlo, así que te traeré luego algún libro de la biblioteca de aquí...

- Gracias...

Se marchó, dejándome solo con Anzu. Agarré una silla que había en la habitación y me senté a la derecha de la camilla, de manera que pudiera ver la puerta.

...........................................................

Fueron pasando las horas. Mi padre pasaba de vez en cuando, para traerme algún libro o ver cómo iba Anzu. Ya había amanecido, y ella aún no despertaba, aunque era lo normal. Había intentado distraerme con la lectura, pero me era imposible centrarme. Entonces, recordé algo.

"Hitoshi... Por favor... Necesito un abrazo..."

En el anterior hospital... Ella me pedía confort, y se lo negué por estar demasiado preocupado pensando en cómo salir de allí.

- Soy demasiado ridículo - suspiré - Pero...

Aproveché que Anzu no ocupaba toda la camilla para, con cuidado, tumbarme junto a ella en esta. Rodeé su cintura con uno de mis brazos, teniendo cuidado de no ejercer fuerza en ningún punto, y coloqué su cabeza en mi pecho.

"Me relaja mucho"

Le relajaba mi voz... Tal vez... Obviamente no iba a despertar, pero si de alguna forma pudiera oírme... Tomé aire y empecé a cantar en voz baja.

What if we rewrite the stars
(¿Y si reescribimos las estrellas)
say you were made to be mine?
(para que digan que estabas destinada a ser mía?)
Nothing could keep us apart
(Nada nos mantendría separados)
You'd be the one I was meant to find
(Serías a la que debía encontrar)
It's up to you, and it's up to me
(Depende de ti, y depende de mí)
No one can say what we get to be
(Nadie puede decir lo que llegaremos a ser)
So why don't we rewrite the stars?
(Así que, ¿Por qué no reescribimos las estrellas?)
Maybe the world could be ours
(Tal vez el mundo pueda ser nuestro)
Tonight...
(esta noche...)

Aparté un mechón de pelo de su rostro. Seguramente cuando despertase y se enterara de lo que yo había hecho, no iba a querer volver a verme... ¿Iba a ser ese uno de los últimos momentos en los que la tuviera entre mis brazos? Bueno, aunque resultara serlo... Habría valido la pena...

- Lo siento... - susurré - Pero era la mejor opción...

- ¿Se puede pasar? - oí a alguien hablar.

Aizawa-sensei entró en la habitación y nos miró a Anzu y a mí.

- ¿Es buena idea que estés ahí? - me preguntó.

- Es lo que ella querría...

- ¿Aún no se ha despertado? - preguntó.

- No, todavía no... ¿Necesitas algo? - suspiré.

- Pensaba pedirle que me explicase la situación con sus padres, para ver cómo llevarlo a la policía, pero supongo que no va a contestar ahora.

- No pienso dejar que esos monstruos se libren de esto - contesté - Hazme las preguntas a mí, las contestaré lo mejor que pueda.

- ¿Conoces todos los hechos?

- La gran mayoría. Anzu me los contaba cuando iba a mi casa para escapar de ellos...

- Está bien... ¿Sabes cuándo empezó?

- Allá por los 8 años. Su padre bebió demasiado y la empujó a propósito por las escaleras, haciendo que se rompiese el brazo.

- ¿Nadie sospechó nada?

Negué con la cabeza.

- Que su padre bebía bastante no era ningún secreto, pero ellos fueron rápidos en alegar que se había tropezado corriendo y había caído mal... Siempre ha sido muy activa, va corriendo y dando saltos a todas horas, así que la gente se lo creyó.

- ¿Pasó más veces?

- Sí, pero ya no por culpa del alcohol. Más bien cuando "se comportaba mal", les respondía "de forma desagradable"... Cuando hablaba de los héroes... La vez anterior a esta que le rompieron un hueso fue cuando se escapó para ir al Festival Deportivo, y su madre le pisó la pierna con fuerza numerosas veces.

- Himura dijo que había tenido un accidente con la bicicleta...

- Ella jamás delataría a sus padres, ni haría nada que pudiera perjudicarlos. Me lo contaba a mí porque me tiene confianza.

- ¿Y por qué no se lo contaste a las autoridades?

- ¿A quién? ¿A los compañeros de su padre? No me hubieran creído... Además, ella me amenazaba para que no lo hiciera...

- ¿Cómo que "te amenazaba"?

- S-sé que es est-túpido... Pero me decía que si contaba algo, cortaría todo contacto conmigo... Y-y n-no quería perderla... Pero esto no puede seguir así. Me da igual que me odie por contarlo, no quiero que le hagan más daño...

- ¿Qué más le han hecho?

- La han encerrado días enteros en su habitación, muchas veces sin darle tan siquiera de comer o beber en cuatro o cinco días. Le han dado golpes y bofetadas hasta hacerla sangrar en repetidas ocasiones. Le han roto varios huesos. La han maltratado tanto física como psicológicamente durante años - contesté - Por eso tuvo que hacer aquel trato con Nezu, para que ellos no descubrieran que estaba estudiando para ser heroína y la cosa no fuera a peor. Justo lo que ha pasado.

- ¿Se lo llegó a contar a Nezu?

- No que yo sepa... - suspiré - La primera vez que les propuso a sus padres la idea de ser una heroína, estuvo casi una semana sin venir a clase. Cuando por fin pude verla, estaba pálida, con ojeras y deshidratada. Supongo que podrás deducir qué había pasado... Y a saber qué le habría pasado esta vez de no llegar a avisarte...

Me mordí el labio con rabia. Solo pensar en qué condiciones había estado desde que salió del hospital tras el campamento me encogió el corazón.

- D-debí haberme dado cuent-ta... - mascullé, luchando por no llorar - Deb-bí saber que s-sus padres estab-ban fingiendo en el hospital... Debí s-saber que no era ella l-la que me m-mandaba los mensajes. Debí hab-ber sosp-pechado antes... Y n-no debí creer a Anzu c-cuando me decía que sus últimas herid-das no se l-las hab-bían hecho s-sus padres... ¿C-cómo se sup-pone que voy a ser un héroe s-si ni siquiera puedo p-protegerla a ella?

- No es culpa tuya... - suspiró Aizawa.

Después dirigió su vista a Anzu, dormida a mi lado.

- Más bien, parece que tiene suerte de tenerte - dijo.

- N-no - contradije - Yo t-tengo suerte de tenerla... Pes-se a estar ella en horribles condiciones, siempre saltaba a defenderme de nuestros antiguos compañeros...

Nos analizó con la mirada un momento, y mostró una pequeña, casi imperceptible, sonrisa ladeada.

- Debes quererla mucho...

- ¿Q-qué? N-no, qué va - mentí, nervioso - Es solo un-na amiga.

- Ya, claro. Se nota a la legua cómo la miras. Además, te he oído cantar, y dudo que eso se le cante a "una amiga" - apuntó - Bueno, voy a hablar con el equipo de la UA para ver cómo abordar bien este tema. Mantenme informado de su situación, y avísame cuando despierte; así vendré para que me dé respuestas más precisas, si no te importa.

- En absoluto. Hasta entonces.

- Adiós - se dirigió a la puerta y la abrió, pero se paró antes de salir - Y, por cierto... Que no hayas podido protegerla antes no te hace menos capacitado para ser un héroe. Ya te lo dije en su momento, tienes potencial, y estamos entrenando para explotarlo al máximo. Así que no dudes tanto de ti mismo por esto. ¿Vale?

- S-sí.

Salió de la habitación, y volví a mirar a Anzu.

- Te juro que te compensaré por esto, Anzu... - susurré - Te quiero...

----------------------------------------------------------- ¡Gracias por leer!

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