43.- Rescate
Ok, antes de empezar, informo que para los padres de Shinso me baso en los diseños de @keiidakamya (en Twitter) de hace tiempo. Realmente solo mantengo las apariencias, los nombres, los koseis y el trabajo del padre, pero era para informaros. Los diseños son estos, por si os interesan:
Dicho esto, ¡Empecemos!
~ Narrador: Omnisciente ~
Habían pasado ya un par de días desde que los Himura volvieron a su casa. Lo sucedido en Kamino, la batalla entre All Might y All For One, tuvo lugar entre esos días. Tras aquello, All Might y Eraserhead tuvieron que visitar las casas de los alumnos de 1A para comunicarles la iniciativa de los dormitorios propuesta por la UA.
Una vez ya separados, y ya dirigiéndose Eraserhead a su último destino, llegó a la casa de la familia Himura. Suspiró profundamente, preparándose para lo que se le venía encima, y salió del coche. Se plantó frente a la puerta y llamó, esperando a que le respondieran.
- Agh, Eraserhead, ¿Qué demonios quieres? ¿No tendrías que estar dando saltitos de edificio en edificio? - preguntó el padre de Anzu al abrir la puerta.
La madre de Anzu se encontraba detrás de su marido, mirando a héroe con odio.
- Fudo y Kaiyo Himura, vengo como tutor de su hija, Anzu, para hablar de la situación de sus estudios - dijo Aizawa, manteniéndose profesional - ¿Podría pasar y hablamos bien de todo esto?
Se miraron un momento y después se apartaron de la puerta, dejando pasar al héroe al interior de la casa. Los 3 pasaron al salón, sentándose Aizawa en un sofá y los padres de Anzu en el que estaba en frente.
- Verán, visto lo sucedido en el campamento al que su hija acudió, y el repentino retiro de All Might, la UA ha decidido crear dormitorios para todos sus alumnos, asegurando así su seguridad - explicó Aizawa - Por supuesto, necesitamos su visto bueno para que su hija pueda instalarse.
- Nuestra hija no va a volver a la UA - dijo la madre de Anzu - Vamos a buscarle un buen internado, al que se unirá cuando acaben las vacaciones.
- Comprendo...
- A ver si con suerte deja de pensar en las mamarrachadas con las que le habéis lavado el cerebro los fracasados como vosotros - masculló el padre.
Aizawa respiró profundamente y cerró los ojos unos segundos, tratando de mantener la calma y compostura.
- ¿Podría al menos despedirme de ella? - preguntó - Ha sido una buena alumna, y me gustaría desearle una buena vida de aquí en adelante.
- No va a poder ser, Anzu está en casa de su mejor amigo ahora mismo, y no va a volver hasta dentro de unas horas.
- Ya veo... Pues entonces, me marcho - dijo, levantándose del sofá.
- Cuanto antes mejor, así podremos desinfectar ese sofá de tus gérmenes - rió Fudo.
- ¿Sabéis qué? - dijo Shota, ya cabreado - Sois detestables, desalmados, viles, abominables, aborrecibles, repugnantes, despreciables, infames, y cualquier otro sinónimo que se os venga a la cabeza. Puedo llegar a entender que no estéis contentos con la sociedad heroica, puedo entender hasta cierto punto que desprecieis a los héroes en general. Pero lo que no logro comprender es cómo sois tan pésimos padres como para alejar a vuestra propia hija de su sueño. Anzu hubiera llegado a ser una gran heroína, y eso lo sé solo con verla esforzarse al máximo en cada maldita situación. Y la estáis privando de mostrar su potencial al mundo. Me dais asco.
- ¡Largo de mi casa! - exclamó Kaiyo.
- Será todo un placer - masculló.
El héroe salió de la casa y se metió en su coche, dispuesto a conducir hacia su nuevo e improvisado destino.
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~ Narrador: Shinso ~
Estaba en el salón, jugando con los gatos, cuando llamaron a la puerta.
- Ya voy - anunció mi padre, dirigiéndose hacia allí desde la cocina.
Abrió la puerta, y se le quedaron los ojos como platos.
- Buenas tardes, ¿Esta es la residencia de la familia Shinso? - oí una voz conocida.
- S-sí. Ust-ted es Eraserhead... - dijo mi padre.
Al oír eso, me dirigí rápidamente a la puerta.
- ¡Aizawa-sensei! ¿Qué hace usted aquí? - pregunté.
- Venía a despedirme de Himura, si es que es posible - dijo él.
- ¿Qué? Anzu no está aquí - respondí.
- Qué extraño... - comentó el héroe - Sus padres me dijeron que estaría en casa de "su mejor amigo", y ese eres tu, ¿No?
- Sí, pero ella no- - me paré en seco, para después darme cuenta de la situación - ¡Aizawa-sensei, vaya poniendo el coche en marcha, yo voy a por mi arma de captura y vuelvo! ¡Papá, ve tú también al coche, es muy probable que te necesitemos allí!
- Allí, ¿Dónde? - preguntó mi padre, extrañado.
- ¡Hay que ir a casa de los Himura! - exclamé mientras corría hacia mi cuarto - ¡Anzu está en peligro!
Una vez en mi habitación agarré mi arma de captura, salí de la casa y subí al coche de Aizawa-sensei, donde ya se encontraban él y mi padre.
- ¡Vamos ya! - exclamé.
Eraserhead asintió y empezó a conducir hasta casa de los Himura. Una vez allí, bajamos del coche a toda prisa y me acerqué a la ventana de la habitación de Anzu. Las persianas estaban bajadas, por lo que no se podía ver nada. Intenté romper el cristal con una piedra de tamaño considerable que encontré en el suelo, pero al no poder, se confirmaron mis sospechas; La ventana estaba sellada por el kosei de la madre de Anzu. Y seguramente no sería solo la ventana, sino también la puerta de su habitación y la principal.
- Aizawa-sensei, tiene que borrar el kosei de la madre de Anzu y retenerlos, ¿Vale? - le expliqué, tendiéndole mi arma de captura - Papá, tú vienes conmigo a la habitación de Anzu, hay que darse prisa.
Ambos asintieron con la cabeza.
- Pero para eso tendrían que abrirnos la puerta, y a mí definitivamente no me van a dejar pasar - comentó Aizawa-sensei.
- Agh, a mí tampoco - mascullé.
- Yo llamaré, quizás a mí sí que me abran - dijo mi padre, acercándose a la puerta - No entiendo del todo qué está pasando, pero confío en que sabes lo que estás haciendo, Hitoshi.
- Sí.
Mi padre llamó a la puerta, y poco después se oyó una voz al otro lado de esta.
- ¿Quién es? - preguntó la madre de Anzu, solo de oír su voz me hirvió la sangre.
- Soy Hajime Shinso, el padre de Hitoshi - explicó mi padre - Mi hijo se dejó el hinchador de la bici la última vez que vino, y me ha pedido que venga a recogerlo.
De manera casi imperceptible, noté como el sellado de la puerta se cancelaba, y la madre de Anzu empezó a abrir la puerta.
- Claro, pase, ahora lo busc- - empezó a decir ella.
- ¡Ahora! - anuncié.
En cuanto Aizawa-sensei la tuvo a la vista borró su kosei, y utilizó el arma de captura para atraparla. Mi padre y yo nos colamos en la casa lo más rápido que pudimos, y empecé a guiarlo hasta el cuarto de Anzu.
- ¿¡Pero qué demonios está pasando!? - gruñó el padre de Anzu, apareciendo de repente.
- ¡Yo me encargo! - dijo Aizawa-sensei, tratando rápidamente de apresarlo con el arma de captura.
Finalmente mi padre y yo llegamos frente a la puerta de la habitación de Anzu. Intenté abrirla, pero estaba cerrada con llave, así que con todas mis fuerzas me lancé contra ella y logré que se abriera. Encendí las luces, que se encontraban apagadas, y lo que vi prácticamente me dejó sin aire en los pulmones; Anzu se encontraba inerte, tirada en el suelo con un "pequeño" charco de lo que parecía sangre manchando el suelo bajo su cabeza, encogida en sí misma, y uno de sus brazos tenía una forma algo extraña.
- ¡Anzu! - sollocé al verla, agachándome rápidamente a su lado - ¡Anzu, por favor! ¡Despierta!
Mi padre se agachó a mi lado y tomó uno de los brazos de Anzu.
- Vale, tiene pulso, pero es débil - dijo, con los dedos sobre su muñeca - Voy a recolocarle el húmero, parece fracturado. Le va a doler, así que en el caso de que recobre la consciencia, prefiero que esté entre tus brazos para que no se asuste.
Asentí con la cabeza, aún tratando de procesar todo lo que estaba pasando. Tomé a Anzu entre mis brazos, y mi padre tomó su brazo izquierdo.
- Vale, en 3... 2... 1.
Se oyó un chasquido y vi a mi padre hacer fuerza para recolocarle bien el húmero a Anzu. Ella emitió un leve quejido de dolor, pero no recobró la consciencia.
- Ahora busca alguna especie de toalla o tela con la que podamos cubrirle la herida de la cabeza - me ordenó mi padre.
Me levanté rápidamente y empecé a buscar, finalmente tomando una camiseta de uno de sus cajones.
- ¿Esto sirve? - pregunté.
- Por ahora sí - respondió mi padre - Voy a llamar a una ambulancia, así que quiero que pongas la camiseta contra la herida y aprietes para taponarla, ¿Vale? Pero tampoco te pases de fuerza.
Asentí, sentándome en el suelo junto a Anzu, y mi padre salió de la habitación con su móvil en la mano.
- Por favor... - sollocé en voz baja - Tienes que estar bien... No me dejes solo...
- 'T-tosh-... - le escuché decir en apenas un susurro.
- S-sí, soy yo, 'Toshi - dije con una leve sonrisa - T-tienes que s-ser fuerte y aguantar u-un poco más, ¿V-vale? Aizawa-sensei tiene a tus p-padres, y mi padre está llamando a un-na ambulancia. T-te vamos a s-sacar de aquí de una vez por todas...
Poco después mi padre y dos sanitarios entraron por la puerta, con una tabla entre las manos que se utilizaba para llevar a los heridos hasta la camilla.
- Hitoshi, lo has hecho muy bien, pero ahora nos tenemos que encargar los profesionales, ¿Vale? - me dijo mi padre mientras los sanitarios cargaban a Anzu en la tabla - Iremos al hospital donde trabajo, ¿Te acuerdas de dónde está?
Asentí con la cabeza, tratando de retener las lágrimas.
- Dr. Shinso, hay que irse ya - lo llamó una de los sanitarios.
- Cuidaremos bien de ella, te lo prometo - añadió, para después irse rápidamente con los sanitarios.
Salí detrás de ellos, encontrando a Aizawa-sensei con varios agentes de policía, que habían detenido a los padres de Anzu. Estos últimos lanzaron una asquerosa mirada cargada de odio hacia su hija cuando la subían a la ambulancia, haciéndome explotar.
- ¡Sois unos monstruos! - exclamé, caminando enfurecido hacia ellos - ¡Unos seres despreciables! ¡ANZU SE MERECE ALGO MEJOR QUE VOSOTROS!
- ¿Qué vas a saber tú, si ni siquiera reconoces cuándo tu "queridísima amiga" te manda mensajes y cuándo no? - dijo el padre de Anzu.
- ¿Q-qué...? - pregunté, extrañado.
- La verdad es que creía que te darías cuenta rápidamente de que estabas hablando conmigo y no con Anzu estos días, pero se ve que no eres tan listo como esperaba - dijo la madre.
Se me cayó el mundo encima. Anzu llevaba así varios días, y yo mientras creía que estaba bien por culpa de los mensajes que me mandaba su madre.
- Aunque bueno, tampoco sé qué esperaba de un aprendiz de fracasado como vosotros - añadió la madre.
- Con un poco de suerte, el daño que le hicimos en los pies es suficiente como para que Anzu no pueda volver a correr - comentó el padre entre risas.
Aizawa-sensei tuvo que contenerme para que no me lanzara contra ellos y los golpease.
- Shinso, vámonos - ordenó - No vale la pena.
- Pero...
- Hay que ir al hospital, ¿No? - me recordó.
- S-sí...
Los agentes de policía metieron a los padres de Anzu en los coches patrulla, y Aizawa-sensei y yo entramos en su coche.
- ¿Me dices la dirección del hospital al que han llevado a Himura? - me preguntó.
Asentí con la cabeza y le di la dirección, así que Eraserhead empezó a conducir hacia allí. Apoyé la cabeza en la ventanilla y suspiré profundamente, rogando que Anzu saliera de esa.
----------------------------------------------------------- ¡Gracias por leer!
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