41.- Vuelta a ¿Casa?
- No, no, es culpa mía, no debí haber respondido así - suspiró - Pero es que ahora tenemos otro problema: Tus padres están aquí.
- ¿Qué? ¿Cómo?
- Eres menor y han tenido que ingresarte, así que desde el hospital han llamado a tus padres - explicó - Y aunque no fuera así, se hubieran acabado enterando por las noticias como yo.
- Mierda...
Me quité la mascarilla de oxigeno y la dejé a un lado.
- Tenemos que buscar la forma de sacarte de aquí antes de que se enteren de que ya te has despertado... - dijo, llevándose las manos a la cabeza.
- Hitoshi...
- Si simplemente salimos de la habitación y vamos por los pasillos, es posible que nos encontremos a alguien que te reconozca, o incluso a tus padres... - apoyó los codos en sus piernas, y se quedó mirando al suelo.
- Hitoshi... - volví a llamarlo.
- Por la ventana nos ahorraríamos ese riesgo, pero estamos muy alto, y no controlo el arma de captura lo suficiente como para asegurarme de que no vamos a tener ningún problema al bajar...
Me estaba poniendo nerviosa; No Hitoshi, sino la situación en general. La Liga de Villanos acababa de atacarnos, Bakugo había sido secuestrado, y mis padres habían descubierto que estaba en el Departamento Heróico.
- Hitoshi - insistí - Por favor... Necesito un abrazo...
Necesitaba la reconfortante sensación que me llenaba al estar entre sus brazos...
- Anzu, ahora tenemos que pensar en esto... - negó, aún sin mirarme - Otra opción seria usar tu "Velocidad", pero estás demasiado débil como para correr, y menos conmigo...
Volví a tumbarme sobre la camilla, mirando al techo. Hitoshi seguía hablando consigo mismo, planeando algún modo para evitar a mis padres. Empezaba a costarme respirar, presa del pánico a la espera de que mis padres hicieran acto de presencia en la habitación. Cosa que por supuesto, teniendo en cuenta mi pésima suerte, ocurrió de manera inminente.
- Seguramente esa sea la mejor opción... - dijo mi madre a la vez que entraba en mi habitación - ¡Anzu!
Me estremecí, y Hitoshi levantó la cabeza de golpe. Cerré los ojos con fuerza y suspiré, preparándome para lo peor mientras oía los pasos de mi madre acercándose. Pero lo último que esperaba que sucediera, y lo que realmente pasó, fue sentir sus brazos rodeándome.
- ¡Menos mal que estás bien! - exclamó - ¡Tu padre y yo estábamos muy preocupados!
Abrí los ojos, sorprendida, y vi como mi padre se sentaba a los pies de mi camilla. Algo dubitativa, rodeé a mi madre con mis brazos, correspondiendo al abrazo. Era tan... Irreal... Ni recordaba la última vez que alguno de mis padres me había abrazado. Hasta se sentía reconfortante... No pude evitar aferrarme a ella y romper a llorar.
- Shhh, ya ha pasado todo, puedes estar tranquila - suspiró mi padre, tratando de reconfortarme.
Más que ayudarme, aquello hizo que mi llanto se tornara más intenso que antes. Finalmente y después de unos minutos, mi madre me soltó.
- Entonces... ¿Estás en el Departamento Heróico? - preguntó ella.
- L-lo siento mucho, no d-debí ment-tiros - sollocé, sin atreverme a mirarlos - P-pero...
- No tienes que explicarnos nada, cariño - interrumpió mi padre - Y menos ahora.
- El enfermero dijo que podríamos llevarte a casa en cuanto despertases, así que ya hablaremos allí - comentó mi madre.
- ¿N-no estáis enfadados? - pregunté.
- ¿Qué? Claro que no... - negó mi madre - Solo un poco decepcionados porque no nos lo hayas contado, pero tendrías tus motivos.
- ¿Tú sabías algo, Shinso? - le preguntó mi padre.
Él, que no había pronunciado palabra alguna desde que mis padres entraron a la habitación, y que parecía hasta más sorprendido que yo, se dedicó a mentir.
- No, no lo sabía - respondió - Bien es cierto que Anzu no estaba en mi clase, pero creí que era porque iba a 1D o 1E.
Lo miré extrañada, pero me dirigió una mirada que me indicaba que no dijera nada de aquello.
- Iremos a buscar a algún médico para que te revise y te dé el alta, ¿Vale? - dijo mi madre, dándome otro abrazo.
Dicho eso, ella y mi padre salieron de la habitación, y volví a quedarme sola con Hitoshi.
- ¿No es genial? - le pregunté - Te dije que tarde o temprano iban a cambiar, y por fin lo han hecho...
- No sé, Anzu... ¿No te parece demasiado "oportuno" que "cambien" tan repentinamente JUSTO al enterarse de que estás en el Departamento Heróico?
- Bueno, ¿Y qué? Lo importante es que no están enfadados - comenté, extrañada.
- Es que no me fío de ellos, ¿Vale? Ya te han hecho demasiado daño como para que no sospeche - insistió.
- Pero ya te he dicho varias veces que últimamente no me hacían nada - mentí - Prácticamente desde lo del Festival Deportivo. Han tenido tiempo para recapacitar y cambiar para ser unos mejores padres.
- Pero...
- ¡Déjalo ya, ¿Quieres?! - exclamé - ¡Por fin, después de tantos años, puedo tener una familia feliz! ¿Acaso no te alegras por mí?
Me dejé caer de golpe sobre la cama, cabreada.
- Claro que no es eso, me alegro muchísimo por ti, y porque tus padres hayan cambiado... - suspiró él, tomando una de mis manos entre las suyas - Simplemente me preocupo por ti...
- Pero ahora ya no es necesario... Voy a estar bien - dije con una sonrisa.
- Está bien...
Posó un delicado beso en mis nudillos y después me miró a los ojos.
- Pero si pasa algo, te jur-
- Que no va a pasar nada - reí.
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Finalmente, después de la revisión por parte de un médico, fui dada de alta y mis padres decidieron llevarme a casa. Dejamos a Hitoshi en la suya por el camino, y ya después legamos a la nuestra. Entré por la puerta con la bolsa de ropa que mis padres me habían llevado al hospital en la mano.
- Voy a dejar la bolsa en mi cuarto, y después podemos hablar de lo de la UA... - comenté.
- No hay nada de lo que hablar - sentenció mi madre.
- ¿Q-qué?
- He dicho que no hay nada de lo que hablar - repitió.
Entonces sentí la mano de mi padre agarrándome por el cabello y prácticamente levantándome del suelo.
- ¿De verdad te creías que íbamos a aceptar este jueguecito tuyo? - preguntó - No te imaginas cuán
equivocada estás, niñata.
----------------------------------------------------------- ¡Gracias por leer!
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