14.- Hora de prepararse

Caminé hasta el aula de 1A, suspiré profundamente al llegar a la puerta, llamé y abrí un poco la puerta.

- May I come in...? (¿Puedo pasar?) - pregunté.

- Sure, Himura (Claro, Himura) - contestó Present Mic.

Entré en el aula y me senté en mi sitio. Miré la pizarra y empecé a apuntar lo que ponía en mi libreta.

La clase terminó, al igual que la jornada escolar, y mis compañeros empezaron a recoger sus cosas. Me levanté de mi silla y me acerqué a la mesa del profesor.

- Disculpe... - dije - ¿Podría hablar con usted?

- Mejor esperemos a que tus compañeros salgan, ¿vale? - respondió.

Asentí con la cabeza, y volví a mi sitio para meter las cosas en mi mochila. Una vez se fueron todos, Present Mic se acercó a mí.

- Himura... - dijo.

- Lo siento muchísimo, de verdad - interrumpí, inclinándome levemente en una reverencia - No debí haber reaccionado de esa forma, ni haberle acusado de nada. Fui irresponsable e impulsiva, y usted no se merecía eso.

- Está bien, no pasa nada... Estos últimos días han sido estresantes para todos, y cualquiera tiene un mal día - respondió - Yo también me habría enfadado si hubiera oído a mis profesores hablar así de mí cuando tenía tu edad.

- De verdad que lo siento...

- No pasa nada, tranquila - trató de calmarme - Anda, vete a casa, que mañana será otro día.

Asentí con la cabeza, y me dirigí a la puerta.

- Ah, y... - me paré justo antes de salir - Muchas gracias por defenderme.

- Es lo que debía hacer - contestó con una sonrisa - Hasta mañana, Himura.

- Adiós - me despedí.

Caminé hasta la salida de la academia, y encontré a Shinso en el portón.

-Te has tomado tu tiempo, ¿eh? - dijo - De no ser porque tu bici sigue allí, habría creído que te habías ido sin mí.

- Perdona, estaba hablando con Present Mic - contesté mientras agarraba la bici.

- ¿Y eso?

Me subí a la bici, y empezamos a pedalear hacia mi casa.

- Verás...

Le conté lo que había pasado en clase, al igual que toda la charla con Nezu.

- Menuda metedura de pata - dijo.

- Ya... - suspiré.

- Lo bueno es que se ha solucionado, y que puedes quedarte en 1A.

- Hasta el Festival Deportivo, sí.

- Y después también.

- Eso espero...

- Eh, ni esperas ni nada. Nos esforzaremos al máximo, e iremos ambos a 1A. ¿Vale?

Soltó una de sus manos del manillar y levantó el puño.

- Vale.

Choqué su puño, y me dedicó una sonrisa. Hitoshi no sonreía muy a menudo, pero cuando lo hacía, casi se me paraba el corazón. Finalmente llegamos frente a mi casa.

- ¿Quieres que me quede contigo? - preguntó.

- Sí, por favor.

Bajamos de las bicis, y abrí la puerta de casa.

- Ya estoy en casa - avisé, sabiendo que mi madre estaba.

Entramos con cuidado de no golpear nada con las bicicletas, pero desde el entrador pude ver algo en la mesa del salón.

- Mamá, ¿sabes qué hace mi libro de inglés en la mesa del salón? - pregunté.

- Lo saqué de tu mochila esta mañana - respondió - Hoy no te tocaba clase de inglés.

Se empezaron a oír pasos, acercándose hacia nosotros.

- ¿Y por qué tocas mi mochila?

- ¡A mí no me hables así!

Llegó al entrador, ya con la mano levantada, pero frenó en seco al ver a Hitoshi.

- ¡Shinso, qué alegría verte! - exclamó, bajando rápidamente el brazo - No sabía que venías.

- Ha sido una decisión de último momento... - comentó él, tratando de contener una mueca de desagrado - ¿Dónde puedo dejar mi bicicleta?

- Déjala junto a la de Anzu, tranquilo.

Dejamos las bicicletas, aún bajo la atenta mirada de mi madre.

- Pues... Hitoshi y yo estaremos en mi habitación - dije - Tenemos muchos deberes.

- Claro, no os molesto - contestó ella, con una sonrisa fingida - Estudiad mucho.

Asentimos con la cabeza y fuimos directamente a mi cuarto. Dejamos las mochilas en el suelo y nos sentamos en la cama.

- Qué mal... - mascullé.

- ¿Qué hubiera hecho tu madre de no haber estado yo ahí? - preguntó Hitoshi.

- Me habría partido la cara, como cada vez que le "falto al respeto".

- ¡Ni siquiera le has hablado tan mal!

- Ya... - suspiré - Pero eso da igual ahora mismo. ¿Qué hacemos?

- Podríamos ver antiguos Festivales Deportivos, para recopilar qué pruebas podrían salir cuando nos toque a nosotros. Así, al menos, no nos pillarán por sorpresa.

- Es una buena idea, la verdad.

Me levanté de la cama para agarrar el portátil que había sobre mi escritorio y me volví a sentar en la cama, esta vez con la espalda apoyada en la cabecera.

- ¿Vienes? - pregunté a Hitoshi para que se acercase a mí.

- C-claro.

Se sentó a mi lado, y abrí el portátil sobre mi regazo. Pasamos toda la tarde viendo retransmisiones de los anteriores festivales, analizando las posibles pruebas. Lo único que nunca cambiaba era la última prueba, las batallas 1 vs 1.

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Quedaban 2 semanas para el Festival Deportivo. Cuando mis compañeros y yo pretendíamos salir del aula tras la última clase del día, nos encontramos a una gran marabunta de gente bloqueando la puerta.

- ¿¡Qué está pasando!? - exclamó Uraraka al ver frustrado su intento de salir.

- ¡No hay salida! - se quejó Mineta- ¿Por qué están aquí?

- Nos analizan - comenté.

- Porque somos los "niños" que sobrevivieron al ataque de unos villanos. Tendría sentido que quisieran echar un vistazo antes del Festival Deportivo. Aunque no les sirve de nada - masculló Bakugo, y se dirigió a ellos - ¡Apartaos, malditos extras!

- ¿¡Podrías abstenerse de llamar "extras" incluso a aquellos a quienes no conoces!? - le riñó Iida.

Entre la multitud pude reconocer una cabellera morada que se iba acercando poco a poco.

- Cierto, Anzu y tú tenéis razón. Hemos venido a echar un vistazo, aunque ha sido decepcionante. ¿Son así de "modestos" la mayoría de alumnos del Departamento Heroico? - dijo Hitoshi mientras se abría paso entre el tumulto - Aquellos que, por el examen práctico, no conseguimos entrar en vuestro curso, estamos "confinados" en el Departamento de Estudios Generales. Somos varios así, ¿sabéis? Dependiendo de los resultados del Festival Deportivo, pueden considerar pasarnos al Departamento Heroico. Entiendo que también puede pasar lo contrario, ¿no?

Midoriya tragó saliva pesadamente detrás de mí.

- ¿Analizar la competencia? Para un alumno de Estudios Generales como yo, esta será la oportunidad perfecta de haceros caer de ese pedestal - continuó hablando - Considerad esto una "declaración de guerra".

Mis compañeros parecían asustados. Suspiré, colgándome la mochila sobre el hombro y me acerqué a la puerta.

- ¿También es una "declaración de guerra" para mí? - pregunté con un media sonrisa y arqueando una ceja.

- No, para ti no - contestó Hitoshi - ¿Estás lista?

- Sí, pero no creo que pueda pasar fácilmente...

- Ya nos las apañaremos, anda.

Empezamos a caminar entre la multitud, pero unos metros después ya me era imposible.

- De verdad, no puedo pasar - avisé a Shinso.

- Está bien, espera un momento...

Se colocó su mochila al pecho como pudo, y se inclinó un poco.

- Sube.

- Como que vas a poder con mi peso y el de ambas mochilas - reí.

- Hazme caso, no seas tonta.

Asentí con la cabeza, me agarré a sus hombros y subí a su espalda, para después rodear su cintura con mis piernas.

- ¿Ya estás? - preguntó.

- Sí.

- Pues allá vamos.

Reemprendió la marcha entre la gente. Por mucho que tratara de hacerse el fuerte, no pasó mucho tiempo hasta que empezó a costarle llevar el peso. No pude evitar reír levemente, y oculté mi rostro en su hombro. Finalmente logramos salir de la muchedumbre, y Hitoshi me dejó bajar de su espalda mientras jadeaba.

- Te avisé - dije con una sonrisa.

- Sí, me avisaste... - contestó, tratando de recobrar el aliento - Pero hemos salido de ahí, así que, objetivo cumplido.

- Ahí te doy la razón.

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Al llegar a casa subí a mi habitación, dejé mi mochila sobre la cama, me puse ropa deportiva y empecé a hacer ejercicio físico. Si de verdad quería estar lista para el Festival Deportivo, y tener la oportunidad de quedarme en 1A, no podía permitirme flaquear. Y puesto que la fuerza física no era precisamente mi fuerte, decidí empezar por ahí.

Llevaba pocos minutos, pero el móvil empezó a sonar, indicando la llegada de nuevos mensajes. Pensaba ignorarlo, pero como no cesaban, desistí y agarré el teléfono.

Lancé el móvil sobre la cama y continué con la rutina de ejercicios. Debía estar lista.

----------------------------------------------------------- ¡Gracias por leer!

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