III

Elin siguió trabajando arduamente en el taller luego de haberle enviado un mensaje a su amiga. Eso duró unos pocos segundos hasta que Bruce entró al taller.

–¿Qué haces? —preguntó el mayor suavemente.

–Reconstruyo la matriz de Visión.

–Pequeña... No creo que eso sea posible. El 87℅ se perdió cuando... Le quitaron la gema.

–Pero aún me queda el 13℅ —la niña señaló el libro abierto a su lado—. Son hechizos básicos de curación mental, reconstrucción se neuronas mediante copia y adaptación de las sanas. Si logro traspasar la información a códigos, puede que recupere una buena parte de Visión.

Hubo silencio, y el doctor suspiró.

–Lo encontramos —Elin dejó de teclear—. Iremos a buscar las gemas. Pensé que sería buena idea que supieras.

–Gracias —susurró ella sin mirarlo aún.

Sintió sus pasos alejarse, y tardó sus buenos segundos antes de volver a trabajar.

Tenía un mal presentimiento de esa búsqueda.

Acabó en 1 hora y media de traspasar todos los datos y adaptarlos a los códigos. Y otra media hora intentando calibrar y empezar a reconstruir.

–Bien, Viernes. Hora de empezar, ayúdame un poco —dijo ella suavemente, volviendo a amarrarse su largo cabello en un tomate mal hecho y desordenado.

Los códigos empezaron a analizarse y  reconstruir muy lentamente.

Proceso de reconstrucción en curso. Puede tardar un momento.

–¿Cuánto es un momento?

Un par de horas —Elin frunció los labios—. Todo saldrá probablemente bien, señorita Elin. Hizo un muy buen trabajo.

–Gracias Viernes, me avisas, ¿está bien?

Por supuesto, señorita.

Suspiró una vez más y fue hacia la enfermería, sólo para observar a Pepper dormida sentada en una silla en la esquina de la habitación, muy incómoda y exhausta.

Se sintió de lo más culpable y agradecida, así que buscó alguna manta y la cubrió con ella sin despertarla.

Se acercó nuevamente a su papá profundamente dormido, con una expresión preocupada y cansada.

Acabó por sentarse en el frío suelo y apoyó su cabeza en el colchón, estirando su mano para tocar la mano del hombre suavemente, sintiendo sobre todo aquel anillo de casado.

Logró soltar un par de lágrimas antes de quedarse dormida en esa posición nada cómoda, sin soltar su mano en ningún momento.

–Elin... —susurró una voz, pero parecía un sollozo—. Loki... Elin... —exclamó de nuevo un poco más alto—. Peter —volvió a susurrar muy bajo.

La niña abrió los ojos, para darse cuenta que era su padre quien estaba hablando entre sueños, o más bien pesadillas.

Miró el reloj, habría dormido al menos 4 horas de corrido. Tenía la manta que le había pasado a Pepper encima de su cuerpo y no había rastro de aquella pelirroja.

–Papá —dijo ella al levantarse y tocar su antebrazo e intentar despertarlo.

–No por favor... Ellos... Ellos no, no por favor —estaba sollozando, y a Elin se le destrozó el corazón.

–Papá despierta, es sólo una pesadilla —exclamó más fuerte y sacudiendo un poco más. Logrando al fin que el hombre abriera los ojos.

Lágrimas caían por su rostro estupefacto al observar el rostro de su hija.

–Elin, ¿estás bien? —dijo el hombre intentando levantarse de pronto y tomar los hombros de la niña.

–Sí papá, estoy bien —respondió ella sonriendo un poco.

–Lo siento... Lo siento tanto. Debí hacer más. Debí ser un mejor papá. D-Debí... No.... Debía ser yo. Los perdí... Perdí a Peter... Y... Y-Y tú p-padre-

Elin lo logró callar al acunar el rostro ajeno entre sus manos.

–Papá... Nada de esto es tú culpa —dijo ella suavemente y muy firme en su voz, tragándose sus lágrimas—. Yo no podría elegir a un mejor papá que tú, ¿me escuchaste?

Tony dejó que más lágrimas cayeran por su rostro, antes de tragar saliva y asentir. Puso una de sus palmas encima de una de las pequeñas manos ajenas que tocaban su rostro.

Lamento interrumpir, pero la señorita Potts me avisa que ya llegaron.

–Descansa, ¿si? —dijo la pequeña antes de separarse del Stark.

Fue hacia la sala principal, pero las expresiones no eran reconfortantes. Eran rostros de derrota total, de tristeza profunda y culpabilidad absoluta.

–¿Qué... Qué sucedió? —susurró la menor.

–Thanos destruyó las gemas —respondió Natasha suavemente—. No hay forma de regresarlos.

–¿Y dónde está él? —preguntó la Stark.

–Muerto —respondió el mapache fríamente—. Tú tío le cortó la cabeza como mantequilla.

Elin apretó los puños con impotencia. Dio un corto suspiro.

–Bien... Doctor Banner, mí papá ya despertó, ¿le importaría hacerle una revisión? Creo... Que ya es tiempo de volver a casa.

–Por... Por supuesto —asintió el mayor saliendo del lugar acompañado de Elin.

Ella esperó afuera, escuchando cómo Banner le daba la explicación a Tony. Ella no se sintió capaz de hacerlo.

Se sentó en el suelo del pasillo mientras jugaba distraídamente con sus mangas.

Unos pasos se escucharon acercándose, y al levantar la mirada pudo ver a aquella chica de piel azulada y partes de metal.

Apenas intercambiaron miradas cuando la Cyborg pareció arrepentirse de ir allí, estando a punto de volver sobre sus pasos.

–Espera —la niña se levantó y se acercó suavemente—. Eres... Eres Nébula, ¿verdad? —ella sólo asintió. Elin se acercó más y, sin sentir miedo alguno, la abrazó sin ser correspondida. Nébula no se sintió amenazada, así que sólo se quedó estática—. Gracias por traer de vuelta a mí padre.

El cuerpo de Nébula dejó de estar tan tensa, pero no correspondió.

Bruce dictaminó que Tony necesitaba descansar al menos unas horas más antes de forzarse a caminar, así que Elin iba al taller cuando su papá estaba hablando con Pepper, Rhodey o cualquier otro adulto.

–Bien, Viernes, ¿cómo va el proceso?

Proceso completado al 100℅ —Elin abrió los ojos con sorpresa al ver los hologramas frente a ella—. La reconstrucción parece ser un éxito, ¿quiere ejecutar la inteligencia artificial de Visión?

–C-Claro.

Un minuto por favor.

El holograma empezó a cargar, hasta que la luz naranja apareció frente a ella imitando el funcionamiento de las neuronas de un cerebro humano.

–¿H-Hola?

Señorita Elin —dijo la voz alegre—. ¿Qué sucedió? Mí memoria está muy dañada y quebrantada.

–¿V-Visión?

No estoy seguro si soy él. Tengo una confusión en mis códigos que me distancian de Jarvis y la memoria de Visión —Elin se dejó caer sentada encima de una de las sillas.

–Lo... Lo lograste —exclamó el doctor Bruce entrando a la habitación—. Recuperaste a Jarvis.

Reitero. No estoy seguro si soy él. Mis códigos están mezclados —Elin no sabía qué pensar—. ¿Dónde está el señor Stark?

La niña miró al doctor esperando una respuesta.

–Él está bien ahora. Tardará un poco en volver a ponerse fuerte... Pero Pepper lo ayudará.

–Gracias —asintió la niña. Se volteó a contemplar el holograma como si fuera una persona—. ¿Tienes recuerdos del señor Stark?

No todos los que se esperaría, pero siento esa afección con su persona.

–Bien entonces. Viernes... Javris-Visión, vendrán con nosotros.

—·•·—

–Bien, ¿estás cómodo?

–No soy inválido, Pep.

–Estuviste en inanición por 20 días, estás inválido a mí parecer.

Ambos adultos rieron un poco. Tony acomodó mejor su cabeza en la almohada, y notó a la distancia a Elin recargada en la puerta y con la mirada en el suelo.

–¿Elin? —exclamó el hombre.

La menor lo miró, y luego a Pepper. La mujer asintió, dándole a entender que estaba bien.

Alargó un suspiro pesado.

–Quiero... Quiero presentarte a alguien —el Stark mayor ladeó la cabeza sin entender muy bien—. ¿Jarvis...?

Hola, señor Stark.

Tony casi se cae de la cama intentando levantarse. Miraba al techo con shock, y luego a su hija.

–Mezclé... La magia de curanderos de uno de los libros que la tía Valqui me regaló con la tecnología de reconstrucción de datos. No es perfecto, hice lo que pude, pero-

–¿J? —preguntó de nuevo Tony admirando al techo.

–¿Si señor?

–¿Cuál es mí banda preferida?

–AC/DC me parece. A no ser que su peculiar gusto haya cambiado.

–¿Qué suelo desayunar?

Waffles sin gluten, a no ser que pase toda la noche despierto. En ese caso solía no desayunar.

–¿Por qué te llamas Jarvis?

Por la siglas en inglés y porque usted solía tener un mayordomo con el mismo nombre.

Tony sonrió muy ampliamente y se relajó en el colchón, casi como si necesitara haber escuchado aquella voz.

–Uh... Viernes me ayudó mucho.

–Que no se haga la modesta la señorita Elin, ella encontró la solución —dijo Viernes alegre.

–Gracias, Elin... Enserio muchas gracias.

La niña también sonrió y asintió.

Tony le hizo un gesto con su mano para que se acercara y obedeció. Recibiendo un fuerte abrazo por parte de su papá.

Pero incluso con todas esas pequeñas situaciones alegres, todo se desmoronó cuando escuchó a su papá llorar nuevamente entre pesadillas. A pesar de preguntarle si necesitaba ayuda, él lo negó desde el principio y fingió que todo estaba bien.

No pudo dormir esa noche, y trepó el techo como solía hacer cuando sus padres... Pasaban una noche entretenida y así evitar escucharlos.

Ahora lo hacía porque odió el silencio y que lo único que se escuchara fuera la soledad profunda y el dolor de la figura paterna que le quedaba.

Pensó en su padre y su llanto.

Pensó en Peter y la última vez que se vieron.

Pensó en su tío Thor y la culpabilidad en su mirada.

Diablos, pensó en todo lo que pudo para poder desahogarse.

Enrolló sus piernas y las abrazó mientras lloraba. Y los únicos testigos eran la luna y las estrellas que la observaban silenciosos.

Eso hasta que su celular empezó a sonar.

–¿Hola?

–Mis radares me indican que algo no anda bien ¿Estás llorando de nuevo, princesita?

–Alex... No, es sólo... Bueno-... Tú sabes  —suspiró y empezó a limpiarse las lágrimas—. ¿Tú estás bien?

–Como la mierda, básicamente —rió sarcástica—. ¿Y tú papá? ¿Ya despertó?

–Si es... Está bien ahora, dentro de lo que cabe —intentó reír, pero enseguida empezó a llorar de nuevo. Se sintió muy patética.

–Ay linda... Cómo me gustaría estar allí para abrazarte.

–No-... Con que me llames es suficiente —ambas sonrieron—. Aunque... Tengo mucho miedo.

–¿Mh? ¿Con qué exactamente? Tienes muchas opciones.

–Cuando... Me enviaron a la Tierra, a padre y yo nos quitaron nuestra magia y mortalidad.

–¿Ya...?

–Y mí padre tenía magia antes... Antes de desaparecer.

–¿Quieres decir... Que eres inmortal de nuevo?

–No lo sé... —la voz de la niña volvió a ser melancólica—. No quiero... Estoy feliz siendo humana, papá está feliz con que yo sea humana... Padre también estaba feliz y-

–Alto, alto, alto. Aún no has comprobado nada. Quizás Odín o qué se yo le devolvió la magia cuando se dio cuenta de que todo se iba a ir a la mierda, quizás tengas magia... Pero no tienes porqué volverte inmortal.

–Supongo... —susurró la castaña abrazando de nuevo sus rodillas.

Alex guardó silencio un momento.

–Si quieres... Me puedo quedar al teléfono hasta que te quedes dormida. Con las pesadillas yo tampoco puedo pegar el ojo que digamos.

–Claro... Por mí está bien.

Elin bajó del techo y regresó a su habitación con el celular a mano.

Estuvieron hablando un rato, bromeando, o burlándose del pasado.

Hasta que Elin pudo quedarse dormida sintiendo la presencia de aquella chica.

Mientras que Alex no pudo dormir pensando en lo último.

Si lo que dice es verdad... Entonces ahora sería muy difícil para las dos.

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