Aún recuerdo la cantidad de veces que Nam Joon me animó a escribir una buena excusa para iniciar una conversación con Tae Hyung. Sus palabras siempre consistían en no te rindas, puedes hacerlo, solo salúdalo, él no te va a comer. La mayoría de veces lograba animarme, mientras que en otras ocasiones solo me cansaba de escucharlo repetir lo mismo.

Fue hace dos semanas atrás que me atreví a hablarle, con la esperanza (que aún albergaba) de que él me contestaría, me diría que no había problema, pero en vez de eso, solo caí en cuenta de que lo que alguna vez pude tener con Tae Hyung ya no iba a regresar, que lo único que podía hacer era sonreír porque al menos llegó a pasar.

— Cariño, ¿Qué es esto? — su pregunta me saca de mis pensamientos. Miro de inmediato a mi novio y entre sus manos se encuentran la caja que Tae Hyung me regaló y la que conservó con mucho cariño.

Tardo demasiado en contestar, pero tras pensarlo mucho, decido decir la verdad.

— No es nada, Ji Min.

— ¿Entonces puede arrojarlo? — su pregunta me toma por sorpresa y aunque quiero decir que no, creo que es hora de alejarme de todo lo que me hace daño, lo que nos hace daño.

— Claro, bebé.— le sonrio apenas y cuando él sale de la habitación me doy por vencido. Ya no hay vuelta atrás. Ji Min y yo viajaremos mañana a Estados Unidos, él una hora antes que yo, pero lo haremos: comenzaremos a vivir juntos en un apartamento que he rentado junto a mi novio bajito.

Cuando Ji Min regresa no tengo mucho qué decir, solo guardo mis prendas con total calma y sin ganas de querer irme del país o de mi casa.

— ¿Estás seguro de hacer esto? — Ji Min pregunta y entonces me quedo perplejo, porque parece que incluso él me conoce mejor de lo que yo lo hago.

— No entiendo, Ji Min. — le digo, continuando con mis maletas.

— Ho Seok, sabes a qué me refiero.— su mano me detiene y entonces lo miro. Él me sonríe y acercándome, me obliga a sentarme a su lado. — ¿En verdad quieres viajar conmigo?

Sé que esta es mi oportunidad, la última que me ofrece el destino, pero me pregunto, ¿Oportunidad para qué? ¿Acaso Tae Hyung cambie de opinión si le digo que lo sigo queriendo? ¿Dejará de huir si le digo que quiero iniciar de nuevo? o... ¿Será capaz de dejar a su novio y ese viaje, que tanto él estaba esperando, para quedarse conmigo?

— Claro que sí, bebé.— digo en un tono cariñoso. — ¿Por qué no ha de estarlo?

Ji Min no contesta rápido y es la primera vez que lo hace, por lo que me extraña en demasía.

— Porque no estaré todo el día contigo. Las prácticas serán más fuerte y los profesores posiblemente más estrictos, por lo que esta oportunidad no puede ser la mejor para ti.

La inseguridad en la voz de Ji Min no me hace dudar ningún segundo en que estaré bien con él, con la persona que yo amo... con la única persona que no huirá ante un problema.

— Estoy bien con aquello, hace algunos meses atrás me tocó a mí, mis padres me apoyaron... ahora es tu turno, te has esforzado mucho para obtener esta oportunidad de conocer a grandes entrenadores, y en esta ocasión recibirás mi apoyo y el de tu familia.

Ji Min se acerca apenas termino y deja besos por todo mi rostro, asegurando que soy el mejor novio que puede existir.

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