Pensar y hablar son dos cosas muy distintas, por más que digan lo contrario, o al menos eso es lo que pienso.

Muchas personas hablan antes de pensar y piensan mucho antes de hablar. ¿Desventajas de ambas? Simples. Si hablas demás y no piensas, estás perdido, si piensas mucho y no hablas pierdes. El punto es, ¿Qué quiero ser yo? ¿Un perdedor o un perdido?

No lo sé, nunca supe en verdad qué es lo que quería, o eso creí hasta que vi a Tae Hyung pasear con su bicicleta celeste, como el cielo, todas las mañanas hasta llegar a la academia de canto, que por cierto estaba al lado de mi academia, la de baile.

Siempre compare una relación con un edificio. ¿Por qué? Bueno, pues los edificios son fuertes y perduran a través de los años, claro, siempre y cuando pongas un buen cimiento. Y creo fervientemente que las relaciones son lo mismo, si colocas buenos cimientos: verdadero amor, sinceridad, felicidad... etc, estos perdurarán por años. Creí que así funcionaban las relaciones, pero es increíble ver como un edifico de muchos años cae frente a ti sin que puedas hacer algo para impedirlo. Es triste para mí, pues yo puse todo en esa relación.

Miro mi móvil, trato de decirle a Tae que este fin de semana llego a Daegu, que posiblemente nos podemos reunir para hablar, pero al ver su foto de perfil simplemente desisto.

Ya no hay nada que nos una. Tae Hyung tiene una vida forjada en Daegu, un novio a quien ama, unos amigos que no son los que compartimos y una sonrisa que ahora ya no me es dirigida.

Todos los chicos comienzan a celebrar, traen bebidas, besan a sus chicas, las abrazan en medio de la noche mientras observan el cielo lleno de estrellas.

Ha pasado medio año desde que hemos terminado, mi corazón sigue latiendo por igual al ver sus fotos, sus reacciones a comentarios y alguno que otro vídeo de él cantando.

Estados Unidos no lo es todo, al menos no para mí, mis compañeros se han vuelto mis hermanos y creo que Yeri puede ser la persona que tanto buscaba, pero a pesar de que trato de decirme constantemente que al regresar a Daegu ya nada será igual, aún sigo conservando un poquito de esperanza.

Yeri se acomoda en mi pecho, inhala mi colonia y con un cigarro entre sus dedos comienza a cantar. Ella es coreana, al igual que yo, pero proviene de Seúl, no de Daegu. Sus padres son dueños de muchas cafeterías y tiene un hermano mayor que está besándose en estos momentos con su novio. No conozco muy bien a su familia, lo único que sé es que ambos hermanos (ella es melliza de Seok Jin) son realmente bellos.

Ella pregunta algo sobre pasar la noche en su departamento, que posiblemente Nam se lleve a su hermanito a alguna discoteca y luego pasen a la casa del moreno. Le doy otro sorbo a mi botella y acepto de inmediato, sabiendo muy en el fondo lo que haremos.

Yeri fuma con mucha frecuencia, pero en esta ocasión suelta el cigarrillo y lo pisa, asegurando que está cansada de la nicotina y cuando le paso mi botella, ella lo aparta y me besa.

Nos besamos por segundos, tal vez ya un minuto, y a pesar de eso, no siento nada. No siento mariposas, dolor, deseo, nada.

Sé muy en el fondo que ha pasado tiempo, que debería haber pasado cinco años más de luto antes de tener una novia, pero con Yeri apenas llevamos un mes de pareja, no como Tae Hyung, que al parecer ya lleva tres meses. A veces pienso que no signifique nada para él, que posiblemente soy un idiota que entregó todo a cambio de nada.

Y nuevamente me siento mal por reprocharle a Tae Hyung o incluso, a mí mismo, sobre el modo de llevar nuestras vidas.

Después de ver a Yeri dormida y con el cabello despeinado, me digno a abrir el chat de Tae Hyung. Veo los puntos que indican que él está escribiendo algo y cuando comienzo  a hacer lo mismo, los puntitos desaparecen.

Apago el móvil de inmediato y lo dejo en la mesita de noche para luego abrazar a Yeri. A decir verdad, la voy a extrañar, pero no tanto como extraño la sonrisa de Tae Hyung.

Llegué con otro capítulo, pero solo porque lo que resta de semana andaré ocupada :')

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