✦ Quinto capítulo
Veo a Soyou bailar precioso, su tutu se mueve al compás de sus saltos y la sonrisa tan radiante solo me recuerda a Ho Seok. Los gemelos insisten en que debemos irnos, que están aburridos y que Soyou baila mal, pero les digo que se callen y que posiblemente les compre un chocolate al salir de la escuela primaria. Ellos se callan al instante.
Los señores Jung no dejan de tomarle fotos a su única hija y me aseguran que ella posiblemente siga el mismo camino de Ho Seok. Ambos hermanos llevan el baile en la sangre. La señora Jung era una bailarina de ballet ya retirada y el padre de Ho Seok, además de ser economista, llegó a ser bailarín profesional.
Al acabar la función, Soyou corre hacia mí y le saca la lengua a mis hermanos, asegurando que ella era mi niña favorita y claro que lo era, pero solo porque era una niña, no un niño.
Mis hermanos también me abrazan y entro esos tres niños comienza una rabieta y discusión que acaba cuando el señor Jung carga a Soyou y le dice que muy pronto tendrá a alguien a quien fastidiar.
Instintivamente pienso en Ho Seok, pero sé que eso es imposible, pues él está en Estados Unidos y no creo que regrese hasta el próximo año o años.
Al llegar al vecindario insisto en que ellos nos dejen en la primera esquina, pues nuestra casa no está tan lejos de la suya, pero lo señores Jung también insisten en llevarme hasta casa, sin embargo todo tipo de discusión termina cuando nos encontramos con las luces encendidas de la casa Jung.
Rápidamente el padre Ho Seok se coloca alerta, pensando que tal vez es un ladrón, y sale del auto.
Le digo a Dae Y Bae que se callen, pues ambos estaban peleando por un último trozo de chocolate.
Veo la angustia en el rostro de la señora Jung e inmediatamente me preocupo. Nuestro vecindario nunca había sido peligroso, al contrario, el lugar en general no era peligroso, pero ahí estábamos.
A los pocos minutos la puerta principal se vuelve a abrir y por ella sale él... sale Ho Seok, con esa encantadora sonrisa y con una ropa tan a la moda... tan extranjera, que se me hace demasiado raro reconocerlo.
Le digo a la señora Jung que me tengo que ir y a pesar de que ella insiste, obligo a mis hermanos a bajar corriendo del auto y hacer lo mismo hasta llegar a casa.
Ni siquiera me despido de Soyou y tampoco veo de cerca a mi ex novio.
Maratón 2/3
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