La academia de baile me recibe con los brazos abiertos y el profesor no duda en felicitarme por los nuevos pasos que he aprendido en el extranjero y también, por haberme superado a mí mismo. Agradezco cada una de sus felicitaciones y sonrio, pero nada especial.

Salgo de la academia en la noche y lo veo, está con un grupo de chicos y con él... con su novio. Sonrio nuevamente, al igual que por la tarde y suspiro, encogiéndome más y tratando de pasar desapercibido y creo que lo estoy haciendo hasta que nuestras miradas cruzan por accidente.

Él parece sorprendido y rápidamente se aleja de su novio. Me siento mal por él, en especial porque sé que el actuar de Tae Hyung se debe a mí.

Trago grueso y saco mi móvil, yendo de inmediato a su chat y comenzando a escribir un felicitaciones, pero al instante lo borro. Nuevamente sé que está mal y que es poco ético que haga eso delante de ese chico.

Apago el móvil y paso por su lado tratando de no ver a Tae Hyung o de distraerme en esas conversaciones triviales.

El camino hacia la parada de autobuses es silenciosa, lamentable, muy diferente a lo que alguna vez fue con Tae Hyung a mi lado. Aún recuerdo cada vez que pasaba por su academia, tomábamos la mano del otro y caminábamos hasta la parada de autobuses sumidos en un mar de risas, chistes pesados y miradas que podían decir todo y que a la vez, podían decir nada.

Al llegar me encuentro con un chico con audífonos y con un cabello naranja muy bonito, él no se percata de mi presencia hasta que me siento a su lado. Le sonrio y él se sonroja, pero no se aleja ni dice nada.

Aprovecho el silencioso y cómodo momento para mirar al frente y pensar en los felices años que vivimos Tae y yo. Aunque tal vez parezca un idiota repitiendo y repitiendo lo mismo, siempre lo diré... mi relación con Tae fue la más bella.

Maratón 2/?

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