El cielo se va tornando de un color naranja y el sol va desapareciendo de nuestra vista. Las luces del parque de diversiones se encienden y dan un toque muy romántico, mientras Ho Seok recibe el premio de consuelo tras haber fallado tres veces seguidas en el lanzamiento de dardos.

— ¿Es lo mejor que puedes regalarle a tu novio? — bromeo. Él sonríe y me entrega el llavero en forma de corazón.

— Es lo único que mis dotes de mal jugador te pueden regalar.— bromea por igual. Solo niego con la cabeza en respuesta, mientras mis labios se curvan en una gran sonrisa.

Rápidamente tomo mi mochila y le coloco el llavero, sonriendo al ver el contraste del negro y rojo.

— Me gusta a pesar de solo ser un tonto premio de consuelo. — Ho Seok finge ofensa y se aleja, pero al instante me acerco y aferrándome a su abrazo le digo que lo amo mucho, como nunca antes he amado.

Ha pasado dos años desde que regresamos. Ho Seok y yo seguimos viviendo en casa de nuestros padres, pero muy pronto compraremos un departamento con nuestros ahorros.

— Yo también te amo.— me susurra él, acercando sus labios a los míos y dejando un corto beso en estos. No hay duda de que tomamos la mejor decisión aquel día.

— Vamos a la rueda de la fortuna, quiero ver el atardecer a tu lado.— no recibo respuesta y tampoco la espero cuando mi mano toma la suya, obligándolo a correr detrás de mí.

Hacemos la fila correspondiente, mientras pienso en todo lo que ha sucedido en estos últimos años.

Después de haber perdido la oportunidad de viajar a Estados Unidos, decidí incursionar en el mundo de la actuación. Empecé primero con clases de actuación, que fueron solventadas por mis padres, pero que ahora las pago yo, al tener un trabajo de medio tiempo. Ho Seok es profesor en la academia que lo vio crecer. Mi novio es muy bien remunerado por su trabajo y no puedo estar más que feliz por él, está cumpliendo su sueño y yo tengo que apoyarlo. Ji Min, por su lado, no ha regresado de Estados Unidos y tampoco lo culpo, pues luego de que terminara su corta relación con Ho Seok, decidió mudarse al extranjero y sorprendentemente ahora está saliendo con Jung Kook, mi ex novio que fue golpeado por mi amigo bajito aquel día en el aeropuerto.

Sé que ante los ojos de cualquiera, soy el malo, el maldito que le quitó el novio a su mejor amigo y aunque me duela aceptarlo, sé que lo soy. Ho Seok siempre trata de convencerme en que no  es así, que nos amábamos y que tal vez, su relación con Ji Min no iba a avanzar a ningún lado si es que él decidía irse con mi ex amigo.

— Vamos, bebé.— la voz de Ho Seok me saca de mis pensamientos y sonriendo, lo sigo.

Subimos a la cabina del juego y cuando este comienza a girar, sujeto con fuerza la mano de Ho Seok, en especial porque sé que él le teme mucho a las alturas... bueno, en realidad le teme a todo.

— Tae... — susurra cuando mi cabeza se encuentra apoyada en su hombro.

— ¿Tienes miedo? — pregunto con temor a que sufra algún tipo de colapso. Ho Seok se aparta y niega.

— No... En realidad, y-yo quería preguntarte algo, cariño. — le sonrio tratando de transmitirles confianza y asiento.

— Si nuevamente piensas preguntar si Jung Kook y yo tuvimos sexo, pues vete haciendo la idea de que no te contestaré nada. — me cruzo de brazos y estoy convencido de que aquella será su pregunta. 

— N-no, claro que no.— dice esta vez un poco más nervioso.

Lo miro y asiento.

— Está bien, ¿Qué es lo que te tiene tan preocupado?

Él relame sus labios y levantándose del asiento, se coloca al frente de mí. Lo observo sin saber qué hacer. Y cuando se arrodilla me siento morir.

— ¿Q-quieres casarte conmigo, Kim Tae Hyung? — mis ojos se abren en par y no sé qué es lo que está pasando aquí.

— ¿E-es una broma? — susurro. Ho Seok niega y con la caja de terciopelo abierta sigue esperando mi respuesta.

Respiro muchas veces y comienzo a llorar mientras afirmo con la cabeza.

Ho Seok sonríe a más no poder y saca el anillo de la caja tomando mi mano para colocar el pequeño objeto brillante en el dedo anular.

Nos besamos cuando él se vuelve a sentar y no dejamos de sonreír hasta que bajamos del juego.

Nuestras manos se mantienen unidas y aunque siento mucho temor de lo que puede suceder más adelante, no me arrepiento de haberle dicho que sí a la persona que tanto amo.

Al llegar a casa, mis padres se dan cuenta de inmediato del anillo en mi dedo anular y con una sonrisa en el rostro me felicitan. Papá es el primero en abrazarme y darme ideas para la temática de la boda, mientras mamá solo me dice que ya quiere nietos. Los gemelos también se lanzan encima de mí y tras felicitarme, toman nota de todos los dulces que quieren ver en la boda.

Solo al acostarme, comienzo a idealizar un futuro al lado de Ho Seok y cuando comienzo a pensar en los preparativos de la boda y en lo pesado que será todo esto, mi teléfono suena, anunciando un nuevo mensaje. No tardo en tomarlo y abrir el chat de Ho Seok, encontrándome con una foto de mi ventana, tomada desde el patio de atrás.

Dejo el teléfono a un lado y abro mi ventana, lo veo a él y sonrio.

No sé exactamente qué es el amor, tampoco entiendo a fondo el tema y si alguien me lo pudiera explicar, aceptaría gustoso, porque no estoy seguro si los suspiros que suelto, las sonrisas que salen por sí solas, la calidez de nuestras manos juntas, los besos que nacen porque sí y las palabras llenas de cariño son algo parecido o cercano al amor.

— ¿Cómo lo tomaron tus padres? — pregunta una vez que se encuentra acostado a mi lado.

— Papá está feliz, incluso quiere ayudarnos con la temática y todo eso. — Ho Seok ríe y se acerca para abrazarme. Mi rostro se pega a su pecho y sin querer, me impregno con la dulzura de su colonia.

— Te amo demasiado Tae Hyung.

Yo no contesto y cuando quiero hacerlo, él se aparta y me mira, solo se queda ahí, mirándome sin decir nada.

— ¿No te sientes feliz por nuestro compromiso?

Quiero contestar lo más rápido posible, pero sé que si digo algo antes de pensarlo, posiblemente me arrepienta.

— Sí, me siento feliz por todo esto, pero...

— ¿Pero?

— pero si nuevamente tenemos problemas, nos alejamos y dejamos de hablarnos... ¿Qué pasa si vuelve a ocurrirnos lo mismo? Y-yo no podría soportarlo, Ho Seok. Te amo y todo, pero tengo miedo de que esto no funcione y... y... — no pude continuar porque mis lágrimas descendieron y los sollozos se hicieron más fuertes.

— Tranquilízate, bebé. — susurró él, tomando entre sus manos mi rostro. No aguanté más y me derrumbé. — Eso no sucederá porque ya hemos aprendido el uno del otro, tú y yo hemos mejorado y ten por seguro que dentro de nuestro matrimonio no habrá ni un solo día en el que nos sentemos y hablemos de lo que nos ocurre, de nuestras fortalezas, nuestros rencores y demás... Ten por seguro que mientras tú confíes en mí y yo en ti, este matrimonio no terminará como nuestra relación hace tres años atrás. Ahora mi pregunta es, ¿Confías en mí lo suficiente como para decirme lo que te fastidia en vez de huir y dejarme de hablar?

No dudo en asentir, a pesar de seguir sintiendo temor a lo que pueda ocurrir durante nuestro matrimonio.

— No es malo tener miedo, cariño, todo el mundo siente temor a algo, pero ten en cuenta que ya no serás tú contra todos, sino, nosotros contra todos. — sonrio en medio del llanto y me acerco, él hace lo mismo y cuando nuestros labios se rozan, siento un gran alivio. Un alivio que llena mi ser por completo.

Mientras nuestros labios se saborean, una vocecita dentro de mi cabeza me dice que está bien, que no hay que temer a los problemas o a las discusiones, estas son parte de nuestro día a día, pero las soluciones por igual.

Nuestras manos se entrelazan por puro instinto y no hay duda de que Ho Seok es el correcto, el chico al que amo y al que no dejaré de amar, a pesar de que algún día nos enojemos con el otro, nos gritemos o incluso, nos dejemos de hablar. No lo dejaré de amar por nada.

Tengo que admitir que me gustó el final, a pesar de ser algo simple y de tener casi nada de romance :')

He terminado otra historia, bebés, y espero que haya sido de su agrado haberme acompañado durante todo este tiempo, también espero que les haya gustado la historia y su final.

Muy bien, solo me queda agradecerles por todo y decirles que las amo demasiado. ♥✨

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