(En una galaxia muy alejada de la nuestra):

En un planeta muy alejado, podemos ver a un par de niños de piel clara que rondaban entre los 9 a 10, una niña de pelo marrón oscuro y un niño que tenía la mitad de su cabello blanco y la otra mitad negro.

¿Cómo se llamaban estos dos chicos? Bueno, os lo diré, la niña se llamaba Yana y el niño Regulus.

Al parecer eran hermanos por lo bien que se llevaban, parecía, porque la niña era adoptada. ¿Por qué? Bueno, los padres de la niña fueron llevados fueron secuestrados por unos vándalos y como no los encontraban, los padres de Regulus decidieron adoptarla.

Los dos niños pertenecían en ese planeta a un alto rango, a una gran elite.

Allí había un regimiento de entrenamiento de un arte marcial milenaria que usaba para las guerras la gente de ese planeta, donde entraban niños y niñas de unos 10 años hasta que conseguían dominarlo, por lo que estos chicos habían entrado.

El arte marcial era bastante complejo de entender incluso para los más cualificados, pero es el usar la energía que existe en las cosas, en las personas, etc...., pudiendo manipularlo como uno quisiese con muchísima práctica.

Pues a Yana y a Regulus le iba cada uno de una manera distinta.

Yana era crack con esta energía, era muy buena y lo sabía manipular de gran manera, además de aprender los estilos que sabían sus maestros, era considerada un ejemplo a seguir y una genio en ese rango.

Por el lado de Regulus... el pobre lo intentaba y lo intentaba pero no podía, ni si quiera lo más simple que se podría hacer con esa energía, lanzar una piedra al aire podía y eso le frustraba mucho.

Los años empezaron a pasar, 6 años exactamente y Regulus, aunque ya podía hacer cosas simples con esa energía, no era nada comparado con su hermana Yana, que no solo se había graduado de la academia con unas notas muy buenas, sino que se volvió capitana del escuadrón 4 de ese planeta.

Y Regulus empezó a ser carcomido por la envidia y el sentirse inferior a su hermana adoptada.

Un día, buscando en la biblioteca del templo donde entrenaban, este buscando maneras o técnicas que podría aprender vio una cosa que le llamo poderosamente la atención.

Era el nombre de una maestra muy particular que tenía el poder de crear con esa energía, animales temibles para el combate, aunque estuviese prohibido crear vida con esa energía, era una ley que había puesto.

"Rasshama Tengu"

Al parecer esta mujer que le podría enseñar estaba en un planeta no muy alejado de aquí por lo que pudo investigar Regulus.

Regulus al ver esto se lo comento a su sensei, ya que creía que sería buena idea que aprendiese de ella y de sus técnicas, pero su maestro le respondió lo siguiente.

—No puedes aprender de ella, deberías de saber que está prohibido crear vida a través del Token—

—¿Pero porque no? — fue la pregunta que se hizo Regulus a su sensei, nunca le habían explicado muy bien el motivo, solo le daban excusas que era bastante fácil de pillar y quería saber.

Su sensei solo le miro con cierta seriedad para después mirarlo.

—Simplemente está prohibido, ya está—

Esto no aclaro nada a Regulus, por lo que este por la noche se fue de allí con una de las naves de la legión a ese planeta.

Tal vez estuviese traicionando a los demás, a sus maestros, a su familia y a su hermana, que le tenía bastante odio por dentro pero la respetaba... Pero es que nadie le ayudaba y creía que tal vez funcionaria con él ese tipo de Token.

Llego al planeta, que era un completo desierto, cosa que sorprendió un poco a Regulus por lo que este empezó a buscar por el lugar gracias a la nave, hasta que este encontró que en la piedra de un barranco surcando la nave, una especie de palacio, por lo que dejo la nave aparcada y fue a ver.

Regulus entro y podía ver que todo estaba bastante oscuro, no había mucha luz, salvo por unas antorchas que había cerca.

En ese momento, se escuchó un ruido, como si alguien estuviese andando cerca. Regulus intento buscar de donde venía el ruido hasta que las velas en un lugar cercano se encendieron, al parecer, en donde debería de estar el salón de los tronos.

Allí había una mujer alienígena, de piel completamente blanca con de un color amarillo amenazante, con una especie de rastras de cabello y que tenía una especie de vestido extraño.

Era clavada al dibujo que había en el libro, ella era Rasshama.

—Veo que necesitas mi ayuda... joven— diría la mujer alíen mientras veía a Regulus

—Señorita Rasshama... necesito tu ayuda, no se me da bien usar el Token y la verdad es que... no encuentro la forma de cómo usar mi poder, me preguntaba si como tú tienes un estilo de manejar esta energía distinta a lo convencional, me preguntaba que si me podrías enseñar— le conto de manera educada Regulus a Rasshama.

La mujer alíen solo dio una sonrisa para después ponerle una mano en el hombro a Regulus.

—Me pasaba igual que a ti, tenía ese mismo problema a tu edad... pero no pasa nada, es algo normal— diría Rasshama con una ligera sonrisa.

—Pero una pregunta... ¿Por qué está prohibido dar vida con el Token? — pregunto Regulus a la mujer.

—Ni yo misma lo sé, nunca lo he sabido... pero nunca dijeron nada de poder enseñarlo— diría Rasshama.

Con el tiempo, unos cuantos años exactamente, Rasshama le enseño a Regulus como crear bestias con el Token, cosa que le iba muchísimo mejor que cuando intentaba hacerlo con cosas inanimadas.

Había descubierto Regulus el cómo manipular ese poder.

Mientras en el planeta de donde era Regulus, Yana se había enterado de todo por lo que fue a buscar a su hermano por los planetas más cercanos que había.

Hasta que por fin... Regulus acabo su entrenamiento.

—Dime Regulus... ¿Cómo te sientes ahora? — pregunto la mujer alíen mientras veía al bicolor.

—Me siento muchísimo más fuerte que antes... gracias por todo— contesto Regulus para después abrir y cerrar su mano derecha mientras este tenía una sonrisa un poco malvada.

De pronto alguien apareció desde la puerta, era Yana y esta al ver a su hermano simplemente se sorprendió y se puso triste al verlo que había tomado, para su punto de vista, el lado malo.

Regulus al verla solo dio una ligera sonrisa malvada para que esa mitad de su cabello, el blanco, empezase a iluminarse y tornar de un color anaranjado y al lado de él apareciese una bestia semejante a un león, era una criatura de energía.

Yana al ver esto se asustaría bastante por esto pero esta simplemente empezó a crear de sus manos rayos para atacar a Regulus

—Veo que quieres pelear... hermana, veamos cuanto has mejorado en este tiempo— dijo Regulus para después ver a su hermana con una sonrisa un poco psicópata.

Yana simplemente se alertó por esto mientras le veía directamente.

Esto iba a ser una pelea bastante dura entre hermanos.

(Esta historia esta basado bastante en las historias de Star Wars, es un poco distinto a lo normal que siempre se hacen en la tierra, además de que el nombre de la historia es de una cancion muy famosa de Rihanna)