Suddenly
Las pequeñas gotas de lluvia caían sobre la empañada ventana, adornando su fría transparencia.
¿Cuándo había empezado a llover?
En algún momento había decidido que salir del apartamento era una buena opción. ¿Cómo se suponía que ayudaría a encontrar a Taka?. Al final, no tenía nada que me conectara con él, tampoco tenía la más mínima idea de lo que pudiera estar pasando por su mente en este preciso instante, ¿qué podía hacer desde mi posición?.
Realmente era muy frustrante.
No supe cuando, pero mi mirada se había fijado en la ventana que estaba junto a mí, observando ensimismado a la nada desde hacía un buen rato, y mientras apoyaba la barbilla en la palma de mi mano, todo parecía un simple sueño, hasta que la voz gruesa del chófer llamó mi atención:
—... Los extraño tanto.
—¿Qué? — sacándome del trance en el que había estado, fue lo único que había alcanzado a oír de su parte. ¿Quién era esa persona?
—A One Ok Rock... estos muchachos explosivos, desde que firmaron el contracto con los extranjeros, ya no es lo mismo que antes — dijo mientras señalaba la radio. Su edad debía rodar por los cuarenta años más o menos, jamás esperé que me hablaría de un grupo más juvenil. Yo en cambio, no conocía la canción porque fuese más jóven, nunca olvidaría una de las mejores canciones de mi hermano—. Aún así les seguiré escuchando, me gusta mucho esa banda y a mi hija también.
No dije nada al respecto, pero entonces, me sentí ligeramente perdido.
Todos cambiábamos con el tiempo.
Miré rápidamente a mi alrededor a la vez que un fuerte olor a pino me invadió, éste provenía del ambientador color verde que colgaba del retrovisor, balanceándose conforme a los movimientos del vehículo, y enseguida caí en la cuenta de que seguía en el taxi que había tomado a penas salí del apartamento. Había estado tanto tiempo en las nubes que no recordaba que me había subido en uno. O que debido al tráfico, aún no había llegado a mi destino.
—Ay, mi pequeña sigue diciendo que se casará con el cantante... ¿cuál era su nombre? — continuó diciendo el señor. Yo me encogí de hombros, no deseaba entablar una conversación en ese momento — ¿Tama?... ¿Raka?
—Taka — le corregí sin querer.
—¡Ese mismo! — celebró una vez recordó el nombre — Sigo diciéndole que está fuera de su alcance, pero está sobre una nube y la dejaré allí.
Ciertamente, Taka sólo tenía malos gustos, sin mencionar su preferencia por las extranjeras, y eso sólo era más deprimente.
—Pero, tu muchacho, te pareces mucho a él, ¿no crees? — preguntó de pronto, viéndome a través del espejo retrovisor.
Ya lo había oído antes.
—No es cierto — negué ladeando el rostro, pensando seriamente en ponerme los lentes de sol a pesar de la lluvia —. Él es... muy diferente.
Ignorando lo que dijo después, sólo me recargué en el espaldar del asiento trasero, mientras esperaba. Escuchaba la música que casualmente la radio había decidido transmitir; era una especie de maratón del mal, y que el chófer tarareaba a pesar de no saber cantar. Yo sí las conocía muy bien, pues hubo un tiempo en que disfruté mucho de sus canciones, pero en ese momento, sólo volvió la espera más pesada.
**
Cuando estuve de pie frente a las instalaciones de Intact Records, pude suspirar con fuerza, como si hubiera estado conteniendo la respiración. Por fin sacaba todo el aire que de alguna forma se había vuelto pesado en mis pulmones. Caminaba hacia la empresa con naturalidad, sin importarme que mis hombros y sombrero se humedecieran por la ligera llovizna. Ahora, el tener que acudir a la empresa para mover ciertas influencias no era algo que acostumbraba a hacer, pero la situación lo requería.
Una vez dentro, el ambiente tenue y moderno me embargó como un par de brazos. Caminé hacia una de las secretarias generales, también podría decirse que la conocía un poco más que a las otras, ya nos habíamos visto en otras ocasiones puesto que iba seguido a la empresa. Era una muchacha guapa que llevaba un buen tiempo trabajando aquí, amable y que nunca olvidaba un rostro. Después de un pequeño saludo, le pregunté por mi mánager, a lo que me respondió sonriente, aparentemente él había llegado desde muy temprano en la mañana.
Le agradecí inclinando ligeramente la cabeza y procedí a ir hasta los elevadores. Conociendo al personaje, habría de estar cerca de las máquinas de bebidas. Y en efecto, encontré a nuestro mánager en la pequeña estación de café del piso número tres, y me acerqué a él.
—¡Hiroki! — exclamó alzando las cejas con sorpresa, obviamente no esperaba verme allí — ¿no estabas de vacaciones?
—Yo también lo creía así — reí un poco forzado, no estaba de buen humor, pero de igual forma le saludé con una amable reverencia que él copió.
Miré a mi alrededor por un segundo, la empresa estaba prácticamente vacía, sólo el personal diario y algunos otros artistas estaban trabajando o poniéndose al día. Gracias a ello, podíamos tratarnos con la familiaridad de siempre, de igual forma, podría hablar con tranquilidad sobre un tema tan delicado.
—¿Y los demás? — preguntó antes de soplar la superficie humeante del café con leche que había pedido, luego le dio un sorbo con mucha cautela.
—Bien, creo. Fuimos a una fiesta y nos pasamos con las copas — confesé vagamente, sólo sabía cómo estaba Teru, no había hablado con el resto desde entonces. La seria mirada tras sus gafas de montura negra me hizo encogerme en hombros.
—¿Una fiesta? Ustedes... ¿Ya no habían superado el escándalo de la vez anterior?. No le des material a esas revistas de chismes — me reprendió poniendo uno de sus brazos en jarra.
— No se preocupe, no pasó nada — aseguré de inmediato. Sabía claramente que su principal trabajo era mantenernos fuera de los problemas y, aunque estuviéramos una semana libre, debíamos seguir cuidado nuestra imagen ante la sociedad.
—Bien. ¿Qué te trae el día de hoy?.
—Quería saber si podría ayudarme en algo — dije ladeando la cabeza. No había meditado con antelación cómo explicarle lo que sucedía. Y fruncí los labios desviando la mirada—. Algo personal. ¿Tiene un momento?
—Por supuesto. Vamos a un lugar a sentarnos — afirmó con la cabeza para indicarme que le siguiera a través del pasillo.
Ambos nos dirigimos a un área más aparte, una sala de ensayo con varios muebles sencillos y un ambiente cómodo, pero sobretodo privado. Allí intenté en lo posible ser lo más abierto posible, contándole con detalle desde el momento en que llamó mi madre hasta mis pequeños deseos por ayudar.
No obstante, casi por costumbre, mantuve mis emociones totalmente fuera de contexto.
—Necesito que me ayude a encontrarle — finalicé viéndole directamente a los ojos.
Él se frotó las manos pensativo, no me costó imaginar que trataba de asimilar todo lo que le decía.
—Pero, ¿cómo? — admitió asombrado. Conocía muy bien a Taka y al resto de One Ok Rock, pues ellos por un tiempo firmaron un contrato con Intac Records. Sabía que les tenía un gran cariño, no podía negarse a mi petición.
—Decir que conozco a Taka sería como cubrirme los ojos y cruzar una avenida — hablé con voz tersa. Indudablemente, habían ocasiones en donde mi hermano era un completo extraño para mí, pero de algo si estaba seguro —: Puede que no sepa dónde está, aún así puedo descubrir por qué huyó.
—¿Cómo sabes que huyó? — inquirió con interés. Sus ojos rasgados recorrieron mi rostro con detalle. Podría apostar a que contaba mis lunares para comprobar que no tenía uno nuevo.
Yo no me mostré consternado en ningún momento, ni siquiera cuando se había atrevido a preguntar lo que nadie quería imaginar. Claramente, era una posibilidad muy tétrica para el gusto de todos, y yo no podía descartarla tan a la ligera, sin embargo, seguiría una acorazonada diferente.
—Si esto fuera obra de alguien más, hace tiempo habrían pedido una recompensa.
—Cierto, es lógico — murmuró tomando su propia barbilla, entonces continuó —. ¿Dices que puedes descubrir sus razones?
—Si algo llegó a molestarle, o lo que sea que lo hizo tomar esa decisión, puedo hallarlo.
—Pero para eso necesitas saber qué fueron de sus últimos días.
—Exacto.
—Con quién se reunió, a dónde iba, qué hacía con regularidad. Todo eso.
—Sí, precisamente, por eso necesito que me ayude — añadí satisfecho de ser tan bien comprendido, entrelazando los dedos de mis manos. Sólo me quedaba ser tan eficiente como prometía ser.
Mi mánager abrió la boca con asombro, de alguna forma parecía emocionado con el reto que le había propuesto. Continuó analizándome un poco más, era una costumbre que tenía desde pequeño. No pude evitar preguntarme qué habrá visto en mí entonces; acto seguido, se acomodó las gafas en el puente de la nariz.
—¿Qué hay de ti?
—¿De mí? — repetí sacudiendo la cabeza levemente.
—Sí, ¿estás bien?
Yo mismo no pude reconocerme en ese momento.
Entreabrí los labios sin saber que decir, mi vista recorrió el suelo alfombrado y se perdió en la nada. Dubitativo, de verdad hubiera deseado poder saltarme esa pregunta; no quería que me asociaran al respecto, ni que me preguntaran cómo estaba.
—No se preocupe, estoy bien — mi voz había salido con tono robótico, sin dar chance a que alguna emoción se mostrara.
Era mentira. Y eso lo supo el contrario de inmediato. Tal vez, realmente trataba de engañarme a mi mismo.
—Muy bien — habló por fin, mientras se colocaba de pie — Déjame marcarle a mis contactos. Si algo hacemos bien, es stalkear y saber todo de nuestros artistas.
—Muchas gracias — agradecí con una reverencia pronunciada.
—Veamos que tan obstinadas son las discografías americanas.
Después de despedirnos, debería de sentirme un poco más aliviado. Ambos acordamos estar en contacto si llegábamos a descubrir algo, pero la información que le había pedido no la tendría para mañana, ni para pasado mañana; necesitaba ser paciente e investigar por mi propia cuenta. Sin embargo, sólo conseguía tener dolor de estómago.
Takahiro siempre fue alguien que hacía las cosas a su manera, pero sus métodos no solían ser bien pensados, o mejor dicho, ejecutados. Si tan sólo no hubiera estado tan lejos, por lo menos pudo haber huido estando en Japón para poder buscar las pistas más cómodamente.
—Él fue quien se alejó —me recordé con amargura.
Ciertamente, él prefería estar lejos de la familia.
Cuando caminaba por el pasillo hacia el elevador, porque no tenía sentido seguir en la empresa más tiempo, mi teléfono móvil sonó dentro del bolsillo de mi pantalón.
Me detuve para poder ver quién era, segundos después supe que era de un teléfono público. ¿Quién usaba esos artefactos en estos tiempos?
—¿Hola?, habla Moriuchi Hiroki.
Presentarme al atender una llamada era una costumbre que tenía desde pequeño, gracias a que mis padres lo hacían y Tomohiro también. Taka había dejado de hacerlo cuando una fan descubrió su número por accidente y lo filtró por las redes sociales; tuvo que apagar su móvil por tres días seguidos debido a las incesantes llamadas y mensajes de texto que había recibido, mientras conseguía una nueva línea.
—¿Hay alguien ahí?
En ningún momento se oyó una voz del otro lado.
—¿Hola? ¿Quién es? — insistí con curiosidad.
Empezaba a impacientarme, tal vez la línea tenía problemas con la señal y no oía a la otra persona. No obstante, por un momento creí oír autos pasar en el fondo, debía estar en una avenida concurrida, entonces ¿por qué no hablaba?. Rápidamente, la llamada se cortó.
Alejé el móvil de mi oreja cuando el pitido me confirmaba que habían colgado. Mientras analizaba lo que acababa de pasar, por alguna razón, la idea de que pudiera ser un acosador provocó que un escalofrío recorriera mi espalda. Se lo comunicaría sin dudas a mi mánager después.
Debido a que era tarde, decidí volver al departamento. No habría nada más que hacer ese día, y por supuesto que continuaría con las visitas, tenía muchas personas con las que debía hablar cara a cara, pues ya tenía una ligera idea de como apoyar la búsqueda de mi hermano mayor.
Pero sobretodo, necesitaba hablar con Toru nuevamente.
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Hola mis amores! <3
Esta vez no me tardé tanto, creo (?)
Muchas gracias por apoyar esta loca historia <3
La intriga va a ser un factor fundamental, por lo que les recomiendo no desesperarse :3
Se me cuidan! En especial las de México ;_; pls apoyense entre ustedes y no se olviden de los perritos y gatitos que también se quedaron sin hogar </3
Les amo un montón
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