Pierce

-Hiro.

Teru insistía obstinadamente, más su voz sólo era un eco a lo lejos. ¿No podía callarse?, no quería oírle, no quería mirar esos ojos llenos de lástima dispuestos a sermonearme. Necesitaba concentrarme en mis pensamientos. Estaban llamando, sí, pero se sentía como si no debiese atender.
Era como estar bajo una especie de hipnosis, sólo que sin reloj de por medio. Como si estuviera atrapado en un trance donde sólo podía mantener la vista sobre la pantalla del celular; como si se fuese a mostrar de la nada las respuestas a todas mis preguntas.

Podía simplemente contestar y descubrirlo sin darle tantas vueltas. Sin embargo, recordé al instante la llamada de hace unos días. Nadie había hablado del otro lado.

Contuve la respiración inconscientemente y mis manos se habían puesto frías. Debía estar muy mal de la cabeza como para ponerme a adivinar quién estaba del otro lado. ¿Un número equivocado?, ¿Toru reclamando la hora en que le llamaba?, ¿otro número de papá?, ¿un acosador?...

¿Taka?

-¡Hiroki! - exclamó Teru consiguiendo que lo mirara sobresaltado.

-¿Qué? - bufé exasperado.

-¿No vas a contestar?

Miré nuevamente el teléfono. ¿Tendría el valor para averiguarlo?

-Yo... - callé un segundo después de que el aparato dejara de sonar y vibrar -. Colgó.

Me encogí de hombros como si no fuera la gran cosa. Definitivamente, una parte de mi se había aliviado cuando la llamada se había caído.
Y, al levantar la cabeza, me topé con la expresión seria de mi compañero, esa mirada escrutadora y de reproche; de verdad no tenía ganas de aguantar lo que fuera que quisiese decirme.

-Hiroki - usar mi nombre real era su forma de mostrarse autoritario y preocupado, pero yo sólo apretaba el entrecejo justo como él -. Deberías tomar distancia del caso de Taka - soltó de pronto, en una sentencia, no como un consejo, pues no daba cabida a que yo hiciese lo contrario.

-¿Por qué debería hacer tal cosa? -inquirí anonadado, a la defensiva, no podía estar diciendo eso en serio.

-No te está haciendo bien - empezó con firmeza, luego su propio semblante se mostró nervioso. ¿Acaso sabía que no tenía derecho a ordenarme o exigirme algo?. Siendo mi mejor amigo, ¿hasta donde llegaban sus derechos sobre y dentro de mi vida? -. No estás durmiendo, no has descansado correctamente en nuestra semana de <<descanso>>, ni siquiera sé si estás comiendo bien.

-Claro que sí - le interrumpí.

-¡No has probado el maldito pollo!

Abrí los ojos ante la aparente pérdida de paciencia que sufría Teru. Su rostro había enrojecido en frustración y apretaba los puños sobre el mármol. Pocas veces lo veía de esa manera, su carácter era muy moldeable y agradable, hasta que se enojaba.

No le daría la razón si eso buscaba, aunque estuviera siendo idiota de mi parte, no aceptaría sus palabras en voz alta. No si eso significaba abandonar la búsqueda de mi hermano.

-No has sido el mismo Hiro que conozco desde que te enteraste que Taka había desaparecido.

¿Había cambiado?, ¿cuál Hiro era ahora?. Si me lo explicaba sería más fácil de comprender. Para mí todo seguía siendo igual de depresivo y miserable.

-Sólo... Sólo tienes que dejar de pensar en Taka.

Una risa ahogada se escapó de mis labios a la vez que movía la cabeza con ironía. Era absurdo. Para tú información, Teru, eso era lo que más quería en el mundo y, sin embargo, era imposible. Ya lo había intentado.

-¿Cuál es tu proble...?

El teléfono volvió a sonar.

Mi corazón dio un vuelco tras haberme agitado, era muy inoportuno. Por suerte logré calmarme al ver que en la pantalla resaltaba el nombre de nuestro mánager, entonces contesté de golpe.

-Hola, Hiro, ¿cómo estás? - saludó con su usual voz grave, parecida a la que utilizaba con gente importante; no obstante, tuve que sostener bien el móvil contra mi oreja, se oía muy lejano.

-Hey, terminaba de almorzar - no era cierto, no tenía hambre - ¿hay noticias de...?

-Taka, sí, por eso llamaba.

Por un segundo me había sido imposible pronunciar su nombre, quizá porque Teru estaba sentado frente a mí tratando de matarme con los ojos. Carraspeé.

-Me sorprende cuán molestos pueden ser los representantes de las discografías americanas - empezó con su queja, como si fuera algo a lo que estuviera acostumbrado -, no me han querido soltar ningún detalle y ni hablar del mánager japonés de One Ok Rock, él como que acababa de enterarse también y estaba en plena crisis.

-N... ¿No le dijeron nada?

-Lo mismo que ya sabemos, pero sí hubo algo - decía mientras tomaba las pausas correspondientes. Me moría de la intriga -. Las cámaras de seguridad del aeropuerto captaron a Taka en el momento en que tomó el avión de vuelta a Japón.

Eso quiere decir...

-Taka debe estar más cerca de lo que crees, ¿no ha intentado comunicarse contigo?

Perturbado, era como si el cielo se hubiese caído sobre mi cabeza. Las llamadas del número desconocido no podían ser de mi hermano. Él no se pondría en contacto conmigo. Pero, ¿y si lo hizo y no me di cuenta?, ¿y si Taka habría encontrado una forma de decirme dónde estaba y yo no presté atención?... Seguramente pensaría que su hermano menor era un grandísimo idiota.

Miré el calendario de la cocina por pura ocurrencia, en un impulso por reordenar mis pensamientos, mientras trataba de asimilar lo que oía. El concierto en el Yokohama Stadium había sido ya hace cinco años.

Agradecí a mi mánager -quien se sintió un poco confundido por la repentina despedida de mi parte, admito fue demasiado rápida-, sin darle chance a desearme suerte o bien mandarle saludos a todos. Me levanté ignorando a Teru olímpicamente, él parecía querer oír lo que pasaba, pero era un asunto que no le concernía. Tan sencillo como eso. Corrí a buscar mis cosas, tachándolas luego de mi lista mental, tomando además un suéter extra por si llovía, ya que el cielo había estado nublado todo el día.

-¿Por qué siempre tiene que ser Taka? - me enfrentó Teru con un tono de reclamo. Su rostro estaba arrugado, parecía contener mucha impotencia cuya razón yo ignoraba. No, no la ignoraba, sólo fingía no verla. Me mantuve en silencio y sin moverme, no era bueno discutiendo contra su persona, mucho menos cuando me sentía culpable al respecto -. No es justo para ti ni para la banda.

-My First Story no tiene nada que ver en esto - y tú tampoco, aunque te duela.

-¿Ah no? - sus ojos me miraron sarcásticos, tan sólo hacía las cosas más difíciles.

-Es personal.

Terminé de guardar mi cartera y celular en los bolsillos traseros del Jean oscuro antes de rodearlo con dirección a la puerta. Él no se inmutó ni mucho menos volvió a hablar, sólo se quedó allí atravesado en medio de la sala de estar. Tampoco me volteé a mirar su espalda.

Salí velozmente del apartamento y caminé dando grandes zancadas. Si esperaba por un taxi, llegaría a la estación del metro justo en la hora pico, y no pretendía tener que pasar por un momento tan incómodo. Los vagones estarían a punto de reventar por la cantidad de personas que a esa hora salían de o se dirigían a sus trabajos. Si me apresuraba entraría a buena hora y tomaría el primero con rumbo a Yokohama.

Quizás no conseguiría nada yendo hacia las zonas cercanas al estadio, quizás sólo perdía el tiempo, pero necesitaba intentarlo.

Para los integrantes de una banda, siempre hay un concierto que recordará como el mejor de todos, ya sea por su magnitud, la conexión con los fans o la felicidad exorbitante que sintió y se desbordó sobre el escenario, pese a los malos momentos por los que se estuviese atravesando.., ese concierto sería el escape gracias a la magia que representó en el individuo. Y para Takahiro, ese era sin dudas uno muy especial.

Una acorazada me gritaba con fervor que allí lo encontraría.

Miré por sobre mi hombro, no porque pensaba que Teru podía seguirme, sino porque sentí la urgencia de hacerlo. Habían pocas personas en la calle, todas muy ocupadas en lo suyo, nada fuera de lo normal. Sin embargo, tal vez fuera una consecuencia tras convertirme en miembro de una banda conocida, pero habían momentos dónde creía que me seguían. A veces era así, tampoco sería el primer idol en ser perseguido con cámaras, la mayoría de las ocasiones eran fans que me reconocían, pero si hubo momentos dónde tuve que lidiar con los acosadores.

Ojalá esas llamadas fueran de Taka.

...

La eficiencia de las estaciones japonesas permitía poder comprar el ticket y abordar en el metro muy rápidamente. Una vez en el vagón, me senté y empecé a jugar con el folleto que obsequiaban en la entrada, me sentía demasiado ansioso. Se me había ocurrido llamar de vuelta al número desconocido, pero al ver que era de una cabina telefónica, desistí de inmediato.

Debió transcurrir poco más de media hora para cuando llegué a la estación de Yokohama. Por los pasillos empezaba a notarse un aumento de la gente, nadie lo suficientemente aburrido como para fijarse y reconocer a un famoso, aunque este estuviera justo a su lado. Yo era el único que los miraba a todos. No sabía ni por qué lo hacía en primer lugar.

En la salida de la estación, mientras subía las grandes escaleras, levanté la vista del suelo. A mi izquierda había una señora que debía ser mayor que mi madre y que avanzaba a su ritmo, lento pero preciso. Y a mi derecha, venía bajando un muchacho delgado bastante cubierto, llevaba puestos lentes de sol de marca, una gorra y un tapabocas blanco. Volví a mirar al suelo, ¿por qué Taka abría regresado a Japón?

Entonces me detuve en seco. Ese perfil lo reconocería en cualquier parte del mundo, aún con gente al alrededor, no importaba qué tan abrigado estuviese.

Giré sobre mis talones con el corazón en mi garganta, no podía ser posible. Me encontré con que el tipo de los lentes también se había detenido varios escalones más abajo, observándome de vuelta un poco sorprendido.

Era Takahiro.

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Holaaa ~! ¿Les está gustando la historia? 🙈

Trataré de publicar mañana o pasado :) tuve un arrebato de inspiración y he escrito mucho! Sólo hay que ponerlo bonito ahr

Se les quiere mucho por leer 😭💖

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