Opiniones contrarias

Max y Nikki no hablaron mucho hasta la hora del regreso a casa, se habían apresurado a salir antes de que el padre de Neil se ofreciera a llevarlos. Subieron al autobus y se sentaron juntos mientras el tercero se sentaba atrás de ellos.

–Algo me dice que ya le dijiste– comentó Neil al sentir la tensión.

Antes de que Nikki dijera algo, Max reaccionó. –Ok, primera pregunta. ¿Por qué mierda querías ocultármelo?–

–Por qué sé que no te agrada la idea, Max.– contestó fría.

–¿Y? Ese no es mi maldito problema, es tu vida, ya te lo dije hoy–

–¡Pues perdón por darle importancia a tu opinión!– contestó ella cruzando sus brazos.

–¡Sí mi opinión hace que me ocultes cosas entonces no voy a dártela!– replicó con el mismo gesto.

–¡Bien, entonces no la quiero!–

–¡Bien!–

Ambos resoplaron y voltearon a lados contrarios por el resto del camino hasta la parada. Neil se quedó en silencio pensando sí hubiera sido mejor no tocar el tema, aunque no era su culpa. De igual modo se golpeaba la frente por la lógica y fácil solución al problema, solución que sus amigos se negaban a encontrar.

–Chicos, sí lo piensan bien, no tiene nada malo ninguno de los dos puntos– habló mientras caminaba entre ambos tras bajar del transporte. Ninguno dijo nada, ni siquiera voltearon a verse o verlo.
–Oh vamos, ambos son unos niños todavía–.

Caminaron en silencio casi llegando a la casa de los hermanos.

–Solo Max es un niño.– refunfuñó Nikki justo antes de llegar.

–¡Tu estás siendo infantil!– exclamó apuntándola con el dedo.

Un claxón interrumpió a los amigos, era Gwen llegando en el auto para llevarlo a casa. –Hey, chicos– saludó bajando el cristal.

–Hey Gwen– saludaron ellos de vuelta mientras Max subía al auto.

–Bien, hasta mañana.– encendió el auto y se dirigió a su hogar. –¿Qué tal tu primer día Max?– preguntó viéndolo por el retrovisor.

–Supongo que no está tan mal, no me metí en ninguna pelea–

–Ese es mi muchacho– más su sonrisa se borró al ver la expresión neutralmente molesta del chico. –¿Pasó algo?–

–No.–

–Definitivamente pasó algo– se estacionó fuera de la casa se quitó el cinturón para voltear a verlo. –Vamos Max, no soy estúpida–

–No siempre...– máscullo de forma inentendible.

–¿Qué dijiste pequeña mierda?–

–Nada, nada– contestó sarcástico bajando del auto y cerrando la puerta, Gwen suspiró y salió tras él entrando a la casa.

David salió de la cocina –¡Hola a ambos! ¿Qué tal su primer día?–

–¡Tu pequeño pedazo de mierda no quiere contarme qué pasó en la escuela!–

–¡A ti que te importa para empezar!–

–¡Soy tu madre!–

–¡A medias!–

–Ok, supongo que no les fue del todo bien– suspiró cansado y tomando a ambos hacia la mesa con pequeños empujones mientras discutían. Seguían discutiendo hasta que David alzó la tapa del sartén dejando salir un rico aroma a hamburguesas.

Ambos se callaron simultáneamente.

–¿Hiciste hamburguesas?– preguntó Gwen.

–¿No es obvio?– los dos estiraron la mano para tomar una, entonces David golpeó ambas con firmeza.

–¿Qué carajo? ¡David, tengo hambre!– reclamó el adolescente.

–Lo sé, y comerás.– volvió a tapar el sartén. –Cuando hables con nosotros y te disculpes por hablarle así a Gwen.–

–¿Y yo qué? Yo tengo que volver al trabajo, David–

–Lamentablemente esta casa se rige con la regla de igualdad para fomentar valores de justicia, y también debes disculparte con Max por invadir así su espacio.–

–David, juro por mi madre que te arrancaré esa jodida guía para padres la próxima vez que lo vea en tus manos.– el pelirrojo tragó saliva asustado ante la mirada fría de ella. –Pero lo aceptaré por hoy–.

Ambos voltearon a ver a Max que completamente fastidiado accedió. –Bien, solo dame mi maldita hamburguesa–.

Tras contarle todo su día a ambos adultos, los tres habían acabado y devorado las hamburguesas que había preparado David.

–Entiendo. . . Bueno, apuesto a que Gwen tiene un muy buen consejo sobre esto ¿Cierto?–

Ambos voltearon a verla pero estaba completamente loca y emocionada por la parte romántica.

–¡Es taaan inesperado!– la vieron sin entender. –Primero, un reencuentro accidental ocurre. Ella y él perdidos en un mar de gente sin comunicación pero el destino los hace volver a estar juntos hasta qué ¡Oh! Sorpresa. . . Ella ya ama a alguien más pues ya no es la misma niña con la que creció. Ahora ambos sienten que deben ocultar sus cambios pues no se sienten parte de la vida del otro. ¡Es tan fascinante!¡Voy a escribirla!–

–Gwen, estoy orgulloso de la narrativa que tienes, de verdad.  Pero creo que no es lo que necesitamos justo ahora– la calmó David dándole un vaso de agua para que respirara después de su larga novela.

–Oh si, sobre eso, es culpa de ambos– siguió.  –Mira, tanto tu como Nikki están atrapados con la idea de que no han crecido, ella solo no quiere que tu creas que es alguien nuevo y le asusta que la veas diferente por quien es ahora.–

–Justo eso estaba pensando, y tu siempre has sido muy duro con tus críticas, diría que hiriente, en vez de darle la confianza creo que hiciste bueno. . . Hiciste lo contrario–.

Max se quedó callado. Odiaba que los errores fueran de él. –No me jodan con que solo fue mi culpa. –

–Lenguaje.–

–No es todo tu culpa pero deberías dar algún paso, ella tiene miedo de ti. No tu de ella-– afirmó. –Y me gustaría quedarme a ver más drama pero debo volver al trabajo. Regreso en un par de horas.–

–Oh, cierto. –David corrió al horno que ya se hallaba apagado y sacó una charola. –Hice cup cakes sencillos, pensé que te vendría bien uno para comer en el trabajo.–

Gwen lo tomó y volteó a verlo con intriga. –¿Tiene chocolate y vainilla?–

–Masa de chocolate, chispas de vainilla por dentro.–

–Aw, gracias David, – le abrazó rápido y salió corriendo de la casa. –¡Pórtate bien, niño!– gritó desde el auto. 

Ambos vieron el auto irse por la ventana, David se quedó perdido en la misma un segundo antes de tomar un cup cake.

–Wow, casi parecen una pareja casada– comentó –Sería algo cursi pero no estaría mal–

–Max, eso no está en planes y lo sabes– contestó con un tono amable. –Ahora ayúdame a recoger los platos, anda–

Parecía que no quería hablar al respecto, pero ahora le tocaba a Max sacarle plática. –Pero ya llevan viviendo juntos 5 años, es muchísimo– levantó los platos y empezó a dejarlos junto al fregadero.

–Si Max, pero desde tu adopción aclaramos que solo estaríamos juntos por ti, para que crecieras en el mejor ambiente posible–

–Lo sé pero ¿Por qué detenerse ahí? ¿De verdad nunca ha pasado nada entre ustedes?–

–Eh. . .no, no no– él chico volteó a verlo, estaba algo rojo y evadía su mirada.

–Esos son muchos "no", ¿Estás seguro?– preguntó insinuando más.

–Max, sí sigues preguntando creo que será mejor que tu laves los platos– sonrió David aún con un tono amable salpicando algo de agua en el rostro de su hijo que se limpió rápidamente con su manga.

–Bien, no me lo digas, solo creo que sí no haces algo y Gwen conoce a alguien más vas a estar muuuy jodido.– terminó la conversación tomando su mochila y subiendo a su cuarto.

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WENAS!!

LA BUENA NOTICIA ES QUE TENGO MUCHAS IDEAS PARA ESTE LIBRO OZIIII

La mala pues no sé jsjsjsjs

SIGAN LEYENDO AMIXES, LOS AMO♡♡♡

-Annie💕

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