OO5: EL CUARTEL
Habían pasado tres días desde el accidente en la cocina, así que estos días que estuvo recuperándose de su mano, pensó mucho en lo que YoonGi le dijo, el intentar cocinar, algo que era cierto, hacía siempre y tal vez de a poco empezar a internarse al lado de la repostería, más sabiendo que entraría a la universidad en dos semanas. Tenía que esforzarse el doble para lograr superarlo.
Durante un par de horas estuvo dando vueltas a la casa, realmente no tenía nada que hacer y los encargados de la limpieza del hogar se habían encargado de dejar todo impecable, dejándole sin algo para moverse, intento ver alguna película o serie, pero nada lo atrapaba, también indago en el librero para buscar algún libro diferente, pero nada.
Estaba realmente aburrido.
Así que, viendo que era su oportunidad camino a la cocina.
Un par de minutos pasaron mientras pensaba qué podría hacer, así que se fue por algo clásico: Bibimbap. Al tener bien en clara su idea, se acercó a la alacena para tomar los ingredientes. Dudo mucho cuando las cosas estaban frente a él, sin embargo, hizo lo posible por intentar calmar sus nervios y empezar a cocinar.
Queriendo evitar que sus pensamientos pesimistas empezaran a gobernarlo, tomo su celular —el cual era nuevo ya que TaeHyung le había explicado que, por seguridad, era mejor usar uno nuevo a el suyo que habían logrado recuperar—, puso una playlist para concentrarse mejor en las canciones y no en cosas innecesarias.
Poco a poco, su trabajo en la cocina se volvió más ameno, trayéndolo esta vez recuerdos positivos, en los cuales, solo él estaba presente, recuerdos donde el pasaba momentos cómodos y felices consigo mismo. Realmente no se había dado cuenta que su propia compañía podía ser...buena.
Siempre se consideró una persona que necesita compañía para poder ser feliz, pero tal vez no era así.
No estaba seguro.
Un par de horas después, la comida estuvo lista, oliendo muy bien. Tomando un poco de su creación la probó, quedando encantado ante el delicioso sabor. Debía hacer que YoonGi la probara, quería ver su reacción al saber que puedo cocinar sin problemas.
Entonces recordó, que el alfa en realidad nunca parecía llevar algo de comer al trabajo, pero tampoco sabía si comía en el famoso cuartel, lugar del que conocía su existencia gracias a su curiosidad un día en la mañana antes de que el alfa se fuera, contándole brevemente donde trabajaba. Así que, pensando en eso, decidió que sería una buena idea llevarle de comer, pero antes de arriesgarse, se encargó de llamar a TaeHyung para preguntarle.
—Hola JiMin —le saludo el menor por la línea.
—Hola Tae, oye quería preguntarte algo... —dijo un poco nervioso, empezando a morder su dedo pulgar.
—Oh claro, dime.
—Umm, ¿sabes si YoonGi come algo mientras trabaja? —indago con los nervios al tope, realmente aun le costaba hablar con el castaño cuando ya llevaban un par de semanas conociéndose.
—Pues...ahorita estoy en el cuartel y no lo he visto salir de su oficina desde que llegué, ¿por qué la pregunta? —curioseo el omega.
—Bueno, es que hice algo de comer y...quería llevárselo a YoonGi para que lo pruebe...—explico el rubio, sintiendo sus mejillas calentarse ante la vergüenza que le dio decirlo.
Más allá de que quería que lo probara, el alfa le había pedido que le mostrara cualquier avance que tuviera y ese era uno importante para él. Aún tiene el recuerdo de esa noche muy marcado en su memoria.
Ambos ya se encontraban de camino a sus habitaciones, sin embargo, antes de que el menor entrara a la suya, fue detenido por el alfa, volteandose para saber qué sucedía.
—Solo...solo quiero que cada vez que tengas un avance, por muy pequeño que lo veas, me lo digas, porque no importa la magnitud, si es algo de lo que te sientes orgulloso, dímelo, ¿te parece? —ofreció el hombre con una suave sonrisa, teniendo ambas manos sobre los hombros del omega.
—Si...yo lo haré —aceptó el más bajo con timidez ante la cercanía del mayor.
—Me alegra escucharlo. Buenas noches JiMin.
—Buenas noches...hyung —dijo, pronunciando lo último casi en un susurro.
Ese momento había logrado que durmiera con una suave sonrisa plantada en su rostro.
—Okey, entiendo, le diré a un conductor que vaya por ti —habló TaeHyung trayendo de vuelta al omega rubio de sus pensamientos.
—Gracias.
Despidiéndose ambos, la llamada fue colgada.
Volviendo a la cocina, se encargó de guardar la comida en un tupper, luego se fue a la sala de estar para esperar al conductor, quien unos quince minutos más tarde tocó la puerta de la entrada. Al principio estaba algo desconfiado, pero gracias a la foto que le había mandado TaeHyung se sintió más seguro, aun así, no pudo evitar mandarle su ubicación al omega castaño.
Eso en cierta forma lo hacía sentir más protegido.
Cuando llegaron al túnel, JiMin quedó asombrado ante todo el procedimiento que se debía llevar a cabo para poder pasar, sin embargo, quedó más que encantada cuando pasaron por la carretera totalmente rodeada de altos árboles frondosos, como si estuvieras escondido bajo las hojas y grandes ramas. Poco después llegaron al cancel que daba la entrada al cuartel, el cual desde afuera se veía realmente enorme.
No quería imaginar lo grande que debe ser por dentro.
El conductor, el cual ahora sabía se llamaba Kang Tae Hyun, lo dejó en la entrada del lugar, donde se encontraba Tae esperándolo.
—Ven, te llevaré a la oficina de YoonGi —le dijo el menor después de saludar a JiMin con un corto abrazo.
Avanzaron por un pasillo hasta llegar a un cobertizo, bajando por este te encontrabas con una gran área la cual parecía ser de descanso antes los sofás y la mesas en medio de estos. También habían apartados donde había máquinas expendedoras y de juegos. Realmente no esperaba algo así.
—Esto... —JiMin estaba algo confundido.
—Si...esta parte fue idea de JungKook, quería que el cuartel tuviera un poco de diversión, especialmente para el equipo de campo, del cual es líder, pero el resto, fue organizado y diseñado por YoonGi, ambos le dieron una gran remodelación, agregándole detalles más modernos —explicó TaeHyung, logrando realmente interesar a JiMin, despertando su curiosidad sobre todo lo posible que pudiera conformar el lugar.
Después de cruzar el área de descanso, ambos entraron por una puerta corredera de cristal automática, pasando por esta, en el fondo había un escritorio donde se encontraba un joven omega trabajando en una computadora. ¿YoonGi tenía un secretario?, se preguntó. Él chico levantó su cabeza justo cuando el rubio se encontraba viéndole, así que como acto de reflejo quitó su mirada nerviosa.
—Joven Kim, el Alfa Min se encuentra ocupado con papeleo, me pidió que evitara que lo molestaran —anunció el chico de cabellos azabache con un porte profesional y con un aura de confianza que logró hacer sentir chiquito a JiMin.
Quisiera poder tener esa confianza en sí mismo. Ante eso, se escondió ligeramente tras el castaño y abrazó el bolso donde tenía el almuerzo.
—No te preocupes, YoonGi no se molestará —TaeHyung le sonrió algo forzado y tomó de la muñeca a JiMin para avanzar hacía las escaleras que se encontraban a la izquierda.
Cuando llegaron a la entrada, TaeHyung ni siquiera tocó, si no hasta que tenía ligeramente abierta la puerta, mostrando solo su rostro.
—TaeHyung, estoy ocupado, ve y molesta mejor a tu novio, él estará encantado —hablo YoonGi en cuanto divisó al menor.
—De acuerdo, pero primero te dejo a tu invitado —dijo el omega castaño con una sonrisa, llamando la atención del alfa al ver que abría la puerta.
YoonGi se paró de su lugar en el instante en que vio al rubio entrar a su oficina. Realmente no se esperaba esa visita, bueno, no creyó que JiMin querría salir tan pronto, mucho menos al cuartel, sin embargo, su preocupación disminuyó cuando noto que la mirada gacha y el cómo jugaba con sus pies, eran signos de que el menor se encontraba tímido y no asustado, eso le causo ternura y termino haciéndolo sonreír con ligereza.
Cuando quiso buscar a TaeHyung, este ya no se encontraba.
Mocoso astuto, pensó el de cabellos cobrizos.
—¿Qué traes ahí? —indagó YoonGi al ver el bolso que el omega abrazaba, mientras avanzaba hacia él.
—Yo...cocine y bueno... —carraspeó intentando no mostrar su nerviosismo, cosa que no logró por el evidente temblor en su voz—. Me dijiste que podía mostrárselo si lo sentía como un avance, así que... ¿quieres probar? —ofreció con sus mejillas coloreadas ante los nervios que lo recorrían.
Realmente no entendía su extraño comportamiento ante la presencia del alfa.
—Si, me encantaría.
Ambos tomaron asiento en el sofá que había al lado derecho de la habitación. El tupper fue puesto en la mesa de enfrente y JiMin se encargó de servir bien la comida para que el alfa lo disfrutara. Mientras el mayor comía, JiMin observó rápidamente la oficina, al entrar justo en medio se encontraba el escritorio con dos sillas frente a este y sobre él todo lo necesario; de fondo había un librero del ancho de la pared, encontrándose tanto como libros, decoraciones, entre otras cosas. A la izquierda, frente a donde estaban había un gran ventanal que daba a un pequeño balcón.
Todo tenía un diseño minimalista que hacía que se sintiera acogedor.
—JiMin —le habló el mayor, captando su atención al instante—. Esto está delicioso —dijo el alfa realmente encantado con la comida.
—¿En serio? —el rubio mordió su labio inferior nervioso.
—Te lo aseguro, ¿no lo probaste tú? —indago curioso ante la repentina desconfianza del menor sobre sí mismo.
—Si...pero pudiera ser bueno para mí y no para otros...
—Pues está delicioso, ten, toma un poco —YoonGi tomó el plato y le acercó una porción al menor con los palillos.
A pesar de que JiMin se encontraba realmente avergonzado ante la repentina acción del alfa, aceptó el bocado. Sus mejillas estaban ardiendo ante el tan sencillo gesto que tuvo YoonGi con él, logrando de nuevo que su lobo saliera ligeramente a la superficie, curioso por el hombre que estaba causando tantas sensaciones nuevas en el humano, y ni hablar de cómo su corazón se aceleró al tenerle tan cerca.
—Está bueno, ¿verdad? —el alfa le sonrió con simpleza mientras JiMin solo asentía.
Se encontraban tan concentrados en el otro, que cuando la puerta fue abierta, ambos no se dieron cuenta hasta que la persona habló. Ambos voltearon, encontrándose con el secretario, quien parecía muy interesado en observar la escena. YoonGi noto como la mirada de Jiwon recae de manera pesada sobre el menor, siendo evidente ante la forma en la que JiMin parecía encogerse en su lugar por la incomodidad.
—¿Qué es lo que necesitas Jiwon? —preguntó el alfa, parándose del sofá para acercarse a su secretario y bloquear la vista hacia el rubio.
—Traje los documentos del reciente tratado que me pidió —explicó, entregando la carpeta donde se encontraba lo mencionado al alfa.
—De acuerdo, ¿algo más? —indagó mientras daba un vistazo a los papeles.
—SeokJin desea verlo, dice que es importante, menciono que trataba sobre el caso de la noche de enero.
Ante la mención de la noche de enero YoonGi se concentró de vuelta al joven frente a él.
—¿Dónde está?
—En la sala de descanso.
—Bien, puedes retirarte —ordenó al ver que su secretario no hablaría más, recibiendo de éste una sencilla inclinación.
Al cerrarse la puerta, el mayor se acercó al escritorio a dejar la carpeta, para después voltearse de nuevo hacia JiMin, quien parecía muy concentrado en su sudadera.
—¿Te gustaría conocer el cuartel? —le preguntó captando la atención del rubio, recibiendo un rápido asentimiento de su parte—. Bien, pero primero debo resolver algo, ven, no me tardaré.
Dicho eso, ambos bajaron de vuelta a la sala de descanso dónde se encontraba SeokJin, el omega de lentes y cabello ligeramente largo castaño oscuro.
—Jin hyung, él es JiMin, JiMin, él es SeokJin, el mejor hacker y experto en tecnología que conocerás.
—Si, en fin, dejando el lado barbero de este mocoso, un gusto JiMin —sonrió el mayor, ofreciendo su mano.
El menor la aceptó con timidez.
—Igualmente —fue su sencilla respuesta, causando una enorme ternura en el omega mayor.
—Mientras Jin y yo hablamos te quedarás con JungKook en la sala de entrenamiento, cuando termine acá, volveré para darte el recorrido, ¿de acuerdo?
JiMin asintió entendiendo.
Ambos entraron a la sala de entrenamiento, dónde se encontraba JungKook golpeando con fuerza un saco de box, parecía algo perdido, como si estuviera dispuesto a romper el sacó en ese instante.
Para JiMin no fue algo extraño, ni mucho menos preocupante, en cambio para YoonGi, las cosas eran diferentes.
Con rapidez se acercó al alfa de cabellos negros, que estaba a nada de sacar volando el sacó de box, si no fuera por la interrupción de YoonGi. Entonces cuando ambos cruzaron miradas, el pelo cobrizo se dio cuenta que su inicial preocupación era por lo que esperaba.
—Necesito que me hagas un favor —pidió, logrando sacar de sus pensamientos al alfa contrario, volviendo por fin sus ojos negros, dejando detrás aquellos dorados, dando a conocer que JungKook se encontraba de vuelta a sus sentidos.
—¿Qué necesitas que haga? —pregunto, tomando su posición como líder de campo.
—No es una misión —explicó, ante lo dicho, el pelinegro relajó su posición—. Pero si es importante —decidió recalcar.
—De acuerdo.
—Bien, necesito que cuides a JiMin.
—¿Cuidarlo? —JungKook miró al hombre frente a él confundido.
—Si, no quiero dejarlo solo en mi oficina, pero tampoco quiero que esté a la mano de los alfas del cuartel, puedes llamar a TaeHyung si es necesario, solo no le quites el ojo de encima —pidió con seriedad.
JungKook se encargó de esconder su sorpresa ante el pedido, ya que, bueno, YoonGi no pide ese tipo de favores.
—Lo haré, no te preocupes.
Listo eso, Min dejó a JiMin con JungKook, para ahora volver con SeokJin. Estando ambos en la sala de juntas, el mayor empezó hablar.
—Encontré quien dio la orden de asesinar al clan Jeon —dijo, logrando que YoonGi se tambaleara un poco.
—¿Dónde está?
—Volverá a Corea en dos días, todos estos años pareció esconderse en Estados Unidos, pero logré rastrearlo gracias a un colega que se encuentra en California, que fue donde se encontraba.
—¿Cuál es su nombre? —quiso saber.
—Park Hae-soo.
Al escuchar YoonGi aquel nombre, supo que después de seis largos años, por fin habían dado con el asesino de la familia Jeon. Aquel que causó noches de insomnio, ataques de pánico y una difícil depresión que casi le costó la vida a un joven JungKook de tan solo quince años. Actualmente, el joven alfa se encontraba estable, ha tenido sus recaídas, pero en ellas, todos habían estado presentes para ayudarlo a levantarse, volviéndose más fuerte con cada golpe.
Soltando un largo suspiro, sintió un gran peso quitarse de encima de sus hombros, por fin le daría la venganza que JungKook merecía, aquella que le prometió años atrás.
—Me encargaré de que tengas tu venganza, buscaremos a ese infeliz y le quitarás todo aquello que aprecia y al final, lo tendrás en tus manos para que hagas lo que quieras con él.
Aquella promesa se había mantenido grabada en su mente, recordándole cada día que debía cumplirla, y ahora que tenían el nombre y la próxima ubicación de aquel hombre, por fin podría darle la oportunidad de vengarse a JungKook.
—¿Cuándo le diremos? —indagó Jin.
—Más adelante, por ahora es mejor esperar a que llegue y se ubique en Seúl, después le diremos a JungKook, además, recuerda que estamos en esa temporada y es peligroso, Kook no va a pensarlo y lo irá a buscar, lo necesito consciente y sin las emociones del pasado recorriéndolo.
SeokJin entendió el punto de YoonGi, en esos días de enero, hace seis años había sido la masacre de la familia Jeon, y normalmente JungKook se ponía el triple de sensible, no dormía bien y siempre se la pasaba entrenando, queriendo liberar su mente de todas aquellas imágenes sangrientas que le tocó presenciar.
—Bien, mientras me encargare de informarte cualquier cosa.
—De acuerdo —asintió—. Ahora debo ir por JiMin, prometí que le mostraría el cuartel —anunció el alfa.
SeokJin hizo lo imposible por esconder una sonrisa, YoonGi nunca hacía ese tipo de gestos, así que tenía curiosidad sobre cómo fue que, en tan poco tiempo, JiMin logró algo así. Al final, decidió acompañarlo.
Cuando ambos llegaron a la sala de entrenamientos vieron que JiMin no estaba con JungKook, si no con otro alfa, quien parecía muy interesado en mantener la conversación con el omega, quien le respondía tímidamente. YoonGi hizo lo posible por ignorar la incomodidad tanto suya como de su lobo, para así avanzar a dónde se encontraban. JungKook estaba en graves problemas.
—Jake —le habló el mayor, captando la atención del joven alfa, quien, al ver a su jefe, hizo una ligera inclinación como saludo.
—Alfa Min —le sonrió Jake—. ¿Usted viene con este lindo omega? —preguntó curioso el chico.
YoonGi no pudo evitar notar el notorio sonrojo de JiMin ante lo dicho por Jake. Gesto que no le gustó mucho que fuera causado por el otro alfa.
—Si...veo que se acaban de conocer —el pelicobrizo avanzó hacía el menor, haciéndole una suave seña de que se acercara—. Pero debo robártelo que tenemos cosas que hacer —sonriéndole, tomo a JiMin de la muñeca para iniciar avanzar.
—De acuerdo, un gusto JiMin-ah —se despidió Jake con una gran sonrisa.
—Adiós Jake hyung —le sonrió de vuelta.
SeokJin solo observó todo desde lejos, sacando sus propias conclusiones.
Cuando estuvieron algo alejados, el alfa soltó con delicadeza la muñeca del rubio, sintiendo al instante la necesidad de volver a tomarla, y a JiMin no le gusto la sensación de no sentir el calor de la mano del mayor sobre su piel. Ambos al final se encontraban algo confusos antes esos extraños sentimientos.
—Me sorprendió ver que le dijiste hyung a Jake a quien acabas de conocer y a mi aun te sigues dirigiendo de forma formal —mencionó YoonGi de forma indiferente.
—Umm, ¿le gustaría que lo llamara...hyung? —indago tímidamente, aún le costaba soltarse con el mayor.
—El día que nos conocimos te mencioné que podías llamarme así, así que no tienes ni siquiera que preguntarlo, y también dejemos de lado el lado formal, te puedes dirigir a mí de «tu», por mi está bien —le explico con calma.
—De acuerdo...hyung —aceptó el menor, asintiendo con ligereza.
El alfa hizo lo posible por ignorar la sensación tan cálida que sintió al escuchar el «hyung» de parte del omega.
—Bien, empecemos con el recorrido.
YoonGi se encargó de mostrarle bien la sala de entrenamientos, también llevándolo a la zona de tiro, en un cuarto a lado. JiMin observaba cada parte con interés, escuchando al mayor cuando le contaba de algo o cómo funcionaba la sala. Pasaron después a la sala de juntas, esa parte fue más rápida, para poco después ir al segundo piso, donde estaba TaeHyung en el cuarto de armas.
El lugar tenía tanta variedad, que para el omega fue algo desconcertante al ser la primera vez que veía un artefacto de ese estilo en toda su vida.
TaeHyung se encargó de hablarle del tipo de armas que había y cómo funcionaban, las que más le llamaron la atención al rubio le fueron mostrada de cerca. Fue un momento muy surrealista para JiMin.
Al final, YoonGi le comentó sobre el laboratorio y la sala de computación, lugares que no podía mostrarle por seguridad.
—¿Qué te pareció el cuartel? —preguntó YoonGi en lo que avanzaban al auto de este para volver a su casa.
—Es lindo...no se parece al de la series o películas, es más moderno y tiene un aura cómoda, o bueno, las partes que conocí.
YoonGi asintió de acuerdo con la respuesta. Y si, las áreas que le mostró tienen esa aura, pero si conociera el piso subterráneo donde estaba todo lo demás, no lo vería como algo cálido, pero prefería que se quedara con la apariencia, no había necesidad que supiera de lo demás.
—Por cierto —hablo el alfa cuando ambos estuvieron en el auto—. Mañana saldremos después de tu cita con la psicóloga, tenemos unos mandados pendientes —explicó el mayor.
JiMin asintió, no pensando mucho de qué trataría la salida.
Pero, si tan solo supiera que terminaría por darle un nombre a aquello nuevo que estaba sintiendo ese día.
por fin aparezco, pero entre la
escuela y el trabajo, no es tan fácil
encontrar tiempo para solo sentarme a
escribir, sin embargo, hago todo lo posible :(
bueno, bueno, en este capítulo conocimos un
poco mejor el cuartel y personajes nuevos 🤭.
pd. ¡hagan stream a 'face'! y apoyen
con todo a Minnie 🤍.
se les quiere,
mena.
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