OO3: CAMBIOS
La rutina de mañana de YoonGi siempre era la misma, muy de vez en cuando cambiaba, solo si era necesario, pero lo que más resaltaba en ella, es que era muy solitaria. Desayunaba solo todas las mañanas, después se iba al cuartel durante toda la mañana y parte de la tarde, para luego volver a su casa, de nuevo sólo. A la hora de la cena, a veces, el resto de los integrantes de su familia iban acompañarlo, dando excusas como que era necesario verse fuera del trabajo.
Pero esa mañana, tenía a JiMin desayunando frente a él, tal vez estaban en silencio, pero su presencia era tan notoria que le sorprendía, pero más que nada, el como lo hacía sentir bien. Realmente jamás creyó que disfrutaría de la compañía de alguien, aún si este se encontraba en silencio.
JiMin tenía un aura tan suave que lo hacía sentir muy cómodo, y...eso le gustaba. Extraño, pensó.
—Me iré al cuartel, pero posiblemente TaeHyung y Suni vengan hacerte compañía más tarde —aviso YoonGi levantándose de la mesa.
—Umm, de acuerdo —asintió el omega.
Entonces el alfa se dirigió a su garaje, el cual guardaba un par de autos de las mejores marcas, sin embargo, su favorito siempre sería su Lexus IS plateado, tan brillante y digno para un hombre de negocios como él.
Luego de subirse al auto y arrancar, salió de su casa para avanzar por la carretera. Siguió su camino hasta llegar a una separación de calles, la de la izquierda lo llevaba a la salida del área privada mientras que la calle de la derecha pasaba por un túnel, el cual estaba cerrado con la más alta tecnología en privacidad, siendo así que solo aquellos que tuviera sus huellas digitales y rostros registrados en el sistema del Clan Min podrían entrar.
YoonGi entro sin problemas, avanzando por un medio largo trecho, saliendo poco después, encontrándose con la carretera libre, la cual estaba rodeado de árboles. Luego de un par de minutos se encontraba frente a la reja que daba entrada al cuartel.
Aparco su auto, y luego de bajarse se dirigió a la entrada donde lo esperaban Kim NamJoon y Jeon JungKook. Ambos le dirigieron un suave asentimiento de cabeza que fue correspondido, avanzando ambos jóvenes alfas atrás de su jefe. Cuando YoonGi llego a la sala comun, donde normalmente podían tomar breves descansos tanto como los científicos como aquellos que trabajaban en campo al igual que los hackers especializados, los hombres y mujeres que estaban ahí, se pararon de su lugar y se inclinaron de forma respetuosa ante su líder.
—Alfa Min —hablo Choi YeonJun, un joven alfa, quien, a pesar de sus cortos veintitrés años, se estaba convirtiendo en uno de sus mejores manejadores en el lavado de dinero en sus bares—. Las ventas este fin de semana aumentaron de forma sensacional, me gustaría que se diera vuelta por Eros y pueda ver por usted mismo como se encuentra el negocio —finalizo, caminando a lado del gran alfa.
—De acuerdo, ¿qué hay del resto de sucursales? —pregunto tomando la tableta que ahora le ofrecía el pelinegro.
—Igual, las ventas están subiendo de a poco, pero de forma segura.
—Excelente, me daré una vuelta por Eros más tarde —dio por terminada la conversación.
YeonJun inclino de forma corta su cabeza y se retiró.
—¿Algo importante? —indago a su mano derecha y líder en el campo mientras subían hacía la oficina del mayor.
—Eh mandado un par de cobradores a Daegu, donde decidió esconderse una escurridiza rata, creyó que podría escaparse luego de que le prestaste más de 300 millones de wones. SeokJin lo encontró en un par de horas, no tardara en estar por aquí —dijo JungKook dejándose caer en una de las sillas, posando su mirada en el alfa peligris al mencionar al omega.
El mayor igualmente la poso sobre su amigo, encontrándose ambos con un hombre intentando esconder una sonrisa orgullosa. YoonGi y JungKook compartieron una sonrisa cómplice.
—Si sigues negando que Jin hyung te gusta, más te vas a enamorar —le dijo el alfa peli cobrizo logrando captar la atención de Kim.
—¿Qué?, ¿de qué hablas? —se puso a la defensiva.
JungKook se paró de su lugar negando, como si estuviera decepcionado.
—Hyung, aprende de mí, que, aun teniendo diez y ocho años, supe darme cuenta que me gustaba TaeHyung y fui y se lo confese, así que deja de ser un adulto comportándose como un adolescente o más directamente, deja de ser un imbécil e invita a salir a Jin hyung —el menor le dio un par de palmadas en el hombro como consuelo, para después correr hacía la entrada para que NamJoon no alcanzara a golpearlo por llamarlo imbécil.
Cuando quedaron ambos mayores solos, NamJoon miro a quien consideraba a su hermano mayor, mirándolo con suplica para que lo ayudara a resolver todos sus problemas.
—Solo diré que concuerdo con JungKook, es hora de que lo invites a salir —fue su consejo, recibiendo solo un asentimiento como respuesta.
—Por cierto —se levantó el peligris de su lugar—. Nam Ki Joon con su hijo llegaran en una hora a una junta donde se discutirá el cómo se repartirán las ganancias del próximo envió en conjunto —explico, entregándole por fin la carpeta que llevaba cargando desde hace un rato.
—Bien, su hijo... ¿cómo se llama?
—Nam Joon Hyuk.
—De acuerdo —tomando la carpeta, empezó a hojearla viendo de forma superficial el contenido—. Tenemos una hora, ¿verdad? —indago, NamJoon asintió en respuesta—. Vamos con HoSeok entonces, al parecer el guardia ya despertó.
Al día siguiente de la muerte de Sunmi, ambos alfas se dirigieron al bar donde habían estado ambos omegas, en busca de los guardias que debieron estar con Sunmi, a los cuales encontraron, sin embargo, dos estaban muertos y uno totalmente inconsciente, al parecer los habían drogado y la cantidad que recibió el ultimo no fue lo suficiente letal. Tenían un poco de ventaja, tal vez, pero todo dependerá de lo que recuerde el hombre.
Pasando la sala común, llegaron a un cobertizo, el cual tenía dos puertas a cada lado, ambos alfas dirigiéndose a la de la derecha. Después de ingresar la clave, la puerta se abrió, encontrándose con el elevador que los llevaría al área del sótano, teniendo las típicas doble puertas en frente. Cuando llegaron, ambos se bajaron caminando por un corto pasillo, encontrándose varios cuartos con ventanales, algunos teniendo dentro laboratorios y otras áreas de medicina.
Ambos avanzaron a un cuarto del área de medicina, encontrándose a HoSeok con el guardia, quien se encontraba en la camilla.
—¿Ha dicho algo? —pregunto YoonGi, posicionándose frente al campo visual del hombre en la camilla.
—No.
—Jun, ¿recuerdas algo? —decidió indagar NamJoon.
—No mucho en realidad —empezó hablar al tener a sus superiores frente a el—. Solo logre ver unas camionetas negras estilo Rover, una de ellas empezaba con 522 en la matricula.
Los tres hombres restantes en la habitación se miraron entre sí.
—Puede ser información inútil para nosotros, pero sabemos quién puede sacarle provecho —hablo YoonGi, ambos alfas contrarios estando de acuerdo.
—Bien, hay que decirle a SeokJin, él se hará cargo.
—Ve tu Nam, yo mientras vere los últimos detalles de la junta —ordeno el mayor.
Al final, ambos se retiraron cada uno dirigiéndose a su respectivo destino. YoonGi al llegar a su oficina tomo la carpeta y la leyó esta vez con más cuidado, revisando cada detalle asegurándose que todo estuviera a como los acuerdos fueron pedidos. Se tomo su tiempo, acercándose de a poco la hora de la junta.
Faltando un poco menos de diez minutos, se levantó de su lugar y se encargó de mandarle un mensaje a TaeHyung, preguntándole si ya se encontraba con JiMin, TaeHyung no tardo en contestarle que hace poco había llegado con Suni, eso lo tranquilizo. Guardando su celular, se dirigió a la sala de juntas, donde se encontraban dos alfas vestidos en caros trajes, con un aura de poder que al alfa peli cobrizo a veces no le gustaba, pero sabía que la asociación les daría buenos beneficios.
—Alfa Min —le saludo con una arrogante sonrisa Nam Ki Joon, un hombre ligeramente mayor de cabellos negros con unas ligeras notorias canas.
—Señor Nam —se acercó YoonGi, saludándose de mano de manera cordial.
—Bien, como ya sabrás él es mi hijo, Nam Joon Hyuk, el próximo sucesor del clan Nam —hablo el hombre, apuntando a su hijo, quien se encontraba a su lado.
—Alfa Min, un gusto conocerlo —saludo Joon Hyuk parándose de su lugar haciendo una ligera reverencia.
—Igualmente —fue el saludo de YoonGi—. Tomemos asiento e iniciemos con la junta, ¿les parece? —dijo, sentándose poco después, seguido del más joven en la sala.
La junta avanzo con fluidez, viéndose cada punto sobre él envió en conjunto, asegurándose que ambos clanes estuvieran de acuerdo con los pedidos del otros, retirándose durante el proceso algunos de Ki Joon al ser demasiado ambiciosos para el inicio de una sociedad. A YoonGi claramente no le gusto la exigencia del mayor, pero fue paciente, ya luego se encargaría de él si intentaba sobrepasarse en un futuro.
Al finalizar la reunión, ambos firmaron el contrato.
Ki Joon había invitado a Min a almorzar, pero este se negó poniendo de excusa su trabajo, claro está que tenía algo de papeleo y también varias cosas que supervisar, pero el almuerzo no le impedía seguir su lista de quehaceres, simplemente no quería pasar más tiempo con ese hombre, solo esperaba que el hijo fuera menos...hablador.
JiMin escuchó movimiento en el piso de abajo, así que dejó el libro que había tomado prestado del librero del pasillo y decidió bajar para ver de quien se trataba. Cuando estuvo en la sala de estar, vio a TaeHyung y a la mujer embarazada del día anterior, ambos se encontraban dejando un par de cosas en la mesa del centro entre los sillones, pasando poco después su atención de eso a JiMin.
—Oh, tú debes ser JiMin, ¿verdad? —preguntó la mujer acercándose al rubio, llenándole rápidamente el aroma a leche, aroma que todas y todos los omegas tenían cuando estaban en cinta, claro está que también tenía muy presente el aroma de unión y el del alfa de la mujer.
—Si, soy yo.
—Un gusto JiMin, soy Jung Suni —se presentó con una suave sonrisa, extendiendo también su mano, la cual el omega estrecho con gusto.
—Ya se presentaron, eso es lindo —chillo TaeHyung apareciendo entre ellos—. Suni noona, es mayor que nosotros, así que siéntete con la libertad de llamarla noona, y, por cierto —TaeHyung rió algo nervioso—. Había olvidado que eras mayor que yo, perdón JiMin hyung —sonrió apenado el castaño.
JiMin rápidamente negó, sintiéndose extraño que lo llamaran hyung.
—No, por favor, trátame sin el hyung, por mí está bien —negó, moviendo sus manos extendidas en forma de negación.
—¿De verdad? —preguntó algo dudoso el menor.
—De verdad.
TaeHyung simplemente asintió en respuesta.
—¿Ya almorzaste algo JiMin-ah? —preguntó Suni, tomando al menor por su brazo.
—Ya lo hice, antes de que se fuera YoonGi-ssi, así que realmente no tengo hambre, noona —respondió JiMin.
—De acuerdo, pero aun así picaré un poco de fruta, ya después podemos hornear algo.
Para JiMin fue totalmente nueva esa interacción, nunca había tenido cercanía con mujeres mayores además de su madre y abuela, pero a pesar de que era diferente, se sentía cálida, aquella mujer le hacía sentir cómodo, tal como TaeHyung y YoonGi. Se sentía...bien.
Luego de que ambos chicos le ayudaran un poco a la mujer, se dirigieron de nuevo a la sala de estar, donde estaba un juego de mesa, los ojos de JiMin brillaron al instante, llegando de pronto bonitos recuerdos de su infancia, cuando cada sábado, en las tardes, sus padres y él, se ponían en el comedor y jugaban un par de rondas todos juntos.
Realmente los extrañaba, pensó con algo de tristeza.
Suni y TaeHyung notaron rápidamente como el chico parecía demasiado emocionado ante el juego que tenía frente a él, aun si intentaba esconderlo, sintiéndose felices al verlo tan animado. Poco después de leer las reglas y el cómo se jugaba, los tres se pusieron en marcha, iniciando el juego.
La sala de estar se llenó de exclamaciones de sorpresa, risas, quejidos por haber perdido, pero más que nada, estaba llena de una cálida atmósfera, que rodeó el solitario corazón de JiMin de una manera demasiado bonita, haciéndolo sentir feliz, compartir con esas personas, teniendo cada vez más en claro por qué Sunmi los amaba tanto.
Jugaron varias partidas, siendo mayormente ganadas por JiMin.
—¡Woah!, eres increíble en esto JiMin-ah —exclamó con una enorme sonrisa el omega menor—. ¿Dónde aprendiste a jugar tan bien?
—Bueno...con mis padres teníamos una tradición cuando era niño, que era jugar todos los sábados en las tardes, ese día me lo dedicaba por completo a mí, queriendo recuperar a veces el tiempo que les consumía el trabajo —explicó con su voz teñida en nostalgia.
Suni y TaeHyung se miraron entre ellos no pudiendo imaginar lo difícil que debió haber sido todo para el omega, así que queriendo que JiMin no se perdiera en el pasado, lo tomaron de los brazos y lo dirigieron a la cocina.
—Creo que es hora de hornear algo, ¿qué te parece JiMin? —indago con una enorme sonrisa Suni.
—Claro, será divertido —acepto algo nervioso.
JiMin se mantuvo algo alejado de la preparación de mezclas, mejor ayudando en batir y acomodar todo en sus respectivos moldes, ya que, no se sentía con la seguridad de poder cocinar sin que los constantes recuerdos de Sunmi y el encerrados en una cocina recreando recetas por horas llegarán, era su momento, de los dos. No estaba listo.
Ambos omegas notaron la actitud de JiMin y no lo obligaron hacer algo que no quisiera, dejándole solo con lo que el rubio parecía sentirse cómodo, tampoco le hicieron preguntas, ni lo molestaron por eso, tal vez, en algún punto JiMin lo contaría y si no pasaba, tampoco iba a ser un problema. Lo último que querían ambos era hacerlo sentir mal o incómodo, si no darle compañía y hacerlo sonreír.
Luego de que dejaron el pastel en el horno, TaeHyung se disculpó por un momento al ver que YoonGi lo estaba llamando, saliendo al patio, contesto la llamada.
—Hola hyung.
—Hola Tae, oye, voy a llegar tarde hoy, tengo que darme una vuelta por Eros, ¿crees que puedan quedarse más tiempo con JiMin? —pidió el hombre.
—Si, no hay problema, pero hyung... —el omega dudo un poco, pero decidió que lo mejor era preguntar—. Pareces muy empeñado en que JiMin tenga compañía, y no es que me moleste estar con él, en realidad es un chico muy divertido, pero ¿si sabes que a veces necesitamos tiempo a solas?, después de lo de Sunmi tal vez JiMin necesite terminar de procesarlo, el solo.
Se escuchó un largo suspiro por la línea.
—Es por eso mismo, por el momento no quiero que sobre piense mucho y normalmente cuando estamos solos, es lo primero que hacemos, quiere que esté tranquilo un tiempo, que no sienta que es su culpa, también crear confianza y poder hablar con él, y...estoy hablando con un psicólogo, ya que, lo que vivió fue un evento traumatizante y puede dejar secuelas, no lo voy a obligar a ir, pero antes de comentárselo, quiero ver cómo lo va sobrellevando.
» Todo está muy fresco aún, así que, por ahora, démosle compañía, y creemos un ambiente seguro con él, para poder comentar lo de las sesiones, ¿de acuerdo? —fue la explicación del alfa, la cual, dejó realmente anonado a TaeHyung.
YoonGi realmente quería ayudar a JiMin.
—De acuerdo —aceptó el menor, colgando poco después para volver.
De todo corazón, esperaba que las cosas mejoraran para JiMin.
YoonGi entró a Eros, imponiéndose en el instante en que puso un pie en el establecimiento. De pies a cabeza vestía con ropa de calidad, desde su resaltante traje hecho totalmente a la medida, hasta su reloj Rolex plateado. Su porte era excepcional, logrando que la mirada de todos se posará sobre él sin ninguna excepción.
Todos sabían de quién se trataba, ya fuera porque ya se habían acercado a él en busca de un préstamo o también, el hecho de que las veces que lo ven por ahí, saben que es porque va a supervisar su bar. Min YoonGi era conocido por ser el dueño de la cadena de bares más importante de Corea, cubriendo de gran manera el trabajo sucio que sucedía en aquellos establecimientos.
Era un alfa poderoso, nadie podía negárselo.
Avanzo entre la multitud dirigiéndose al área VIP, donde sabía se encontraba un buen amigo, quien en cuanto lo vio, le sonrió a YoonGi de forma socarrona, Jackson Wang, nadie podía cambiarlo. El alfa se encontraba sentado en uno de los sofás, con dos bellas omegas a cada lado, quienes disfrutaban de su compañía, pero también esperando poder esconderse bajo las sábanas junto al hombre.
—¡Mi buen amigo Min! —grito Jackson con aquella característica sonrisa—. Me alegra verte por aquí, ¿vienes a divertirte o por trabajo? —pregunto observando interesado al alfa de pelos cobrizos.
—Trabajo, solo vengo un rato a revisar cómo está todo —le respondió, pasando su mirada del hombre de facciones marcadas a su alrededor, viendo perfectamente desde su lugar en el segundo piso como el bar estaba lleno.
Sonrió orgulloso.
—Ya veo, pero deberías también divertirte un poco, puedo presentarte alguna belleza de por aquí —le ofreció sonriente.
—No gracias, por ahora no estoy de humor —rechazó la oferta.
Tal vez la hubiera aceptado antes para quitarse el estrés, pero de verdad, en esos momentos no estaba para polvos casuales, lo estaban empezando a aburrir.
—Bien, no te obligaré —aceptó Jackson, levantando su vaso para luego darle un trago.
Estuvo un par de horas en el bar, dándose una vuelta por la bóveda donde sucedía todo lo interesante, claramente bien escondido, además de tener su truco, para que pareciera una simple y corriente bodega, YoonGi siempre se encargaba de estar un paso delante de las autoridades.
Luego de volver de la bóveda, se quedó un poco más, decidiendo volver a casa cuando TaeHyung le mandó un mensaje explicándole que JungKook ya había ido por él, al igual que HoSeok por Suni. Dejó un par de órdenes a su gerente de confianza, para al final subirse a su auto de regreso a casa.
Cuando llegó a su hogar, empezó a aflojar la corbata que llevaba y a desabotonarse los primeros botones de su camisa, desordenando su cabello al final. Estaba cansado.
Primero se dirigió a la cocina, abrió la nevera y sacó la jarra de agua, sirviéndose un poco en un vaso, le tomó un par de tragos mientras avanzaba para subir al segundo piso, pero se detuvo al ver que JiMin se encontraba dormido en el sofá. El omega se veía algo incómodo, así que decidió dejar el vaso en la mesa del centro y tomó con delicadeza al menor, pegándole a su pecho para que al subir las escaleras no hubiera inconvenientes.
Llegando a la habitación, recostó a JiMin con cuidado, arropándolo poco después. Se iba a retirar, pero lo vio algo inquieto, así que acerco su mano casi de manera inconsciente, dejando unas suaves caricias en su mejilla logrando que se calmara.
Pero también, empezó a sentir que su aroma se intensifica, dándose cuenta que su lobo lo estaba dejando salir. Sacudió su cabeza tomando el control.
—Estúpido lobo, cálmate —dijo en voz baja al salir de la habitación del rubio.
Primero el día que lo rescato con su ruego de que lo cuidara y ahora dejaba salir su aroma queriendo reconfortar al omega, ¿qué le pasaba a su lobo?, todo era tan raro.
JiMin estaba cambiando muchas cosas, tanto a su alrededor como... en él, y no sabía si era algo bueno o malo.
bueno, bueno, he aquí ya una
pequeña introducción al trabajo de
nuestro amigo yoon y también como avanza
la relación entre los demás de los chicos con jim
yeii, cositas buenas, por ahora :D
yaya, prometo que las cosas irán
mejor, promesa <3
se les ama;
mena.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top