∿ 💗 :: T(W)O ຊ

Tras el espantoso estruendo, el pelinegro despertó de golpe, algo agitado y aún conmocionado.

Otra pesadilla.

Claramente Jungkook no había regresado...

Ni mucho menos, ningún auto lo había atropellado, aunque en el fondo a veces deseará que así fuera.

Respiró profundo intentando calmar sus disparadas emociones, y dió un vistazo rápido a su alrededor para recordarse dónde estaba. Al verse en el autobús con un par de parejas acarameladas a su alrededor, incluidos entre ellos sus ya conocidos vecinos Yeonjun y Soobin, quienes se besaban con demasiado entusiasmo en los asientos delanteros a él; con una leve sacudida de cabeza y un pesado suspiro se obligó a regresar a la realidad.

Apagó la suave melodía de Jazz que se reproducía en sus oídos, esa con la que sin querer se había quedado dormido tan pronto ingresó en el transporte, debido a una pesada y larga noche de insomnio y estudio. Con desánimo se quitó los audífonos para guardarlos en el bolsillo de su saco, y con una inhalación profunda se recostó sobre el vidrio de la ventana observando a través del cristal las calles cubiertas de flores preciosas y coloridas en conjunto con ese paisaje despejado que anunciaba la próxima llegada del verano, pasando frente a sus ojos con rápidez.

Seís largos meses habían pasado ya, pero desde aquella tarde de otoño, el tiempo parecía haberse congelado para Taehyung.

O al menos eso hubiera deseado que ocurriera...

Una vez el automóvil se detuvo avisándole sobre la llegada a su ya habitual destino, se levantó y sin reparar mucho los actos poco éticos y descarados de las parejas a su alrededor, se bajó con su típico semblante impasible y apagado.

Caminó hacia la calle del frente con calma, y tras empujar levemente las puertas de cristal, ingresó en el animado lugar, sorprendiendose gratamente de lo lleno que estaba esa mañana a comparación de todas las anteriores.

El local por fin estaba teniendo el reconocimiento que merecía, y eso lo alegraba en el fondo, por sus Hyungs más que nada.

Con una sutil y casi imperceptible sonrisa, se acercó hacía el mostrador, dónde su expresión cambió de inmediato por una de hastío y reproche.

¿Acaso él universo planeaba hacerle una broma de mal gusto o algo parecido?

¿O es que a caso era San Valentin y lo había olvidado por completo?

Cosa que para ser sinceros, no le sorprendería en lo absoluto, pues últimamente parecía olvidar ese tipo de festividades con todo el gusto y propósito.

Negó para si mismo antes de aclararse la garganta con cero sutileza, para llamar la atención de la pareja que detrás de la barra se besaban con demasiada pasión para estar en un lugar público y repleto de gente.

El par de mayores se separaron a regañadientes, dirigiéndole una mala mirada a quién se había atrevido a interrumpir su romántico descanso.

── Buenos días, Hyungs.

Jin gruñó bajo, y en contra de su voluntad, se alejó de Namjoon para poder girarse a encarar al menor.

── Estaban siendo bastante buenos, hasta hace un momento, para tu información... ──Se quejó indignado el mayor, provocando la risa maliciosa de Taehyung y un gran sonrojo en las mejillas de su pareja.

── Buenos días, Taehyung-ah ──Saludó algo avergonzado el moreno, desviando su mirada de la acusatoria y divertida del pelinegro. ── C-Cariño, v-voy a revisar sí los huevos ya se... p-usieron... D-igo, hicieron ──Se disculpó entre tartamudeos e incoherencias nerviosas, antes de prácticamente huir a la cocina.

Taehyung estalló en carcajadas bajas, mientras Jin por su parte lo miraba molesto.

── ¡No te burles de mi novio! ──Regañó, dándole algunos golpes con el trapo en su mano, totalmente indignado.

── Lo siento, Hyung ──Se disculpó calmando su risa levemente y mordiendo sus labios para intentar contenerla. ── Es gracioso verlo así después de que hace segundos presencié como prácticamente te metía la lengua hasta la garganta, sin nada de vergüenza, y frente a sus clientes ──Señaló divertido. ── Ustedes dos son todo un caso...

Fue el turno de Seokjin de enrojecer cuál tómate.

── A m-mi solo me parece muy tierno ──Defendió enamorado, volteandose a verlo con una sonrisa dulce, que se ensanchó más al notarlo tan concentrado intentando prender por sí mismo la vieja estufa. ── Y para tú información, erán nuestros minutos de descanso, que estábamos aprovechando muy bien hasta que decidiste interrumpir ──Lo miró ahora con una mueca enfadada.

── Ya, lo siento por interrumpir su sesión de besos con mis buenos modales y por querer desayunar como cualquier cliente normal ──Ironizó, ganándose un resoplido del mayor.

Taehyung volvió a burlarse con su mejilla apoyada en su mano y la vista burlona fija en el despistado Namjoon.

── Es tan irónico, hace unos meses parecían querer lanzarse cuchillos mutuamente, y ahora solo comparten saliva en cualquier esquina, en cada oportunidad que tienen ──Comentó con gracia.

Jin le lanzó una servilleta arrugada por lo explícito de su comentario, más sin embargo, se encogió de hombros con una sonrisa orgullosa, no pudiendo negar el drástico cambio de la situación.

── ¿Que te digo?, hermosas ironías del amor. ──Comentó en medio de un suspiro enamorado, ganándose una mueca de disgusto por parte del pelinegro──, pero tú de eso no sabes, y a este paso, tampoco sabrás ──Afirmó──, menos aún desde que decidiste robarle su horrible personalidad a Yoongi.

── ¿Cuál?, ¿La de gatito domésticado?

── Claramente la antipática e insoportable de antes que gozará de las mieles del amor ──Rebatió Jin.

Un suspiro largo y pesado que quizó parecerse a una risa se escapó de los labios de Taehyung, en medio de una sonrisa apagada.

── Si... Hace unos meses las cosas eran muy diferentes para todos... ──Murmuró con deje melancolíco, mientras sus dedos jugaban distraidamente con el nuevo aro en su ceja.

Jin pareció arrepentirse inmediatamente de sus palabras al ver el cambio drástico de semblante del menor, sabiendo que la había cagado en grande al traer de vuelta el pasado.

Agradeció enormemente que en ese momento la campanilla del lugar avisará la llegada de nuevos clientes, más aún al ver de quiénes se trataba.

── Hablando de Gatos domados...

A Taehyung no le dio tiempo de girarse, y tampoco fue realmente necesario hacerlo, cuando sintió un par de brazos delgados apretarlo con demasiado entusiasmo desde su espalda.

── ¡Buenos días al mejor amigo del mundo! ──Chilló emocionado Jimin.

── No tengo dinero ──Contestó cortante el contrario provocando las carcajadas de los otros dos mayores y un puchero herido por parte de la garrapata rubia, quién lo soltó de inmediato para mirarlo con indignación.

── ¿Que te hace pensar que te voy a pedir dinero, Kim? ──Se cruzó de brazos dolido.

── Te conozco desde pequeños Park Jimin, y ese tono meloso solo significa una cosa: que quieres algo de mí.

Yoongi a su lado asintió entre risas dándole la razón al pelinegro en silencio, mientras la sonrisa traviesa de Jimin aparecía delatandolo el doble.

── Me alegra que me conozcas tan bien, porque no te equivocas ──Afirmó. ── ¡Asi qué, Jin Hyung, vamos a necesitar doble ración de fresas en esos batidos!

Y sin más, Taehyung fue practicamente arrastrado por su mejor amigo hacía una de las mesas, seguidos por un divertido Yoongi.

Solo deseaba que su mal presentimiento no fuese cierto...

Gruñó.

Odiaba que su instinto de mejor amigo fuese tan bueno.

── No, ya dije que no, Jimin ──Frunció el ceño ya irritado, resoplando justo después, para luego cerrar de golpe la caja de terciopelo rojo que su mejor amigo no dejaba de admirar con devoción. ── ¡Y ya deja de mirarlo tanto, vas a desgastar el diamante! ──Bufó tomando la caja y lanzandola con cero sutileza hacía un rincón de la mesa, provocando que esta rebotara contra la pared y casi cayera al piso de no ser por los buenos reflejos de Yoongi, quién la atrapó de inmediato para guardarla en el bolsillo de su saco, con una mirada filosa puesta sobre el azabache.

── Espero que sepas cuantos órganos me costó ese anillo Taehyung, porque son los mismos que estuviste a punto de perder ──Comentó con tono sombrío, antes de beber de su jugo de mandarina con toda la calma, como si no hubiese acabado de amenazar de muerte a su indefenso amigo.

Taehyung tragó saliva y se encogió en su lugar con una mirada de disculpa, antes de regresar la vista a Jimin, quién lo veía con los brazos cruzados y una expresión enfurruñada.

── ¡¿Por qué no?! ──Chilló en un mini berrinche el rubio, con un puchero triste en sus pomposos labios.

── Porque me parece estúpido.

── Yo no diría eso si fuera tú ──Advirtió en un murmuro casi imperceptible, Yoongi.

── ¡¿Te parecen estúpidos los sentimientos de tu mejor amigo?! ──Lo miró indignado el mayor de ambos.

Taehyung suspiró en busca de paciencia divina.

── Mimi, no es eso... ──Intentó sonar un poco más amable. ── Es solo que, ya celebramos su compromiso, precisamente aquí, hace dos semanas, ¿Para qué hacerlo de nuevo?... Es una pérdida de tiempo.

Jimin resopló, negando, totalmente incrédulo de la poca empatía que ahora tenía su mejor amigo.

Era un insensible, y él estaba a punto de llorar por su causa.

Solo quería celebrar por lo alto y como se merecía, su compromiso con el amor de su vida, ¿Tan difícil era entender y apoyar ese deseo?.

Cuando Jin y Namjoon se sentaron en la mesa y notaron el semblante decepcionado del rubio, supieron que lo mejor era no opinar y dejar que los mejores amigos arreglaran sus asuntos.

Realmente ya los mayores conocían la razón de la citación de Jimin esa mañana, pues él ya les había comunicado a todos su deseo de celebrar como se debe su futuro matrimonio, y felizmente habían aceptado acompañarlo de nuevo y divertirse juntos como era habitual; El problema era que todos también eran conscientes que lo realmente difícil sería convencer a Taehyung de asistir, pues desde hace un tiempo hacía acá, el moreno parecía tener un nulo interés por cualquier tipo de reunión social que requiriera de su sola precencia.

En los últimos meses, los días de Taehyung giraban únicamente entorno a su carrera, a una vida monótona y aburrida y a un semblante de alguien quién había perdido todo rastro de felicidad y motivación alguna.

Los tres mayores se miraron en silencio, sólo dedicándose a tomar cada uno de su respectiva bebida, mientras los mejores amigos se miraban en medio de un ambiente bastante tenso.

── Es increíble que Hoseok esté más dispuesto a venir desde el otro lado del mundo, que tú que se supone que eres mi mejor amigo y estas aquí ──Reprochó Jimin verdaderamente dolido.

── ¿Hobi va a venir? ──Intervino sorprendido y emocionado Jin.

Jimin asintió con un mini sonrisa de entusiasmo por volver a ver a su otro querido amigo de infancia tras seís meses de ausencia.

── Dijo que consiguió unas pequeñas vacaciones de un mes y que justo estaría aquí para esa fecha ──Explicó con entusiasmo en su mirada. ── Porque él sí se alegra realmente por su amigo, ¡No como otros! ──Insinuó mirando con desdén al pelinegro.

Taehyung solo rodó los ojos por el dramatismo del más bajo y bebió de su batido con tranquilidad.

── ¡Qué bien, eso significa que si Taehyung-ah también acepta, estaremos todos juntos de nuevo! ──Comentó emocionado Namjoon con una sonrisa alegre que los demás no pudieron corresponder.

Menos aún cuando Yoongi con su habitual crudeza soltó:

── Casi todos...

Jin miró con reproche a Namjoon por su comentario, quién de inmediato se disculpó con una sonrisa apenada, mientras Jimin por su parte, codeó con fuerza a su pareja para que no pudiera continuar con su gran aporte a la conversación ──Notese el sarcasmo──.

La mirada de Taehyung pareció apagarse aún más y su semblante se ensombreció tras ese comentario.

── Lo importante es que estén quienes de verdad se alegran por nuestra felicidad, y quienes nos estan acompañando ahora en esta importante decisión ──El rubio entrelazó su mano con su pareja quién le sonrió con cariño y dejó un casto beso en su frente.

── Y créeme que yo lo hago mimi, me alegro por ustedes, pero aunque quisiera ir, tampoco puedo ──Intentó disculparse Taehyung. ── Se acerca el final de semestre y tengo muchos trabajos atrasados que tengo que entregar pronto si quiero graduarme ──Explicó.

── En vez de arte parece que estudiarás medicina. No respiras ni un puto segundo, hombre ──Comentó ya también irritado con su desplante, Yoongi.

── Búscate una mejor excusa ──Le reprochó Jimin molesto. ── Acaban de iniciar las vacaciones, las clases no empiezan hasta dentro de un mes así que puedes terminar tus trabajos cualquier otro día. Solo será un fin de semana sin estar metido en tus malditos libros, ¿Es tanto el sacrificio?

── Vamos Taehyung-ah, distraer la mente también te hace bien. Hay que saber balancear las cosas en la vida o será demasiado pesado luego ──Aconsejó sabiamente Namjoon.

Taehyung pareció pensarlo, con una mueca culpable.

── ¡Anímate Tae! Jimin tiene razón. Se trata de su matrimonio, merecen más que una fria pizza y unos amigos cansados como única celebración de tal acontecimiento, ¿No crees? ──Apoyó Jin.

Y era cierto, cuando Jimin y Yoongi les habían contado sobre la gran noticia, había sido un viernes en la noche tras un día agitado en sus respectivos y pesados turnos de trabajo y estudio; Cómo realmente querían celebrar la dicha de la pareja y se alegraban por su compromiso después de tantos altibajos en su relación, el grupo de amigos decidió esperar esa noche hasta la hora de cierre de la cafetería del mayor y reunirse allí en una de las mesas con una pizza recién horneada por Jin, algunos postres que sobraron del día y estando casi completos, al hacer una videollamada con uno de los amigos ausentes.

Al menos, el que sí había atendido a su llamado...

En el fondo sabía que todos tenían la razón. Estaba siendo un pésimo y egoísta mejor amigo.

── Vamos Tete, yo sé que no le harías ese desplante a tu único mejor amigo ──Pestañeó en su dirección con fingida inocencia y un puchero, Jimin.

Taehyung lo miró mal por esa cruel indirecta, pero sin embargo lo dejó pasar, para evitar alargar aún más la inútil discusión.

Suspiró con fuerza antes de asentir con un semblante totalmente derrotado.

── Está bien, ¿Qué más da?, ahí estaré... ──Dijo con una sutil pero sincera sonrisa.

Al lograr su objetivo, todos celebraron emocionados de poder volver a compartir tiempo juntos y divertirse en compañía de quienes tanto querían. Porque sí, ellos eran más que amigos, eran familia.

Jimin chilló emocionado y se abalanzó por encima de la mesa a abrazar a su mejor amigo.

── ¡Te amo, Tete!, ¡Eres el mejor amigo del mundo! ──Dijo en tono cariñoso abrazandolo con más fuerza. ── ¡Te prometo que no te vas a arrepentir!

── Si quieren le doy mi lugar en la boda también ──Gruñó Yoongi con fingida molestia y una sutil sonrisa, al ver la escena frente a él.

Todos rieron y Jimin por fín soltó a Taehyung.

── ¡Ya, celoso!.

── Yo también te quiero, mimi... ──Correspondió Taehyung a sus palabras con sinceridad. ── Y de verdad espero no arrepentirme de posponer mi fin de semana de procrastinación, eh ──Bromeó.

Jimin bufó dándole un leve y amistoso golpe en la frente, antes de regresar a su asiento con una sonrisa demasiado emocionada.

── No lo vas a hacer Taehyung-ssi, confía en tu soulmate...

El moreno decidió creer firmemente que aquella sonrisa sospechosa de su amigo era de puro y mero entusiasmo por su propia celebración y no porque tuviera algo raro entre manos como era constumbre suya.

O al menos, eso esperaba...

Días Después...

Giró la copa de vino entre sus manos con aburrimiento antes de darle un sorbo.

Se tuvo que recordar por quinta vez en la noche, que estaba allí únicamente por el inmenso amor que le tenía a sus amigos.

Y es que realmente Taehyung estaba haciendo un sacrificio al estar ahí. Sinceramente, en las dos horas de celebración que llevaban, no se había podido divertir ni un poco.

Todo gracias a qué absolutamente todo lo referente a una fiesta, le traían demasiados recuerdos agridulces, ya casi amargos.

Odiaba las mareadoras y chillonas luces neón, el bullicio y la música estridente lo agobiaban, al igual que el tumulto de gente hormonal y puberta sudando y frotándose como animales en celo a su alrededor; pero odiaba aún más el propio sitio en sí y esa sexta copa de alcohol en sus manos que le estaban dando paso libre a los tortuosos recuerdos.

¿Por qué Jimin justo había tenido que elegir ese preciso bar para la dichosa celebración?

Lo adoraba, de verdad, pero quería ahorcarlo demasiadas veces en los últimos días.

Resopló y apoyó su rostro en la palma de su mano con aburrimiento. Esperando pacientemente a que los chicos regresarán luego de salir a buscar al recién llegado Hoseok.

Sin poder evitarlo más, perdido en su propio mundo y con la vista fija sobre el fino mármol de la barra, en un punto sin retorno, la ola de recuerdos comenzó a invadirlo de repente en contra de todos sus deseos.

Esos mismos recuerdos que creyó que se habían ido junto a su... amigo, hace seís meses.

O esos que al parecer solo mantenía bien ocultos y bloqueados en lo más profundo de su mente y corazón, por su propio bien.

Hasta hoy...

Flashback...

Una semana antes de la partida de Jungkook:

─ ¡Eh, eh, no, alto ahí! Ya has bebido demasiado Jungkookie ──Lo regañó con suavidad quitandole con delicadeza el inumerable vaso de cerveza de la mano para dejarlo a un lado, ganándose un puchero molesto por parte de este.

Taehyung sonrió enternecido, admirando lo adorable y hermoso que se veía el castaño con los ojos brillantes, las mejillas sonrojadas por causa del alcohol y esos rojizos labios abultados en un puchero cuál niño pequeño, haciendo relucir más el metal sobre ellos.

Al parecer Jungkook no había sido el único que se habia excedido un poco con las copas...

── ¡Ya, déjame Hyung! ──Reprochó inconforme el menor. ── De verdad estoy muy emocionado por Hobi Hyung y quiero celebrar en su honor ──Se cruzó de brazos como niño enfurruñado.

── Lo sé, y yo también estoy contento por él, realmente se merece demasiado esa beca ──Dijo con una sonrisa sincera. ── Pero, eso no significa que nos tengamos que intoxicar para luego no poder despertar mañana y faltar a clases.

Y ninguno mentía. Realmente ellos y todo su grupo de amigos se habían alegrado demasiado cuando el pelirojo les había comunicado la gran noticia de que finalmente había conseguido su anhelada beca en una de las academias de baile más importantes de Nueva York. Bailar lo era todo para Hoseok y lo hacía de maravilla. Por eso, aunque ciertamente la noticia también los entristeció por la pronta partida del mayor, la felicidad, el orgullo y la emoción que sentían porque cumpliera por fín sus sueños, fue más grande que cualquier sentimiento negativo.

Así qué inmediatamente todos supieron la noticia, decidieron irse ese mismo fin de semana de celebración a un bar cercano y ya conocido, a pasar un rato ameno juntos y darle así su merecida despedida a su gran amigo.

Pero también era cierto que el alcohol y Jungkook no eran muy buenos amigos, pues aunque el menor disfrutaba demasiado beberlo, casi siempre terminaba en pésimo estado con demasiada rapidez.

Justo como estaba cerca de terminar...

── Eres demasiado responsable, a veces no me gusta eso, Taehyungnie ──Se volvió a quejar con su mismo semblante de niño haciendo rabieta.

Taehyung solo rió y negó, retirando con cariño un mechón rebelde que cubría sus ojos para ponerlo tras su oreja.

── Solo cumplo con mi papel de mayor responsable ──Defendió. ── Y también, estoy pensando en tu bienestar mañana, Kook, en que tenemos clase muy temprano y en que tú tienes un parcial por si no lo recuerdas.

Jungkook se quejó por lo bajo y se arrecostó en el hombro del mayor con semblante agobiado por el repentino y estresante recordatorio que intentaba borrar de su mente, posando por reflejo su mano en el muslo de este con palmaditas juguetonas.

Ante ese gesto, el pelinegro se tensó, tragando saliva con fuerza.

Si era del todo sincero, Taehyung también pensaba en parte en su propio bienestar, pues bien sabía que el alcohol también provocaba que el menor se volviera mucho más... cariñoso y mimado que de costumbre.

Y no había que olvidar también que él solo era un simple y débil mortal más...

── ¿N-No quieres mejor ir a bailar un rato con los chicos? Antes de irnos ──Propuso algo tenso, viendo hacia la pista dónde Jimin y Yoongi se besaban en medio de un baile lento para nada acorde con la estridente música electrónica, y Jin, quién sorprendentemente se reía de los graciosos pasos de su nuevo empleado, Namjoon, que intentaba copiar los profesionales de Hoseok entre risas escandalosas.

Jungkook negó en un gruñido suave, apegándose más a él.

── Ya me duelen los pies por las botas ──Movió uno de los aludidos con pereza para enfatizar sus palabras. ── Además, me gusta más estar aquí, contigo ──Sonrió totalmente sincero y cómodo.

Taehyung imitó de inmediato el gesto, y posó su mano sobre la del menor.

── A mi también me gusta estar asi contigo, Kookie... ──Murmuró por lo bajo, jugueteando con los grandes anillos de este, mientras el contrario sonreía complacido y tarareaba alegre al ritmo de la música a su alrededor.

Me gusta tanto como creo que lo haces tú...

Ese pensamiento hizo eco en la mente del mayor, más sin embargo no se atrevió a confesarlo aún en voz alta.

No tuvo mucho tiempo para perderse en sus propios sentimientos cuando sintió un cálido suspiro chocar contra su cuello, estremeciendolo por completo.

── Mmh... adoro tanto como hueles, Taehyungnie, ¿Te lo he dicho? ──Susurró deleitado, inhalando su aroma, rozando a propósito con cada palabra, sus labios contra la piel sensible y acaramelada del contrario.

Dios...

No es buen momento para pruebas...

Todos los sentidos de Taehyung se alertaron de inmediato. El corazón retumbando sin cesar, las manos sudorosas y la respiración agitada no se hicieron esperar.

Sabía que solo era el alcohol actuando por Jungkook, pero era difícil controlar sus emociones y mantener su papel de mayor sensato y conciente, cuando hacía o decía ese tipo de cosas.

No supó que responder y tampoco tuvo tiempo ni el valor suficiente para hacerlo, no cuando la mano traviesa del castaño comenzó a acender por su pierna con suaves apretones que atascaron por completo su respiración y despertaron el ya conocido cosquilleo en su abdomen bajo.

Totalmente tenso, el pelinegro decidió que su garganta, demasiado seca por esos actos descarados del menor, necesitaba liquido para poder seguir afrontando tal situación, por lo qué estiró su mano y tomó el primer vaso a su alcance llevándolo a sus labios sin mucho reparo.

Tras un largo trago una mueca de disgusto se formó en su rostro al notar el sabor amargo que tanto detestaba de la cerveza, inundar su boca. Al alejar el vaso, se percató de su error. Por causa de sus nervios, había tomado por accidente del vaso del menor en vez de su copa de vino.

Jungkook rió por el tierno percance y se alejó un poco para permitirle al mayor respirar con un poco más de calma.

Cosa que no logró, porque Taehyung seguía tenso, levemente agitado y hasta sonrojado.

El mayor agradecía que las luces del lugar fueran lo suficientemente bajas como para que ese detalle pasará desapercibido. Ya suficiente tenía con la torpeza que el otro le provocaba últimamente.

Resopló para si mismo.

Se estaba comportando como un ridículo adolescente frente a su Crush, y eso lo avergonzaba demasiado.

Jungkook en los últimos días solo parecía querer alterarlo con cada palabra, mirada o con esas poco disimuladas, descaradas y benditas caricias que le regalaba constantemente cuando estaban solos. Y lo peor es que el jovensito parecía disfrutarlo y divertirse demasiado con sus reacciones, y eso al mayor lo estaba empujando directo al borde de la locura.

Cuando Jungkook intentó decir una palabra más, Taehyung se puso de pie de repente, alejándose de él con demasiado afán, el cuál lo confundió de inmediato.

── V-Voy al baño, ya regreso... por si los chicos preguntan ──Dijo con tono tosco, sin atreverse a mirarlo, y alejándose con rápidez.

Un puchero volvió a adueñarse de los labios de Jungkook, al igual que la confusión y tristeza de su mente. Tomó de nuevo su vaso de cerveza y se lo bebió de un trago con un semblante molesto y abrumado.

Los pensamientos en su cabeza se estaban amontonando y mezclando con su ebriedad y eso no era para nada buena señal.

Se estaba volviendo loco...

Y gracias al mismo alcohol, solo podría deducir que se avecinaban o muy malas, o solo tal vez, muy buenas decisiones esa noche...

No estaba seguro de absolutamente nada, pero es que por primera vez, solo deseaba escuchar únicamente a su corazón.

Y eso hizo.

Por eso, no lo pensó dos veces para atreverse a levantarse de la mesa y seguir los pasos de su amigo.


Taehyung cerró la llave, apoyó sus manos en el frío mármol del lavamanos y miró su expresión agobiada reflejarse en el inmenso espejo.

Las cosas con su mejor amigo cada vez lo confundían más.

En parte, realmente deseaba en el fondo que ese sentimiento extraño e inusual fuera algo mutuo y recíproco, pero por otro lado, también era conciente que había mucho en juego y aún más dudas de las que quisiera en su relación con Jungkook.

Y si se asinceraba consigo mismo por una vez, era conciente de la infinidad de veces qué deseó caer en los encantos de Jeon Jungkook sin pensar en ninguna consecuencia futura, tan solo arriesgandolo todo en una noche y cumpliendo sus más profundos y carnales deseos. Dejando de estar sumergido en ese remolino de sentimientos en el que vivía constantemente, y en cambio, disfrutar únicamente de estar entre las sábanas de la cama del menor, con él entre sus brazos y gimiendo su nombre como muchas veces secretamente lo imaginó en sus más oscuros sueños.

Sin embargo y para su desgracia, esa parte mayoritaria de su ser que siempre era la más racional, sensata y consciente, le recordaba también constantemente las miles de probabilidades que derivaban de tomar una decisión impulsiva; cómo ese incesante miedo al rechazo, el posible arrepentimiento que podría haber por parte de alguno si las cosas llegaban a escalar a otro nivel, o que simplemente fuese algo pasajero, momentáneo, producto del alcohol o el deseo sexual y qué después la magia entre ambos se perdiera.

O incluso aún más fatal: que algo saliera mal y su amistad se terminara arruinando por completo...

Él no quería eso, no quería cagarla de ese modo, y desgraciadamente sabía que era lo más probable que sucedería.

No podía perder a Jungkook, de ninguna manera.

No cuando ese chiquillo precioso y divertido lo era todo para él, incluso siendo solo amigos.

Con frustración mordisqueó su labio inferior durante unos segundos y resopló irritado hacía su propio reflejo. Tras unos segundos, sacudió su cabeza obligandose a salir de sus pensamientos y con semblante pensativo salió con paso tácito y calmado del baño.

Al llegar al pasillo, no esperó llevarse la sorpresa de que Jungkook estuviese allí esperando por él.

Otra vez, su descontrolado corazón se aceleró.

El castaño se encontraba hermosamente perdido en sus pensamientos, con la vista fija en sus gigantes botas, mientras jugaba de manera ansiosa con sus anillos, pero fue cuestión de segundos para que captará su precencia y levantará la mirada.

Taehyung se acercó con una expresión impasible, y solo bastó estar a unos pocos metros del más jóven para que este inmediatamente hablará de forma agitada, tomándolo por total sorpresa:

── ¿Hyung, dime que tú también lo sientes, cierto?

El azabache tragó saliva con fuerza y desvío la mirada consternado.

── ¿Como?, ¿A q-que te refieres exactamente, K-Kook?

Jungkook resopló y se acercó unos pasos más, aprovechando la gran ventaja de compartir la misma estatura, logrando así estar a pocos centímetros del rostro del mayor.

── A esto... ──Susurró como un íntimo secreto mutuo. ── A la tensión, las miradas, los sonrojos, a lo que sucede cuando estamos juntos, a la electricidad que nos rodea cuando nos tocamos... a todo eso y a más me refiero, Tae.

El aludido no dijo nada, retuvo la respiración durante unos segundos que parecieron una eternidad para ambos, y luego de una lucha interna, simplemente asintió en medio de un largo suspiro, mordiéndose los labios y deseando poder despegar los ojos de los ajenos por su propio bien.

── Lo hago, Kook... Dios, claro que lo hago, joder ──Murmuró frustrado cerrando sus ojos.

La inmensa sonrisa de emoción no se hizo esperar por parte del nívea, fijando también por instinto su mirada en los acorazonados belfos contrarios, percibiendo también como la respiración repentinamente agitada y densa de ambos comenzaba a entremezclarse gracias a la cercanía.

── Entonces... ¿Somos conscientes de lo que está pasando, no, Taehyungnie? ──Mordió sus labios sintiendo su propio corazón retumbar incluso por encima del bullicio del lugar.

Taehyung asintió algo disperso, abriendo sus ojos para observar los brillantes y preciosos contrarios, llevando por impulso su pulgar hacia los labios del menor para obligarlo a dejar de morderlos con tanta intensidad y aprovechar para acariciar el inferior de manera superficial.

── Si, Jungkook, lo estoy...──Murmuró con voz grave y la respiración agitada por esa repentina electricidad que sentía que los rodeaba, justamente como había mencionado hace instantes el menor. ── Pero eso no quita que esté mal...

La expresión del castaño cambió por completo a una confusa y decepcionada.

── ¿Por qué? ──Casi que gimió en tono quejumbroso y molesto.

El mayor suspiró con demasiada fuerza.

── Porque somos amigos hace más de quince años, te conozco desde pequeños y... mierda, Kook ──Alejó su mano para esconderlas dentro de los bolsillos de su pantalón, en una busqueda desesperada por calmar sus impulsos; ── Los amigos no se dicen las cosas que nos decimos, no hacen las cosas que hacemos, y mucho menos... desean hacer lo que te quiero hacer ──Susurró la última frase con una voz profunda que estremeció el cuerpo del contrario, sacándole un jadeo.

Ahora los dos sentían esa electricidad, ese brillo resaltando en la oscuridad de los ojos del otro, sus latidos casi sincronizados, totalmente desordenados, y unos cuerpos cosquilleantes por un millón de sensaciones mutuas y arrasadoras.

── ¿Y por qué no? ──Murmuró de nuevo frustrado el menor, acercándose un poco más.

Taehyung sonrió levemente y negó ante el tono de decepción del contrario. Dió un paso haciendo retroceder a este de igual forma hasta que terminó acorralandolo en la esquina de ese estrecho, oscuro y solitario pasillo.

── Porqué eso solo haría que no fuéramos solo amigos, Jungkook...

El menor mordió de nuevo sus labios y aferró por instinto y pura ansiedad sus manos a las solapas de la chaqueta de cuero del pelinegro.

── Entonces... Debo decirte que ya no quiero ser más tu amigo, Taehyung ──Susurró agitado cuando sus labios se rozaron gracias a los pocos milímetros que los separaban.

Ambos se miraron fijamente durante unos eternos segundos entre respiraciónes agitadas y pensamientos ruidosos, hasta que con un gruñido desesperado, el mayor fue quién se rindió primero ante su lucha interna, y tomó con firmeza de la nuca al castaño para probar por fin esos rojizos y provocativos labios que tan loco lo estaban volviendo hace tiempo.

Jungkook gimió de gusto, sonriendo en medio del encuentro y correspondiendo de inmediato al ritmo ansioso y desesperado que estaba marcando el moreno.

Con una leve y sensual mordida, Taehyung gruñó y fue el primero en introducir su lengua en la boca ajena con una dominancia que casi derritió al otro. En poco tiempo comenzaron una guerra lenta por el control del beso saboreando la mezcla exquisita que se formaba en sus bocas del dulzor del vino con la amargura de la cerveza.

Si era de los labios de Jungkook, Taehyung podría volverse adicto a ese sabor.

Mientras las manos del mayor se anclaban a las estrechas caderas del pálido, las de este rodeaban con posesividad su cuello, ambos sumergiéndose por completo en aquel placentero momento.

El azabache mordió y jugueteó cuanto quizo con el aro de metal en los labios del otro, en medio de las caricias sutiles que las yemas de sus dedos dejaban en el tramo de piel expuesta de las caderas contrarias, cuando su pequeña camisa se subió un poco dándole paso libre a sus manos. Ambos gimieron en unísono cuando sus cuerpos se acercaron y rozaron con desespero en busca de más contacto.

Para su suerte ──O desgracia──, antes de que las cosas subieran aún más de nivel, alguien interrumpió su momento, reventando de inmediato su burbuja.

── Chicos, vamos a...──Jimin se quedó perplejo durante unos segundos al ver la escena frente a él.

Los menores por su parte, se separaron casi en un salto, girandose de inmediato a verlo con las mejillas y labios rojos y las respiraciónes agitadas.

La sorpresa del rubio fue mínima pues en cuestión de segundos su expresión pasó a una de alegría y picardía pura, orgulloso de que ese momento llegara por fín y tan pronto como siempre lo presintió.

Era tan obvio, esos dos no podían ser solo amigos...

── L-Lo siento por interrumpir, los chicos quieren hacer un brindis por Hobi y por eso vine a buscarlos ──Explicó tranquilo, intentando disimular su sonrisa de emoción. ── Los esperamos en la mesa. No se preocupen, luego pueden continuar en lo que estaban, solo limpiense bien la baba, eh ──Bromeó entre risitas maliciosas y un guiño antes de volver a desaparecer entre la pista repleta de gente.

Ambos se miraron culpables y avergonzados, aún con un remolino de sentimientos en su interior.

── En-tonces... ──Balbuceó en voz baja Jungkook, después de unos segundos de aterrador silencio. ── ¿Aún somos amigos? ──Susurró complice entre el ansia, la emoción y el temor.

Taehyung tragó saliva y lo miró dubitativo por un momento, pero con una sonrisa en sus labios.

── S-Si, lo somos... ──Ante la mirada confusa y el ceño fruncido del otro, tuvo que aclarar:── Pero, solo por ahora.

Sonrieron cómplices y alegres, pues sabían que algo en su relación había cambiado, conscientes también de qué aún había mucho por hablar y aclarar, pero hacerlo con el alcohol en sus cuerpos no era lo más sensato ni adecuado.

El azabache relamió sus hinchados labios y suspiró con fuerza.

── Vamos, los chicos nos esperan, Kook... ──Dijo de forma distraída mientras con su pulgar limpiaba la comisura de los labios ajenos, viendo orgulloso como este sonreía y asentía a su pedido, totalmente embobado.

Era seguro: ya no había vuelta atrás para el cambio de su relación...

Fin del flashback.

Resopló, restregandose su rostro con frustración y molestia propia, por permitirse recordar aquello.

Y más aún por qué desgraciadamente sabía que esa noche cometió los peores errores de su vida:

El primero había sido no haber aceptado la invitación de Jungkook a su habitación esa misma noche, o incluso no haberlo invitado a la propia tal y como estuvo a punto de hacer minutos después de mandarlo a dormir como todo un cobarde; Todo para que al siguiente día los dos fingieran no recordar nada, cuando claramente no era así.

Los dos eran conscientes de lo que habia sucedido, pero como un par de niños asustados, también los dos hicieron como que nada había pasado, que nunca se habían besado u dicho todo aquello y qué, sí, ellos seguían siendo solo amigos.

Y el segundo error, había sido creer que sus peores miedos no eran reales. Por qué claramente, ahora podía confirmar que sí, lo suyo con Jungkook había sido algo netamente momentáneo, producto del alcohol y algo carnal como en el fondo temía. Nada real, o estúpidamente cursi y profundo como ilusamente creyó que podía llegar a ser.

Ellos solo eran amigos, y así debió ser siempre.

Más aún cuando una semana después, el castaño se fue, dejando un corazón roto y una promesa que a las pocas semanas rompió también cruelmente.

Se había olvidado de él.

De un solo tragó se bebió lo que quedaba en la copa y contuvo las lágrimas que se acumularon en sus ojos.

Se perdió nuevamente en sus grises y amargos pensamientos por un rato, hasta qué escuchó a lo lejos las voces emocionadas de sus amigos acercarse entre conversaciones alegres y risas ruidosas.

── ¡Taehyungnie, mira la gran sorpresa que nos trajo Hobi! ──Escuchó exclamar a Jimin con entusiasmo, antes de verlo frente a él con una sonrisa de lado a lado.

Confundido se giró en su sitio para ver a qué se refería su amigo, hasta que lo vió...

── ¡Sorpresa! ──Exclamó Hoseok alegre abrazando a alguien a su costado.

Cabellos castaños y ondulados, ojos saltones, tan oscuros como brillantes, y labios rojizos como una tentadora cereza, resguardando una tierna y preciosa sonrisa.

Parado frente a él, con una expresión timida y avergonzada, se encontraba nada más y nada menos que: Jeon Jungkook.

Taehyung parpadeó varias veces y sacudió un poco su cabeza intentando que así esas extrañas alucinaciones y sueños que últimamente lo perseguían, se desaparecieran y dejaran de jugar con su mente.

Ante ese acto, Jimin sonrió y se acercó a él abrazandolo por los hombros para después susurrarle:

── No tonto, no estas soñando, ni tampoco estás tan borracho o loco. ──Se burló con cariño. ── Él está aquí, regresó.

── H-Hola, Taehyungnie ──Saludó el susodicho en un murmuro que sonó totalmente avergonzado.

Y al escucharlo después de tanto tiempo, verlo ahí frente a él y con sus amigos a su alrededor igual de contentos confirmandole su precencia, supó que efectivamente no se trataba de otro sueño o ilusión...

Jungkook realmente había regresado.

Y no sabía como sentirse al respecto...

>> 💗 To (Be) Continue...

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∿ᨘ ⊹ . ▹ VanTTGirl 💗🧸

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