Sección: 27
Personajes: Izuku y Ochako

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O

chako cuando nació, su madre la abandonó en un orfanato, hasta los 4 años vivió pensando que era una humana común y corriente, pero un día accidentalmente se transformó en un pequeño zorro, todos los niños gritaban como locos, lo cual la asustó haciendo que ella corriese sin rumbo.

Asustada y perdida en la enorme ciudad, no sabía qué hacer, había vuelto a ser una niña, pero eso daba lo mismo, estaba perdida y tenía miedo de acercarse a la gente.

Los días se convirtieron en semanas, y las semanas en meses... la pobre Ochako había perdido todas las esperanzas de volver al orfanato.

Un día chocó con una mujer atractiva de unos llamativos ojos color rosado, ésta le daba una cálida sonrisa, -Disculpe señorita- dijo Ochako asustada por la respuesta que ésta podía darle.

La mujer se le acercó y le dio la mano, y por arte de magia aparecieron en una sala de estar.

En la sala de estar había un hombre parado que no dejaba de observarla, éste era muy parecido a ella, en especial sus ojos color caramelo, algo en ella le hiso llorar, el señor desconocido se acercó a Ochako y la levantó.

-Mucho gusto Ochako, soy tu papá y te prometo que no volverás a estar sola- Dijo dándole una enorme sonrisa, Ochako simplente le dio un fuerte abrazo y comenzó a llorar.

Su padre era  un Kitsune llamado Haru Uraraka, el cual tenía más de 1300 años y  resultaba ser dueño de una cadena de hoteles, un día decidió tomar vacaciones en las montañas más nevadas del hermoso Imperio en el que habitaba, éste en la excursión decidió irse por un camino prohibido, lo cual para su desgracia dio como resultado que se perdiese. Justo cuando pensó que iba a morir apareció una Yukionna, ella tenía la intención de congelarlo hasta la muerte, pero algo en él le atrajo, por lo tanto, decidió salvarlo. Ésta lo llevó a su morada, ambos charlaron y se divirtieron, y de un momento a otro se comenzaron a besar, para finalmente, ustedes ya saben que... Después de ese día nunca más la volvió a ver.

Haru se enteró de Ochako hace unos meses en un sueño, por lo tanto, le pidió a su amiga Sakura que la buscase, y después de varios meses la había logrado encontrar.

12 años después

Ochako ya con 16 años, de la noche a la mañana su padre decidió como siempre hacer algo extraño, comprar una casa en un bosque, suena bonito vivir en el bosque, a Ochako le agradaba la idea, hasta que le dijo que era en un Reino que se encontraba en tierras lejanas. Lo peor de la situación fue enterarse que en ese lugar había otro tipo de criaturas mágicas... Elfos, Hadas, Licántropos, Vampiros, entre otras. Los nombres eran raros...

Cuando llegaron al nuevo Reino, Ochako se enteró de que su hogar había sido destruido por culpa de los humanos, su padre le contó que había soñado con una atroz guerra se desataría, y como siempre los sueños de su padre acertó. Lo divertido fue que su padre compró la casa al azar, por lo tanto, ni siquiera sabía cómo era.

Cuando llegaron al bosque se sintieron observados, hace mucho tiempo algo los seguían, pero trataban de ignorarlo, hasta que escucharon un gruñido, ambos se transformaron en zorros y comenzaron a correr, ellos querían pelear, pero no conocían el bosque.

Los días pasaron y se enteraron que el bosque era territorio de una manada de lobos, malditos perros pulgosos, pensaba Ochako, por culpa de ellos su vida en el bosque no sería jamás tranquila y también estaba furiosa con su padre, él había decidido inscribirla en una escuela...

Ochako jamás olvidaría su primer día de clases, todos babeaban cuando la veían, los más divertidos eran los humanos, ellos estaban hipnotizados, incluyendo el profesor... le daba pena, pero ella jamás estaría con ninguno de ellos.

-Alumnos, hoy tenemos a una nueva alumna en colegio- Dijo el profesor mirando fijamente a Ochako, esperando a que ésta se presentase.

-Mucho gusto, mi nombre es Ochako Uraraka- Dijo sonriendo coqueta.

Un compañero levantó la mano y dijo -¿Qué criatura mágica eres? Te veo y sé que eres una, pero no se cual-.

Ochako les sonrió y dijo –Soy un Kitsune-

Todos la quedaron mirando extrañados, no tenían idea que era ella, Ochako cerró los ojos e hiso que le crecieran orejas y nueve colas, similares a las de un zorro.

-Soy un tipo de espíritu protector de los bosques- Dijo sonriéndole a todos.

-Es muy sexy- Dijo un compañero en voz baja a otro compañero.

-Monoma, cállate a menos que quieras morir- Dijo una voz masculina, buscó a quién dijo eso y se topó con unos hermosos ojos verde esmeralda, los cuales deseó tenerlos más cerca para verlos mejor... algo en ella se activó, ella sintió que lo conocía desde hace siglos... siglos eso era la cantidad de tiempo que deseaba estar con él... él era suyo, era su preciada alma gemela, la cual jamás soltaría.

El muchacho llamado Monoma se asustó y dijo asustado –Entendido Izuku, no diré nada más sobre ella-.

Izuku, un muy bello nombre, pensó Ochako mientras le sonreía como tonta.

Cuando terminaron las clases, ella fue directo a conocerlo tenía que ver esos ojos esmeralda de cerca.

-Hola- Dijo animada.

Izuku la observó serio y dijo –Hola Ochako-

Ese hola fue tan frío como la nieve, ¿Acaso no estaba feliz?

-Izuku me preguntaba si podrías enseñarme la escuela- Dijo sonriéndole.

Izuku la observó y la analizó de pies a cabeza... -¿Por qué me miras así?-

-Lo hago para saber qué tipo de persona eres...- Dijo serio.

-Vete a la mierda, ¿Quién te crees para hacerme un juicio previo?- Dijo Ochako enojada.

Izuku le sonrió mientras ella se largaba de la sala.

-Se marchó antes de decirle que la acompañaría- Dijo en voz baja para si mismo, -Así que me tocó una bella Kitsune...- Dijo divertido.

Luego miró la ventana y susurró -¿Qué pensará de mi cuando se entere quien es el verdadero Izuku Midoriya?-.

Fin