Extra: dreaming of you.
Esta es la sexta semana de Taehyung en un nuevo mundo para él. Pese al poco tiempo, ha logrado adaptarse de manera exitosa. Al menos eso quiere creer: él se ha esforzado. Ya sabe cruzar una calle por su cuenta, tuvo la experiencia por primera vez hace una semana. Aunque Seokjin se había encargado de enseñarle la teoría en casa, existía una diferencia notoria al realizar la práctica. Fue bueno que Hoseok siempre estuviera ahí para él, siendo paciente. Al inicio los autos, y el sonido del claxon de algunos, le habían puesto nervioso al punto de asustarlo; ahora podía caminar con más calma por los alrededores. Había aprendido muchas cosas, ¡leer y escribir ya era fácil para él! Pequeños pasos que le emocionan. Hoseok le dijo que tiene una letra muy bonita. Se sorprendió por su rapidez para aprender, pero le hizo entender al decirle que los tritones tenían esa habilidad.
A veces Hoseok podía ser un poco paranoico. Taehyung no le culpa: sabe que la gente en este mundo puede llegar a ser muy diferente a la del suyo. Las costumbres, las palabras, incluso los gestos. Taehyung está maravillado, pero a la vez es cuidadoso con ello. O lo intenta. Hoseok sigue diciéndole que es un poco ingenuo. Esa palabra...
—Oh, hola, Tae... ¿Hoseok está? —Jungkook le saluda, una sonrisa muy agradable ante sus ojos. Jungkook es agradable. Jungkook le agrada.
—Uhm, salió a hacer unas compras —responde con calma. Un poco de timidez le embarga. Aún le costaba interactuar con diversas personas. Además Jungkook podía ser... excelentemente bueno en muchas cosas. Eso hacía que le admirara al punto de intimidarse un poco a su alrededor.
—Oh. —Es lo único que formula. Avanza cuando Taehyung se hace a un lado para dejarle pasar—. Seguro los materiales para el proyecto.
—¡Sí! Eso dijo —concuerda, entonces intenta hacer memoria—. Llega en una hora. Pasaron diez minutos, así que ahora son cincuenta minutos —concluye, sintiéndose orgulloso por la facilidad con la que pudo decirlo.
Jungkook ríe cortamente, Taehyung le observa y sonríe en respuesta. El buen humor puede ser contagioso.
—Eres interesante, Tae... —dice, mirándole curioso—. ¿Y qué hay de tu pequeño pueblo?, ¿alguna vez piensas volver al sin nombre?
Taehyung sonríe tímido, por dentro se siente ligeramente culpable. Sabe que a Jungkook le gustaría saber de él, pero no puede decirle más que su nombre. Es lo mejor y, de hecho, lo único que tiene permitido. Así que simplemente tuvo que decir que venía de un pueblo pequeño, casi olvidado. La historia se basaba en que conoció a Hoseok cuando intentaba comprar una bebida de la cual había olvidado el nombre. Una historia peculiar que seguía siendo más creíble que la verdadera.
—No puedo volver, no tengo un lugar ahí.
—Tus padres, eso dijo Hoseok. —Jungkook continúa, su cabeza inclinada apenas hacia un lado—. No tienes una familia allá.
—No... —responde apenado. Imaginar una historia así es triste. Además, realmente no le gusta mentirle a Jungkook.
—Bueno, no más preguntas para ti.
Taehyung realmente agradece que el chico enfrente de él sea tan comprensivo.
—Yo... quería pedirte un favor. —Comienza, obteniendo entera atención del pelirrojo—. ¿Me ayudarías a preparar un buen desayuno para Hoseok?
Jungkook parpadea desconcertado, entonces sonríe casi resplandeciente antes de decir—: Por supuesto, manos a la obra.
Cuando ambos llevan un delantal puesto, encienden la hornilla. Más tarde el característico sonido de la olla y el cucharón chocando se hace presente. Jungkook lleva una curiosa coleta mientras observa con suma concentración el contenido de la pequeña olla. Taehyung intenta seguirle el paso, prestando atención a cada movimiento contrario.
—Y así es como preparas avena. Es simple, ¿no crees? —pregunta, Taehyung asiente a lo que dice—. Ahora ya sabes que es una taza de avena por cada dos de agua. Eso es para dos personas. Ahora yo estoy agregando más porque somos tres, pero tienes la idea si es que quieres hacerlo por tu cuenta, para ti y Hoseok.
Taehyung sonríe, asintiendo de nuevo. Jungkook le devuelve el gesto, sintiéndose enternecido. Él no es tan bueno en la cocina, realmente; pero al parecer Taehyung está muy convencido de que es el mejor en esto. Se pregunta qué tanto no sabe Taehyung. El muchacho es interesante, a veces su sorpresa es grande cuando le ve ilusionado por cosas simples. La vez pasada le había visto saltando de la felicidad mientras pegaba fotos instantáneas en un espacio establecido. Peculiar.
Un momento después, Hoseok está ingresando al departamento. Hay un dulce aroma en el lugar, frunce ligeramente el ceño mientras piensa en ello. Se detiene en el inicio de su cocina y se apoya en el muro de la entrada a esta. Toma un corto tiempo para mirar a Taehyung y Jungkook divirtiéndose con lo que sea que haya en la olla. Puede decir que este momento, exactamente, es para ser apreciado. Es del tipo que te hace pensar: "sería bueno tomar una foto ahora mismo". Pero antes de que pueda hacer algo como eso, Taehyung está abalanzándose sobre él. No hace más que reír con cariño.
—Parece que alguien te extrañó. —Escucha la voz de su amigo, risueño, una sonrisa divertida en su rostro—. ¿Trajiste los materiales?
—Sí, los he dejado afuera. Ve a verificar si todo es correcto, tú eres el perfeccionista —responde, Taehyung aún se abraza a él.
Jungkook ríe fuerte, menea ligeramente la cabeza y finalmente dice—: Tae, por favor encárgate del resto. Solo apaga la cocina en dos minutos, ¿sí?
Taehyung se separa de Hoseok, sintiéndose un poco atormentado por su reciente comportamiento. Puede decir que su rostro quema, así que, sin pensarlo mucho, asiente más de una vez. Observa curioso a Jungkook, que desata el nudo del delantal que lleva puesto para quitárselo. Entonces se queda a solas en la cocina.
—Sabes, Taehyung sigue sorprendiéndome —comenta una vez que está en el living del departamento. Hoseok ríe bajo—. Hablo en serio, él es...
—Peculiar. —Completa, sacando de las bolsas algunos tubos que encontró por suerte—. Lo has dicho muchas veces.
—Sí. Me agrada mucho, pero a menudo siento que no le comprendo por completo —continúa, pensativo—. Probablemente es porque es de otro lugar, ¿no? Deben ser las diferencias de costumbres. Ahora, ¿no me dirás la verdad?
—Ya te la he dicho... —Hoseok dice, no esquivará el tema—. Sé que fue repentino que de pronto te dijera que me enamoré y que traería a esa persona a vivir conmigo. No debí ocultártelo hasta ese momento. —Oye reír a su amigo. Le mira confundido por unos segundos, pero Jungkook sigue luciendo divertido.
—No me molesta nada de eso. —Es la verdad, incluso cuando tuvo que buscar un nuevo departamento—. Yo solo tengo curiosidad, tonto. Me pregunto cómo conociste a ese chico tan... brillante. Y no me digas de nuevo lo de la bebida, sé que no es verdad. Él ni siquiera conoce Starbucks. Si querían mentir sobre ello, debieron practicarlo bien.
Hoseok detiene su búsqueda de la pequeña caja de alfileres y mira seriamente a su amigo. Piensa por un momento y termina suspirando.
—¿Me creerías si te digo que lo conocí en el mar y él es un tritón? —Decide preguntar. Por supuesto. Jungkook no estaba preparado para tal cuestión; es así como queda pasmado por unos segundos.
Una risa escandalosa resuena en el acogedor departamento, la brisa ingresa por la ventana, Jungkook lleva una coletita y una mano sobre su estómago mientras carcajea e intenta tomar aire. Su nariz está ligeramente enrojecida y, ahora, sus mejillas también.
—Bien, si no querías decirme la verdad, me lo hubieras aclarado. No tenías que inventar eso. —Otra risa—. Hoseok, eres tan gracioso.
Hoseok ríe despacio y se encoge de hombros. Él acababa de decir la verdad, inesperadamente. Aunque Jungkook no le ha creído, se siente sin peso extra luego de haber revelado eso. Ve a Taehyung asomándose por la entrada del apartado en donde están. Ve esos ojos azules, brillando expectantes. Sonríe al recordar que hay un desayuno hogareño esperándole.
A Taehyung le gusta caminar por las calles cuando el sol es tímido. Las nubes forman un lindo camino en el cielo y los autos se ven como borrones cuando pasan a toda velocidad. Esta es la primera vez que ha salido por su cuenta. No le ha avisado a Hoseok, pero supone que esto está bien. Dejó una notita sobre el tablero al lado del frigorífico, ¡su letra lucía linda!
No es como si le gustara desobedecer las indicaciones, no solo de Hoseok, sino de su familia. Él realmente ama pasar tiempo en el departamento, pero esta vez era necesario que saliera. Además, se encontraría con Jungkook en una calle cercana. No había gran problema: ahora que sabe tomar el autobús, el riesgo es poco. Necesitaba comprarle un regalo a Hoseok y tomaría este camino, aunque no sea el más recomendable. Esperaba que todo saliera bien, había estado pensando en comprar un nuevo parlante para su novio. Habían visto uno cuando paseaban por una fila de tiendas.
Subir al autobús es una de las cosas más asombrosas. A Taehyung le divierte estar aquí y mirar el paisaje por las ventanas. Siempre se apega a los bordes del transporte para lograr su cometido. Ha repetido en su mente muchas veces el paradero en el que debe bajar. Está intentando lucir calmado, pero no es precisamente como se siente. Tal vez hubiera sido mejor decirle a Jungkook que le recoja en casa, es solo que no quería causarle molestias. Sabe que Jungkook hubiera ido por él sin problema, aun con ello, prefiere no darle más trabajo del que ya ha de tener.
Puede ver a las personas en el autobús, concentradas en sus propios asuntos. Así oyó alguna vez, aunque Taehyung solo les ve sentados o de pie. Algunos tienen la mirada perdida, en la esquina hay una mujer que lleva audífonos muy grandes. Por un momento Taehyung quiere preguntar si es que el paradero en el que bajará está cerca, pero no quiere 'interrumpir' a nadie. Cuando ha bajado del auto, se pregunta si hizo bien en hacerlo como si realmente conociera el lugar. Tal vez sí debió preguntar. Él sabe que este es el lugar, entonces... Lee los carteles, personas se movilizan por las calles con toda confianza. Él no está seguro de dónde está.
Se queda de pie al lado del paradero, Jungkook llegará en cualquier momento. Sí, llegará. Ellos decidieron encontrarse aquí, solo debe esperar. Pero a medida que los minutos pasan, Taehyung empieza a inquietarse. ¿Tal vez se equivocó de lugar? No, memorizó bien el nombre. Se pregunta si debería moverse. No lo hace, prefiere quedarse aquí, pues Hoseok alguna vez le dijo que eso sería lo mejor si es que llegara a extraviarse. Él no está extraviado, no...
Aún en la universidad, Jungkook se encarga de enviarle repetidos mensajes a Hoseok. "Responde, hyung". Después de media hora, a quien tanto busca, al fin lee sus mensajes. Una llamada es lo que llega.
—¿Por qué no me lo dijiste antes? —Es lo primero que pregunta Hoseok, suena preocupado.
—¿Creí que Taehyung te lo había dicho? Incluso creí que tú le acompañarías al paradero... Espera, ¿no estás con él?
—No, él... No me dijo nada de esto, ¿ese paradero del sur, verdad? —pregunta mientras guarda sus cosas como sea; mientras todo quepa, está bien por hoy—. Demonios... —maldice bajo cuando un folleto cae al suelo.
—Hey, cálmate... ¿es que acaso Taehyung no conoce el camino a casa?
—No lo conoce. —Hoseok dice, rendido. Los nervios se apoderan de él, por un momento piensa en cómo de asustado debe estar Tae ahora. El muchacho siempre fue optimista, probablemente estaría intentando pensar lo mejor, pero aun con ello—. El lugar de donde viene no se compara con esta cuidad...
—Sabía que había algo sospechoso cuando me lo pidió de pronto. —Un suspiro se oye—. Lo siento, yo no tenía idea. Ahora estoy igual de preocupado. Pero tenemos que mantenernos positivos y creer que sigue en el paradero, ¿ok?
—Estoy yendo ahora mismo, te llamaré cuando tenga noticias. Te llamaré cuando termines tu práctica, buena suerte.
Cuando Hoseok cuelga, después de haber recibido la respuesta afirmativa y el agradecimiento de Jungkook, recuerda que hubo un pronóstico de lluvia. Desde el fondo de su corazón, empieza a desear que eso no suceda. Apresura el paso mientras piensa en ello.
Taehyung decide sentarse sobre el banco que hay en el paradero. Por un momento el sueño le invade, pero se mantiene reacio a cerrar los ojos, así que se levanta para no seguir amodorrado. Observa el cielo, ahora opaco. Se pregunta si eso significa algo. La respuesta llega cuando ve cómo una gota cae desde el cielo hasta el pavimento. Eso era lluvia. Sí, está empezando a llover. La brisa fresca, casi fría, le hace saber que hoy no estará especialmente cálido. Lo primero que piensa en un día como este es que sería tan bueno tomar chocolate caliente.
Intenta mantenerse positivo, se dice a sí mismo que la lluvia parará en cualquier momento. Hoseok siempre le había dicho que se detenía al pasar un rato. ¿Cuánto sería eso? Aunque la lluvia no le alcanza del todo (gracias al techo que tiene el paradero), no puede evitar notar que sus zapatos están mojándose poco a poco, pues el agua salpica. Mira a sus pies, como si fuese lo más entretenido que tiene por hacer. Sin embargo, no puede ignorar cómo otras personas se despiden o saludan y terminan marchándose en un bus, dejándole solo de nuevo. Siente un nudo en la garganta.
—¡Taehyung! —Alguien le llama. Levanta la mirada y se encuentra con la expresión preocupada de Hoseok. El mundo cobra su sentido de nuevo.
—Hobi... —balbucea, todavía sorprendido. ¿Qué habría sucedido con Jungkook? No puede pensar en eso cuando Hoseok le rodea con sus brazos, fuerte y perfecto.
—Estaba tan asustado, ¿por qué no me dijiste que querías salir por tu cuenta? No sabes lo preocupado que estaba, vine lo más rápido que pude... —Habla en un solo acto, como si simplemente no pudiera contener las palabras. Se detiene únicamente cuando oye el débil sollozo de su novio—. ¿Tae...?
—Sentí que estaba tan lejos... y estuve muy triste —dice, su voz suena ahogada y débil—. Te extrañaba tanto y no sabía cómo volver a casa —termina, quebrándose.
—Me diste un buen susto, pero ya estamos aquí... —Hoseok concluye, su mano acariciando la espalda de Taehyung—. Tenemos que conseguirte un celular pronto, no podría volver a pasar por esto.
—Lamento haberte preocupado, Hobi. —Su voz aún es baja—. Lo siento mucho.
—No te disculpes, tú no sabías que esto sucedería. Tampoco Jungkook —responde, separándose un poco de su novio para verle fijamente—. Pero, hey, lograste llegar al paradero indicado. Eres un chico inteligente —continúa, intentando animarle.
Taehyung ríe bajito, algunas lágrimas aún se asoman. —Sí, lo soy.
Hoseok suspira antes de besar el rostro de Taehyung y decirle "vamos a casa, te abrigarás mucho y beberás algo tibio". A paso moderado se marchan de ahí, el paraguas traslúcido de Hoseok es de ayuda y ambos están de acuerdo con la idea. Todo está bien ahora que están juntos. Durante el camino Taehyung le roba un beso a su novio, buscando el conforte que necesitaba tan solo una hora antes y, olvidándose del mal momento entre risas, es como llegan a lo que ahora llaman hogar.
Hoseok camina por un pequeño muelle. Observa el atardecer y cómo algunos pequeños botes están en cierto lugar, casi abandonados. Por alguna razón, no alcanza a ver más allá. Su vista es buena, quiere creer que se trata de otra cosa. Mientras camina, el entorno empieza a lucir un poco diferente. A simple vista, nada ha cambiado, pero él puede percibirlo. Cuando está lejos de lo que se supone es el lugar donde debería estar, oye el canto del mar. Pero entonces, sin previo aviso, él está cayendo. Cae, solo eso. Su espalda choca con el agua casi helada y él no hace nada más que dejarse llevar. No es como si pudiera hacer mucho, tal vez esto es aquello a lo que llaman muerte.
De pronto él ya no está más dentro de aquello a lo que denominó bello y cruel en algún momento, ahora él respira... Está en la superficie de nuevo. Tose más de dos veces, una mano sobre su pecho y la otra apoyada en el suelo. Mantiene los ojos cerrados gracias al impacto y al susto que no se va.
—Este niño tonto, me hace tener que salvarlo... —Oye una voz. Sí, una queja.
—¡Tonto es una palabra mala! No es tonto, él no sabía. —Otra voz, pero esta suena más infantil. Hoseok puede imaginar al niño haciendo pucheros—. Pobre...
—No deberíamos estar aquí, Tae... —habla de nuevo, un poco más firme—. Este no es asunto nuestro, debemos regresar al palacio.
—Uhm, ¿él estará bien?
—Sí, lo estará... —responde un poco impacientado. La curiosidad de Hoseok despierta, así que intenta prestar atención.
Cuando oye ligeros chapoteos, él abre lentamente sus ojos; uno por uno. Él no esperaba encontrarse con un joven sumergido en el agua, dándole la espalda. Pero, sobre todo, él no esperaba encontrarse con un niño mirándole preocupado para luego sonreírle brillantemente antes de desaparecer. Qué sonrisa más hermosa, y esos ojos...
¿Era acaso un sueño? Quizá lo era. Le sabe a recuerdo.
Unas horas más tarde él está besando al muchacho de mirada atrapante, suspira lleno de buenos sentimientos y le mira fijamente antes de decir —: Taehyung... tenías que ser tú.
Su respuesta es una risita entrañable. Él sostiene la cintura ajena y piensa, seriamente, que esta vez no perderá de vista a su chico dorado.
F I N
Tardé mil años, no excusas. Sí, lo último es un recuerdo perdido de Hoseok. Podríamos decir que Hobi y Tae estaban destinados a encontrarse, incluso desde niños. Por supuesto, hablaron de ello, pero no lo agregué para que solo se suponga. Ahora sí me despido de WOH y quienes la siguieron. Gracias por el apoyo<3
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