6: Una sorpresa y un souvenir.

Hoseok observa el mar, siempre tan libre. La ventisca, el graznido de las gaviotas, el sonido de las olas que parecen y son impetuosas... Toda esa mezcla le gusta. Hoy tuvo una especie de presentimiento, es extraño. Empieza a creer que va a volverse loco y se pregunta si es gracias a la universidad o es solo su mente queriendo darse más carga de la que se supone que tiene. Lleva dos tazas de chocolate esta vez, pero sobre todo, doble porción de galletas. No sabe por qué, él puede jurarlo: simplemente lo hizo como si fuera lo correcto y lo que llegó a convertirse en una costumbre por allá, en los días que cree que perdió.

Misuk le había hablado en la mañana, su cabello ahora teñido de rosa. Ella le había llamado porque quería hablar con él sobre su desaparición total del taller de baile. A pesar de que terminaron su relación no hace mucho, Hoseok no pudo sentir algo cercano a la tristeza. ¿Cuánto pasó desde que rompió con Misuk?, ¿un mes?, ¿más? Por alguna razón no puede recordar con exactitud ese lapso de tiempo. Empieza a ser frustrante. Tal vez debería preguntarle a Jungkook, pero cree que sería extraño. Quiere hallar las piezas del rompecabezas por su cuenta, sin embargo, el trabajo está siendo difícil y tedioso. 

Mientras piensa en ello, se percata de una cabellera en el agua. Tiene un déjà vu en este instante, tan rápido que desconcierta. Cierra los ojos por un momento, acercándose más al mar. Tal vez este es su castigo por alejarse de la orilla. Ríe bajo al pensar eso: siente que lo ha hecho antes. 

Un hombre sale a flote, tomándole desprevenido. Hoseok estuvo a punto de gritar, pero en cambio ha puesto una mano sobre su pecho, intentando calmarse. 

—¡Demonios, hombre! No es gracioso asustar a otras personas por diversión —dice, molesto—. ¿No se supone que no está permitido nadar aquí? 

El desconocido se mantiene callado y Hoseok se pregunta por qué. Hay muchas preguntas en su mente, incluso la más simple es complicada: ¿por qué el hombre no está muriendo de frío ahora mismo si ni siquiera lleva un traje de buceo? 

Su respuesta llega cuando otro hombre sale a flote, este lleva cabellos lilas que distan demasiado de los cabellos rubios del primer desconocido. Una escena llega a su mente y, en segundos, siente un nudo en la garganta. Puede verlo, un muchacho de ojos azules, con la sonrisa más hermosa y la mirada más brillante que alguna vez pudo contemplar; pero no puede estar feliz por ello porque la mirada de ese chico está llena de tristeza. El recuerdo es vago, parece ser una despedida, y... Rápidamente se pone nervioso. Busca la respuesta en los dos hombres que permanecen en el agua, su respiración ahora denota su agitación. Maldición, ¿por qué no podía entender nada?, ¿por qué de pronto siente una extraña necesidad de...? Ni siquiera está seguro de qué, pero duele. Jodidamente duele. 

—Si quieres saber más, debes aceptar venir con nosotros. —El joven de cabellos lilas habla—. Danos tu consentimiento, entonces podremos llevarte. 

Hoseok suelta una risa hueca, nada agradable. No pretende ser educado esta vez, ¿a qué demonios estaba jugando el mundo con él? Sin embargo, aunque quiere alejarse, el sentimiento de querer quedarse permanece. Tal vez enloqueció para estar a punto de aceptar el trato de estos hombres a los que, vagamente, puede identificar. No puede evitarlo, esto es lo que necesita. 

—Sí —responde—, iré con ustedes... No sé quiénes son, pero... 

Antes de que termine su oración, alguien lo toma del tobillo y lo jala con tanta fuerza que termina hundiéndose en el agua. Recibió un golpe ante el brusco movimiento, pero no tuvo tiempo de quejarse siquiera antes de sentir que sus ojos se cierran sin su consentimiento. Quizá el golpe es la razón, pero ¿qué hay del pinchazo que recibió en el brazo derecho? Quiere desaparecer ahora mismo, sería su única salvación. Patalea unos minutos dentro del agua, sintiendo que la vida se le va. Lucha o lo intenta, piensa en las personas que más ama y, graciosamente, lo último que piensa es que no llegará a tiempo para comer el postre que Jungkook prometió preparar. 

¿Así se siente morir? 

Sin embargo, luego del susto, viene una extraña pero entrañable calma. Siente que flota, sin necesidad de pensar en algo más que la sensación. Tal vez su alma está vagando. No está seguro de nada ahora mismo, pero sigue flotando: manso y relajado. 

—Creo que debimos ser más cuidadosos. —Oye una voz en la lejanía, casi perdiéndose. 

—¡¿Tal vez?! Namjoon, ¡arrastraste al hombre sin previo aviso! —Otra voz. 

Hoseok frunce el ceño, ¿los ángeles tienen nombre? O tal vez los demonios... ¿cómo saber si existen? Debe detener estos extraños pensamientos. De pronto sus ojos no se sienten pesados, puede abrirlos. Este es el momento de la verdad y lo sabe. 

Cuando logra despertar, su vista apenas está enfocando. Lo ve, puede hacerlo. A su lado derecho hay un hombre que, de seguro, ha estado arrastrándolo desde hace un buen rato. Su mente se aclara y lo reconoce, pero no estaba listo para ver la cola de pez del hombre. Él grita, esperando que su voz suene ahogada, considerando que siguen en el 'mar'. Su grito se oye. El jodido grito se oye fuerte y claro, así que suelta una maldición, y también se oye. 

—Al fin despiertas —dice el desconocido, no puede confiar—. Antes de que grites de nuevo, escúchanos... 

Hoseok está a punto de gritar y soltar todas las maldiciones que conoce, de nuevo. Se detiene cuando alguien presiona su brazo izquierdo. Otra persona...

—Será mejor que te calmes. Si no lo haces, lo que te mantiene vivo aquí, se desvanecerá y morirás —informa. Es el chico de cabellos lilas y, por alguna razón, eso alivia más a Hoseok. No debería, pero así es: luce más apacible—. Te explicaremos esto y luego te llevaremos con el chico de ojos azules que viste apenas —continúa, con calma. Hoseok hace el ademán de querer hablar—. No grites. 

—No gritaré —responde, todavía impactado porque su voz suena con claridad. Podría desmayarse ahora, debería estarlo. Para su sorpresa, no se siente lo suficientemente asustado; más bien se encuentra intrigado. 

—Entonces, nos oirás y te llevaremos. ¿Es un trato? 

—Es... es un trato. —Casi tartamudea. ¿Nuevamente estaría aceptando su destino final? 

La explicación que le dieron los desconocidos duró, aproximadamente, una hora. Es así como lo calcula Hoseok, volviéndose un poco más paranoico a medida que avanza el tiempo. Está asustado y no es un secreto. Todo aquí es extraño, todo aquí se siente fuera de mundo. Puede respirar como en la tierra, puede hablar, puede moverse con facilidad y sin sentirse pesado. Sin embargo, a medida que los minutos pasan, también avanza la calma. Empieza a entender un poco más de este mundo y, al menos, sabe lo que necesitaba saber: lo que él llamaría magia es lo que le permite estar aquí. 

Hay muchas más dudas que quiere resolver, pero está seguro de que tardaría mucho en hacerlo (y acepta que no es necesario). Namjoon y Seokjin han sido amables o lo han intentado. Le explicaron con calma y le pidieron, más de una vez, que se mantuviera sereno cuando llegara al tan mencionado 'palacio'. Hoseok pudo haberse reído en la cara de ambos, y lo hizo: nadie podía culparlo, estaba jodidamente nervioso. 

—Es seguro que te cueste procesarlo, pero necesitamos tu palabra. —Namjoon dice—. No pienso poner en riesgo mi reino y mucho menos la tranquilidad de mi hermano. 

Bien, eso era un punto a tener en cuenta. Namjoon es el hermano del muchacho que vagamente recuerda. La información aún no está completa, pero estima que es lo suficiente para irse de aquí de una vez. Sabe que Namjoon y Seokjin deben estar cansados de tanto hablar. Hoseok no puede acostumbrarse a ver que son... tritones. Si esto es un sueño, ¿cómo se supone que debe despertar? 

—Es decir, ¿fui un amigo muy cercano de Taehyung? —pregunta, esta es la última duda que no quiere permitirse tener. 

—Creemos que sí —responde Namjoon, una sonrisa que no es realmente genuina en su rostro—. Eso tienes que descubrirlo tú. 

Más tarde ellos han deambulado por el lugar, todo marchando como debería. Hoseok observa las construcciones, algunas fuera de lo que alguna vez imaginaría. Por lo que tiene entendido, esto es una división lejana del mar, una parte que —quizá— nunca nadie de la tierra ha conocido. Esto no se siente como el mar, pero vagamente se percibe como eso. Hoseok no lograría entenderlo hasta en muchos años, piensa. Aún con investigación, sabe que no podrá comprender el lugar porque no es a donde pertenece. Pero, nuevamente, ¿a dónde realmente pertenecemos? 

Suelta una risa corta, caminando aún dudoso porque su subconsciente le recuerda que podría hundirse (aunque no lo hace). Todo este viaje le ha hecho hasta filosofar. 

El palacio es algo que imaginó y a la vez no. Esto es hermoso, casi tanto que no puede creerlo hasta que desliza su mano por los muros. Esto es real. Puede ver, de reojo, que algunos tritones en la gran puerta están disimulando sus risas. No es su culpa que tenga curiosidad ahora mismo. 

—Realeza, ¿eh? —murmura, casi riéndose de sí mismo. Así que se hizo amigo de un príncipe, como si no hubiera sido suficiente que fuera un tritón. 

—Sé educado. —Seokjin advierte, una mano acomodando sus cabellos—. No sé cómo funciona para ti, aun así inténtalo. 

Hoseok cree que lo están lanzando a la boca del lobo, pero no dice nada. No cree que sea momento para arrepentirse, no lo es. Así que ahora está aquí, viendo a un imponente hombre que se encuentra de espaldas. Es el rey, luce estricto y listo para ordenar. A la vez puede ver la pesadez en el tritón, parece abatido. Supone que la vida de un rey no ha de ser fácil. 

—Taehyung, mi hijo, está en camino. —Por fin habla, cortando con el silencio que ha estado asfixiando a Hoseok—. No quiero preguntas, porque soy yo el que las tiene. Quiero ver si eres capaz de lo que... 

El rey deja de hablar, su mirada se enfoca en la gran puerta —que parece de acero, pero no puede asegurar nada— que hay en el salón. Por instinto, Hoseok gira también, encontrándose con esos ojos.

El tiempo parece detenerse, es como si el escenario hubiera sido pintado con acuarelas. Su vista se enfoca solo en Taehyung, como si este le dijera con la mirada "admírame, sé que te gusta hacerlo". A Hoseok le encanta, entonces lo hace. Se queda sin habla, una ráfaga de recuerdos se asienta en su mente. No es fácil de procesar, pero así es como pasa. Lo recuerda, por fin el rompecabezas completándose. Aprecia este suceso, incluso si es extraño y puede llegar a doler. Recuerda más que la despedida, recuerda todos los buenos momentos y eso le da sentido a la horrible sensación que lo acompañó durante este tiempo sin Taehyung. ¿Se había estado perdiendo de todo esto...? 

Ahora puede decir que extrañó a alguien y no a algo. Antes de seguir pensando, siente brazos rodeando su torso. Vive el momento, toma todo lo que puede de esto. No quiere dejarlo, no piensa hacerlo... Se aferra, devolviendo el abrazo. Todas las preguntas que se hizo durante este tiempo al fin tienen respuesta. "Eres tú, tú eras la pieza que faltaba. Tú eres a quien esperaba encontrar, en esta vida u otra", piensa. Todo este tiempo, en que se sintió sin rumbo, solo le hacía falta Taehyung. Se pierde en la sensación, sonriendo al sentir que Taehyung se esconde en la curvatura de su cuello. Tiene muchas preguntas ahora... "¿Me has extrañado?", "¿lo recuerdas todo?", "¿sientes lo mismo que yo?"

¿Tu corazón late como en aquel día, chico dorado?

—No traje galletitas esta vez... —dice bajo y afectuoso después de un lapso de tiempo que pudo haberse sentido como una eternidad y la nada. Oye un sollozo, es su respuesta. 

—¿Qué me trajiste, pues? —Luego de unos minutos, responde. Taehyung está a punto de volver a llorar, no puede evitarlo. Se separa del hombre, mirándole ahora a los ojos. Olvida el entorno, lo olvida todo menos a Hoseok. Acuna el rostro contrario entre su manos y sonríe, sintiéndose más a gusto que nunca. 

—Mi corazón —susurra, solo audible para su compañero..., para el muchacho que le mira como si fuese un héroe. 

Taehyung sonríe más, si es que eso es posible. Su risa melódica se oye, no hay más llanto. Asiente despacio, aún mirando con expresión conmovida a Hoseok. Lo extrañó tanto, tanto. Aún no puede creer que él esté aquí, que su Hoseok... Oh, cierto. "Su" tal vez no es adecuado, pero su corazón es tan terco y sus sentimientos nada disimulados. No puede detenerse ahora: lo necesita, lo quiere. Quiere abrazar a Hoseok por horas, hasta que sienta que por fin ha saciado sus ganas de hacerlo durante el tiempo en que lo perdió. Quiere memorizar la sensación de tener los brazos del hombre rodeándolo, quitándole las penas en el proceso. Lágrimas escapan. 

—Tú... lloras —Hoseok dice, desconcertado. Observa fascinado el rastro brillante en las mejillas de Taehyung. 

—Es porque estoy feliz. —Le calma, diciendo nada más que la verdad. Mira a Hoseok fijamente, queriendo transmitirle todo lo que siente ahora mismo. Hoseok lo sabe. 

—Tus lágrimas desaparecen... ¿es así como lloras? 

—¿Te parece extraño? —pregunta, mirándole expectante. Sus latidos son presurosos mientras espera una respuesta. 

—¿No? No. Me gusta, me gusta todo de ti —revela, sonriendo tenue. Su mano se desliza con templanza sobre el fino rostro de Taehyung, admirando cada rasgo—. Te extrañé. 

Taehyung quiere decir que lo extrañó más, como no se imagina. Quiere decirle que sin él todo se sintió tan equivocado y que casi podía sentir un vacío en el corazón. Sin embargo, cuando está a punto de hacerlo, oye un carraspeo. Su padre. 

—Tus ojos brillan, Taehyung. Otra vez al esmeralda. —El rey comenta, no sonríe, pero suena animado—. Aunque lloras, brillan. 

De pronto la timidez se apodera de los dos jóvenes presentes. Tal vez se dejaron llevar demasiado por los sentimientos encontrándose, pero pudieron actuar menos... enamorados. Hoseok podría regañarse a sí mismo, pero no se arrepiente. No lo hará. 

Taehyung se suelta a regañadientes de Hoseok, intentando ocultar sus ganas de volver a abrazarlo. Lo extrañó, ¿podría el mundo dejarle abrazar al hombre que le ha estado quitando el sueño desde hace un tiempo? Solo unos latidos más.

—Lo siento, eso fue inapropiado. —Se disculpa. La verdad es que no se siente realmente arrepentido: extrañó mucho a Hoseok, por supuesto que actuaría de esta manera. Pero, de nuevo, se trata de su padre observando la escena—. Padre, este es Hoseok... 

—No tienes que presentarnos, Taehyung. —El rey responde, riendo bajo—. Siento que ya lo conozco. 

—Lamento mi falta de educación, yo... —Hoseok se anima a hablar, su corazón latiendo fuerte. No puede dejar de mirar a Taehyung, incluso cuando debería estar prestando atención al rey enfrente de él. Podría ser vergonzoso, y seguro lo es. Su actuar debe ser justo como Jungkook dice cuando ve parejas en el campus: patéticamente enamorado. 

—No pareces asustado. —Mártenil dice, la gran banda oscura que lleva en el torso resalta sus profundos ojos grises. La banda en posición diagonal lleva pequeñas piedrecillas . Hoseok recuerda que Namjoon y Seokjin llevaban bandas parecidas. Taehyung lleva una, pero el color es más claro y el ancho de la banda es menor—. Supongo que entonces puedes separarte de mi hijo sin creer que voy a condenarte a la muerte. 

Hoseok no sabe qué responder. Ríe nerviosamente, esperando que eso haya sido únicamente parte de una broma. Una mano toma la suya. Cuando mira a su lado, se encuentra con Taehyung sonriendo tenue, sus ojos diciéndole que estará bien. "Él no te haría nada", Taehyung dice solo para él. Hoseok confía, incluso si ese acto puede ser ingenuo. Seguiría a Taehyung con los ojos cerrados, es algo que acaba de notar. 

—Estaré afuera, esperándote. Llámame si quieres irte, yo voy... —Taehyung se detiene cuando Hoseok niega lento con la cabeza. 

—Estaré bien —dice, incluso cuando no está seguro. No quiere preocupar a Taehyung, no es necesario. Él puede afrontar esto. 

No hay más que decir, pero Taehyung se mantiene reacio a soltar la mano de Hoseok. No quiere separarse de él de nuevo. La sola idea es espeluznante, sin embargo, sabe que esto es necesario. Sería muy maleducado de su parte el desafiar a su padre cuando él está intentando ser compresivo. Con pesadez suelta la mano ajena y suspira antes de retirarse. 

Cuando la gran puerta se cierra, Hoseok voltea, encontrándose de nuevo con el impasible rey. El silencio se extiende, logrando que se preocupe más que en un inicio. Tal vez él deba iniciar la conversación, pero ¿qué diría? Anunciar su enamoramiento por el hijo de este hombre que luce imponente frente a él, no parece ser la mejor de las ideas. ¿Qué estaría pensando el padre de Taehyung?, ¿qué sucederá ahora? No lo sabe, pero se siente seguro al saber que Taehyung está esperándolo tras las puertas. Ese solo pensamiento causa que sonría apenas, inconscientemente. 

—Taehyung está por cumplir 23. —Mártenil dice de pronto, observando la gran pantalla que para Hoseok luce como un holograma sin nada que mostrar—. Aún sigo viéndolo como un niño, alguien a quien cuidar. Es el menor de mis hijos, su madre lo trajo a este mundo aun cuando sabía que no podría verlo crecer por completo. Solo pudo estar para él hasta que cumplió 6 años. Desde entonces Taehyung ha sido mi responsabilidad, le he protegido y consentido todo lo que se me fue permitido. Quizá eso último fue un error, porque el niñato supo que era mi debilidad y haría todo para que sea feliz. 

Hoseok asiente lento, buscando demostrar que está atento al mensaje. Taehyung le habló de su madre alguna vez, cuando bebían soda de uva y el cielo se tiñó de rosa. Lo recuerda, tan claro. Recuerda que Taehyung llevaba un collar precioso que resaltaba su mirada... luego hablarían sobre el valor de la joya y la historia tras ella. 

—Él sabe que me preocupo por su bienestar, incluso si no lo parece. No estoy seguro de lo que debo hacer ahora, pero sé que él ya no es el niño que se escondía tras de mí cada vez que un tritón desconocido aparecía por aquí —comenta, nostálgico. Hace una pausa larga, parece estar pensando seriamente—. Artpct vetoune. (archivo veintiuno)

De pronto el 'holograma' está moviéndose o mostrando algo. Hoseok no está seguro, así que por instinto retrocede ligeramente temeroso. Puede notar que el rey sonríe divertido al ver su reacción. Avergonzado, intenta recomponerse. Solo unos segundos después, hay fotos en la gran pantalla. ¿Por qué Taehyung tenía tanta curiosidad por las cámaras si tenía esto?

—El pequeño es Taehyung, fue el único bendecido por Astera. Namjoon no corrió con la misma suerte, pero tuvo la bendición de otros altos mandos. —Empieza, suspirando seguidamente—. Estas proyecciones son importantes para mí, creo que ahora las valoraré más de lo que alguna vez hice. 

Hoseok observa las fotos y se concentra en una... Es Taehyung sobre un gran carruaje. Hoseok no sabe qué nombre ponerle a las cosas de este lugar, algunas son tan diferentes y parecidas a las que hay en su mundo. Taehyung está feliz, hay una mujer que luce angelical detrás de él. La mujer le abraza. Es la madre. 

—Sí, tienen los mismos ojos —afirma el rey—. Azules, listos para volverse al... 

—Esmeralda. —Hoseok completa, sin despegar la mirada de la pantalla. Mártenil asiente. 

—Solo en el amanecer anterior pensaba que vendrías y, al marcharte, Taehyung habría podido olvidarte al tener un cierre —confiesa, está rendido. Sabe que no hay más que hacer, esta es la solución—. ¿Amas a Taehyung? 

Hoseok decide girar apenas, encontrándose con la mirada ajena. Mártenil lo estudia, receloso. Espera una respuesta, una sincera. 

—Cuando lo perdí... quedó en mí la sensación de que todo era incorrecto. Era horrible, me sentía incompleto. Creí que había algo mal en mí, que me estaba perdiendo de algo sumamente valioso, pero no sabía qué. Bastó ver a Taehyung de nuevo para saber qué era lo que me hacía falta. Quién, era un quién. Con eso puedo decir que lo amo, ¿no es así? —Él sonríe tenue, sabiendo que esa era la conclusión que tanto esperaba—. Sí lo hago. 

Mártenil ríe con fuerza, tomando por sorpresa al hombre que abrió su corazón hace unos segundos. Hoseok se muestra confundido, esperando no haber dicho nada equivocado. No cree haberlo hecho, pero todavía oye al rey riendo. 

—No, no has dicho nada gracioso —dice Mártenil, calmándose—. Esperaba una respuesta más simple, sin embargo. Dijiste eso con tanta sinceridad... Ni siquiera puedo decir que no eres bueno para Taehyung... —Él observa de nuevo las fotos en la pantalla, no hay otra solución—. Taehyung tiene que irse, ¿no es así?

Hoseok tose por la sorpresa, su ceño fruncido y parpadeos constantes. No está seguro de lo que eso significa, pero juntando uno y dos, obtiene una respuesta casi clara. Se queda callado por un momento, esperando la continuación. Quiere ser respetuoso y no desesperarse gracias a los sentimientos enredados. Puede ver que esto no está siendo fácil para Mártenil. Si hay algo de lo que Hoseok quiere poder sentirse orgulloso, es su empatía. 

—Sabes qué trato de decir... —dice Mártenil después de un momento—. Tú no puedes quedarte aquí, pero él sí puede irse. Puede adaptarse a tu... civilización. 

—Yo... no sé si eso sea tan fácil. —Hoseok murmura, pensativo. 

—¿Estás diciendo que mi hijo es tonto? —pregunta, una ceja enarcada y una sonrisa burlona.

—¡No! —Se apresura en aclarar, nervioso—. No. No sé si él logre adaptarse a ese mundo, los extrañaría y... 

—Pero aun así querrá tomar el riesgo, conozco a mi hijo. Tal vez lo lleva en la sangre. —Mártenil suspira, no parece entusiasmado por lo que está a punto de decir—. Hace unos años me enamoré de alguien que no pertenece a mi "mundo". Era de arriba, muy lejos de aquí... No pude pertenecerle y hasta este momento me pregunto qué hubiera pasado si me atrevía. No quiero que Taehyung viva con esa insignificante pero molesta duda. 

Hoseok intenta procesar la información. Ha sido mucho para un solo día, tiene que aceptar. Los nuevos datos le agobian en cierto punto, mas no dice nada. Esto logra ser entretenido. 

—¿Arriba?, ¿hay un mundo ahí? —Comienza, siendo cuidadoso—. Me he estado perdiendo de mucho. 

—Y lo seguirás haciendo, puesto que no me compete a mí hablarte de ello. —Mártenil corta sus esperanzas de saber más—. Ahora, si me das tu palabra, permitiré que Taehyung se quede a tu lado. ¿Lo intentarás? No será fácil.

Hoseok lo piensa por unos segundos. Quisiera poder decir que está pensando en lo complicado que será, pero en realidad se ha perdido en la idea de todos los buenos recuerdos que podría crear junto a Taehyung si es que esto no es más que un sueño que se esfumará como la neblina al pasar las horas. Llega a una conclusión: está dispuesto incluso a caer si es por Taehyung, sabe que esta es una oportunidad única. Si dos mundos chocaban y se desmoronaban, él aún esperaría poder compartir una última taza de chocolate tibio con Taehyung. Sabe que su corazón le pertenece al chico dorado, que necesita de ese amor. Recuerda el beso que Taehyung le obsequió, los sentimientos a flor de piel. Aunque está asustado por diversas razones, basta pensar en Taehyung para sentirse capaz. Sí, esto es lo que quiere. 

—Yo daría todo lo que la vida me permita por Taehyung —dice, sorprendiéndose en el proceso. Sin embargo, puede jurar que nunca estuvo más seguro de sus palabras. 

d  e  f  m  i  n  d

Lamento la tardanza, pero por respeto decidí esperar para publicar este capítulo. Soy de Perú, probablemente sepan lo que pasó en mi país. No entro en detalle, pero gracias por el apoyo a esta historia. Al fin nuestra otp se encontró<3

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