5: Una duda y un augurio.
Hoseok avanza por el pequeño pasadizo de su departamento. Deja su bicicleta junto a la de Jungkook, unos segundos pasan. El sonido estruendoso de ambos transportes cayendo al suelo le sorprende; y no solo a él, sino a su compañero. Jungkook sale de su habitación, una ceja enarcada y sorpresa en su expresión. En otra ocasión Hoseok se habría reído de cómo Jungkook ahora tiene cada mano sobre sus caderas, posando como una jarra. Más tarde, Jungkook cruzará los brazos sobre su pecho y dará pisadas constantes con uno de sus pies, justo como Tambor, el personaje de Bambi.
—Otra vez llegas tarde. —Jungkook dice, parece enojado, pero es preocupación. Su amigo ha estado actuando raro estas últimas semanas—. Tu habitación estaba desordenada, Hoseok. ¡Desordenada! Tuve que ir y arreglar un poco, ¿y qué hay de la cena de hoy? Prometiste que la comprarías.
Hoseok camina para adentrarse al espacio en donde se encuentran los muebles y Jungkook le sigue, el primero trastabillando. Jungkook espera no sonar como una madre o padre ahora mismo, no puede evitarlo. A menudo se sintió orgulloso de su apego al orden, pero Hoseok había sido esa persona que le superaba en ello. Ahora, cuando llega al departamento que comparten, Hoseok ni siquiera está presente y se encuentra con una habitación vacía y de cabeza.
—No te preocupes, ya compré la cena. Pero, por favor, háblame, hombre... —continúa Jungkook, sentándose en su sofá para acompañar a Hoseok.
—Quiero hablarte. —Inicia, voz suave—. Pero ni siquiera sé de qué quiero hablarte. Tengo algo en mente, muy en el fondo... Lo sé. No lo recuerdo. Lo siento. Lamento estar haciéndote las cosas más difíciles, no mereces un compañero así.
—Oh, cállate. —Jungkook ríe bajito al terminar su oración—. No me haces las cosas difíciles, solo estoy preocupado por ti. Has estado distraído, ya ni pareces estar en clases. Los profesores han hablado de ello. ¿Te cuesta recordar algo?
—Siento que estoy olvidando algo muy importante, Jungkook —comenta, sintiendo de pronto tristeza. ¿Qué demonios?—. El sentimiento me está agobiando —dice, la cabeza entre sus manos.
—¿Algo como qué?, ¿tiene que ver con la universidad, tu familia? —pregunta confundido. Hoseok niega dos veces—. Si no tienes idea, ¿cómo sabes que ese algo es importante, Hobi?
—Hobi... —Hoseok murmura, sintiéndose de pronto más apenado—. No me has llamado así desde hace un tiempo.
—Oh, es que, bueno, me acostumbré a "Hoseokie".
Hoseok asiente, perdido. Un nudo se forma en su garganta y se pregunta qué sucede. No es la primera vez que le llaman así, por Dios. Su familia lo hacía, de hecho, Jungkook lo había aprendido de su madre. "Hobi" había sido una especie de apodo para él por un buen tiempo, pero... ¿por qué ahora parece doler y tener otro sentido en su mente? No entiende qué pasa con él y, aunque quiere solucionarlo, no ha podido. Este dolor es real, tanto que empieza a preocuparse.
¿Tal vez hay algo mal en él?
No se siente de esa manera, sorprendentemente. Es... una tristeza inexplicable, pero a la vez, hay una mezcla de cosas buenas en el sentimiento. Siente que quitaron una pieza importante de sus recuerdos. Siente que sujetó una mano a través de días, pero que olvidó al dueño o dueña de esta misma. Y cree que es por eso que no puede dejarlo: sabe que lo olvidó y que esa persona aún tiene todo de él. No se siente correcto.
—¿Quieres que sirva la cena? —Jungkook vuelve a hablar, notando que Hoseok se ha quedado en silencio como lo ha estado haciendo últimamente—. Puedo preparar chocolate caliente y podemos ver una película, tú sabes. ¿Quizá el estrés está machucando tu cabeza? Es mejor que te distraigas.
Hoseok suelta una risa, por fin, luego de oír la palabra que usó su amigo. Asiente despacio ante la invitación: nunca rechazaría una taza de chocolate caliente preparada por Jungkook. El chico no es particularmente bueno en la cocina, pero esto es como su especialidad. Hoseok se volvió fan de eso.
Chocolate caliente...
—Ho, busca una película mientras hago esto... —Casi grita desde la pequeña cocina, el sonido de cacerolas chocando entre sí llama la atención.
Unos minutos pasan y el aroma de la canela en agua caliente empieza a esparcirse. Hoseok sonríe tenue, la película empieza a reproducirse y él la pausa. El fondo azul que muestra la TV le recuerda algo, pero no puede detenerse a pensar en ello. Es extraño. Quiere recordar, es casi imposible. Tan solo puede pensar que este tono de azul no le gusta tanto como esperó, ¿desde cuándo él se preocupaba por los colores? Espera poder olvidar este vacío eventualmente. O al menos por hoy.
La misma vieja canción es cantada, de nuevo, por Seokjin. Taehyung intenta sonreír con más entusiasmo del que ahora muestra. Falla. Lo está intentando, pero no es trabajo fácil. Se pregunta si los demás han notado sus falsas ganas de querer olvidar los sucesos. Ha pasado una semana más y aún no puede estabilizar su ánimo. Cuesta. Parece que todos creen en su mejora... o tal vez solo fingen hacerlo.
Lo cierto es que ha obtenido avances en ciertas enseñanzas, pues de una extraña manera, ha sido su salvación momentánea. Leer, aunque fuera de guerras, le ayudaba a no pensar demasiado en ese chico. Había decidido no pensar en su nombre, y no está seguro de si ayuda, pero quiere creer que lo hace. Sin embargo, por las noches, cuando el vocero anuncia que la luna ha salido... Taehyung no se siente tan fuerte. Su corazón duele, como lo ha hecho desde el primer día en que tuvo que separarse para siempre del hombre de tierra. Entonces se acomodará en el ventanal de su alcoba y mirará al vacío, pero a veces prestará atención a los tritones y sirenas que pasan y escapan como arena en puño.
Nunca creyó ser envidioso, aunque ahora se pregunta si lo es. Últimamente ha envidiado la facilidad con la que todos parecen solo seguir en su día a día. Quizá está celoso, también, de cómo algunos son felices y cómo otros lo son en los brazos de quien aman. Empieza a ser doloroso ver ese escenario en donde la vida se le muestra tan suya como no. Quizá exagera, como ya oyó de parte de su padre. Quizá él solo está hundiéndose a sí mismo, quizá ni siquiera se está esforzando. Pero lo hace. Simplemente no da un gran resultado.
Hoseok era esa persona que le conectaba a su propio mundo, ese en donde podía ser él sin una preocupación de por medio. No depende del humano, como su padre cree... Es solo, mares, lo amaba. Siempre duele perder a alguien que amas, ¿no es eso lo que dicen? Entonces, ¿por qué parece que todos están tan centrados en quitarle la idea de la cabeza? Sí, quizá exagera.
—¿Taehyung? —Llama Seokjin, luce preocupado. Lo está, no es novedad. Intenta ocultarlo, sin embargo: quiere que Taehyung se sienta cómodo y no compadecido—. ¿Oíste algo de lo que dije?
—¿Sí...? Sí —responde, la duda es perceptible—. No, lo siento. —Se sincera, apenado—. Lo siento, con el corazón. Creo que hoy no estoy listo para otra enseñanza. ¿Quiero pintar?
—¿Pintar? —Seokjin pregunta ilusionado. Esto sería un gran avance, Taehyung no lo ha hecho desde hace un tiempo—. Puedo traerte scaligers.
—Mejor no lo hagas, no quiero darte más trabajo. Sé que estás ocupado con el otro reino.
—Puedo ir, queda en el camino y...
Taehyung niega con la cabeza dos veces y abandona el ventanal. No puede empezar a ser egoísta de nuevo. Sabe que Jin ha estado atareado en estos días con la rebeldía que está mostrando uno de los reinos al querer subir al vacío y usar a los seres de ahí como armas o transporte. No piensa darle más ocupaciones —menos una tan absurda, como considera—. Él no es un niño y entiende perfectamente la situación.
—Encontraré algo por ahí, no te preocupes. —Le dice a Seokjin, sonriendo comprensivo.
—Tae... —Comienza, lento—. ¿Tú estás verdaderamente bien con esto?
—¿Con qué? —pregunta, pero sabe perfectamente a lo que se refiere su mayor. No quiere mostrar su debilidad ahora. No debe, mejor expresado.
—Conmigo no tienes que fingir. —Verdad en sus palabras—. Hablo de todo esto, del aumento de guardias a tu cargo, de la vigilancia exclusiva que recibes. Estás bajo el punto de vista, ¿es eso incómodo?
—Por supuesto que lo es. —Taehyung casi suelta una risita por afirmar lo obvio—. Pero he sabido sobrellevarlo.
—Tae...
—Por favor no te preocupes por mí, Jin.
Seokjin asiente lento, con pesadez. Piensa por un momento, observando a la nada. Está asustado de las circunstancias, siente que Taehyung está cargando con el peso por su cuenta y, como su amigo, eso empieza a doler. No quiere ver mal al pequeño que antes coloreaba a todo el aburrido castillo. Tal vez él no puede entender la gran fidelidad que Taehyung ha desarrollado por ese hombre de tierra, pero a la vez, siente que lo hace. Quiere creer que puede entender cómo se siente tener el corazón roto y el alma a la deriva. Se sintió así alguna vez, recuerda.
—Voy a llevarte. No lo puedo prometer, pero me esforzaré, Tae. —Entonces dice, sintiendo que por alguna extraña razón su voz se quiebra y su garganta... duele. Pero más el corazón—. Quiero que seas feliz, y me siento culpable por haber sido quien, prácticamente, te arrebató esa felicidad.
—Jin, tú, tú no...—Taehyung responde, sonriendo con dificultad—. No me arrebataste nada, ni siquiera sabías que me costaría tanto. Eres una de las razones por las que puedo sonreír. —Voz melódica, suave y baja—. Pero no te esfuerces por algo que no pasará, no quiero esperanzas.
El tritón de cabellos lilas tuerce los labios, una mano en su cuello. Se inclina sobre Taehyung antes de abrazarlo un poco, tomándole por sorpresa.
—Quiero que seas feliz, ¿me oíste? Quiero que puedas amar, incluso si se trata de un hombre de tierra —dice bajo, cerca de Taehyung—. Quiero que te sientas vivo y orgulloso de lo que has hecho o harás en tu vida. Me esforzaré para obtener algo, Tae. Solo espero que el costo no sea alto.
Taehyung asiente, apegándose a Seokjin en busca de consuelo. Ambos ríen divertidos porque, en el fondo, saben que si hubiera un precio, sería invaluable.
Pero a la semana, cuando un nuevo día comienza y los guardias cabecean a causa del cansancio, Mártenil parece ciertamente intrigado. Ha estado observando, con ahínco, al menor de sus hijos. Taehyung no luce como siempre, ve al pequeño sonreír y hablar como si todo estuviera en orden, pero... no es creíble. Empieza a preguntarse cuándo fue la última vez que vio los ojos de Taehyung cambiar al hermoso esmeralda. Taehyung había heredado los ojos de su madre, de la preciosa sirena que alguna vez robó su corazón. Los ojos de Taehyung son hermosos, y ahora, no brillan. Ve los ojos de Namjoon cambiar del gris al azul intenso, entonces sabe que debe tomar otra decisión.
—Hemos logrado apaciguar a Blopwr. —Namjoon anuncia, con orgullo. La emoción es notoria en su voz. Esta era una buena noticia después de todo lo acontecido—. El trato es simple, no hay más que temer.
La reunión se basa en eso, todos hablan y sonríen cordiales, algunos consejeros se toman la libertad de hacer un breve discurso de agradecimiento para Namjoon. Pero Mártenil aún no ve que los ojos de Taehyung cambien de color, no le ve feliz. Taehyung siempre había sido un gran admirador de su hermano, para este momento debería estar tan emocionado como se pueda, iris de tono esmeralda y aplausos por doquier. Eso no sucede. Quiere creer que es porque Taehyung está creciendo, pero él no se engaña: ya ha pasado mucho para que lo haga.
Así que más tarde, cuando la reunión ha terminado y, por su orden, Namjoon y Seokjin son los únicos presentes en la gran sala, le da vueltas al collar que se quitó y yace en la tabla.
—Quiero que traigan al humano. —Es lo que dice, tomando por sorpresa a su hijo y al consejero.
—Eso quebraría las reglas. —Namjoon responde, desconcertado. Se pregunta de qué trata todo esto—. No podemos traer a un humano, ellos no podrían siquiera sobrevivir a este nivel de lo que ellos conocen como mar.
—Pueden —afirma el rey, convencido—. Ellos pueden venir si te doy una pócima. Podrá descender hasta este nivel por al menos 3 amaneceres y yo solo necesito medio amanecer.
—Nos podría poner en peligro...
—Namjoon, no cuestiones las órdenes del rey. —Seokjin interviene. Mira a Namjoon, buscando respuestas de por qué está poniendo tantas trabas.
—Bien. ¿Qué esperan? —Mártenil vuelve a hablar, entregándoles la pócima que había estado guardando desde un inicio—. No le cuestionen, eso podría hacerlo más complicado. Simplemente lo traerán, sin preguntas.
—Sin un consentimiento, podría parecer una amenaza de nuestra parte. Estaríamos rompiendo muchas leyes.
—Namjoon, estoy dispuesto a romper todas las leyes posibles si es que así puedo ver la felicidad en los ojos de tu hermano. —Esta es su justificación y su palabra final por el momento.
Seokjin quiere sonreír, pero se controla. Él toma a Namjoon del brazo y lo lleva consigo antes de agradecer al rey.
Fuera de la presencia de Mártenil, Namjoon aún luce desconcertado. Considera que esto no es correcto, a pesar de que podría hacerle bien a su hermano. Tiene una preocupación o más: ¿qué pasaría si el plan de su padre no es necesariamente bueno?, ¿y si actúa con crueldad?
—Esto hará feliz a Taehyung, lo hará. —Seokjin celebra, sus ojos cambian del cobre al casi dorado.
—No seas ingenuo, Jin —responde, esperando no haber sonado demasiado recto—. El humano solo puede quedarse aquí unos días, ¿y qué pasará después? Cuando se vaya, no quedará más que su recuerdo y el corazón roto de mi hermano.
—Lo sé. Pero aún hay esperanzas. Tenlas, por favor —insiste—. Ser un casi rey te ha vuelto más pensante.
—Lo haremos, pero no le diremos nada a Taehyung hasta que el humano esté aquí. —Namjoon responde, todavía dudando. Observa el brazo de Seokjin sujeto al suyo, no dice nada sobre eso.
—Espera... ¿cómo traeremos al humano? No podemos salir del mar. —Seokjin empieza a razonar más.
—Mi padre ha estado vigilando al hombre desde hace unos días, recuerda que para él no hay espacios que rellenar: lo sabe todo o nada —informa, ejerce presión en la pócima que lleva en mano—. El hombre pasa todos los amaneceres, sin excepción, por el peñasco de esa vez. Siempre que el ocaso aparece, está ahí. Solo.
La información parece simple, pero Seokjin empieza a preguntarse si lo es. Cuando el hombre vea a Taehyung, lo recordará todo. Este plan tenía muchos pros y contras, es lo cierto. Por hoy solo queda confiar.
Scaligers: Especie de pinturas con luz. Similares a las pinturas neón.
Creí que no podría actualizar, pero aquí está. Probablemente tarde un poco con los próximos capítulos, tengo cosas que resolver. Aun así, estaré pendiente y buscaré actualizar lo más pronto posible. Buena noche <3
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