❀; Forty.
A la primera llamada nadie respondió, eso lo hizo sentir aun más patético, quería que Hyunjin aclarara quién era su actual pareja, aunque estuviera mal, lo emocionaba la idea de presumirlo como su novio.
Era la primera vez que se sentía de esa manera, tan desesperado por verse con su novio. Esos sentimientos que estaban recorriendo su cuerpo no eran lo mas sano del mundo, pero así eran.
Las risas de las dos personas que intentaban inútilmente ser disimiladas continuaron, y eso lo animó a insistir una vez más. Favorablemente, al tercer tono su novio contestó con la respiración algo agitada, supuso que por el esfuerzo de estar bailando.
Ahora sí se venía lo bueno.
— Seung, amor. ¿Sucede algo?
El nuevo sobrenombre le algo dentro que le removió hasta la ultima célula dentro de su cuerpo y las opciones eran desmayarse en ese mismo lugar o intentar como pudiera controlar su respiración y continuar hablando como una persona normal debería.
Con poco tiempo con el cual debatir, pensó que debía continuar con su cometido y seguir el plan sobretodo porque las dos personas desagradables con las que había tenido la mala suerte de cruzarse continuaban murmurando entre risas posibles palabras dirigidas hacia su persona sin importarle lo mucho que el podría estar escuchando.
La manera tan bella en la que Hyunjin habia llamado a Seungmin podia esperar tranquilamente, ese el momento para otros asuntos mucho más importantes.
— Lamento molestarte, cariño.— Comenzó el chico mostrándose con confianza frente a esos dos. —Estoy en la entrada del salón de prácticas, ¿podrías venir, por favor?
— ¿Aquí? ¿Qué haces aquí, SeungSeung? ¿Viniste solo?
Entendía su confusión, nunca charlaron acerca de las practicas de Hyunjin, mucho menos donde se hacían o algo por el estilo. Seguramente estaba preocupado por el hecho de que probablemente llegó sin compañía de nadie.
Al final, poco sabía Seungmin sobre lo que Hyunjin hace.
— Quise pasar a saludarte, solo será un momento, por favor y sí, vine solo.
— No te muevas de ahí.
Por supuesto que no lo haría. Les enrostraría a esas dos quién es el novio de Hwang Hyunjin.
Al minuto de cortar la llamada, del pasillo que conectaba la entrada con el resto de las instalaciones salió su novio, sudado y con ropa deportiva, viéndose aún más atractivo de lo común, acompañado de una seria expresión pintada en rostro, que pasó a ser una gran sonrisa apenas vio a su pequeño ahí, esperándolo, con varias bolsas en sus manos. Se preguntaba dónde estuvo para andar comprando tanto, no le contó nada acerca de que saldría.
Trotó algunos metros para acortar lo más rápido la distancia que los separaba y en cuanto estuvo a su lado, tomó al castaño de la cintura y le plantó un dulce beso en los labios, frente a esas dos groseras que se habían atrevido a minimizarlo. Él era sensible, pero ningún idiota. En algún lugar de él se guardaba un Seungmin con el suficiente autoestima como para defenderse y que poco a poco volvía a ver la luz del sol.
Algunos centímetros volvieron a distanciarlos segundos después de aquella demostración de amor. La pareja pudo ser testigo de las graciosas muecas de sorpresa por parte de las dos presentes. Seungmin no pudo evitar reír ante la situación.
Pero Hyunjin no estaba al tanto de todo lo que sucedió minutos antes, por lo que desconociendo los conflictos que pudo haber en el medio, presento a las tres personas con total naturalidad.
— Oh, no los presenté... Chicos, él es Seungmin, mi novio.— Seungmin les lanzó una mirada de superioridad que no fue tomada en cuenta por el más alto. —Seung, él es Janmin.— Señaló a la del mostrador para luego dirigirse a la otra: —Y ella es Sooyoung, baila aquí también.
El chico del mostrador, que era bajito y con el pelo negro escondido dentro de una gorra estaba prácticamente al borde del desmayo, por su piel trigueña se apreciaba un leve brillo producto del sudor que se comenzaba a formar producto de la situación que para el era totalmente absurda. Y la chica... ella, su asqueroso rostro bañado en maquillaje junto a sus cabellos castaños con ondas conformaron una reverencia y luego solo mantuvo su mirada en el suelo.
Seungmin soltó mostró una mínima y de lo más falsa reverencia ante ellos y después no volvió a pasar un ojo por ellos, sobretodo para prestarle atención a su novio.
— N-no sabíamos que tenías... Novio.— Expresó Sooyoung, casi sin creerlo.
Janmin se mantuvo en el silencio.
— Ahora lo saben.— Atrajo a Seungmin más al lado suyo. —¿quieres conocer a mis compañeros?
— ¡Claro!— Pegó un salto de emoción en su lugar.
Tomados de la mano se internaron en el interior del establecimiento, y antes de desparecer de su vista, Seungmin miró a las dos personas provocativamente, detuvo a su novio tirando del agarre que los unía y le plantó otro pasional beso en medio del pasillo para que supieran que no podrían volver a molestarlo.
Seungmin se consideraba alguien que lograba completar todo lo que deseaba en una velocidad envidiable y esa ocasión no fue una excepción; todo aquello lo llevó a cabo en menos de diez minutos.
El acto tomó por sorpresa a Hyunjin, aunque lejos de disgustarle, diría que le encantaba la actitud que estaba teniendo el pequeño con él.
Los pasillos dentro de ese predio eran bastante oscuros y casi que no le permitían observar por donde rayos estaba caminando. Su visión mejoró considerablemente solo cuando entraron a una sala especial, con un gran escenario con cortinas color vino de y algunos detalles dorados de decoración. En el frente, algunas sillas que obviamente estaban destinadas al público; un teatro solo para ellos.
— Mira, me están buscando para retomar las prácticas.— Señaló a sus demás compañeros que se encontraban mirando hacia todos lados. —Ponte cómodo, me verás hacer lo que más amo.
Arrastró el pequeño hasta la primera fila y mostró su presencia a los preocupados miembros del elenco que ya hasta lo estaban llamado por micrófono.
Hyunjin subió al escenario y se acomodó a un costado en una excéntrica posición. Podría tratarse de alguna danza lenta o algo así, la verdad era que el castaño no había hablado con su novio acerca de qué estilo de música le gustaba danzar, aparte de que se hallaba en plena ignorancia en cuanto a arte escénico se tratase, pero aun así se arriesgaba a que podía ser contemporáneo o algo parecido.
Todos tomaron sus respectivas posiciones y en cuestión de segundos comenzó la música, los pasos, el movimiento de las luces. En pocas palabras, una vez que Skyfall de Adele empezó, se dio por inicio que la magia aparecería.
La gracia de todos los presentes en escena generaba todo tipo de sensaciones en el cuerpo del singular público presente al ver tal espectáculo. Hubo una parte de la coreografía en la que la misma chica que vio en la calle minutos antes volvía a aparecer, ahora en el escenario, y tenía solo una parte de ella y Hyunjin, demostrando que ambos eran los bailarines principales de aquel acto.
Mentiría si dijera que lo picó un poquito el hecho de ver a la chica tan cerca de su novio, tomándolo del cuello o de su ancha espalda, dejando que él la guíe por todo el espacio permitido, donde él posicionaba su mano en su diminuta y bien formada cintura.
Y así, como si esos pensamientos lo quemaran, rápidamente se decía que solo eran profesionales, no debía pensar mal, no.
Fuera de ese pequeño detalle, disfruto la puesta en escena por completo, ignorando el tiempo pasar. la canción lamentablemente acabó y por ende la actuación. El integrante principal de la obra bajó de un salto y se aproximó hasta el único espectador hasta quedar prácticamente de rodillas delante de él.
— ¿Y?— Su respiración agitada mostraba claramente todo el esfuerzo que había puesto. —¿Qué te pareció? ¿Te gustó?
La sonrisa de Hyunjin destilaba felicidad y brillos, se notaba cuánto amaba ese lugar de ahí, y ese era motivo de felicidad también para el más pequeño.
— Gustar es poco, es magia.
También le gustaba que tuviera el pelo revuelto y que estuviera algo sudado, pero ese era un dato que se lo guardaría solo para él.
Se quedaron mirando, sin decir nada, el hecho de haberse visto en sus momentos de mayor éxtasis como cuándo Seungmin pinta con dedicación o ahora Hyunjin, quien bailaba con pasión, convertía los silencios en momentos de paz, pues las palabras estaban de más en momentos como esos.
Automáticamente a Seungmin se le prendió la lamparita: lo que lo estuvo preocupando toda la semana estaba allí, frente a sus ojos y no supo verlo hasta ahora. Fue entonces que agradeció seguir al pelinegro a donde fuera que estuviera yendo.
Sin remordimiento alguno, soltó su idea.
— Quiero que ésta sea mi cuarta y última misión.
Hyunjin lo miro con confusión, no entendió a la primera o mas bien le era increíble procesar el significado de las palabras de su pequeño.
— ¿Cómo d-dices?
— Cuando tú estés bailando allá arriba.— Señaló el escenario. —Yo estaré aquí, en algún lugar entre el público, y mientras tú estés haciendo tu magia, yo haré mi arte. En esos casi cinco minutos que dure la canción quizá no llegue a hacer la mayor obra de arte de mi vida, pero te aseguro que será la más significativa e importante para mí.— Lo miró directamente a los ojos. —Dijiste que mi pintura debía nacer del arte de alguien más y no tengo duda alguna que quiero que lo mío nazca de ti, porque tú, Hwang Hyunjin, eres mi artista favorito.
Quizá Seungmin pensaba que la magia la hacia Hyunjin, pero para este era al revés. No habría un Hyunjin que destilara brillos si no fuera por la magia que Kim desparrama sobre él.
El halagado no lloró, mas no negaría que ganas no le faltaron. De lo que sí no se abstuvo fue de besar a ese pequeño ser que hacía su vida más linda, porque podía apostar cualquier cosa que no se sentiría así de pleno si no fuera por él.
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¡Hola, perfecciones!
AAAAAAH.
Re amo el final del capítulo, me quedó re soft y bonito, pero el resto es una porquería, qué decirles.
Nos leemos luego~.
— D a n o n i n o .
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