❀; Fifty Three.
• Reproduzcan la canción, más de una vez si es necesario y por favor, traten de sentir algo más allá de simples frases y acciones narradas.
En el sillón, enfrentados, mirándose. Esa era la situación de ambos, y no les molestaba para nada, hacía varios minutos que se encontraban de esa manera, disfrutando uno del otro, disfrutando de cada uno de los rasgos de la persona que tenían en frente, deleitándose con la belleza ajena. La imagen mental era mil veces mejor que cualquier fotografía.
— Te tengo un regalo, o bueno, algo así.— Soltó Seungmin, sin poder guardar aquel secreto. —¿Quieres verlo?
Hyunjin sonrió ante la timidez de su pequeño, no había manera de hacerlo perder ess pequeña parte de su personalidad.
— Por supuesto que quiero verlo, Seung. Muestrame.
Con cautela, Seungmin se levantó del sofá y buscó su mochila con la mirada y la encontró a los segundos, apoyada al costado de la escalera; en ese mismo instante también se dio cuenta de que la confianza con Hyunjin era tan grande que, sin problema podía dejar sus cosas tiradas por ahí que no le causaría molestia a ninguno de los dos. Caminó tranquilamente hasta ella, abrió el cierre con lentitud, intentado hacerse el misterioso y a la vez burlarse un poco de su novio, que estaba que se moría por saber qué traía como regalo su pequeño.
— Cierra los ojos.— Pidió cuando ya tuvo ese cuadrado envuelto en sus manos.
Sin decir nada ni mucho menos con ganas de perder el tiempo, Hyunjin inspiró profundo y se negó a ver solo por saber. Fue entonces que Seungmin volvió otra vez hasta su anterior lugar, agarró las manos del dichoso que recibiría tal obsequio y rodeó éste con las extremidades del pelinegro, ese fue el momento en el que la curiosidad le ganó y abrió los ojos.
Para suerte de la malicia del más bajo, nada más que el envoltorio de color naranja con el que torpemente cubrió él mismo el obsequio.
— Ábrelo.— Incitó Seungmin. —Y asegurate de romper el papel envolvente.
Sin un segundo de por medio, Hyunjin desgarró la cobertura, provocando la risa de su novio, parecía un niño pequeño en navidad, muy tierno de verdad.
Una vez que el papel estuvo fuera, solo se dedicó a mirar aquel objeto con melancolía; la foto de ellos de hace unas semanas, el mismo día en que Seungmin había accedido a ser su novio, fue en ese instante antes de abandonar la casa de Felix que su pequeño, tímidamente, tuvo la maravillosa idea de sacarse una foto. Allí estaban, Hyunjin besaba la mejilla de Seungmin y este último tomaba con una gran sonrisa la foto. Y más allá de la preciosa imagen, el detalle estaba en el marco que la sostenía, pues la decoración del mismo estaba hecha a mano y realmente no era una exageración cuando se hablaba de él como el regalo más hermoso del mundo, o bueno, así era para Hyunjin.
Pasó sus manos por las piedrietas de fantasía color doradas ubicadas en dos esquinas opuestas del portarretratos, la textura era muy linda y notoria. A éstas las sostenía una mezcla de colores hermosos; tonos de verde agua y lila eran la mejor combinación para el brillo del dorado, mas el detalle principal estaba en la parte inferior derecha, una pequeña frase con una caligrafía prolija y única que expresaba tanto...
«We're breathing»
— Hace dos meses entraste a mi vida, Hwang Hyunjin, y no hay nada que agradezca más que esto que me das.
Hyunjin todavía sostenía el cuadro observándolo con admiración, no era capaz de creer todo lo que estaba viviendo, y no solo en ese preciso instante, sino lo que llevaba ocurriendo en su vida desde hace dos meses. ¡Diablos! Fue la mejor decisión de su vida haber ido a buscar a Changbin aquella noche. Nunca tuvo mejor idea que molestarlo y seguirlo el día que se iba a presentar en el museo, porque sí, Seungmin representó una gran incógnita desde el minuto uno. De tan solo pensar que quizá, si no hubiera ido, hoy no estaría así con la persona que más amaba en el mundo, le entraban una ganas inmensas de llorar como un niño.
— Dios, SeungSeung, eres un ángel... Mi pequeño ángel.
Poniendo toda su delicadeza en cada uno de sus movimientos, bajó el portarretrato para ocupar sus manos en las mejillas de Seungmin y dejarle un largo beso, como primer agradecimiento. Al separarse, juntaron sus frentes, Hyunjin todavía conservaba una sonrisa pícara.
— Acompañame a mi habitación, quiero acomodar tu regalo en mi mesita de luz.— Indicó a susurros. —Allí también guardo mi regalo para ti.
Era un acierto que el doble sentido se hallaba en las palabras de su novio, y lejos de negarse, lo siguió con un lindo sonrojo en sus mejillas, dejándose guiar por la mano del más alto.
Entraron a la habitación, donde Seungmin directamente fue a sentarse en la cama. Se dedicó a ver el lugar que ocupaba su regalo y sonrió orgulloso cuando lo vio; la mesita de luz que estaba de su lado. Hyunjin vería su foto cuando se levantara y también cuando se fuera a dormir. Le pareció romántico y tierno.
Una vez que su regalo estuvo perfectamente acomodado, el pelinegro se ocupó de buscar su regalo entre sus cajones. Al poco tiempo, sacó una cajita de terciopelo de color bordó o vino, la verdad, no podía distinguir muy bien el color a lo lejos.
Ahora era el momento de Hyunjin para hacerse el misterioso, por lo que, disfrutando el momento, se acercó con cautela hasta el lugar de su novio. Sus miradas estaban conectadas y, por más que sea un simple presente, el ambiente se sentía cargado.
Los regalos de Hyunjin eran muy distintos a los de Seungmin. Mientras el más pequeño prefería las cosas artesanales y hecha por él mismo y que, además, llegaran al corazón de alguna manera u otra, el más alto se la pasaba días y días pensando el regalo más hermoso, y hermoso era sinónimo de costoso.
No supo si gritar, llorar, correr o simplemente reír. De un momento para otro, tenía enfrente suyo al vicepresidente del Museo Nacional de Artes Visuales, Hwang Hyunjin o sencillamente su apuesto novio de rodillas frente a él, con una cajita abierta que mostraba el anillo más precioso que pudo ver con sus propios ojos jamás.
— Probablemente me vea como un loco haciendo esto de repente, pero ya nada es importante para mí más que tú y yo, Seungmin. Quiero que sepas que estás en todo tu derecho de rechazar cualquier estupidez que llegue a decir, porque como te dije, te esperaría toda mi vida.— A este paso, las lágrimas caían de a poco por las mejillas del más bajo. —Nos encontramos y fuimos la salvación del otro. Tú no tienes idea la ayuda que fuiste para la basura que antes era. Todos los días pienso que nuestra historia es como ninguna otra, es decir, somos artistas, eso nos hace muy distintos a los demás, ¿entiendes, Seung? Pero a la vez hacemos arte con nuestra simple existencia, porque cuando nos juntamos somos una sola creación, la mejor obra de arte, y la más bella por lejos. El mundo no nos conoce, pero adora nuestra combinación. Juntos pasamos por absurdas e interesantes pruebas para confiar en el otro y por mí, debo decir que es suficiente, no necesito más para saber a quien necesito más que a nadie, puedo asegurar que no amé ni amaré a alguien como te amo a ti, no existe esa persona. En esta y en otras mil vidas más, estoy decidido a permanecer a tu lado, y por eso, Seung, y por miles de razones más, quiero darte este anillo, para que lo lleves contigo y recuerdes cada una de mis palabras, porque nunca en mi vida he sido tan sincero como en este momento.
El pequeño Kim cayó de rodillas frente a su novio hecho lágrimas y extendió su temblorosa mano para que él pudiera alcanzarla.
— Acepto tu anillo, tus palabras, tu amor y todo lo que venga de ti, porque también te amo, Hyunjin, te amo sin final ni límites, en esta y en mil vidas más.
Y una nueva obra de arte fue creada en esa habitación, porque la noche recién comenzaba.
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¡Hola, perfecciones!
La concha de la lora, no saben lo que me costó hacer este capítulo, onda, me quería re esforzar porque de verdad quería que fuera mágico y todavía falta el siguiente que espero y me salga piola. Ojalá hayan sentido algo con todo esto.
En otras noticias, me había re olvidado de responderles: No, no pinto, pero sí me gusta, amo muchísimo las pinturas de Quinquela, quien es un pintor argentino, y bueno, también sigo otros pintores, aunque sí tengo lado artístico, pues soy algo parecido a una escritora, todas mis historias son ideas plenamente mías y creo firmemente en que si sale de tu imaginación, cualquier cosa es arte.
YYYYY FINALMENTE:
Los invito a pasarse por mi nueva bebé que para bien o para mal, prometo que tendrá la misma calidad que Watercolors.
Estoy re emocionada, basta.
Nos leemos luego~.
— D a n o n i n o .
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