↠Ehiku.


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Ver su reflejo en el espejo en la pared de su habitación fue suficiente para sentirse incómoda como si algo no encajase en lo que llevaba puesto con su personalidad, por ello hizo uso de su velocidad vampírica para cambiar el conjunto por algo que fuese más acorde con ella, en cuanto volvió a cambiarse regreso frente al espejo, el conjunto le pareció mejor que el anterior, pero seguía sin estar de acuerdo, pero se debatía en ir de nuevo a cambiarse con este sería la quinta vez que se cambiaba, aun cuando ella en verdad se veía increíble con cada prenda que usaba inconscientemente nada le convencía para retrasar lo que estaba por pasar.

La de ahora ojos ámbar estaba completamente segura de que si aún fuese humana sus palmas hubiesen estado sudorosa gracias a su nerviosismo, además de que seguramente estas las hubiese frotado en sus vaqueros aquella costumbre que había adquirido desde pequeña, pero ahora solo sentía nerviosismo, sus manos no sudaban y tampoco sentía la necesidad de frotar sus manos contra sus vaqueros, seguramente si Jasper pudiese sentir sus emociones ya le hubiese ido a calmar. El suave golpeteo de la puerta le hizo salir de sus pensamientos y quitar su mirada del espejo para fijarla en la entrada de la habitación, el suave olor que tanto le hacía sentirse embriagada llegó a su nariz y supo que se trataba de cierto chico sureño.

—Adelante —la puerta fue abierta y dio paso al chico de sonrisa encantadora, el chico de rubios rizos había estado esperando desde hacía rato, pero al ver que esta tardaba más de lo usual decidió ir a la habitación de la castaña para asegurarse de que todo estaba bien.

—¿Esta todo bien? —Jasper se adentró a la habitación cerrando la puerta tras de sí y acercarse a la castaña con pasos ligeros, Kailani negó regresando su mirada al espejo y el sureño frunció el ceño al no encontrar algo que pudiese causar el malestar de la chica, se acercó aún más a ella para ver el reflejo del espejo que tanto parecía interesar a la chica. La confianza entre ambos había crecido considerablemente hasta el punto de que la cercanía del otro era necesaria en su día a día, además de que el tener las manos entrelazadas o los abrazos entre ambos se volvieron constantes con los días.

—Estoy nerviosa, tanto que cada cosa que me he puesto me parece insuficiente, como si algo estuviese mal. Deseo que todo sea perfecto —se sinceró recorriendo el rostro de Jasper por medio del reflejo.

—Comprendo tus nervios, es natural tu nerviosismo por el tema, pero si a mí me lo preguntas con lo que utilices estarás hermosa —se atrevió a acercarse aún más a la castaña, pasó sus brazos por la cintura de la chica abrazándole y colocando su barbilla en el hombro de la híbrida sin despegar su mirada de los ojos ámbar de Kailani por medio del reflejo.

—Quiero que ella me siga viendo a mí, no quiero que su amor hacía mí haya cambiado, no soportaría ver sus ojos con miedo o rechazo por lo que soy ahora —colocó sus manos sobre las de Jasper, a pesar de que la temperatura de los de su especie era mínima para ella la temperatura de Jasper le brindaba calidez y viceversa—. Que Sam prácticamente me haya suplicado para que fuera a la reserva para visitar a mi madre me tiene inquieta, siento que algo no va bien y es lo que me tiene con los nervios de punta. Claro que deseo con todo mi ser correr hacia ella, desde el inicio quise ir con ella para que me consolarse, pero su seguridad siempre estará primero para mí, además de que hay demasiadas preguntas por responder y quizá en la reserva pueda obtenerla —apretó su mano contra la de Jasper—. El tener una transformación incompleta, el apego tan inusual que tengo con la manada y ellos hacia mí, el sentir lo que ellos sienten aún me supera y ni hablar de que pareciera que no pudiesen negarme nada, lo confirmamos cuando le pedí que tú pudieras acompañarme y Sam ni siquiera se lo pensó, aun cuando después parecía poco alegre con su respuesta, como si la respuesta hubiese salido sin permiso de su boca.

—Sé que tienes miedo, pero su amor por ti no cambiara, por lo que me has contado ella te adora y logrará aceptar la que ahora es tu vida —Kailani sonrió al sentir la voz de Jasper tan cerca suyo, había disfrutado cada palabra que agradecía que nadie pudiese conocer sobre sus pensamientos y sentimientos en esos momentos—. No eres la única que cree que encontrarás respuestas en la reserva, Carlisle comentó que seguramente el consejo podría saber mucho más de lo que él conoce sobre los genes lobunos. Esto último sí que nos tomó por sorpresa, el tratado claramente nos prohíbe cruzar hacia la reserva, pero cuando Sam respondió fue... Como si frente a él estuviese algún tipo de deidad por la que haría cualquier cosa, como si no pudiese negarse. Cuando Edward se enteró quiso a ver estado para ver lo que hubiera pensado en cuanto le preguntaste.

—Gracias, Jasper. Por tus palabras y acompañarme desde el inicio, sé que la relación entre vampiros y lobos no es la mejor, además de su olor de perro mojado que dicen que tienen —rió ligeramente por este hecho, siendo que había visto varias veces las muecas que habían hecho los integrantes de la familia Cullen cuando uno de sus amigos o su primo se acercaban solo para saludarla o ver cómo se encontraba—, por ello agradezco que me vayas a acompañar.

—No hay nada que agradecer, señorita —se puso recto, ya que debió agachar su cabeza ligeramente para colocarla en el hombro de la castaña—. Por usted haría cualquier cosa e iría a cualquier parte —depositó un casto beso en la cabeza de Kailani sin deshacer el abrazo, dicha acción hizo que Kailani quisiera soltar un suspiro, pero le retuvo, sólo sus mejillas fueron evidencia de lo feliz y nerviosa que Jasper lograba ponerle.

—¿Entonces crees que este sea un buen vestuario para ver a mi mamá? —preguntó esta vez más segura de lo que llevaba puesto, pero aun así le gustaría la opinión del sureño, Jasper rió al ver las mejillas sonrojadas de su compañera, no hacía falta sentir sus emocione para saber que su acción de besarle la cabeza y seguir abrazándola había sido el culpable del sonrojo de la chica.

—Si, te ves hermosa.



Jasper no soltó la mano de Kailani en ningún momento, tanto porque sabía que ella necesitaba su apoyo como el que se sentía algo incómodo, sabía de antemano que se encontraba en territorio desconocido y prácticamente para los de su especie, enemigo. Su mente le gritaba constantemente no bajar la guardia y si fuese necesario en algún momento tomar a Kailani para llevarla a un lugar seguro, aunque también sabía que aquello seguramente no sería necesario siendo que Kailani pertenecía también a la reserva, era el hogar de la castaña y eso jamás sería cambiado.

El auto se detuvo frente a la casa Uley, misma en la que Sam le había informado a la castaña que se encontraba su madre desde el día que llegó tras su desaparición. Kailani había sido la de la idea de viajar en auto en vez de correr hasta ahí siendo que no deseaba generar una situación incómoda para su madre al verlos llegar como si nada saliendo del bosque, no deseaba que esta se asustara o le rechazara antes de siquiera lograr hablar correctamente. Casi al minuto de que la pareja descendió del automóvil la puerta principal de la casa fue abierta, Kailani seguía tomada de la mano de Jasper y este se mantenía prudentemente cerca, sobre todo cuando vio un cambio en el rostro de su compañera al ver a la mujer bajo el pórtico de la casa.

Kailani tras semanas de su desaparición y de ser convertida por fin logró ver a su progenitora, pero a penas y lograba ver el fantasma de la mujer fuerte e independiente que era Kiannah, esta se encontraba vistiendo un pans holgado, una sudadera que le quedaba grande y que pertenecía a su sobrino, unas deportivas y su cabello se encontraba recogido de una manera desordenada siendo que varios mechones de cabello salían de este, la ojeras que presentaba no pasaron desapercibidas por ninguno de los vampiros, ojeras que demostraban las noches en vela que Kiannah había pasado por la desaparición de su hija y posteriormente por su actual condición, por los pensamientos que le atormentaban diariamente, ahora Kailani entendía porque Sam le había pedido que fuera a la reserva con tal urgencia. La mujer no dudó echar carrera para llegar hasta su hija, ni siquiera paró cuando tropezó gracias a los escalones del pórtico, Kailani por su parte soltó la mano de Jasper para hacer lo mismo moderando su velocidad y fuerza, los brazos de Kiannah por fin rodearon el cuerpo de Kailani y los sollozos de la mayor no se hicieron esperar.

—Mi pequeña. Oh mi pequeña —el llanto de Kiannah no tardó en mojar la ropa de Kailani, se aferró a su hija temiendo que esta desapareciera en cuanto le soltara, acarició su cabello y sollozó repetidas veces al poder por fin ver a su pequeña, al por fin tenerle entre sus brazos y sentir la necesidad de llevarla consigo a otro lugar con tal de protegerla.

—Mamá —Kailani tampoco tardó en llorar al sentir la calidez que su madre le brindaba, la de ojos ámbar no fue consciente de cuanto había necesitado a su madre hasta ese momento, de cuanto había necesitado los abrazos de esta y sus palabras para que le consolara diciéndole que todo estaría bien, se sentía como una niña pequeña que había perdido de vista a su madre por unos minutos que parecieron una eternidad y por fin la hubiese encontrado. No deseaban separarse, no cuando se habían hecho tanta falta, desde la muerte del padre de Kailani solo habían sido ellas dos contra el mundo y que les hubieran separado fue un golpe fuerte para ambas. había estado reprimiendo tanto cuanto necesitaba ver a su madre, cuanto necesitaba que esta le abrazase y le dijese que todo estaría bien. Ninguna deseaba separarse, se había hecho tanta falta, aun cuando Kailani había tenido con quien distraer su mente de todo lo malo.

—Perdóname, perdóname por favor.

—¿Por qué debería perdonarte si no has hecho nada malo? —ante el desconcierto Kailani fue quien rompió el abrazo, no entendía por qué su madre pedía su perdón, los ojos ámbar chocaron con los color chocolate de Kiannah y fue cuando la realidad golpeó a la mayor, recordó lo que le habían hecho, la ira que había estado reprimiendo estalló en solo segundos y cegada por esto jaló a su hija hasta colocarle detrás suyo y correr hacia el único desconocido para ella.

—¡Tu! —Kiannah empujó a Jasper o al menos eso intentó siendo que este ni siquiera se inmutó, comparando la fuerza de la mortal con la del vampiro esta era nula, aunque el rostro de Jasper mostraba el desconcierto ante el ataque de la mujer, además de los sentimientos de ira que Kiannah presentaba hacia él. Kailani no había movido un músculo ante la sorpresa que le causó todo, pero en cuanto vio la intención de su madre de golpear a Jasper hizo uso de su velocidad para quedar en medio de ambos y tomar las manos de su madre

—¡Mamá! —Kailani le llamó intentando que le mirara, pero la mirada llena de odio de Kiannah jamás dejó el rostro de Jasper

—¡Tú me la quitaste, tú y tu especie me quitaron a mi bebé! ¡Ustedes no amaban, ustedes solo destruyen! —Kiannah intentaba zafarse del agarre de su hija, quien tenía cuidado de no lastimarla al no estar familiarizada con su nueva fuerza le costaba horrores el no aplicar fuera de más que pudiese dejar algún moretón o llegar a algo más, lo que los adolescentes desconocían era que Kiannah no solo hablaba de su hija, sino que también del padre de la chica—. ¡Devuélvemela, devuélveme a mi hija! —su voz se cortó y dejó de moverse con brusquedad, se dejó quebrar frente a ellos—. Ustedes me quitaron a Kai, ustedes me quitaron a Kailani, me lo han quitado todo —sollozó con fuerza y el sentimiento de ira dejó el paso al sentimiento de tristeza y desasosiego.

—Basta, mamá —Kiannah se atrevió a mirar a Kailani quien le miraba con comprensión. Soltó con cuidado las manos de la mayor para hacerse a un lado y colocarse a la par de Jasper—. Mamá, él es Jasper —murmuró atenta a cualquier movimiento que Kiannah realizará, Kailani no le temía a lo que su madre pudiera hacer, pero si le temía a que pudiese hacerse daño al intentar algo en contra de su compañero, Jasper por su parte no pudo evitar el influir en las emociones de Kiannah intentando que esta se calmara.

—No lo quiero ver aquí, no lo quiero cerca —si bien la influencia de Jasper en las emociones de Kiannah sirvió esta seguía reacia a que un vampiro estuviese cerca suyo o de su hija. Por esto mismo Jasper decidió hablar por primera vez desde su llegada.

—Kailani, yo puedo esperar en el auto no hay problema con ello.

—No —la respuesta tajante de la híbrida hizo que Jasper no dijera más y que Kiannah le viera sorprendida por su repentina negativa.

—¿No? —Kiannah miraba incrédula a su hija sin comprender por qué deseaba que aquel chupasangre permaneciera ahí, con ellas—. Kailani, los de su especie te arrebataron tu vida, tu futuro, son monstruos.

—No, mamá. Jasper no fue quien me quitó mi vida ni mi futuro, él fue quien me salvó —"y con quien deseo tener un futuro" quiso decir, pero no era el momento además de que deseaba decírselo primero a Jasper que a otra persona. La suave mano de la castaña buscó la de Jasper, la cual era más grande que la suya, entrelazo sus dedos y Jasper no pudo evitar sonreír mientras miraba a Kailani, le alegraba de sobremanera que ella le estuviese defendiendo y le hiciese frente a su mamá con tal de que él se mantuviera junto a ella—. Jasper es mi compañero, mi pareja, tal y como en las leyendas que el abuelo contaba. Si bien fue un vampiro el que provocó todo, quien me convirtió es el culpable, no por ello condenarás a todos, por más que cueste aceptar ahora también soy parte de este mundo, soy un vampiro también. Te amo, pero no aceptaré que culpes a otro, mucho menos a Jasper.

Kiannah miró las manos entrelazadas de su hija y el chico, fue testigo de la manera en la que este miraba a Kailani como si esta fuese lo más importante de su vida, como si temiese despegar la mirada de ella y también miró la determinación en la mirada de Kailani, por unos momentos se vio a si misma de joven junto a Kai y fue cuando sus acciones recayeron sobre ella, el cómo había literalmente atacado al chico sin siquiera dejarle hablar, la había jodido.



El silencio reinaba en la habitación desde que habían entrado en esta, tras la escena que Kiannah había realizado en el patio de la casa de su hermana les invitó a pasar, al principio temió que rechazaran su intento de disculpa, pero esto no ocurrió, ambos chicos aceptaron la invitación y se adentraron a la casa siguiendo a la de ojos oscuros. Para suerte de Kiannah su hermana Leilani había sido invitada por su hijo a comer por lo que no había escuchado ni visto nada y ahora gracias a ello solo estaban ellos en la sala de estar, sentados esperando, aunque desconocían aquello que esperaban. Jasper estaba sentado junto a Kailani en uno de los sillones compartidos, mientras que Kiannah se había sentado en uno de los sillones individuales que se encontraba a la derecha de la pareja.

—Ma...

—Lo siento —soltó de golpe Kiannah interrumpiendo a su hija, necesitaba disculparse y aclarar también muchas cosas, su mente era un caos, pero poco a poco todo comenzaba a recaer en su lugar para que lograse actuar como debió actuar desde un inicio—. Lo siento, en verdad. Dejé que el odio me sobrepasara y tomara el control de lo que hacía y decía, descargue mi ira contra el primero que miré y por desgracia fue, ¿Jasper? —no estaba segura de sí aquel era el nombre del chico o si le estaba pronunciando correctamente. El de rizos a penas y realizó algún ruido al colocarse de pie y colocar una mano en el pecho realizando una ligera inclinación.

—Jasper Hale, un gusto poder conocerle —su tono amable no cambió y si dejaba a un lado lo ocurrido si le daba gusto conocer a una de las personas más importantes para su compañera, el tono de voz y la manera tan educada en la que se había dirigido hacia ella hizo a Kiannah sentirse peor por el error que había cometido.

—Kiannah Nagahara —se presentó de igual manera, aunque sin colocarse de pie, Jasper volvió a tomar asiento junto a Kailani—. Te ves... Diferente —esta vez se dirigió a su primogénita, notando los claros cambios de su hija, la cual a pesar de su actual condición veía más viva que nunca, su cabello ahora tenía un color más claro que antes, su tez sin imperfección alguna y sus ojos que eran los que más resaltaban en el cambio, siendo antes avellanados ahora era de un resplandeciente color ámbar.

—Lo sé, los ojos son raros, pero te acostumbras. Además de que ya no podrás quejarte de mi postura —bromeó un poco provocando que Kiannah sonriera ligeramente al ver que su hija podía haber cambiado físicamente, pero su personalidad seguía intacta—, aunque no soy un vampiro por completo, mi corazón late, mínimamente, pero late y eso provoca que aún tenga cosas humanas, como el poder llorar u sonrojarme, además de que mi alimentación también puede ser como la de antes —habló sin apuro alguno, siendo cuidadosa con sus palabras para evitar cualquier exaltación por parte de su madre.

Jasper sintió el cambio en las emociones de Kiannah con cada palabra que Kailani decía, la tranquilidad y la alegría se comenzaron a albergar poco a poco en la mujer, además de que a pesar de no lograr sentir nada más que calma por parte de su compañera -como era usual desde que la conoció-, pero podía asegurar que esta también se sentía alegre al ver que su madre comenzaba a aceptar lo que ahora era y si Kailani estaba bien Jasper lo estaría, no había cosa que el sureño más deseara que la felicidad de la chica a su lado.

—Sam lo comentó ante el consejo —habló Kiannah tras soltar un suspiro, había escuchado todo lo que Sam le decía al consejo desde que Kailani había aparecido—. El día que no volviste a casa, que no contestaste las llamadas sentí que moría en vida, sobre todo tras los asesinatos y desapariciones en Seattle, creímos lo peor —se abrazó a sí misma al recordar las noches que pasó con el sentimiento amargo que le hacía creer que su hija pudo haber sido asesinada, sacudió ligeramente su cabeza alejando tales pensamientos y decidió cambiar de tema—. He de suponer que tienes preguntas.

—Demasiadas, a decir verdad —Kailani no despegó su mirada de su madre—. Quiero saberlo todo, quiero saber por qué mencionaste que te quitaron a papá. ¿Por qué tienes conocimiento de todo esto y me lo ocultaste? ¿por qué soy tan apegada a la manada? ¿eso puede ser la razón de mi hibrides? Necesito tantas respuestas —el ambiente cambió a uno más serio, Kiannah miró a Jasper preguntándose si sería bueno que el escuchase tal conversación, pero no podía pedirle que se fuera, comenzaba a entender que Kailani le quería con ella.

—Bien, esto es algo largo por lo que pido que escuches sin interrumpirme —Kailani asintió y aquello fue como una señal para Kiannah para dar inicio—. Como bien sabes yo no nací aquí en la reserva, sino en la tribu Ute, tu padre no fue solo de vacaciones allá como te hice creer estos años, él técnicamente fue llevado por mi padre para enseñarle a controlarse, tu padre era un lobo, la sangre de los lobos corría por sus venas y en mi familia también, cuando nos vimos por primera vez el literalmente cayó de rodillas —Kiannah sonrió con ternura recordando a un Kai adolescente con el cabello medianamente largo y que había caído de rodilla, ella se había asustado hasta el punto que había jalado a su padre frente a ella como un escudo—. Tu abuelo te habló de ello, la historia de los hombres lobo al encontrar a su compañera, a decir verdad, mi padre se opuso a que te ocultara la verdad y cada que yo me distraía te contaba leyendas, bueno eso es lo que llamamos imprimación, todos los lazos se cortan, Kai me contó sobre cómo sintió un corte limpio con todo y como todos esos lazos solo le conectaban a mí. Tu padre esperó a que yo le aceptara, tuvo muchos detalles, estuvo siempre junto a mí y yo no pude evitar más lo que sentí desde el momento en el que nos conocimos, nos enamoramos, nos casamos y te tuvimos, nuestra pequeña princesa.

» Naciste aquí, en la reserva, vivíamos en paz. Kai no dejó su lobo, nunca me explicó la razón, solo dijo que algo le decía que no le dejase y por qué llegó cuando tenías cuatro años, justo el día en el que el padre de Sam les abandonó, un vampiro apareció en la reserva, yo había dejado a Sam a tu cuidado porque tu tía estaba devastada, todo pasó muy rápido, cuando regresé Kai ya se encontraba en su forma lobuna y peleaba con el vampiro, parecía que todo estaba bajo control, pero tú eras una niña, habías visto a tu papá antes de que se transformara por lo que fuiste a buscarle, te caíste y sangraste lo que provocó un frenesí en el vampiro, yo corrí por ti y después solo fue silencio, el vampiro murió gracias a la distracción, tu padre nos protegió, pero el resultó gravemente herido y no se pudo hacer nada más, el murió protegiéndonos, no en un asalto como te habíamos hecho creer, por eso su tumba está en Utah, no murió en su forma humana, por lo que no pudimos verle una última vez.

Kailani miraba el suelo de la sala, ida escuchando cada palabra que su madre había dicho, le habían mentido sobre la muerte de su padre, pero aquello no era lo que le dolía en esos momentos, sino que si se ponía a pensar bien en ello, ella pudo ser la causa de la muerte de su padre, si no hubiese ido a buscarle, si no se hubiese caído quizá el estaría con vida, ella tendría a su padre y su madre tendría al amor de su vida a su lado.

—Deja de atormentar tu mente —Kiannah había estirado su mano para acariciar el cabello de su hija—, sé lo que piensas porque yo también me culpe por mucho tiempo, quizá si hubiese llegado antes o si hubiese llevado a Sam y a ti conmigo nada malo hubiera pasado, pero no podemos atormentarnos con lo que pudo ser, Kai hubiera vuelto a hacerlo sin siquiera dudarlo para mantenernos a salvo —Kailani sonrió sintiendo sus ojos aguarse ante el recuerdo de su padre, había visto muchas fotos de él, se había grabado su rostro, no fue fácil crecer sin él, pero su madre siempre estuvo con ella e hizo el rol de padre y madre lo que hizo que la falta de su padre fuese menos dura—. Tras la muerte de tu padre siempre hubo el temor de que algo malo pudiese pasarte, por lo que decidí cortar cualquier lazo con el mundo sobrenatural, por ello nos mudábamos con regularidad, por ello no dejaba que estuviese a solas con tu abuelo quien se empeñaba a contarte las leyendas y un efecto colateral a eso fue que evitará venir a la reserva, aun cuando veníamos me mantenía metida en el trabajo con tal de no recordar el pasado.

» Pero la sangre llama, los genes lobunos volvieron a aparecer, Sam fue el primero en entrar en fase, en la semana que desapareció no fue lo único extraño, tu esa semana enfermaste, ardiste en fiebre y a duras penas estuviste consciente, creí que también estabas entrando en fase, una locura tomando en cuenta que no había vampiros cerca nuestro y en verdad esperábamos eso, el consejo estaba al tanto de tu condición, pero desconocían la de Sam al menos hasta que el último día de esa semana te levantaste como si nada hubiese pasado y tomaste el teléfono, llamaste a Sam, este había evitado cualquier contacto, pero a ti te contestó. Kailani solo dijiste "vuelve" para después desmayarte, cuando despertaste no recordabas nada, para ti solo habían pasado horas. No pudimos explicar lo que había pasado, tu condición era desconocida para el consejo y Sam solo hizo lo que pediste, regresó a casa y el viejo Quil fue quien notó que Sam había entrado en fase.

» Las fechas coincidían, el tiempo que él había estado en fase fue el mismo que tu estuviste enferma y esto pasó con cada integrante de la manada, cada que uno entraba en fase tu enfermabas, para que después siguieron como si nada hubiese pasado, ni una sola vez recordaste sobre tu condición, en algunas duró más que otra, pero en definitiva la más larga fue la de Sam, tuve que inventar muchas excusas en la escuela y a ti, al final las respuestas no estaban en las leyendas Quileute por ello recurrí a mi padre y el sí que pudo darnos respuestas —soltó un suspiro antes de colocarse de pie y dar una ligera caminata por la sala, hasta detenerse frente a Jasper y Kailani—. En la tribu Ute hay una leyenda, esta habla sobre aquellos que tienen los genes del lobo, sobre la protección que estos le brindan a su tribu contra los fríos, pero lo que llama la atención de la leyenda es sobre a hija del jefe quien también tuvo los genes del lobo, la primer mujer en convertirse en lobo, aunque no fue la única ella tenía algo especial con la manada, lo que ella decía se hacía, ella unía a la manada, no era una alfa, era más allá de un rango, era quien parecía mantener todo en equilibrio, cada integrante tenía un lazo con ella tan fuerte como el de una impronta, era el único lazo que la imprimación no cortaba. La tribu Ute le llamó "Kamāliʻiwahine o nā ʻīlio" o "Princesa de los lobos", cada cierto tiempo aparecía una y estábamos seguros de que tú eras la siguiente, pero al no quererte involucrada en el mundo sobrenatural evité cualquier posible encuentro con un vampiro para así evitar que entraras en fase, por ello la última vez que pisamos la reserva no visitamos Forks, era consciente del clan Cullen —señaló con la cabeza a Jasper, mismo que se encontraba completamente fascinado con las leyendas que las tribus de los lobos tenían, no podía ni imaginarse la cara que Carlisle pondría al por fin conocer más sobre aquellos genes de lobo—. Lo que sigue lo conoces, regresamos a Seattle, te mordieron, desapareciste, regresaste a Forks y ahora estás frente a mí, pero desconocemos sobre tu hibridez, no tenemos leyendas sobre ello, jamás habían mordido a alguien con el gen, tenemos suposiciones, pero nada más.

—¿Qué suponen?

—Suponemos que tu gen pueda ser la razón, estabas destinada a convertirte en un lobo, pero al no haberte convertido aún quizá el mismo gen se encontraba encapsulado, mismo que pudo tener una lucha con la ponzoña del vampiro y por ello quedaste entre ambas cosas dentro de tu cuerpo, no eres un humano, pero tampoco eres un lobo o un vampiro, eres por así decirlo el punto medio de las especies —vaciló un poco siendo que aquello no era solo una de las suposiciones, la más fuerte en realidad, pero no tenían demasiada información como para asegurar u ayudar en algo.

—Todo, es tan... confuso —Kailani gruñó un poco sintiendo demasiados pensamientos en su cabeza, todo se le juntó, pero también tenía las respuestas que deseaba, al menos la mayoría de ellas. Miró a su madre y no pudo evitar ver en ella la fuerza misma, su madre había pasado por tantas cosas y aun así le había dado un techo en el cual dormir, le había dado comida y educación, definitivamente Kiannah Nagahara había luchado demasiado, había dado todo de sí para mantener a su hija y aquellos pensamientos hicieron a Kailani levantarse más rápido de lo que calculó sorprendiendo a la mujer en cuanto los brazos de la menor le envolvieron—. Gracias, por todo. Jamás podré recompensarte lo que tuviste que pasar por mí, te amo mamá y quiero que estés a mi lado siempre.

—Mi pequeña, yo siempre estaré para ti —abrazó de vuelta a su hija, abrazándola como solo una madre que amaba y adoraba a su hijo podía hacer. Jasper sonrió al ver tal escena, hacia tanto que no veía el afecto que un humano tenía hacia una figura paterna, al menos no desde que él era apenas un chiquillo cuando abrazó por última vez a su padre, si bien ahora él tenía una familia que le quería y apoyaba, Esme era tan cariñosa con sus hijos adoptivos que también les abrazaba con regularidad. Madre e hija se separaron y se miraron antes de reír al ver que ambas habían dejado que un par de lágrimas rebeldes mojaron sus mejillas, ambas eran unas lloronas sin remedio alguno—. Te extrañé tanto mi bebé, que ahora no puedo hacerme a la idea de que un chico se ha ganado tu corazón.

—Mamá —Kailani alargó la última letra totalmente avergonzada al saber que Jasper le había escuchado y Kiannah por fin sintió su pecho inflarse de felicidad, para soltar una carcajada limpia.

—Que no me lo has negado —esta vez miró a Jasper quien carraspeó avergonzado por escuchar la conversación, pero de igual manera no hizo el mínimo intento de ocultar su sonrisa—. Dime Jasper Hale, ¿qué sientes por mi hija? —la pregunta hizo a Kailani mirarla sorprendida con mejillas rosadas y por primera vez sintiendo los casi inexistentes latidos de su corazón golpear ligeramente contra su pecho, Jasper por su parte se sintió nervioso por la repentina pregunta, pero aun así se puso de pie sin quitar su vista de Kailani.

—Quizá puede sonar apurado, quizá piense que exagero, pero le amo —si Kailani fuese humana seguramente ya se hubiese desmayado ante las palabras del sureño o habría tenido que sentarse al no poder sentir sus piernas—. Desde el primer instante en el que la vi supe que mi existencia misma le pertenecía y que le protegería a toda costa, le esperé por mucho tiempo y ahora que le tengo a mi lado solo deseo su felicidad aún si ella decide que esta no es a mi lado.






. . .

Casi seis mil palabras, nuevo récord. No creerán cuantas veces tuve que reescribir este capítulo para llegar a lo que están leyendo, mismo que al terminar me dejó un buen sabor de boca por lo que espero que les haya gustado.

No olviden votar y comentar ♥.


Mi reacción cada que escribo momentos #Jailani (sobre todo en lo último que dijo Jasper):



Pelirroja W


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