025
- ¡Yoon! -Jimin daba leves golpes a la puerta de la habitación de Yoongi-, ha pasado una semana, ¿hasta cuando piensas hablarme?
No era que Min Yoongi no quisiera platicar con Park Jimin, el problema era que no podía, literalmente se ponía tan nervioso que sus palabras no salían y solo se podían escuchar trabadas e indescifrables.
Para Jimin esto era de lo más divertido, ver que Yoongi era todo un manojo de sonrojos y nerviosismo le hacía sonreír y más porque sabía que él era la causa de esos sonrojos tan repentinos en el pálido, que por esa piel tan blanca se hacían notar perfectamente.
- Voy a entrar -eso alerto a Yoongi.
A pasos rápidos se coloco sobre la puerta para evitar que esté pasará, Jimin trato de abrir pero parecía que está vez Yoongi había atrancado la puerta.
- Yoon, deja de jugar quiero hablar contigo.
Para el pelinegro no había ningún tema de conversación que quisiese hablar con el pelirrubio.
- ¿Sobre qué? -pregunto Yoongi aún en la puerta.
- No me has hablado desde aquel beso, ¿tanto te gusto que no quieres decírmelo?
- Está bien, besas increíble, ¿contento?
Jimin sonrió ante el comentario, pero él no quería que se lo dijera de esa forma, él quería que Min Yoongi lo viera a los ojos y se lo dijera, es más quería tener una conversación con ese chico de piel pálida y labios finos, ahora.
- Yoon, abre la puerta.
- ¿Qué te hace pensar que te obedeceré?
- Yoon...
- Vete Jimin -Yoongi en verdad que se sentía avergonzado, no iba a abrir la puerta.
- Bien, sino quieres abrirla, yo mismo tendré que hacerlo -dijo para sí mismo y dejo la puerta tranquila.
Yoongi al escuchar que los pasos de Jimin se alejaban soltó el aire que ni siquiera se había dado cuenta que estaba reteniendo, dejo de recargarse en la puerta y de nueva cuenta se dirigió en su cama para envolverse en las sabanas.
No podía evitar que el recuerdo de aquel beso pasará inevitablemente por su mente, inclusive sentía aún sobre sus labios la sensación de tener los de Jimin, en ese vaivén tan lento y fabuloso que lo hizo sentirse tan bien, al recordarlo sintió sus mejillas calientes, Yoongi sabía que definitivamente ya estaba perdido, se había enamorado de ese pelirrubio, sabía que aún debía demostrarle que el amor no es una perdida de tiempo, pero parecía que Jimin le estaba demostrando lo que es estar enamorado de verdad.
Toco sus labios una vez más, suspiro.
La puerta de su habitación se abrió en un movimiento rápido, sorprendiendo a Yoongi y haciendo que se cubra por completo el cuerpo con las sabanas.
- Bueno, fue más fácil de lo que pensaba.
Jimin se adentro a la habitación viendo un bulto en la cama, Yoongi estaba cubierto por las sabanas, Jimin sonrió al verlo así.
- Yoon, deja de jugar.
El bulto al parecer se estremeció al escucharlo, Jimin a pasos lentos y evitando pisar fuerte se acerco hacia ese bulto de sabanas y cuando estuvo lo suficientemente cerca las agarro jalándolas para descubrir al chico de piel pálida que se encontraba ahora cubriendo su rostro con sus manos.
- Yoon, te dije que dejarás de jugar.
- No estoy jugando Jimin.
El pelirrubio agarro las manos de Yoongi y logro quitarlas de su rostro, miro que los ojos de Yoongi estaban fuertemente cerrados y sus mejillas estaban pintadas de un hermoso color carmín, a los ojos de Jimin, Yoongi se veía muy adorable.
- Mírame Yoon. Deja de cubrir tus hermosos ojos.
- No, déjame solo, por favor.
Al ver que Yoongi no quería obedecerle, Jimin se coloco a horcajadas sobre Yoongi, quien estaba acostado, Jimin coloco sus brazos uno a cada lado de la cabeza de Yoongi, el pelinegro al sentir que alguien acariciaba su mejilla abrió los ojos encontrándose con Jimin sobre él.
- ¿Qué? -tartamudeo al ver en la posición en que estaban.
- Yoon -el mencionado miro los ojos de Jimin-, ¿por qué me evitas?
- Porque ese beso, no debió pasar.
Jimin sonrió de lado.
- Claro que debió pasar -Jimin aparto unos mechones de cabello de Yoongi-, deberías ir a cortar un poco de tú cabello, está casi por cubrir tus hermosos ojos.
- No me cambies el tema, ¿por qué me besaste de esa manera?
Jimin sonrió de nueva cuenta y acero su rostro al de Yoongi, pero desvió su camino para darle un leve beso en el cuello, el pelinegro se estremeció ante esa acción, lo que hizo que Jimin se sintiera satisfecho por haber ocasionado aquello.
- ¿Qué haces? -sus palabras salieron trabadas-. No lo vuelvas a hacer.
- ¿Piensas que te haría daño?
Yoongi no respondió, solo desvió la mirada, el pelirrubio de nueva cuenta se acerco al rostro de Yoongi, le dio un beso en la frente y luego lo miro a los ojos.
- Jamás te haría daño, gatito.
Jimin se quito de encima de Yoongi y salio de la habitación, el pelinegro sentía los latidos frenéticos de su corazón, a este paso Park Jimin logrará que le de un infarto.
Jimin se quedo unos momentos recargado en la pared, mirando la puerta de la habitación de Yoongi, ¿de verdad estaba haciendo lo correcto? ¿De verdad sentía que esas acciones eran buenas, solo para enseñarle una lección a Yoongi? Por un momento se estaba arrepintiendo, pero al recordar las palabras de Taehyung, decidió que no debía arrepentirse de nada.
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